vaticanas

Fuente: La Nación
04/05/2025 00:36

El cónclave y el cine: cuando las intrigas vaticanas llegan a la pantalla

En estos días, después de la muerte del papa Francisco y a la espera del comienzo de un nuevo cónclave, muchas personas se sienten atraídas por ese clima de misterio que el secreto vaticano sabe guardar bajo siete llaves y que, como quiere decir la expresión castellana, se trata de algo muy bien guardado: un secreto que azuza la curiosidad. La palabra "cónclave", que desde el Medioevo se debe al vocablo latino "llave", nunca fue mejor empleada porque los cardenales electores quedan encerrados e incomunicados hasta que elijan a un sucesor para la cátedra de Pedro. En algún momento, fueron incluso alimentados solo a pan y agua por el pueblo, para que se decidieran a elegir más rápido al nuevo papa, e incluso rompiendo con los intereses imperiales y los de las importantes familia romanas. Al pontífice podían elegirlo fuera del colegio cardenalicio, ni necesariamente era un sacerdote (tal es el caso, por ejemplo del ermitaño Celestino V, recordado en La divina comedia). No cabe duda de que tanto en la novelística como en el cine, todo cónclave en la historia suscita gran interés. Y no es para menos.Si recurrimos a los buscadores o a las redes, veremos que "los problemas de interferencias políticas en la elección papal dieron lugar a varias reformas. En 1274 el papa Gregorio X estableció que durante una elección papal, los cardenales electores debían ser encerrados 'bajo llave' hasta que se eligiera a un nuevo pontífice". Hoy los cónclaves se celebran en la solemne Capilla Sixtina, que no deja de impresionar a los cardenales con las figuras de Miguel Ángel y el juicio final. Los electores son huéspedes en el hotel de Santa Marta, donde residió Bergoglio durante todo su papado, habiendo renunciado a los aposentos papales.Recién en 1970, Pablo VI, el papa que supo proseguir con maestría el Concilio Vaticano II convocado por Juan XXIII, excluyó del derecho de voto a los cardenales mayores de 80 años. Benedicto XVI introdujo leves reformas en 2007 y 2013, estableciendo una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo pontífice. Y justamente como 'puente' entre tensiones internas y externas, muchos apuestan al cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, un véneto moderado de gran preparación diplomática. Más en el estilo pastoral de Francisco, otros creen piensan en el actual arzobispo de Bolonia, el romano Matteo Zuppi. Ambos muy meritorios.Para ver y recordarPero vayamos en estas líneas al tratamiento cinematográfico del tema. Un suceso que puso en los medios el cónclave fue la película que lleva ese título y muchas otras (películas o series) que se refieren al papa Francisco o a otros papas, reales o de ficción.Repasemos: Los dos papas fue un film que trataba de manera imaginaria la relación entre Benedicto XVI y Francisco. La obra de Fernando Meirelles no gustó en ámbitos vaticanos. Si bien causó furor entre los seguidores de