PARÍS.- "¡Dimita!". El hijo del último sha de Irán volvió a conminar este lunes a Ali Khamenei, líder de la República Islámica, a dejar el poder. Apoyado por Israel, exiliado en Estados Unidos, resistido por los iraníes, Reza Pahlevi, que ha reclamado durante años la caída del régimen de los ayatollahs, se presentó nuevamente este lunes en París ante la prensa como la mejor solución para el futuro de su país.Tampoco esta vez perdió un segundo. Desde que empezaron los ataques israelíes en Irán, Reza Pahlevi comenzó a llamar a los iraníes a derrocar al régimen. A los 64 años, esa figura controvertida de la oposición en el exilio, también anunció tener un plan para el futuro de Irán.Impecablemente vestido con un traje hecho por los mejores sastres londinenses de Savile Road y el cabello pincelado de canas, peinado hacia atrás, el heredero de la dinastía Pahlevi llamó la semana pasada a los iraníes a derrocar al régimen de Teherán, en un video publicado en su cuenta X."El aparato represivo del régimen se está derrumbando. Solo falta un levantamiento nacional para poner fin definitivo a esta pesadilla", declaró, en tono solemne. "Irán está en vuestras manos y su recuperación depende de ustedes", aseguró. The complete text of my opening remarks at today's press conference:Ladies and Gentlemen, members of the international press corps, good afternoon.Thank you for being here today. This is a historic moment for our nation. I will begin with a brief message to my compatriots inâ?¦ pic.twitter.com/2IX4lC8Nsj— Reza Pahlavi (@PahlaviReza) June 23, 2025"Desobedezcan. Por ejemplo, no vayan a trabajar, lleguen tarde o trabajen menos. Esto podría asestar un golpe fatal al gobierno", asegura quien, ya en 2023, había intentado capitalizar el levantamiento de los iraníes tras la muerte de la joven Mahsa Amini. El hijo del último sha de Irán, derrocado por el ayatollah Jomeini en 1979, se había acercado entonces a figuras de la oposición para crear la Alianza por la Democracia y la Libertad en Irán (ADFI). La coalición había publicado la "Carta Mahsa", hoja de ruta para una transición hacia una democracia laica en Irán. Pero las divergencias cortaron de raíz los impulsos democráticos de este conjunto de personalidades diversas.Cuarenta y seis años después de la caída de su padre, tras el inicio de la ofensiva israelí, el hijo del último sha sigue promoviendo un levantamiento nacional con un aire de déjà-vu. Reza intenta desde hace varios años seguir los pasos de su padre. A pesar de la indiferencia, e incluso el feroz rechazo que la población iraní muestra hacia él.Porque este no es su primer intento de izarse a la cúspide del poder en Irán. En el exilio desde 1978, cuando se formaba en Estados Unidos para convertirse en piloto de avión, el heredero de la dinastía Pahlevi expresó a menudo sus ambiciones y su aversión por el régimen de los ayatolás. En 2009, cuando Irán vivía un movimiento de protesta tras las elecciones presidenciales, llamó a sus compatriotas iraníes a "continuar la lucha con disciplina", exhortando "a las fuerzas del orden a la desobediencia civil y a la neutralidad".Su segundo intento fue en 2023. Al margen del movimiento "Mujer, vida, libertad". Durante una invitación a la Conferencia de Múnich sobre Seguridad â??a la que no fueron invitados los responsables iraníesâ??, Pahlevi habló de la necesidad del derrocamiento de la República Islámica. Por entonces, ya aseguraba a quien quisiera escucharlo que tenía "un papel importante" que desempeñar."Quizás porque mi capital político es más importante que el de otros, y elijo usarlo", declaró en una entrevista con el semanario francés L'Express.Sus partidarios incluso lanzaron una petición en línea que reunió un poco más de 500,000 firmas. Pero si algunos especialistas consideran que el nombre Pahlevi es "conocido" y que "le permite tener cierta notoriedad dentro de Irán", todos concuerdan en que está lejos de ser unánimemente apreciado. Jonathan Piron, historiador e investigador del GRIP en Bruselas, describe a un hombre "odiado en Irán", "ridiculizado especialmente por su acento persa con matices