Hay quienes plantan árboles sabiendo que nunca se sentarán bajo su sombra. Esta sabiduría ancestral cobra relevancia en tiempos donde el mundo necesita más que nunca a estos compañeros verdes que filtran el aire, regulan las temperaturas y albergan biodiversidad. En nuestro país, el 29 de agosto se ha convertido en una pausa necesaria para reconocer que los árboles no son simples elementos del paisaje, sino pilares fundamentales de la vida. Cada uno tiene una historia que contar, un ecosistema que proteger y un futuro que construir.Esta celebración tiene su origen en la Suecia de 1840 y llegó a nuestro país en 1900 de la mano del visionario Estanislao Zeballos. Este jurista, político y uno de los intelectuales más destacados de la generación del 80 impulsó la iniciativa desde el Consejo Nacional de Educación para formar conciencia ciudadana sobre el cuidado y protección de las superficies arboladas. "Este día resulta un espacio de reflexión para poner de manifiesto la importancia fundamental de los árboles desde lo ambiental y lo social", explica Claudia Peirano, directora ejecutiva de la Asociación Forestal Argentina (AFoA), una entidad que nació en 1946 y que "es la única institución nacional que representa al sector forestal en el país".AFoA agrupa principalmente a industrias de zonas con plantaciones forestales como Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Buenos Aires, entre otras, que "suman alrededor del 80% de lo que son plantaciones forestales en la Argentina y de empresas que exportan productos forestales". La asociación trabaja en política forestal, desarrolla certificaciones con alto impacto en el área y "promueve al sector forestal desde lo ambiental, desde lo social y desde lo económico".Diferencia entre plantar y plantar bienCuando Peirano habla de árboles urbanos, su mensaje es claro: "Plantar árboles está bien pero no cualquier árbol ni en cualquier sitio". Y tiene razón. El arbolado urbano más allá de su belleza, es una infraestructura verde con beneficios tangibles: "limpia el aire, reduce la temperatura hasta ocho grados, genera una biodiversidad alrededor".En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, Peirano aclara que "todos los árboles son exóticos", pero eso no significa que estén mal elegidos. La clave está en seleccionar especies que se adapten al entorno urbano. "Uno de los árboles más aptos es el fresno por el tipo de raíces que tiene", señala la especialista, quien enfatiza que hay que considerar múltiples factores al momento de plantar: desde crecimiento radicular que puede afectar las veredas hasta las copas que interactúan con el cableado eléctrico, pasando por especies que podrían provocar alergias o tapar desagües.El mapa forestal argentinoArgentina es un país con una riqueza forestal extraordinaria: cuenta con alrededor de 50 millones de hectáreas de bosques nativos. Pero Peirano es tajante al explicar las diferencias: "No es lo mismo los bosques nativos que las plantaciones forestales".Los bosques nativos son ecosistemas complejos en los que "el árbol es el ancla donde viven los ecosistemas". La selva misionera, por ejemplo, "representa alrededor del 52% de la biodiversidad de la Argentina". Estos bosques tienen "una fuerte función ambiental en las cuencas de agua y de mantenimiento de suelos".Por el contrario, las plantaciones forestales "se hacen con fines específicos económicos y proveen más del 90% de materia prima a la industria". Cuando uno las ve, "más que árboles tiene que ver industria", explica Peirano. Pero esto no las hace menos importantes: estas plantaciones cumplen un rol clave en la economía circular.Oxígeno, amenazas y oportunidadesExiste un mito común sobre la producción de oxígeno y Peirano lo desmitifica con datos concretos. "En el caso del oxígeno, las plantaciones forestales son clave: los árboles toman dióxido de carbono y liberan mucho oxígeno porque están en etapa de crecimiento". En contraste, en los bosques nativos maduros "lo que absorben y lo que emiten es lo mismo".Pero cada tipo de bosque enfrenta sus propios desafíos que requieren de estrategias diferenciadas de manejo y conservación.Para las plantaciones forestales, "el mayor riesgo es que no haya consumo en la industria porque los árboles se dejan de plantar". En cambio, los bosques nativos enfrentan "el avance de la frontera agrícola y los incendios", problemáticas que requieren décadas para su recuperación.La solución, según AFoA, pasa por mejorar las condiciones de inversión y generar demanda: "Más se consumen productos de madera, más plantaciones habrá".Las plantaciones forestales ofrecen un modelo ejemplar de economía circular que aprovecha cada parte del árbol. "Alrededor de un 40% va a madera sólida, una parte queda en la industria de triturado que es celulosa, papel, paneles y el resto que se convierte en energía", explica Peirano. Este sistema permite completar el ciclo productivo: "Se puede cerrar el círculo sin desperdicios".La generación de energía a partir de residuos forestales es uno de los sectores que más creció los últimos años. "A partir de biomasa se puede producir energía renovable: puede ser térmica con pellets para calefacción o para electricidad", detalla la especialista. En la Mesopotamia, hay alrededor de 250 MW de capacidad instalada en plantas de biomasa forestal. Esta potencia contribuye de manera significativa al sistema eléctrico nacional, siendo suficiente para cubrir una parte considerable de la demanda de ciudades como Posadas y la capital de Corrientes. Además, "en el caso de los pellets, hay más de 15 plantas que están produciendo".Más que madera: un futuro sostenibleEn este Día del Árbol, la reflexión va más allá de plantar por plantar. Se trata de "recuperar la importancia que tiene el árbol para el bienestar de las personas" y entender que cada uno, sea en la selva misionera o en una calle porteña, cumple un rol insustituible. Como dice Peirano, hay que "generar una sensibilidad al respecto" porque los beneficios son inmediatos y medibles: menos calor, aire más limpio y ciudades más habitables.El desafío está en encontrar el equilibrio entre conservación y desarrollo, entre lo nativo y lo plantado, entre la economía y la ecología. Y en fechas como esta, recordar que cada árbol cuenta.