Netflix, hay que admitir que, más allá de los dos extraordinarios intérpretes (Jonathan Pryce y Anthony Hopkins) la narración pierde credibilidad con secuencias como las de la pizza, el tango o el fútbol, incapaces de ser tenidos en cuenta con cierta seriedad. Además, la figura de Ratzinger no se corresponde con la realidad y mucho menos con la privilegiada relación que mantuvieron en la realidad estos dos papas, aquí mostrados de manera infundada. Como señaló el cardenal ghanés Peter Turkson, el más en vista de los cuestionados africanos en este cónclave, "la película llevó sus estereotipos demasiado lejos con su tratamiento débil y superficial". Coincidimos, en este caso, con el purpurado.El joven Papa, atrevida e insólita serie dirigida por el creativo napolitano Paolo Sorrentino, está protagonizada por Jude Law y Diane Keaton, con Silvio Orlando como el más itálico y querible cardenal de curia. El film Cónclave, hoy vuelto de moda y proyectado en varias salas, dirigido por Edward Berger, está basado en la homónima novela de Robert Harris (2016). Ciertamente, y más allá de los notables aciertos de la escenografía, cuenta con la fundamental actuación de Ralph Fiennes. Se suman a él una actriz como Isabella Rossellini (hija de los legendarios Roberto Rossellini e Ingrid Bergaman) y actores como el neoyorkino Stanley Tucci y el romano Sergio Castellitto. El final de la película puede decepcionar a muchos por su resolución, que no respeta la lógica narrativa del film y trata de ganar espacios en cierta sensibilidad contemporánea con la aparición inesperada de un cardenal que nadie conocía salvo el difunto papa. ¿A quién se refiere? ¿A un papa anterior a Bergoglio o a él mismo? Probablemente a nadie. Cuando hacia el final, el cardenal electo confiesa su secreto misterioso resuelve los votos del cónclave.Otros casosImportantes films sobre el papa y el Vaticano, como El padrino III de Francis Ford Coppola, Amén de Costa-Gavras o El papa Francisco: un hombre de palabra, de Wim Wenders, hay muchos, algunos interesantes y otros menos. Documentales sobre el papa Bergoglio (sobre todo argentinos) también hay varios, pero quizás no demasiado trascendentes.Hubo grandes películas en los últimos años sobre la elección de un pontífice romano. Quizá la más memorable por su idea y dirección sea Habemus papam de Nanni Moretti, siempre sobresaliente, aunque pueda ser largamente discutido. Se advierte la mano de un gran director y también el profundo conocimiento de la ciudad de Roma y de sus hondas relaciones históricas con el papado. Se luce el actor francés Michel Piccoli en el papel de un cardenal que es elegido no obstante sus aspiraciones personales y sus posteriores dudas.Y si de películas sobre el papa se trata, sin olvidar la memorable Las sandalias del pescador (1968) con Anthony Quinn sobre la novela de Morris West, conviene elegir una obra tan inclasificable como magnífica: Y vino un hombre (1965) de Ermanno Olmi, el inolvidable director italiano, con Rod Steiger.