de inglés, pero también por su estilo de vida a la americana"."Es un personaje que, políticamente, se muestra cada vez más alineado con las diferentes corrientes neoconservadoras de Estados Unidos. También es proisraelí y, naturalmente, apoyado por el gobierno de Benjamin Netanyahu", que ve en él la posibilidad de instalar a la cabeza de Irán a uno de sus peones, señala Piron.Su viaje a Israel en 2023 y la publicación de una foto con Netanyahu fueron, de hecho, una de las razones que provocaron la ruptura de la coalición "Carta Mahsa".Yasmine and I were very pleased to meet with @IsraeliPM and Sara @netanyahu. We expressed appreciation for Israel's continued support for the Iranian people's democratic aspirations and emphasized that, as the children of Cyrus the Great, Iranians aspire to have a government thatâ?¦ pic.twitter.com/lInuy4lwdC— Reza Pahlavi (@PahlaviReza) April 19, 2023La diáspora iraní, por su parte, desconfía de Reza Pahlevi. Sobre todo porque, aunque repite que no busca la restauración de la monarquía en Irán, nunca se ha distanciado del régimen autoritario de su padre. Incluso lleva a menudo un pin con la imagen de un león, símbolo de la era imperial. Además, es cuestionado por su hostilidad a cualquier descentralización en favor de las minorías étnicas no persas. Otra fuente de crítica: sus vínculos con Estados Unidos, donde reside, instalado desde 1984 en la región de Washington con su mujer y sus tres hijas.En su video publicado en X, Reza Pahlevi declara tener "un plan para el futuro de Irán" preparado para los cien días posteriores a la caída del régimen actual, sin dar muchos detalles. Pero, ¿puede el hijo del último Shah de Irán encarnar una democracia?Pahlevi "no solo no ha delineado realmente su proyecto político (...) También encarna ese régimen imperial que fue odiado. Tiene un apoyo muy débil dentro del país, que no representa realmente una fuerza política alternativa", afirma Piron.The Islamic Republic has come to its end and is collapsing. What has begun is irreversible. The future is bright, and together we will turn the page of history. Now is the time to stand up; the time to reclaim Iran. May I be with you soon. pic.twitter.com/qrbnDmf8SX— Reza Pahlavi (@PahlaviReza) June 17, 2025Reza Pahlevi asegura que dirige un grupo de reflexión sobre una transición en caso de caída del régimen. Cuestionado sobre el lugar que ocuparía en ese proyecto, suele responder: "Corresponderá al pueblo iraní decidir". No obstante, en los últimos días ha ido más lejos, afirmando: "Es hora de retomar el control de Irán. ¡Ojalá pronto pueda estar entre ustedes!"Los especialistas sin embargo no ven cómo el pueblo iraní podría depositar su confianza en un hombre al cual consideran "una marioneta del extranjero". "Solo podría recuperar el trono con el que sueña con la ayuda de Israel y de Estados Unidos. Y en ese caso, su impopularidad sería insuperable. Porque inevitablemente sería visto como el hombre del extranjero y no como quien vaya a asegurar la soberanía del país", concluye Piron.
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El hijo mayor del último Sha de Persia, Reza Pahlavi, sostuvo este martes que el régimen islámico de Irán "colapsó" y que el líder supremo, Ali Khamenei, huyó como una "rata asustada". Sus declaraciones surgen mientras los ataques entre Irán e Israel se recrudecen y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró saber dónde se encuentra escondido el ayatollah. Pahlavi sostuvo que un "levantamiento nacional" sería suficiente para derrocar al régimen islámico."La República Islámica ha llegado a su fin y se encuentra en proceso de colapso. Khamenei, como una rata asustada, se ocultó en la clandestinidad y perdió el control de la situación. Lo que comenzó es irreversible. El futuro es brillante y, juntos superaremos este giro radical de la historia", comentó en un video dirigido a los ciudadanos iraníes. Pahlavi es el hijo mayor de Mohammad Reza Pahlavi, el último Sha de Persia, cuyo gobierno monárquico fue derrocado en 1979 por la Revolución iraní, también conocida como Revolución islámica. Debió