La iniciativa busca suministrar energía al sistema interconectado y optimizar la producción mediante tecnología de vanguardia
Acá se vendieron sólo 300 autos eléctricos en 2024, mientras en el vecino país fueron 5.000 y la tasa creció hasta 20% del total de vehículos 0km. El cupo que habilitó el gobierno dará un impulso, pero faltan infraestructura e incentivos
La medida quedó formalizada a través de una resolución firmada por la titular María Tettamanti y publicada en Boletín Oficial
Tras comprar una vivienda hace tres décadas, esta familia ha encontrado al reformarla un innovador sistema de recuperación de energía térmica de 1973, capaz de reducir la factura de calefacción
La constructora señalada en el entramado corrupto tiene más de un siglo de trayectoria
A medida que los parques eólicos marinos se expanden por todo el mundo en la carrera por cumplir los objetivos climáticos de cero emisiones netas, un fenómeno atrae cada vez más atención: en algunas condiciones, estas instalaciones pueden "robarse" el viento entre sí.Los parques eólicos producen energía, y esa energía se extrae del aire. La extracción conlleva una reducción de la velocidad del viento, explica Peter Baas, investigador de Whiffle, empresa holandesa especializada en energías renovables y predicción meteorológica.Así, el viento es más lento detrás de cada turbina que delante de ella, y ocurre igual en el parque eólico en su conjunto, es decir, que la velocidad del viento detrás del parque es mucho más lenta."Esto se denomina efecto estela", apunta Baas. En pocas palabras, a medida que las turbinas de un parque eólico absorben la energía del viento, crean una estela que lo ralentiza más allá del parque.La estela puede extenderse más de 100 km en parques eólicos marinos de gran tamaño y densidad, bajo ciertas condiciones climáticas, aunque lo más habitual es que se extiendan decenas de kilómetros, según los investigadores.Si el parque eólico se construye a barlovento de otro, puede reducir la producción energética del productor a sotavento hasta en un 10% o más, según sugieren los estudios.Coloquialmente, el fenómeno se conoce como "robo de viento", aunque, como señala Eirik FinserÃ¥s, un abogado noruego especializado en energía eólica marina, "ese término es un poco engañoso porque no se puede robar algo que no se puede poseer. Nadie es dueño del viento".Más turbinas para 2030Aun así, señala que este fenómeno puede tener diversas consecuencias negativas para los promotores de parques eólicos e incluso, potencialmente, causar problemas transfronterizos, algo de lo que hablaremos más adelante.De hecho, existen varias disputas en curso entre promotores de parques eólicos por presunto robo de energía eólica.Si bien el problema del robo de energía eólica se conoce desde hace mucho tiempo, se está volviendo más acuciante debido a la escala y velocidad de su expansión, así como al tamaño y densidad de los parques eólicos marinos, dicen los expertos.En el Mar del Norte, donde la energía eólica marina está experimentando un auge, es probable que el impacto de estas estelas en la producción de energía marina aumente en las próximas décadas a medida que la zona se llene de este tipo de instalaciones, según simulaciones realizadas por Baas junto con investigadores de la Universidad Tecnológica de Delft y el Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos.Cuanto más denso y grande sea el parque eólico, más intenso será el efecto de estela, afirma Baas.Un nuevo proyecto de investigación en el Reino Unido busca proporcionar una visión más clara del efecto estela para ayudar a gobiernos y promotores a mejorar su planificación y evitar disputas.El proyecto modelará las estelas y su impacto en la producción de parques eólicos en 2030, cuando habrá miles de turbinas más en aguas británicas que en la actualidad, según el líder del proyecto, Pablo Ouro, investigador en ingeniería civil de la Universidad de Manchester."Llevamos años viendo efectos de estela y sabíamos que ocurren", afirma Ouro."El problema es que, para alcanzar cero emisiones netas, necesitamos desplegar una cantidad determinada de capacidad eólica marina. Para 2030 necesitamos triplicarla, lo que significa también que habrá que poner miles de turbinas más en menos de cinco años", explica."Algunas de estas turbinas nuevas van a operar muy cerca de las que ya están en funcionamiento, así que cada vez habrá más aglomeraciones