La prioridad del exparticipante es reconstruir su vida y avanzar en sus proyectos personales tras este complejo episodio en su vida
Desde sus años en el colegio San José, Edgar Rimaycuna destacó no solo por su excelencia académica, sino también por su profunda vocación religiosa, que lo llevó a seguir el camino del sacerdocio
La vida del exmandatario uruguayo transcurrió como en escenas de película. Empezó a militar en la adolescencia y se sumó al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Preso durante la dictadura, llegó luego a la presidencia con el Frente Amplio. Padecía cáncer de esófago.
Una creyente de 85 años y una religiosa que trabajaron con él en Trujillo y Chiclayo resaltaron la humildad y el esfuerzo que siempre demostró el recién nombrado Papa León XIV
Nació en Italia y su pontificado duró 25 años, siendo uno de los más influyentes del siglo XIX. Leer más
De visita en Buenos Aires para presentar en la Feria del Libro la nueva novela de Alejandro Roemmers, El misterio del último Stradivarius (Planeta), Álvaro Vargas Llosa (Lima, 1966), el primogénito del Nobel del Literatura Mario Vargas Llosa, que murió en Lima el pasado 13 a los 89 años, dice a LA NACION que él y su familia viven "días dolorosos y tristes", pero también de conmovedor asombro por la cantidad de mensajes de cariño "del mundo entero, de personas que no conocemos, que nada tienen que ver con nosotros", puntualiza. No se refiere solo a las condolencias de los jefes de Estado, monarcas e instituciones como la Academia Sueca o la Academia Francesa, "gente entre comillas importante", sino en especial de personas que no tienen cargos relevantes pero que fueron "tocadas" por su padre. "O porque lo leyeron, o porque lo escucharon hablar, para quienes mi padre representaba algo, y esto es muy hermoso", afirma.En la década de 1990, cuando visitaba en Pakistán a su hermano Gonzalo, que trabaja para Naciones Unidas en la oficina del Alto Comisionado para los Refugiados, aprovechó la oportunidad para hacer reportajes. "Nunca olvidaré la impresión que me hizo que uno de los comandantes de ahí, uno de los señores de la guerra, había leído a mi padre y reconoció su nombre en el paso fronterizo -recuerda-. Ahora he tenido esa sensación, de que un trocito de mi padre le pertenecía a mucha gente alrededor del mundo, y eso me hace sentir un poco menos solo en el duelo"."Antes que nada, mi padre fue un narrador, un creador literario; lo otro era muy importante, pero venía después", dice sobre la actividad política y cívica del Nobel. "Quería ser recordado como un escritor y solo en segundo lugar como una persona que defendió la causa de la libertad, un legado muy importante en un continente como el nuestro, donde esa es una causa todavía no ganada; fue un creador, un narrador, un hombre de letras. Es justo no olvidarlo".Está en Buenos Aires con su madre, Patricia Vargas Llosa Urquidi, que se casó con el escritor en 1965 y de quien se separó en 2015, para volver a reencontrase en 2023. Álvaro Vargas Llosa es padre de dos hijos, Leandro y Aitana. Sus hermanos Morgana y Gonzalo son padres de dos hijas cada uno. "La mayor de mi hermano está esperando una hija; si mi padre no hubiera fallecido, hubiera sido su primera bisnieta, y lo será de mi madre", cuenta.-¿Cómo se debe interpretar que su padre haya regresado a Lima antes de morir?-Tuvo que ver con las circunstancias de salud. Él estaba ya muy fatigado, necesitaba un tipo de compañía, de estructura, de ayuda, que estaba dictada por dónde estaba la mayor parte de la familia. Una vez que estuvo allí, el resto de la familia que no vivimos en Lima hicimos innumerable cantidad de viajes para llegar y estar con él todo el tiempo posible. Hubo una presencia permanente de la familia en Lima. Había allí cosas importantes para él, como una parte de la biblioteca que aún no fue enviada a Arequipa, sus libros preferidos, de Faulkner, Borges, Flaubert, Kafka, Dostoievski, Tolstoi, las novelas de caballería; en Madrid, tenía dos primeras ediciones de Madame Bovary. Estar rodeado en la etapa final por esos libros, que además están bellamente encuadernados, tenía cierta lógica. -E hicieron paseos por Lima.-Fuimos a los escenarios de sus novelas en la ciudad, porque era complicado ir a otros lugares más alejados. Esto fue muy bonito porque los hacíamos de tal manera que elegíamos un lugar lejos de casa y en el trayecto íbamos hablando de la novela, de la significación que tenía, y eso le permitía a él recordar, en una etapa en que la memoria le estaba fallando, y le daban una mezcla de sorpresa y alegría. Recordaba cosas que había olvidado. Por ejemplo, fuimos a la cárcel de Lurigancho que es crucial en el último capítulo de Historia de Mayta; fuimos a ver el bar La Catedral, de Conversación en La Catedral, que ya no existe, hay ahora un almacén muy feo, muy descuidado con un cartel que dice "Se vende", en una zona muy caótica. Y en el trayecto conversamos sobre la novela. Estos paseos los hacíamos casi en clandestinidad: elegíamos horas, vestimenta, todo tipo de detalles para que no se diera cuenta la gente, porque adonde iba y lo reconocían se arremolinaba la gente y eso para su salud era malísimo. A veces hubo hasta que disfrazarlo. Y luego cada uno de nosotros, mi madre, mis hermanos y yo, fue viviendo esta etapa final de manera muy íntima con él, en diálogos de despedida. -¿Él era consciente de que eran diálogos de despedida?