Fuente: Clarín
03/05/2025 20:18

Canalladas vaticanas

A poco de comenzar el Cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco, una serie de rumores maliciosos tratan de esmerilar a Pietro Parolin.

Fuente: La Nación
21/04/2025 06:36

Murió el papa Francisco | Las intrigas vaticanas y la resistencia conservadora que marcaron su pontificado

El papa Francisco murió a los 88 años, y llegó así a su fin un pontificado que entre otros factores también estuvo marcado por internas en la Iglesia, casos de corrupción y escándalos que le provocaron al papa argentino dificultades en su gestión de la Santa Sede.Georg Gänswein, la cara del ala "anti-Francisco"El secretario personal del papa emérito Benedicto XVI, el arzobispo alemán Georg Gänswein, quedó bajo la lupa por la publicación en enero del polémico libro de memorias Nada más que la verdad, mi vida al lado de Benedicto XVI, mas algunas entrevistas en las que pareció sacar afuera los trapos sucios y destacar las diferencias entre los dos papas -uno en funciones y otro emérito- que por casi diez años tuvieron una convivencia forzada ejemplar, y crearon desasosiego.No era el momento, ya que las revelaciones inéditas de quien estuvo casi 20 años al lado de Benedicto XVI, el pontífice más conocido por su histórica renuncia, salieron a la luz en la misma semana de su fallecimiento, a los 95 años, el 31 de diciembre del año pasado."Espero que el papa Francisco confíe en mí y espero no haberle dado una razón para no confiar más en mí", dijo Gänswein en un programa tras la publicación del libro, que contiene "flagrantes calumnias" y "oscuras maniobras" que rondaban la reputación del emérito, según consideró su editor.En junio pasado, pese a las tensiones que hubo entre ambos, el Papa decidió dejar en el pasado los roces y nombrarlo en un nuevo cargo como nuncio (embajador de la Santa Sede) en Lituania, Estonia y Letonia.El ataque de Gerhard MüllerLa publicación de otro libro, también en enero de este año, generó turbulencias y significó otro ataque al papado de Francisco. Titulado En buena fe, el tomo del cardenal alemán conservador Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aborda los temas más candentes de la gestión del papa argentino: desde la política exterior del Vaticano hasta la gestión de los escándalos de pedofilia, la cuestión de la identidad de género, el aborto y hasta el riesgo de cisma o las previsiones del próximo cónclave.Müller, destituido por el Papa sin preaviso ni explicaciones en 2017, denuncia en el libro que no fue el único en ser echado por el Papa de un día para el otro, "sin justificaciones", y lamenta que "este modus operandi ha causado mucha inquietud en el seno del Vaticano en estos años"."Nunca actué en modo desleal con el papa Francisco y Dios es testigo. Los medios, debido a mi rigor, me catalogaron como un cardenal contrario al actual pontificado, pero no es verdad, es falso", asegura Müller, teólogo de 75 años muy cercano a Joseph Ratzinger, en el prefacio del libro."Vatileaks IIâ?³La italiana relacionista pública Francesca Immacolata Chaouqui, que fue consultora para la reforma económica y organizativa del Vaticano, acabó condenada a 10 meses de cárcel con suspensión de la pena por filtración de documentos confidenciales en el caso conocido como "Vatileaks II" en julio de 2016.Chaouqui, que no pasó un día en la cárcel, siempre se declaró inocente y declaró en enero que todo fue parte de una "diplomacia paralela a espaladas de Francisco".Calabresa de padre marroquí, Chaouqui saltó a la fama internacional en julio de 2013, cuando fue designada por el Papa como única mujer y persona de nacionalidad italiana en la comisión de ocho técnicos que debía revisar la organización económico-administrativa de la Santa Sede (llamada Cosea, por sus siglas).Apodada por sus detractores "la papisa", Chaouqui, junto a otras tres personas, fue investigada además por unos posibles contratos fraudulentos, por valor de 72 millones de euros, para comprar 801 millones de barbijos a China durante el primer año de la pandemia.La carta de ViganòUna carta de 11 páginas publicada en agosto 2018 en cuatro medios conservadores muy críticos de Francisco cayó en el Vaticano entonces como una verdadera bomba nuclear. Se trató de la epístola del arzobispo Carlo Maria Viganò, prelado retirado que fue nuncio en Estados Unidos entre 2011 y 2016, un personaje ya conocido por filtrar documentos.El texto incendiario hizo pública la denuncia a varios pesos pesados de la curia romana ligados a un supuesto lobby gay y al propio Francisco de haber encubierto durante años los abusos del cardenal Theodore McCarrick, de 92 años, arzobispo emérito de Washington, que fue expulsado del sacerdocio por el Papa tras ser encontrado culpable de abusos sexuales a menores y adultos.Viganò pidió la dimisión del Papa, al afirmar que le había advertido en una audiencia el 21 de junio de 2013 sobre el pasado oscuro de McCarrick. Además, lo acusó de haber levantado supuestas sanciones que