y los efectos de estela tendrán mayor impacto", afirma.El gobierno de Reino Unido se comprometió a que, para 2030, ya generará suficiente energía a partir de fuentes renovables, como la eólica, para cubrir sus necesidades eléctricas. Un documento de política gubernamental de Reino Unido de 2025 destaca la necesidad de comprender mejor los efectos de estela en este contexto.Actualmente, existen varias disputas en el Reino Unido entre promotores de parques eólicos marinos sobre los posibles efectos de estela, afirma Ouro. En su opinión, estas disputas se deben en parte a la incertidumbre sobre el impacto preciso que tienen.Por ejemplo, las directrices actuales del Reino Unido sobre la distancia necesaria entre parques eólicos marinos para evitar el efecto estela puede que no sea certero para reflejar su alcance real. Además, dice Ouro, como los parques eólicos marinos se construyen en grupos, puede ser difícil evaluar cuál es el impacto en la producción entre ellos."Cuando tienes dos parques eólicos, es muy fácil determinar si el parque A interactúa con el B en cierta medida, y viceversa. Pero ¿qué ocurre si tienes seis parques eólicos? ¿Cómo interactúan entre sí? Eso es lo que no sabemos, pero seguro que ocurrirá", afirma Ouro."El otro problema es que las turbinas son cada vez más grandes", señala.La altura aumentó y las aspas también son más grandes para captar la energía del viento. Las turbinas de construcción más reciente tienen aspas que pueden extenderse más de 100 metros, la longitud de un campo de fútbol. Una sola de estas puede abastecer de energía a entre 18.000 y 20.000 hogares europeos promedio.Sin embargo, este aumento de tamaño podría agravar el efecto estela, ya que un mayor diámetro del rotor puede crear una estela más larga, afirma Ouro, y añade que se necesita más investigación para comprender el impacto.¿Conseguir los mejores lugares?FinserÃ¥s dirigió un estudio sobre las estelas eólicas y las lagunas regulatorias durante su investigación doctoral en la Universidad de Bergen (Noruega). El estudio analiza cómo la estela de un parque eólico planificado en Noruega podría afectar negativamente a un parque a sotavento en Dinamarca.FinserÃ¥s advierte que, a menos que se aborde el problema de la gestión de los efectos de la estela, esto podría generar conflictos legales y políticos y dificultar la inversión en energía eólica."El Mar del Norte y, en particular, el Mar Báltico, al menos en Europa, con probabilidad serán un centro para la construcción masiva de parques eólicos marinos. Por lo tanto, es muy probable que el problema de los efectos de estela influya en la transición energética en el Mar del Norte y en otras partes del mundo", explica FinserÃ¥s.Desde una perspectiva de inversión, incluso los efectos de estela relativamente pequeños pueden causar problemas a los promotores de proyectos eólicos marinos, afirma."Construir un parque eólico marino conlleva unos costes enormes", dice, y esto se debe a la gran escala de estos parques, así como a la complejidad de las obras relacionadas, incluido el despliegue de buques especiales. Para justificar su inversión y obtener beneficios, "es fundamental que un promotor pueda proyectar que el parque eólico producirá una cantidad determinada de electricidad durante 25 o 30 años", su vida útil habitual.Incluso una reducción relativamente pequeña e inesperada en la producción de energía puede alterar este cálculo de inversión y hacer que el parque eólico no sea financieramente viable, explica FinserÃ¥s.Si los operadores o países intentan evitar estos efectos de estela asegurándose las mejores ubicaciones, se puede generar otro riesgo, advierte: lo que se conoce como el fenómeno de la "carrera hacia el agua, en el que los estados apresuran el desarrollo para aprovechar los mejores recursos eólicos disponibles hasta la fecha.Y esto, acelerar el desarrollo, podría aumentar el riesgo de ignorar otros aspectos importantes de la planificación de parques eólicos, como la protección del medio marino.Ouro también ve un riesgo creciente de problemas transfronterizos:"Todos los desacuerdos presentados hasta la fecha [en el Reino Unido] son entre parques eólicos británicos, pero ¿qué pasa si mañana surge una disputa entre un parque eólico británico y uno holandés, belga o francés? Por lo tanto, cuanto antes anticipemos esta situación y sentemos las bases para un 'Bueno, así es como vamos a