-Creo que sí, aunque no lo decía, pero la intimidad que cada uno tuvo con él es uno de los tesoros más preciosos que guardaremos. Cada uno de nosotros le leíamos y era muy bonito lo que él comentaba; o le hablábamos de ciertos episodios de su vida y sus novelas, o le contábamos de nuestras vidas que para él era muy estimulante.-¿Quién será designado albacea de la obra?-Tenemos disposiciones muy claras. Nosotros lo haremos con la agencia Carmen Balcells, su agencia desde hace sesenta años. Eso en cuanto a la obra y las reediciones. Luego están sus papeles, sus manuscritos y cartas, el archivo. Todo eso está en Princeton. Él dejó instrucciones de que si quedaba algo fuera enviado allí, donde están muy bien cuidadas y de fácil acceso para quien quiera investigar porque se están digitalizando. Luego queda la Biblioteca de Arequipa, donde hay unos treinta mil volúmenes y hay por enviar algunos miles más, y una casa-museo, en donde nació. Son tres cosas distintas: su obra, sus papeles y la biblioteca.-¿Dejó inéditos?-Vamos a ver. Eso todavía está por descubrirse. No lo veo fácil; él había anunciado, después de su última novela, Le dedico mi silencio, que quería escribir un ensayo sobre Sartre, y llegó a hacer algunas notas, pero no constituyen verdaderamente el embrión de un libro, fueron cosas muy preliminares. Ya no tenía la fuerza para ello. Eso no está en condiciones de ser publicado. Y algún cuento que empezó a escribir en los últimos años. Él no era realmente un cuentista, pero tenía la idea de ir reuniendo algunos para publicar algún día un volumen. Habrá que revisar sus cuadernos, pero no habrá gran cosa. Queda una serie de once capítulos que hice para la televisión con el Grupo Salinas de México, Mario Vargas Llosa. Una vida en palabras, una larga serie de once capítulos de una hora cada uno sobre su vida, su obra y su actividad cívica, con un recorrido por todos los lugares donde habían ocurrido cosas importantes en su vida y en su obra. Y eso ya está disponible para el público.-¿El Gobierno argentino se comunicó con ustedes para expresar sus condolencias?-No. Él no tuvo comunicación con el presidente Javier Milei, y yo la tuve cuando estuvo en Madrid, invitado por el Instituto Juan de Mariana y luego por WhatsApp en una comunicación breve. Muchos gobiernos de distinto signo político lo hicieron, como la señora Sheinbaum de México o el presidente Boric de Chile. El otro día, en la cena de la Fundación Libertad, en la que participé, estaban ministros del Gobierno y el vocero presidencial, Manuel Adorni, que fueron muy amables y se acercaron a expresar sus condolencias. Hubo un homenaje a mi padre de los expresidentes Mauricio Macri y José María Sanguinetti, de Uruguay, que fue muy emotivo. Fue muy interesante que, desde sectores políticos distantes políticamente de mi padre, haya habido muchas declaraciones de pésame.-¿No pudo asistir con su madre al homenaje en la Feria del Libro que se hizo este martes?-No pudimos, nos enteramos a último minuto. Estuvimos el sábado en la presentación del libro de Pedro Cateriano, sobre la biografía política de mi padre. Entiendo que este homenaje se decidió a último minuto. Teníamos previsto la visita a la Feria hoy, para la presentación del libro de Alejandro Roemmers. Pero sí estuvo el director de la Cátedra Vargas Llosa, Raúl Tola.-¿La Cátedra continuará como hasta ahora?-Tenemos una estructura un poquitín complicada. Desde hace muchos años, la Fundación Internacional para la Libertad fue presidida por mi padre, en los últimos años de manera simbólica. Nos dijo: "Yo no soy dos personas, una que se dedica a la creación literaria y otra que se dedica a defender causas en las que cree en el campo político o cívico, soy una sola persona", de manera que tiene sentido que la Cátedra, que se creó a raíz del Nobel en 2010, se incorpore a la Fundación. Pero como la Fundación tiene una proyección en el campo político, la idea es que, para no contaminar a la Cátedra, esta tenga autonomía, administrativamente dentro de la Fundación. En octubre, se hará la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa en Extremadura, en España, por primera vez. Y la Fundación, el 21 de mayo, presentará un libro de homenaje a mi padre con escritos de quince presidentes como los españoles José María Aznar y Mariano Rajoy, Macri, Luis Lacalle Pou, de Uruguay, María Corina Machado, que no es presidenta pero es como si lo fuera de haber habido elecciones libres en Venezuela; Vicente Fox, de México, y Osvaldo Hurtado, de Ecuador, entre otros. Tiene un prólogo escrito por mí.-¿Usted sería entonces el presidente de la Fundación?-En la práctica la llevamos Gerardo Bongiovanni y yo, pero ya vamos a decidirlo. Tenemos un equipo fantástico, con una pata en Miami, donde he estado muy involucrado, y presencia en Brasil, con el exministro de Economía Paulo Guedes.-¿Cuáles son los objetivos de la Fundación?-Promover la libertad en todos los campos: político, económico, institucional, cultural. Pensamos que la libertad es indivisible, que no debe ser promovida solo en el campo económico. Mi padre, cuando se le propuso presidirla, pidió que no fuera una fundación economicista. Él era un gran defensor de la libertad económica, pero quería que la entidad tuviera una mirada más amplia. Tenemos que honrar su legado, haciendo eso mismo.-¿Le preocupaba la amenaza de los gobiernos autoritarios a las humanidades?