exiliarse en su avión, que piloteó él mismo. Ahora, 46 años después, su hijo llamó a un levantamiento contra el régimen: "El aparato represivo del régimen se está desmoronando. Solo hace falta un levantamiento nacional para acabar con esta pesadilla de una vez por todas".El objetivo más difícil. La fortaleza nuclear subterránea de Irán: ¿puede ser destruida?Y agregó: "Ahora es el momento de alzarse; el momento de recuperar Irán. Actuemos todos -de Bandar Abbas a Bandar Anzali, de Shiraz a Isfahán, de Tabriz a Zahedán, de Mashhad a Ahvaz, de Shahr-e Kord a Kermanshah- y logremos el fin de este régimen". Israel bombardeó instalaciones nucleares y mató a los principales científicos nucleares del país como parte de la operación "León que asciende", que busca eliminar este programa iraní. Irán respondió con una oleada de misiles contra Tel Aviv, que penetraron la cúpula de hierro e impactaron en zonas residenciales.Desde entonces hubo un fuego cruzado entre los países, donde se atacaron ambas capitales, hubo cientos de heridos. Este martes Israel confirmó que aviones de la Fuerza Aérea de Israel mataron a Ali Shadmani, el jefe del Estado Mayor.Esta fue la última escalada de tensión, que ocurrió al mismo tiempo que Trump comenzó a involucrarse con fuertes declaraciones en la discusión. El presidente norteamericano aseguró que Estados Unidos sabe dónde se esconde Khamenei y destacó que es un objetivo fácil, aunque no va a ser eliminado, al menos por ahora."Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado 'Líder Supremo'. Es un blanco fácil, pero está a salvo allí. No vamos a sacarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora", indicó en un post en Truth Social.My Fellow Countrymen,The Islamic Republic has reached its end and is in the process of collapsing. Khamenei, like a frightened rat, has gone into hiding underground and has lost control of the situation. What has begun is irreversible. The future is bright, and together, weâ?¦ https://t.co/XEyL5IM05t— Reza Pahlavi (@PahlaviReza) June 17, 2025Las palabras de Pahlavi son claves en la escalada bélica de los últimos días, donde Israel no solo bombardeó instalaciones nucleares y de defensa, sino que también mató a expertos y altos funcionarios. Pahlavi buscó brindar calma a los ciudadanos de que el levantamiento no será seguido por una guerra civil o inestabilidad. "Tenemos un plan para el futuro de Irán y su prosperidad. Estamos preparados para los primeros cien días después de la caída, para el período de transición y para el establecimiento de un gobierno nacional y democrático, por el pueblo iraní y para el pueblo iraní", señaló.Guerra en Medio Oriente. Quién es el ayatollah Ali Khamenei y cuánto poder tiene como líder supremo de IránTambién envió un mensaje a los militares, las fuerzas del orden, las fuerzas de seguridad y los funcionarios estatales, muchos de los cuales le enviaron mensajes en los últimos días. "No se opongan al pueblo iraní por un régimen cuya caída comenzó y es inevitable. No se sacrifiquen por un régimen en decadencia", manifestó. Y concluyó: "Al apoyar al pueblo, pueden salvar sus vidas. Desempeñen un papel histórico en la transición de la República Islámica y participen en la construcción del futuro de Irán. Un Irán libre y floreciente nos espera. Ojalá estemos juntos pronto. ¡Viva Irán!¡Viva la nación iraní!".El comunicado completo del hijo del último Sha de Persia"Mis compatriotas,La República Islámica ha llegado a su fin y se encuentra en proceso de colapso. Khamenei, como una rata asustada, se ha ocultado en la clandestinidad y ha perdido el control de la situación. Lo que ha comenzado es irreversible. El futuro es brillante, y juntos, superaremos este giro radical de la historia.En estos días difíciles, mi corazón está con todos los ciudadanos indefensos que han sido perjudicados y han sido víctimas de la guerra y los delirios de Khamenei. Durante años, he intentado evitar que nuestra patria sea consumida por el fuego de la guerra.El fin de la República Islámica es el fin de su guerra de 46 años contra la nación iraní.El aparato represivo del régimen