le había infligido años antes su antecesor.En junio del año pasado, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) lo acusó de haber cometido el delito de cisma y lo halló culpable poco menos de un mes después. Viganò fue excomulgado en forma automática.Becciu y el departamento en LondresEl cardenal italiano, Angelo Becciu, fue acusado de malversación de fondos en el juicio por la inversión irregular en un edificio de lujo en Londres y asociación ilícita, que desembocó en que el Papa lo cesara de su cargo en septiembre de 2020 en un gesto insólito en el que le fueron también cancelados sus "derechos relacionados con el cardenalato".El año pasado, se reveló que Becciu grabó en secreto una conversación con el papa Francisco en la que intentaba hacerle decir al Papa que le había dado el permiso para hacer una transacción de dinero para supuestamente liberar a una monja colombiana raptada en Mali.Fue incluido por el Vaticano en una lista que lo situó con los cardenales no electores en un eventual cónclave.La salida de Libero Milone, el primer auditor generalEn junio de 2015, el experto Libero Milone se convirtió en el primer auditor general de la historia de la Santa Sede. Pero dos años más tarde fue obligado a irse en medio de acusaciones de espionaje e intrigas internas, y en 2023 decidió lanzar una guerra judicial contra el Vaticano.Milone, que aseguró haber sido despedido cuando descubrió irregularidades de la Santa Sede, demanda una millonaria indemnización de más de 9 millones de euros por lucro cesante, daño a su reputación y sufrimiento emocional."Creo que el Papa es una gran persona y arrancó [su reforma] con las mejores intenciones. Pero temo que haya sido bloqueado por el viejo poder, que sigue estando ahí y que se sintió amenazado cuando entendió que podía decirle al Papa y a Parolin [Pietro, el secretario de Estado] lo que había visto en las cuentas", acusó meses después de su misterioso despido, en una entrevista a cuatro medios.En otra entrevista el año pasado con LA NACION, aseguró que "lo engañaron al Papa, fabricaron información falsa según la cual yo había espiado a cardenales y cometido otros crímenes de los que nunca hubo ni documentación, ni pruebas y arruinaron mi carrera y mi buen nombre para siempre. Al margen de la violencia y el maltrato que sufrí de parte de la Gendarmería vaticana cuando me interrogó y allanó mi oficina durante más de diez horas ese 19 de junio, nunca más pude volver a trabajar y mi reputación quedó dañada"."¿Y por qué? Sólo porque hice de manera correcta mi trabajo, que, según el mandato del Papa, era el de hacer limpieza en las finanzas del Vaticano, pero eso fue imposible porque me lo impidieron", afirmó Milone entonces.Pell y sus cartas antes de morirEl cardenal australiano George Pell falleció inesperadamente en enero de este año a sus 81 años por un paro cardíaco luego de una exitosa operación para la sustitución de una prótesis de cadera. Su muerte implicó un nuevo torbellino para el Vaticano, no solo porque nadie se la esperaba, sino porque dejó dos textos en los que demostró ser el "jefe" de la oposición al pontificado reformista de Francisco.El primero es un artículo para el semanario británico conservador The Spectator en el que habló pestes sobre el sínodo sobre sinodalidad (caminar juntos) en curso en la Iglesia católica de todo el mundo, la gran apuesta de Francisco para esta fase de pontificado, que definió "una pesadilla tóxica".Pero además, el vaticanista italiano Sandro Magister reveló que fue Pell el autor de un "Memorando" en vista del próximo cónclave hasta ahora anónimo, firmado con el pseudónimo "Demos" (pueblo en griego) que había publicado en su blog, Settimo Cielo, el 15 de marzo pasado. En este texto, el cardenal australiano definió el pontificado de Francisco "un desastre en muchos o más aspectos, una catástrofe".En febrero de 2024, el sitio de La bussola quotidiana (La brújula cotidiana), conocido por sus ataques a Jorge Bergoglio, publicó en exclusiva y en seis idiomas un documento anónimo "destinado a circular entre los cardenales con vistas al próximo cónclave", que traza el "identikit del próximo Papa". El panfleto está firmado por "Demos II" y justo sale a dos años de otro similar que llevaba como firma "Demos", pseudónimo que correspondía nada menos que al cardenal australiano George Pell, punta de lanza de la oposición conservadora a Francisco que, con su fallecimiento en enero del año pasado, quedó huérfana y desorientada.Rumores en torno a su saludComo si fuera poco, el pontificado de Francisco estuvo marcado en 2015 por una falsa noticia de que padecía un cáncer cerebral, que fue difundida por los diarios del grupo Quotidiano Nazionale, Il Giorno, La Nazione y Il Resto del Carlino.Entonces, el Vaticano negó el falso diagnóstico de que el Papa sufriera de un tumor "pequeño y benigno" en el cerebro y consideró "seriamente irresponsable" la actuación de la prensa nacional.




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