-Le preocupaba el renacimiento del populismo en todo el espectro, no solo en la izquierda, sino también en la derecha. Tenemos hoy un populismo de derecha que está muy arraigado en Europa, hay corrientes muy fuertes en Estados Unidos y en sectores de América Latina. Es un tema que lo sensibilizaba mucho. Decía que la manera de combatir el populismo de izquierda es desde el liberalismo, no desde el populismo de derecha identitario y nacionalista que está cobrando mucha fuerza. Era un gran defensor de la tecnología, pensaba que había liberado al ser humano de regímenes autoritarios, pero le preocupaban dos cosas: la manipulación de la verdad y el hecho de que se debilitaran la lectura y la palabra escrita.-¿Usted heredará el marquesado de su padre?-Sí. En principio, tengo que reclamarlo, así funciona. Esto no tiene tierras ni tiene tesoros, simplemente es un título. A él le hacía gracia pensar que, dentro de doscientos años, alguien tuviera el marquesado Vargas Llosa, y que todo se hubiera originado en su Premio Nobel, es decir, que el origen fuera no un reparto de favores sino la literatura. El rey de España, hoy emérito, se lo entregó por razones literarias. "No soy un monárquico, soy un republicano de toda la vida, pero no me disgusta que dentro de doscientos años alguien tenga un título cuyo origen es la literatura", decía. Eso me crea cierta obligación.-Hubo un debate sobre si Vargas Llosa pertenecía a Perú o a España.-Era esa suma, era un hombre cuyo origen no podía ser más peruano y latinoamericano, pero que asumió la nacionalidad española a comienzos de los años 90 y la ejerció, cuando después del golpe de Estado de Fujimori los jefes de ejército empezaron a cuestionar la nacionalidad de mi padre y de la familia. Hubo incluso un proyecto de ley para quitarnos la ciudadanía. Entonces, Felipe González, que fue muy generoso, nos dijo que había un tratado entre Perú y España que admitía la doble nacionalidad y que eso nos protegería ante el riesgo de quedar como apátridas. Mi padre decía que era un ciudadano del mundo, y que eso no debilitaba su raíz peruana ni su dimensión europea. "Ejerzo un oficio, la literatura, que no tiene fronteras", decía. Es una discusión inútil e innecesaria, como los argentinos que se enfadaban con Borges porque haberse ido a morir a Ginebra. Por Dios, no hay nada más argentino que Borges. Se puede ser argentino y ser un ciudadano del mundo.-¿En Perú hubo una autocrítica sobre el trato dispensado a su padre?-En los últimos años hubo un gran consenso, aunque no deja de haber controversia política, es inevitable porque mi padre era un hombre polémico, que no le rehuía a la polémica y tenía esta vieja tradición del escritor comprometido que había heredado de su admiración juvenil por Jean-Paul Sartre. Pero se fue creando un consenso en la sociedad peruana de lo más interesante con respecto a su figura. Ahora, con motivo de su fallecimiento, la reacción ha sido unánime. Para nosotros ha sido muy emocionante.-¿Como un factor de unión?-Sí, en un país donde hay tantas cosas que desunen, con unos niveles de polarización y crispación, de envenenamiento político que no recordamos ninguno de nosotros.-¿Más que en la Argentina?-Creo que de otra manera. Todo esto en el contexto de un debilitamiento institucional muy fuerte, con partidos que son prácticamente pequeñas entelequias sin arraigo fuerte, y un cuestionamiento de todas las instituciones, la Fiscalía, el Poder Judicial. Lo increíble es que la economía no se haya venido abajo en ese contexto. Que, en ese clima, una figura como la de mi padre haya generado consenso y unión es muy emotivo.-¿Cómo tomaba él ese reconocimiento?-No decía nada al respecto. Cuando le contábamos, lo recibía quizá con íntima satisfacción, pero no lo demostraba. Expresaba una gran serenidad y distancia. -¿Qué opinaba de la Argentina?-Usted recordará que en 2011 quisieron prohibirlo en la Feria del Libro, hubo una gran controversia. Él siempre, en sus conferencias por el mundo entero, ponía a la Argentina como ejemplo de país suicida, de país trágico, que había abandonado la prosperidad económica, de la que se habla mucho hoy, y la grandeza cultural que tuvo el país, de su educación pública extraordinaria. Todo esto entró en una decadencia terrible, independientemente de que todavía hay gente que lee en la Argentina, con librerías maravillosas, con editores. La decadencia cultural de la Argentina lo atormentaba. Tuvo mucho entusiasmo por las reformas económicas del presidente Milei, en la etapa del comienzo.-¿Él no consideraba entonces al Gobierno un populismo de derecha?-No. Él consideraba que era importante acentuar, al mismo tiempo que la reforma liberal económica, la fortaleza institucional. Y su esperanza era que en los próximos años el Gobierno le diera a esto más énfasis. Y yo estoy de acuerdo con esa visión. Si vas a conceptuar una sociedad libre tienes que imaginarla necesariamente sobre fundamentos institucionales. A mediano plazo, se garantiza así la continuidad de las reformas. Mi padre y yo tenemos aprecio por el presidente Macri, que tuvo dificultades durante su gobierno, pero nos gustaría que se encontraran formas de colaboración y de unidad con el actual gobierno. Se lo dije a Macri en la cena de la Fundación Libertad.-¿Cuáles eran las novelas preferidas de su padre, de las escritas por él?-Escogía entre sus favoritas Conversación en La Catedral y La guerra del fin del mundo. Pero vamos a ver dentro de treinta o cuarenta años si son otras las novelas que tienen más arraigo. No hay forma de saberlo. Yo personalmente agregaría La fiesta del Chivo e Historia de Mayta, que es una novela que los críticos equivocaron la lectura al considerarla solo una novela política, y es el más literario de sus libros, él mismo lo decía.