se está desmoronando. Solo hace falta un levantamiento nacional para acabar con esta pesadilla de una vez por todas.Ahora es el momento de alzarse; el momento de recuperar Irán. Actuemos todos â??de Bandar Abbas a Bandar Anzali, de Shiraz a Isfahán, de Tabriz a Zahedán, de Mashhad a Ahvaz, de Shahr-e Kord a Kermanshahâ?? y logremos el fin de este régimen.No teman el día después de la caída de la República Islámica. Irán no caerá en una guerra civil ni en la inestabilidad. Tenemos un plan para el futuro de Irán y su prosperidad. Estamos preparados para los primeros cien días después de la caída, para el período de transición y para el establecimiento de un gobierno nacional y democrático, por el pueblo iraní y para el pueblo iraní.A los militares, las fuerzas del orden, las fuerzas de seguridad y los funcionarios estatales, muchos de los cuales me han enviado mensajes en los últimos días, les digo: No se opongan al pueblo iraní por un régimen cuya caída ha comenzado y es inevitable. No se sacrifiquen por un régimen en decadencia. Al apoyar al pueblo, pueden salvar sus vidas. Desempeñen un papel histórico en la transición de la República Islámica y participen en la construcción del futuro de Irán.Un Irán libre y floreciente nos espera. Ojalá estemos juntos pronto. ¡Viva Irán!¡Viva la nación iraní!"
10 de mayo de 1965. Dos cazas Gloster Meteor, en vuelo rasante sobre Buenos Aires, anuncian la llegada del Sha de Irán a la Argentina. Es apenas el preámbulo de una visita "de película", a la altura de un "rey de reyes" tan poderoso como extravagante, dueño de una de las fortunas más grandes del planeta. A las 12:27, un Comet 4C de Aerolíneas Argentinas aterriza en Aeroparque. El avión se detiene frente a una larga alfombra roja tendida entre dos palcos: uno para la comunidad iraní y otro repleto de fotógrafos y periodistas listos para captar cada detalle.La puerta del avión se abre lentamente, como si fuera parte de una escena de película. Primero aparece Mohammed Reza Pahlaví, impecable en su uniforme de marino iraní. Luego de algunos segundos, como en una coreografía perfecta, asoma Farah Diba, su tercera mujer, con la que finalmente había logrado engendrar un heredero. En un instante, todos comprenden por qué las revistas de moda la habían consagrado como un ícono de estilo.El Sha saludó con un gesto militar y desde los palcos le respondieron con una ovación. Al pie de la escalera lo recibió el presidente Arturo Illia, junto a su esposa, Silvia Martorell. Completaron la comitiva algunos ministros de gobierno y representantes de las fuerzas armadas.Así comenzaba una visita que se extendería por varios días y que tendría un poco de todo: actos oficiales, cenas de gala, intercambios de regalos, partidos de polo, compras fallidas e improvisaciones de último momento. Un cruce entre Oriente y Occidente, con un toque local... y más de una anécdota para el recuerdo.El matrimonio realMohamed Reza Pahlaví nació en Teherán el 26 de octubre de 1919. Era el hijo mayor de Reza Shah, un militar que, tras derrocar a la dinastía Qajar, fundó la monarquía Pahlaví con el objetivo de modernizar y unificar Irán.En 1935, como parte de esa transformación, Reza Shah pidió reemplazar el nombre "Persia" por "Irán" en el ámbito internacional, buscando reafirmar la identidad nacional y dejar atrás la imagen romántica que Occidente tenía del país.En plena Segunda Guerra Mundial, Reza Shah fue forzado a abdicar por presión de Reino Unido y la Unión Soviética, que lo acusaban de tener simpatías con la Alemania nazi. Su hijo, Mohamed Reza, asumió el trono con solo 21 años y ya bajo el nuevo nombre del país, se convirtió en Sha de Irán. Aunque asumió el trono en 1941, Mohamed Reza esperó 26 años para coronarse formalmente y adoptó el título Sha-an-Sha ("Rey de Reyes").Durante su reinado, Irán experimentó una profunda modernización gracias al auge petrolero. En los años 60 lanzó la Revolución Blanca, que impulsó la reforma agraria, la educación y el acceso de las mujeres al trabajo y la vida pública.En lo personal, se casó tres veces, pero su relación más importante fue con Farah