abordar esto', mejor. Reduce la incertidumbre y es mucho mejor para la industria".FinserÃ¥s recomienda que los países europeos aborden el problema del robo de energía eólica mediante la cooperación y la consulta mutua al planificar parques eólicos, así como la introducción de regulaciones claras que faciliten la gestión de la energía eólica como recurso compartido.En esencia, la energía eólica podría tratarse como otros recursos marinos compartidos que sí cuentan con regulación, como los yacimientos petrolíferos que cruzan las fronteras estatales o la pesca, sugiere"No es que [los estados] no hayan regulado cuestiones similares antes", afirma.Para abordar estas cuestiones espinosas, es útil que los países europeos involucrados tengan en general buenas relaciones políticas, dice FinserÃ¥s."Tenemos que descarbonizar los sectores energéticos, y debemos hacerlo con rapidez; esa es la ambición de la Unión Europea en materia de políticas eólicas marinas", afirma."Todo esto está sucediendo muy deprisa. Pero esto no debería impedirnos encontrar buenas soluciones", apunta, ya que en su opinión a nadie le interesa pelearse por la energía eólica: "Existe un incentivo para cooperar y encontrar soluciones equitativas entre los Estados".No solo Europa se apresura a comprender mejor los efectos de la estela. China, por ejemplo, está expandiendo rápidamente sus parques eólicos marinos, y los investigadores locales pusieron de relieve el creciente impacto de los efectos de la estela en sus instalaciones.Desde que se anunció el proyecto en marzo, Ouro recibió una gran cantidad de correos electrónicos de personas interesadas, lo que, en su opinión, demuestra la urgencia del asunto."Necesitamos comprender esto, avanzar más en la modelización para que todos tengan confianza, porque necesitamos esta cantidad de energía eólica marina para alcanzar el cero neto. Tenemos que lograrlo".BBC Mundo
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Frente a la necesidad de producir más alimentos con menor impacto ambiental, la industria agropecuaria busca alternativas para reducir su huella de carbono. En este contexto, la empresa argentina Rizobacter anunció que cubrirá el 100% de su demanda energética con energía renovable, a partir de un acuerdo con YPF Luz. La iniciativa, que se extenderá por cinco años, permitirá a la compañía evitar la emisión de 650 toneladas de dióxido de carbono (COâ??) anuales, una cifra equivalente al consumo promedio de 730 hogares.El acuerdo, que tendrá una duración de cinco años, garantiza el suministro de 2700 megavatio-horas (MWh) por año desde el Parque Eólico General Levalle, ubicado en el sur de Córdoba.Agustín Biagioni, SVP de Marketing de Rizobacter, destacó que esta decisión se enmarca en una estrategia más amplia de la empresa para reducir su huella ambiental. "Nuestros productos biológicos permiten mejorar la sustentabilidad de la producción agropecuaria. Con este logro, hacemos también sostenible la forma de producirlos", afirmó.Según informaron desde la compañía, el abastecimiento de energía renovable proviene del Parque Eólico General Levalle, que comenzó a operar comercialmente en diciembre de 2024. Con 25 aerogeneradores de 204 metros de altura cada uno, se trata del parque con las turbinas más potentes del país. Su capacidad instalada de 155 MW permite reducir anualmente 350.000 toneladas de COâ??e, lo que equivale al consumo de más de 190.000 hogares argentinos.Desde YPF Luz, la gerenta de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad, Mariana Iribarne, destacó la importancia de estas alianzas para avanzar en la transición energética. "Estamos felices de acompañar a empresas como Rizobacter, que refuerzan su compromiso con descarbonizar sus operaciones. Actualmente, YPF Luz lidera el market share de venta de energía renovable para las industrias argentinas que buscan nuevas alternativas energéticas costo-eficientes", expresó.Tras el enojo de gobernadores: el Gobierno suspendió por 90 días el permiso para que ingrese carne con hueso a la PatagoniaEl uso de insumos biológicos en la producción agropecuaria ha ganado protagonismo en los últimos años como una alternativa más sustentable a los productos químicos tradicionales. Con esta iniciativa, dijeron, Rizobacter busca reforzar su compromiso con la reducción del impacto ambiental en toda la cadena productiva.
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