-¿Era un apasionado por la música, como deja entrever Le dedico mi silencio?-Muchísimo. Durante décadas fue al Festival de Salzburgo, es una costumbre familiar que tenemos. En la última etapa de su vida, cuando leer ya se le hacía difícil, escuchaba conciertos de música; disfrutaba dos o tres horas, prácticamente todos los días. En esa novela, uno de los ejes es la utopía, que es uno de sus grandes temas; la utopía se expresa en un personaje que quiere unificar al Perú a través de la música. Lo motivaba mucho que la música fuera la gran utopía de pacificación, de convergencia de los sectores sociales en Perú. Me parece bonito que su última obra haya estado dedicada a la música; fue un gran apasionado de la música, a pesar de que no tocaba ningún instrumento y de que cantaba fatal, tenía muy mal oído para eso.-¿Qué relación tienen los Vargas Llosa con Alejandro Roemmers?-Nos hicimos amigos a través de la Fundación. Su primer acercamiento, aparentemente, era como empresario, pero en verdad Alejandro, aunque le dedicó veinte años al conglomerado familiar, es un literato. Es lo que le interesó antes de ser empresario y lo que le interesa después de dejar la gestión empresarial. Nunca tuvo con mi padre una conversación sobre temas empresariales o de negocios y casi nunca políticos; de lo que hablaban era de literatura. A mí me pasa lo mismo. Mi padre decía: "Es curioso, porque para ser un empresario exitoso hay que tener los pies en la tierra, pero para ser un escritor hay que tener la cabeza en las nubes, por lo menos en una parte de tu tiempo". Cómo hacía las dos cosas Alejandro era algo que lo fascinaba mucho.-¿Pudo leer la novela El misterio del último Stradivarius, que tiene prólogo de su padre?-Es una novela sumamente interesante. Pertenece a una tradición de la literatura inglesa, llamada novela de circulación u object narrative, donde el personaje principal no es una persona sino un objeto, en este caso un violín, que atraviesa los siglos, periodos y personajes históricos. Es una tradición que Alejandro recoge de manera fantástica y une a otra, la de la novela de detectives, con un inspector y su ayudante, pero con variantes. Es muy interesante la estructura de la novela, el modo en que va haciendo que converjan la historia del violín y la de la investigación por un doble crimen. Está muy bien manejado.-¿Su madre y usted viajaron por invitación de Roemmers o por la Fundación El Libro?-Por las dos cosas. Ya nos vamos mañana, después de haber estado varios días. Mi madre regresa a Lima y yo viajo a Chile y luego a Nueva York, donde vivo. Para ella ha sido muy duro, porque ha estado allí en el día a día, viendo este proceso final que conducía a la muerte de mi padre. Para una persona que compartió con él más de medio siglo de vida ha sido muy duro, pero felizmente ha tenido mucha compañía de la familia y de profesionales de primer orden. Le ha hecho bien venir a Buenos Aires. Yo vengo con relativa frecuencia. -¿Usted piensa dedicarse a la política en Perú?-No. Participo y me involucro en el debate, y de una manera muy activa, pero no voy a participar en política partidaria. Lo tengo decidido desde hace mucho tiempo. Prefiero ayudar desde fuera. Vivo fuera del Perú hace muchos años y creo que para hacer política en un país la gente tiene que percibirte como una persona muy arraigada.-¿La intelectualidad en América Latina se ha transformado o sigue en sintonía con la izquierda populista?-Un amplio sector sigue muy apegado a la vieja utopía revolucionaria o la ha transformado en un apego a la política identitaria, que es muy peligrosa, una especie de colectivismo, algo que es muy antiliberal o iliberal, como el feminismo radical y victimista. Hay una tendencia a separar la sociedad entre víctimas y victimarios, que es muy dañino. Esto no significa reconocer que venimos de grandes discriminaciones. Pero el liberalismo se ha ido abriendo paso de un modo que era impensable en los años 60, cuando mi padre era una persona joven que estaba identificada con la izquierda hasta su rompimiento. Diría que son minoría, pero los hay, existen y están activos. En una época estaban mi padre, Octavio Paz y Jorge Edwards, eran cuatro gatos. En la Fundación tenemos una visión plural, hay incluso gente que ha criticado a mi padre. Existe una izquierda tolerante, que no quiere declararte la guerra ni aniquilarte.-¿Isabel Preysler, que fue pareja de su padre, hizo llegar sus condolencias a su familia?-No, pero yo creo que mejor así. Es una etapa ya superada, ese fue un pequeño paréntesis en la vida de mi padre.
El ex primer ministro de Italia y ex titular del Partido Democrático cree que la forma desordenada, al azar, en la que opera el presidente de Estados Unidos lleva a los líderes europeos a considerar que una mayor integración es algo positivo. Autor del libro Europa. Ultima oportunidad sostiene que dadas las dimensiones de los países europeos, que son demasiado pequeños comparados con China, India o Brasil para competir solos a escala mundial, "tenemos que integrarnos y debemos hacer como con el euro y como con Airbus o, de lo contrario, será el declive".
Pedro Sánchez expresa sus condolencias por el fallecimiento de Jimmy Carter, destacando su legado en la defensa de las democracias, la paz y los derechos humanos durante su presidencia entre 1977 y 1981
Tenía 76 años y estaba en cuidados paliativos.Compartió elenco con Jason David Frank, el Ranger verde, fallecido en 2022.