Diba, con quien contrajo matrimonio en 1959 y tuvo cuatro hijos. Farah, una arquitecta formada en París, se convirtió en la primera emperatriz coronada de Irán en siglos, algo inédito, ya que tradicionalmente las mujeres de la realeza persa no recibían ese título ni eran coronadas de manera oficial. Desde ese lugar, asumió un rol activo en la cultura, el arte y la educación, con un estilo elegante y moderno que ayudó a darle a la monarquía iraní una imagen más actual y cercaba al mundo occidental.Farah Diba convirtió la moda en una de sus marcas personales: vestía a los grandes diseñadores de su tiempo. Para muchos, era la Jackie Kennedy de Medio Oriente. Podía lucir tanto un Chanel o un Dior como trajes tradicionales cargados de bordados y piedras preciosas. Con la misma soltura vestía un kimono japonés, un sari indio o un conjunto moderno inspirado en Audrey Hepburn. El gusto del matrimonio imperial por el lujo occidental fue evidente, sobre todo, en su residencia oficial, el Palacio de Niavarán. Allí recibían a sus invitados rodeados de fuentes de plata, vajilla de oro, arte persa y europeo y vitrinas decoradas a mano con detalles de plata.Un monarca en la Casa RosadaEn la pista de Aeroparque, la banda de guerra de la Fuerza Aérea Argentina interpretó los himnos de Argentina e Irán. Luego, el presidente Illia ofreció un breve discurso de bienvenida. Con un tono cálido y respetuoso, destacó que sus invitados "representan un pueblo de historia y cultura milenarios".El Sha respondió en francés, agradecido, y compartió que desde chico había soñado con conocer la Argentina. También estuvo presente el intendente de Buenos Aires, Francisco Rabanal, quien le entregó al Sha las llaves de la ciudad. En su discurso, el tercero de un jornada que se volvería interminable, cerró con palabras cargadas de hospitalidad: "Majestad, estáis en vuestra casa. Este gesto es un testimonio sincero de amistad que, sin duda, fortalecerá los lazos entre nuestros pueblos, unidos por la paz, la justicia y la fraternidad universal".Los mandatarios pasaron revista a las tropas y, acto seguido, los mandatarios abordaron un automóvil y partieron hacia el Plaza Hotel escoltados por una columna 50 de motos de la Policía Federal. Farah Diba y la primera dama utilizaron otro vehículo.El matrimonio real almorzó en privado, lejos de los flashes. Más tarde, con atuendos renovados, abordaron un auto oficial y fueron hasta la Casa Rosada escoltados por dos escuadrones de Granaderos a Caballo.Tras una breve recepción en el Salón Blanco, donde intercambiaron regalos, el rey de reyes persa y el presidente argentino mantuvieron una larga charla a solas en el despacho presidencial. De acuerdo a las crónicas de la época, Illia agasajó a su invitado con un poncho catamarqueño, mientras que Reza Pahlaví le regaló tapices, piezas de arte persa y libros encuadernados a mano sobre la historia de Irán.La jornada terminó con una cena elegante en el Concejo Deliberante, donde se mezclaron brindis, sonrisas y más de una anécdota en camino.El Sha llegó a la Argentina como parte de una gira por América Latina. El propósito del viaje era acercar culturas, abrir puertas al diálogo y estrechar vínculos en lo político, económico y también cultural. Además de nuestro país, la visita incluyó a Brasil, Chile y México, en un recorrido cargado de gestos simbólicos y mucho de estrategia diplomática.Locro y balletAl día siguiente, tras una breve visita al Congreso de la Nación, el Sha almorzó junto al presidente Illia y un selecto grupo de funcionarios en el Salón Norte de la Casa Rosada. El lugar fue especialmente decorado con gladiolos, rosas rojas, crisantemos y claveles blancos. Usaron vajilla de Limoges.El menú fue "bien criollo": locro, seguido de un costillar de novillo deshuesado a la brasa, acompañado por papas y zapallo asado. De postre, comieron frutas de estación. Durante la comida bebieron vinos argentinos. El final no defraudó a los gustos de la época: café, una medida de ginebra y cigarrillos de chala rubio.Por la noche, la pareja real disfrutó de uno de los momento más esperados: una velada de