Alguna vez nos hemos referido a un grupo de gauchos entre los que se encontraba Zacarías Martínez que despertaron la admiración de la reina Victoria. Gracias a Daniel Ciancio hoy podemos ponerle rostro, y datos a la vida de este paisano que vivió en Rawson, provincia de Buenos Aires.Chivilcoy, pueblo nacido por las colonias agrícolas impulsadas por Sarmiento, que había tenido un notable desarrollo y al cual había llegado el ferrocarril pocos años antes; fue el lugar donde vio la luz Zacarías Martínez el 10 de junio de 1867 en el hogar de Juan Martínez y Ciriaca Cabrera de 30 y 29 años respectivamente.Efecto baja de retenciones: en un mes llegaron más de US$2500 millones por las exportaciones agrícolasNuestro personaje se había casado con Virginia Pozi, argentina, hija de italianos, nacida en 1876, a la que encontramos en los archivos parroquiales de Chacabuco, cuando bautizaron en la iglesia San Isidro Labrador de esa localidad a sus hijos Sebastiana Ciriaca en 1899 y a Eulogio Zacarías en 1900.Se empleó en uno de los establecimientos de campo de Eduardo Casey que tenía, según dicen, 72.000 yeguarizos y ocupaba 100 domadores; éste, en una de sus estadías en París, concurrió a la presentación de un circo norteamericano cuyo propietario era William Frederick Cody conocido como Buffalo Bill, que ofrecía el espectáculo "The Wild West". De 14 años, había sido jinete de la empresa de correos Pony Express, probó fortuna durante la fiebre del oro, soldado del ejército de la Unión durante la Guerra de Secesión, cazador de búfalos cuya proveía carne a los obreros del ferrocarril. Una leyenda que él mismo incentivaba lo hizo montar la compañía en la que mostraba los enfrentamientos con los indios y todo tipo de habilidades ecuestres y de doma. Tras el éxito en su país, viajó con la compañía a Europa: eran alrededor de 600 jinetes, caballos, arneses, y todo lo necesario para la presentación, a lo que agregó como exponentes del arte ecuestre a charros mexicanos, cosacos rusos, árabes y mongoles.Casey quedó impresionado y deslumbrado con el espectáculo. Después de felicitarlo, le dijo a Buffalo Bill que nuestros paisanos eran los mejores en esa tarea, a lo que respondió que lamentaba que "la distancia lo hace difícil". Ahí nomás se comprometió a enviarle por su cuenta y cargo los más destacados domadores de sus establecimientos de campo, con una tropilla de potros. Después de entrevistar una treintena en su escritorio seleccionó a: Marciano Gorosito, de Melincué; Ismael Palacios, de Curumalalal; Zacarías Martínez y Bernabé Díaz, de Chacabuco; Valentín Paz, de Salto; Manuel Gigena y Abel Rodríguez, de Rojas; Rosario Romero, de Venado Tuerto; Juan Pacheco, de Catriló y Celestino Pérez, de Navarro. Se embarcaron en el vapor Magdalena con 200 potros criollos en febrero de 1892.Una forma de promocionar el espectáculo era hacerlo desfilar por las calles de la capital o cuidad que visitaba, cuando fueron a Londres, llegados al puente Westmisnter, un caballo se espantó, cortó el bozal y disparó. Un policía intentó pararlo, pero lo tiró; Zacarías Martínez, uno de los gauchos a galope, lo vio tendido, con riesgo de su vida y sorteando vehículos enlazó al animal. Al día siguiente, los gauchos fueron noticia en la primera plana de los diarios londinenses. La reina Victoria quiso conocerlos y los recibió junto a sus nietos en los jardines de Windsor, donde hicieron una demostración de sus habilidades. Luego saludó a cada uno de ellos y muy particularmente a don Zacarías por la proeza que había realizado. Manuelita Rosas, enterada que los paisanos estaban en Inglaterra quiso conocerlos. Cuando a los pocos días los recibió, se emocionó vivamente.Martínez fue jockey de los caballos propiedad de Casey en Palermo. En una de esas carreras rodó en el peor momento y milagrosamente demostró su habilidad, salió parado y con las riendas en la mano. Luego abandonó esa actividad y continuó con las tareas rurales.Falleció el 5 de mayo de 1918 de un síncope cardíaco. Sus restos reposan en el cementerio local de Rawson, donde se conserva su vieja casa y por esa razón en la plaza San Martín se descubrirá mañana un busto obra del artista plástico platense Fernando A. Rigone en ocasión del 140º aniversario de ese simpático pueblo.El gaucho Zacarías Martínez era apenas un nombre: hoy tiene cara y tendrá su monumento. Como bien lo dicen los vecinos, es una forma de preservar nuestras raíces culturales y transmitirlas a las nuevas generaciones.
Se trata de Boris Spassky, que fue campeón del mundo en 1969, murió a los 88 años, según anunció la Federación Rusa de Ajedrez. Leer más
El 23 de febrero de 1965, hace 60 años, murió uno de los más célebres actores del siglo pasado. La pareja que integró con Oliver Hardy fue inolvidable. Sus comienzos, su viaje a los Estados Unidos y sus muchos amores. La historia de uno de los hombres que hizo reír a varias generaciones
Javier Portillo anotó el gol del empate frente al Borussia Dortmund en la Champions League 2002/03, permitiendo al Real Madrid avanzar de ronda
El joven es reconocido por haber convencido a los jurados en el famoso concurso y siguió por el camino de la música sin importar el paso de los años
Cansados de las pésimas condiciones del ómnibus que los llevaba de gira, la madrugada del 3 de febrero de 1959, Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Booper alquilaron una avioneta para viajar a Dakota del Norte que se estrelló poco después de despegar. La marca que dejaron en el mundo del rock'n'roll, la canción que inmortalizó la fecha y el reconocimiento de Paul McCartney al hombre que lo impulsó a escribir la letra de sus propias canciones