gala en el Teatro Colón. El Sha usó un frac regado de condecoraciones, mientras que Illia lució la banda presidencial cruzada sobre el pecho. Una multitud se reunió en Plaza Lavalle para ver la llegada del rey y su esposa al teatro.La Filarmónica de Buenos Aires, bajo la dirección de Antonio Tauriello, interpretó el Himno Nacional Argentino. Luego sonó solemne el himno iraní. A continuación, el Ballet Estable del Teatro Colón ofreció un programa variado que incluyó Suite en Blanc, Interplay, un pas de deux de El Cascanueces y el vibrante Malambo de Estancia, como un guiño final con lo nuestro.Durante su tercer y último día en la ciudad, el Sha y Farah Diba almorzaron en la residencia del embajador de Irán, asistieron a un partido de polo en Palermo y recorrieron el Colegio Militar. Luego, partieron al sur. De paseo, a BarilocheDurante su visita oficial a la Argentina, el Sha y la emperatriz decidieron tomarse un respiro de la agenda cargada de actos y discursos para conocer los paisajes del sur. El 13 de mayo a las 15.20 aterrizaron en Bariloche y fueron recibidos con honores por las autoridades nacionales, provinciales y locales.Se alojaron en la residencia "La Cascada", una imponente mansión privada rodeada de bosque y arroyos. En 1988 el lugar se convirtió en hotel. Actualmente, el lugar es conocido como La Cascada Casa Patagónica by DON, un cuatro estrellas ubicado en el kilómetro 6 de la Avenida Bustillo, a orillas del lago Nahuel Huapi.Mientras el Sha atendía asuntos de estado con su equipo, la emperatriz caminó por el centro, miró vidrieras, entró a tiendas, compró recuerdos y se llevó un par de prendas bien abrigadas. La gente, sorprendida y encantada, la reconoció de inmediato. Ella respondió como una reina que conoce su rol: con sonrisas, simpatía y un gesto amable para cada saludo.Entre las anécdotas que dejó la visita de la emperatriz Farah Diba, hay una que revela tanto su estilo como su simpatía. En un comercio local compró un par de guantes de piel, pero entre el apuro de la vendedora y el nerviosismo lógico de atender a una emperatriz, le entregaron dos guantesâ?¦ de distinto par. Cuando la dueña del negocio se dio cuenta, mandó a una asistente corriendo hasta "La Cascada" para corregir el error. Farah, divertida por la situación, no solo no se molestó, sino que dijo que así estaban bien, que eran cómodos. Y desde entonces (al menos durante su paseo por Bariloche) llevó puestos un guante de mujer y otro de hombre. Con estilo, claro.Uno de los momentos más pintorescos de la visita fue la excursión a la estancia "Cañadón de las Rosas", propiedad de Carlos Leber. Allí, entre bosques y laderas suaves, se montó una recepción informal con alfombras y sillas en el parque, desde donde se dominaba el paisaje rural. El Sha, distendido, presenció una demostración de destrezas gauchas, incluida la doma de potros y el herrado de una mula. Con humor, el Sha comparó a los gauchos con beduinos iraníes, y bromeó sobre la energía de los caballos argentinos, que -dijo- parecían "más nerviosos y robustos" que los de su país.También navegaron por el lago Nahuel Huapi, visitaron la isla Victoria y caminaron entre los árboles del bosque de Arrayanes. Más tarde, Farah lo describiría como "un paraíso natural".La escala en Comodoro RivadaviaAntes de regresar a Buenos Aires para tomar su avión, el Sha hizo una escala en Comodoro Rivadavia, invitado por YPF, y sobrevoló en helicóptero las zonas petroleras de la región. Almorzó en el Hotel Comodoro y luego se trasladó al Chalet Huergo para descansar unas horas. Para la visita de los monarcas, el histórico Chalet Huergo se transformó en escenario de realeza por un día. Aunque la estadía era breve, el despliegue fue digno de una producción cinematográfica. Se realizaron reformas a contrarreloj para que todo estuviera a la altura del protocolo internacional y de las expectativas imperiales. En el baño de la planta baja se instalaron griferías doradas, se sumó un baño adicional de uso exclusivo y los muebles fueron renovados con guiños a la estética iraní, buscando un equilibrio entre el sur argentino y el lujo persa. Alfombras rojas cubrieron las entradas como pasarela improvisada, y hasta se trajeron mozos desde Buenos Aires, expertos en protocolo. Todo fue pensado para que los visitantes se sintieran como en casa... aunque su casa estuviera a 13.000 kilómetros.Un detalle de color pero inolvidable en la ciudad: durante su breve estadía en Comodoro Rivadavia, la emperatriz fue atendida por un joven peluquero local. En una entrevista publicada por ADNSUR, Daniel Landi recordó con simpatía aquel día. Por entonces él tenía su peluquería en el Hotel Comodoro y fue convocado por YPF para atender a la emperatriz.Le explicaron que Farah Diba viajaba siempre acompañada por su estilista personal. Sin embargo, el "peluquero real" se enfermó durante la visita a Bariloche y fue enviado de regreso a Buenos Aires. Entonces convocaron a Landi, quien atendió a la emperatriz en la suite presidencial del hotel Comodoro. Landi recuerda que no hubo grandes retoques: "Yo tenía la peluquería en el subsuelo y tuve que atenderla en la suite presidencial, lo que hizo todo más sencillo. Pero solo le tuve que arreglar el cabello. En realidad, ya estaba peinada, sólo le acomodé el cabello para un almuerzo", dijo.Fue, prácticamente, el final de la visita. Esa misma noche, 17 de mayo de 1965, el Sha y Farah Diba partieron desde Ezeiza rumbo a Canadá. Antes de subir al avión, en la despedida con el Presidente Illia, el 2rey de reyes" dijo: "Le agradezco, señor presidente, todas las atenciones que nos ha dispensado. Espero poder retribuirle estas gentilezas teniéndolo como huésped de Irán. Muchas gracias, doctor Illia".Irán, por entonces, se proyectaba como una potencia emergente, deseosa de estrechar lazos con el mundo y expandir su influencia más allá de Medio Oriente. Por su parte, la Argentina, rica en recursos y con ambiciones de liderazgo regional, ofrecía un escenario ideal para ese juego de alianzas. El regalo demoradoDurante su visita, y como gesto de amistad entre ambos países, el Sha prometió enviar una réplica de una de las columnas del antiguo Palacio de Ciro II el Grande en Persépolis, la capital del Imperio Persa hacia el año 550 AC. Y cumplió, aunque 13 años más tarde: la escultura llegó al país diciembre de 1978. Desde entonces, la columna se alza en la Plaza República Islámica de Irán, ubicada en los Bosques de Palermo, Buenos Aires, entre las avenidas Figueroa Alcorta y Sarmiento.Luego de la crisis petrolera de 1973, Irán multiplicó sus ingresos y los destinó a infraestructura, industria y armamento, impulsando una modernización acelerada. Sin embargo, esta bonanza también acentuó las desigualdades: mientras en las ciudades crecía una clase media, en las zonas rurales persistía la pobreza. La corrupción, el gasto militar excesivo y una burocracia inflada alimentaron un creciente malestar social.A mediados de los años 70, las tensiones se intensificaron. Intelectuales, religiosos, estudiantes y sectores populares comenzaron a cuestionar abiertamente al régimen. La represión ejercida por la temida policía secreta SAVAK, lejos de sofocar las protestas, avivó el descontento. En 1978, estallaron manifestaciones masivas por todo el país, y el líder religioso en el exilio, Ruhollah Jomeini, el Ayatolá, se convirtió en la cara de la oposición.En enero de 1979, debilitado políticamente y ya afectado por una leucemia que había mantenido en secreto, el Sha abandonó Irán con la esperanza de volver cuando el orden se restableciera. Pero no regresó jamás. Poco después, Jomeini volvió triunfante desde Francia, y en febrero se proclamó la República Islámica de Irán, poniendo fin a más de dos mil años de monarquía. Las mujeres iraníes perdieron muchos de los derechos y libertades que habían ganado durante el reinado del Sha y el país adoptó un modelo político y social mucho más cerrado y religioso.
En sus páginas, desde un hotel desierto de la ciudad de Teherán luego del triunfo de la revolución de Jomeini, Kapuscinski intenta -a partir de notas, grabaciones, fotos- comprender la causa de la caída. Este extracto forma parte del capítulo dedicado a la chispa con la que comenzó todo.