"El personaje superó al futbolista". Con esa frase describió lo que fue su carrera como jugador. Su estilo de juego es recordado por todos los que alguna vez lo vieron en una cancha o por televisión. No por un caño o una gambeta, sino por su rudeza, la que lo convirtió en uno de los defensores más rústicos del fútbol argentino. El protagonista es Mauro Laspada, dueño de una trayectoria que comenzó en un club grande, pero que se forjó en el ascenso. Ya en plena madurez llegó a primera, algo que nunca pensó que pasaría: "Por contextura física y por el ADN, era imposible".De su memoria surgen un sinfín de anécdotas de su época como futbolista. Desde el dirigente que lo describió como "bruto", al rival al que "no lo pude agarrar ni para pegarle". El VAR, hoy, sería su enemigo. Fue entrenador, pero por cuestiones vinculadas al entorno del fútbol esa etapa "se terminó". Hoy forma parte de un proyecto de fútbol infantil en el que transmite los mejores valores con los que un niño puede formarse. Pero, sobre todo, se dedica al agro y vive en Salta junto a su mujer y sus hijos. La historia de un defensor que fue pedido -irónicamente- para la selección en una bandera y que llevó su carrera siempre con alegría.Mauro Sebastián Laspada nació en Punta Alta, el 9 de enero de 1975. De chico se fue a jugar a Independiente de Avellaneda, club en el que cursó las divisiones inferiores. No debutó allí, pero haber estado en una institución de ese nivel le abrió los ojos para darse cuenta de lo que debía hacer si quería vivir del fútbol.Sobre cómo describe su carrera como jugador, cuya trayectoria transcurrió por año en el ascenso, dijo: "Mauro Laspada, por contextura física y por el ADN, era imposible que juegue al fútbol en primera. Pero a base de esfuerzo y sacrificio personal me di el gusto de jugar con los grandes del momento. Estoy súper orgulloso de esa situación y tengo la satisfacción de haber cumplido con el objetivo".El fútbol siempre fue un estilo de vida para el acérrimo exdefensor, de 50 años: "Fue todo para mí. De chiquito no lo tenía como objetivo principal. Se fue dando a través de desafíos cortitos, pero una vez que llegué a Independiente me di cuenta de que eso requería del ciento por ciento de la cabeza y de lo físico para llegar. Ya que había hecho el esfuerzo de estar ahí, tenía que ser profesional y a partir de entonces fue siempre así, hasta que me retiré".Godoy Cruz, Atlético de Rafaela, Juventud Antoniana, Olimpo, Unión, Alvarado y Sporting de Punta Alta fueron todos los clubes que armaron el camino de este exfutbolista. Sólo tuvo una muy corta salida al fútbol del exterior: "Estuve un mes en Honduras, en un equipo que se llamaba Platense, pero la experiencia fue espantosa, entonces me volví". En algún momento, hubo equipos poderosos del fútbol de primera que quisieron contar con él, pero hubo un dirigente que confió al ciento por ciento en sus condiciones: "Cuando estaba en Olimpo tuve la posibilidad de jugar en Racing, pero Jorge Ledo, el presidente de Olimpo en aquel momento, me dijo: 'Bueno, cuando tengas todo definido, contame qué te ofrecen'. Cuando le dije, me igualó la oferta más grande que tenía. Él me quería".Su recorrido en el fútbol fue muy extenso. Desde su debut en el Tomba, allá por 1996, hasta el retiro en su Punta Alta natal en 2009, llegó un momento en el que las cámaras y los flashes se posicionaron sobre Mauro Laspada. Durante su paso por Olimpo, cuando el equipo militaba años gloriosos en el fútbol grande de la Argentina, un personaje empezó a gestarse ante cada desempeño suyo durante los partidos. Empezó a ser reconocido por su manera ruda de jugar, dejando en cada partido una imagen singular que fue tomada con simpatía en el ambiente futbolero. "Que me recuerden así lo tomo hoy con mucha alegría, entendiendo que de esa manera hay un montón de gente del fútbol en el país que hoy saben quién fue Laspada. Si no aparecía ese personaje, se iban a acordar poco, capaz de algún tiro libre o un gol de cabeza, pero me parece que el personaje superó al futbolista. Y eso lo hice sin buscarlo", reveló.Muchas fueron las anécdotas que formaron parte de su paso por el fútbol y las recordó a todas con muchísimas risas: "Una de las que más me acuerdo fue cuando jugaba en el ascenso para Juventud Antoniana. En un partido contra Olimpo, el Pícaro (Fabián) Fernández cortó pasto con la mano, me lo mostró y me dijo 'Tomá, comé, burro'. Yo me enojé porque era chico y se me había trabado la cabeza. Le dije que primero le iba a pegar en los pies, después en la espalda, pero lo que sí le juré era que lo iba a lastimar y lo iba a sacar de la cancha... Después de dos patadas pidió el cambio", contó.Pero de todo lo vivido, Laspada aseguró que siempre lo hizo con alegría: "Me divertí mucho con varios jugadores importantes. Una vez, jugando para Olimpo en Bahía Blanca, contra Vélez, el 9 titular de ellos era el Roly (Rolando) Zárate y después entró su hermano Mauro, en lo que eran sus primeros partidos en primera. En un momento se empezaron a reputear entre los dos, y yo me puse del lado del Roly para que lo putee más todavía a su hermano. Pero todo eso lo hacía para pasarla bien".Sus duelos "nunca fueron malos, siempre fueron con gracias", revela el exfutbolista. "Una vez al Beto (Alberto) Acosta le pedí la camiseta antes de que empiece el partido porque en la familia de mi viejo son hinchas de San Lorenzo. En la mitad del primer tiempo, él me agarró de la camiseta y me la rompió toda. Al rato se acercó y me dijo: 'Escuchame, cambiátela porque yo así rota no te la voy a cambiar', contó.Dentro de su juego vehemente, las patadas formaban parte de su esencia: "Todo lo que tenía que ver conmigo adentro de la cancha era así. A muchos les pedí disculpas por golpearlos, muchas veces lo hice sin querer... y otras no". Su paso en el ascenso fue un aprendizaje para saber cómo ir a golpear a los rivales y recordó a un excompañero que también fue reconocido por su manera fuerte de jugar. "Cuando estás ahí practicás la forma de golpear. Imaginate que cuando yo debuté en Godoy Cruz en el Nacional B estaba Abelardo Vallejos. Era una eminencia pegando, yo aprendí mucho de él", recordó. Luego mencionó cuál fue la patada que más se acuerda de su extensa trayectoria: "La que le di a Rodrigo Palacio en la Bombonera. Esa trascendió. Está hasta en el libro de los 100 años de Boca", expresó. Se refiere a una entrada durísima sobre el delantero xeneize, durante un encuentro correspondiente al Torneo Clausura 2005, tras la cual curiosamente no fue expulsado. Al otro día, le pidió perdón públicamente a Palacio en un programa de radio: "Le pido disculpas. Me di cuenta de la magnitud de la falta cuando vi las imágenes por televisión, ya que en la cancha no me pareció que había sido para tanto".Dentro de todos los recuerdos que le quedaron del fútbol sobre ese personaje que llegó a formar, Laspada recordó con mucha gracia una conversación que tuvo con Jorge Ledo, el presidente de Olimpo por aquellos años. "Cuando me contrató para que vaya al club, le dije que me tenía que pagar una cierta cantidad de plata porque era un diamante en bruto, pero me respondió: 'Sí, te voy a pagar lo que vos decís, pero en realidad vos sos un bruto que se cree diamante'.Con Olimpo en primera, la necesidad de sumar de a tres puntos era imperiosa. El equipo luchaba por no descender y cada vez que Laspada salvaba una jugada de peligro, era muy festejada por los fanáticos aurinegros. Una acción del exjugador se convirtió en una situación singular, y se trataba de cuando rechazaba la pelota afuera del estadio Roberto Carminatti. "Eso empezó a tener gracia y repercusión mediática cuando estábamos en primera. Hubo un partido contra Arsenal, que ganamos 1 a 0 con gol del Flaco (Alejandro) Delorte, con un centro desde la mitad de la cancha del Chispa (Diego) Cogliandro. Imaginate el partido, Olimpo-Arsenal, ¡horrible!, pero la gente que no había ido a la cancha había escuchado dos estruendos de gol, y el segundo grito fuerte había sido porque faltaba poquito y yo la paré de pecho al borde del área, la saqué fuera de la cancha y se festejó así. Eso me hizo tener una química con el hincha de Olimpo que era graciosa y que me inflaba el pecho".El amor que le brindaban los fanáticos del conjunto bahiense, quedó revelado un día en una bandera colgada de uno de los alambrados del Carminatti. Ese famoso trapo dirigido al entonces DT de la selección decía: 'Bielsa: Laspada es argentino!!!'. El gesto le dio mucha alegría en su momento al exdefensor: "Lo disfruté un montón. Tenía que ver con un pedido genuino del hincha que veía que el 2 de su equipo se mataba por su camiseta y por hacer las cosas bien. Me hubiera encantado que tenga repercusión en la AFA, pero no tuvo", dijo con humor.Además de haber dejado un gran recuerdo entre la gente de Olimpo por los ascensos y las temporadas en primera, Laspada mencionó que los fanáticos de Juventud Antoniana también le demuestran afecto: "Se identificaron mucho en la temporada 98/99, cuando perdimos la final contra Chacarita para ascender a primera". El exfutbolista contó el aprecio que le demuestran cada vez que viaja a otras partes del país: "Te aseguro que cuando estoy en Rosario por trabajo, y sin haber jugado en ninguno de los dos equipos de ahí, la gente se me acerca para saludarme o sacarse una foto conmigo. Ese cariño tiene que ver con el personaje que contaba, y está buenísimo que pase".Enfrentar a los mejores jugadores del fútbol argentino se convirtió para Laspada en algo de todos los fines de semana. Pero lo más difícil llegaba a la hora de tener que marcar a las grandes figuras, que se desempeñaban en puestos ofensivos. Sobre esa situación, recordó cómo era en cada partido que debía disputar: "Tuve problemas con todos, pero puntualmente, una noche contra Boca en Bahía Blanca, contra el brasileño Pedro Iarley. Ni siquiera para pegarle lo agarré", contó casi sin poder terminar la frase, riéndose de aquel momento."¿Qué hubiera pasado si le tocaba marcar a Messi?", consultó LA NACION. Y sin comenzar la frase, empezó a reírse. Luego, respondió: "No, no creo que hubiera podido". De inmediato, se refirió a la tecnología en el fútbol, algo con lo que no se hubiera llevado nada bien: "No podría jugar en esta época porque tiene que ver con lo que te comenté antes. Cuando empecé a entrenarme con los chicos más grandes del plantel me enseñaban cosas que no se podían haber aplicado nunca con el VAR", reveló.En 2009, Laspada decidió retirarse, en Sporting de Punta Alta. Hubo un motivo por el que tuvo que dejar de jugar y lo rememoró con mucho humor: "Tenía 34 años y no podía bajar el peso que tenía que tener para jugar". Su retiro fue muy fácil de asimilar; sólo se trataba de "dar vuelta la página e ir para adelante". Con el curso de entrenador que ya había hecho mientras jugaba, comenzó a dirigir en Olimpo, en Bahía Blanca: "Primero en el equipo de la liga, también los menores de la AFA, la reserva de AFA y tuve un interinato en primera. Después me llamaron de Juventud Antoniana y también tuve experiencias en Sansinena y Deportivo Roca de Río Negro".La llama de seguir siendo director técnico de equipos de primera, se apagó: "Es una etapa que se terminó", confesó. Pero detrás de esta decisión, Laspada expresó el motivo mayor y tiene que ver con algunas desprolijidades que ve en el fútbol: "En las categorías del ascenso ya no tienen nada que ver ni el trabajo de los entrenadores ni los refuerzos de jerarquía, porque los partidos los definen desde un escritorio o con árbitros puntuales que sacan los partidos en favor de quien tiene la orden. Eso es lo que más me hizo perder la ilusión. Contra eso no se puede hacer nada, y cuando te da bronca no sabés cómo podés reaccionar, entonces prefiero que no haya una imagen de Mauro reaccionando contra ningún árbitro en ningún lado".Ante la consulta sobre los cambios que se dan sobre la marcha en los campeonatos de ascenso, también manifestó su descontento: "Si a vos te cambian las reglas del juego es una cagada. Y acá es peor, porque hay mucha plata en juego. Hay gente que invierte mucho dinero o pide plata prestada para armar equipos con objetivos, y después cambian todo faltando un mes para que termine el campeonato". De todas formas, el fútbol continúa siendo parte de su vida: "Miro todo. Soy hincha de San Lorenzo. A los partidos de Olimpo los miro todos. Y acá en Salta tengo unos amigos que tienen programas de radio y televisión, y los acompaño siguiendo las campañas de Juventud Antoniana, Gimnasia y Tiro, y Central Norte".A pesar de que no dirige más equipos de primera, continúa como entrenador en La Academia, una escuelita de fútbol mixta para los más chicos, que lidera con dos amigos más en Salta: "Viendo la situación del fútbol infantil y de la locura que había con los niños que jugaban a la pelota, con Sergio Plaza y Adrián Cuadrado, que son dos exfutbolistas de acá, decidimos armar este proyecto". El mensaje que transmiten es muy claro y determinante: "Acá los chicos tienen la posibilidad de jugar al fútbol, sin importar si lo hacen bien o mal. Los padres tienen la posibilidad de acompañar, pero no de opinar, y les tratamos de inculcar valores como compañerismo y respeto. A nosotros no nos importa el resultado deportivo".Con La Academia están desde hace cuatro años y el profesionalismo es absoluto con todos los servicios para que los niños se desarrollen de la mejor manera. Cuentan con 12 profesores, nutricionistas, psicólogas, y los chicos están asegurados en los entrenamientos y cuando van a jugar. Los socios fundadores están muy contentos por el recibimiento que tuvo en la sociedad salteña. "Acá van a crecer yendo a jugar a la pelota todas las semanas. En los partidos todos juegan los mismos minutos. Tampoco vas a haber un padre insultando al árbitro, ni a los compañeros, ni a los rivales. Es de la forma en la que nos criamos nosotros y ojalá que la podamos hacer continuar en el tiempo", declaró con orgullo.¿Cómo llegó Laspada a vivir en Salta? "Cuando dirigí a Juventud Antoniana, en 2013 conocí a Maca y años después nos casamos. Dimos vueltas por algunos lugares y en 2019 nos radicamos acá definitivamente. Tenemos dos hijos: Giuliano, de 8, y Constanza, de 5; a ellos los cuido cuando tengo tiempos libres. También tengo un hijo de un primer matrimonio que tiene 18 años, vive en Bahía Blanca y se llama Thiago".Además de la escuelita de fútbol, en la actualidad Laspada integra una empresa agrícola que se especializa en la producción de aceite comestible. "Lo arrancamos después de la pandemia, con José Luis Martino, un amigo del fútbol del que fui compañero en Atlético de Rafaela". La amistad de muchos años los llevaba a conversar mucho del tema y de ese modo fue que Grupo Cardones -nombre de la compañía- comenzó a tomar forma en la planta ubicada en Oliveros, en Santa Fe, a 40 kilómetros de Rosario."Él tuvo acopio con su familia y a partir de sus conocimientos armamos esta empresa en la que traemos aceite refinado. Tuvimos la posibilidad de conocer al Polaco Adrián Bastía, que tiene una aceitera de su propiedad, y nosotros se la alquilamos". Laspada se dedica a la parte administrativa: "Estamos conociendo el rubro. Te mantiene entretenido, porque vas aprendiendo y te relacionás con gente de otro ámbito", contó. Otra etapa, después de haber dejado, a su modo, una huella en el fútbol.
Luego de retirarse en 2021 en Almagro, Jonás Gutiérrez regresa al fútbol argentino para defender al Club Social y Deportivo Las Toninas en la Liga de La Costa.
Tenía 55 años y la noticia de su deceso fue confirmada por su pareja. Luego de su trabajo en la televisión se convirtió en un referente del cine documental gastronómico.
Este domingo murió Alfred Oliveri, recordado notero de CQC y quien en los últimos años estuvo volcado al mundo de los documentales detrás de cámara, como director. La triste novedad la dio a conocer en las redes sociales el chef peruano Virgilio Martinez con una foto en la que aparece junto a Oliveri y en la que escribió lo siguiente: "Te vamos a extrañar amigo/director. En todo momento un paso adelante. Te tenemos mas cerca que nunca". Como creador audiovisual, Alfred había contado la historia de este chef y de su restaurante Central, que se estrenó en Netflix. Su pareja, Prashanti Paz, apeló a una foto de un primer plano de sus manos. "Descansa en paz mi amor. Te amo para toda la eternidad". Oliveri tenía 55 años y aún se desconocen las causas de su temprana muerte. View this post on Instagram A post shared by Virgilio Martinez (@virgiliocentral)Fue notero estrella en los 90, en la época en que los cronistas de la calle eran los protagonistas de la tele. De todos modos, Alfred Oliveri trabajó toda su vida en el mundo del espectáculo sea delante como detrás de cámara. Entre sus múltiples oficios condujo el ciclo de música Rebelde sin pausa y también formó parte de la producción de CQC, La TV ataca, Teleshow y el canal Music 21.Colaboró con el equipo de Cuatro Cabezas cuando abrió una oficina en Madrid para exportar los formatos de la productora y allí quedó ligado a España, donde armó su propia empresa audiovisual, en Barcelona. En paralelo, fue productor y director de sus propias películas documentales. Apasionado por las historias, Oliveri encontró su nicho en la alta gastronomía. Fundó la saga House of Chef y llevaba tres largometrajes realizados contando epopeyas de grandes cocineros, como Germán Martitegui, Mauro Colagreco o Gastón Acurio.Noticia en desarrollo