Las apuestas del mercado por ganancias rápidas reflejan la especulación cada vez más marcada que ronda en la economía argentina.
"Esto viene más lento que los mecánicos de (Franco) Colapinto", resumen con humor cerca del jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, en relación a la tensa negociación con los libertarios, a escasos cuatro días del cierre de alianzas para las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre.Sin avances ciertos en las negociaciones por el armado de las listas a senadores y diputados, desde Pro aceleran conversaciones paralelas para la conformación de un frente opositor a La Libertad Avanza en la Ciudad, con la finalidad de defender el principal bastión del macrismo, el territorio porteño, de las huestes comandadas por Karina Milei y sus armadores nacionales y locales."Vamos con un Juntos por el Cambio recargado", expresaron voces de Pro, que tiene al ministro macrista Ezequiel Sabor como negociador en el terreno con la Libertad Avanza, cuya cabeza en la ciudad es la legisladora porteña Pilar Ramírez.Fuentes de la UCR y de la CC-ARI en la Ciudad coincidieron en que las negociaciones con el Pro existen, negociaciones que incluyen a otras fuerzas como Confianza Pública, los socialistas, GEN y Ricardo López Murphy, con el fin de conformar una "oferta republicana", con puntos de contacto con los cinco gobernadores que días atrás anunciaron la conformación de una oferta conjunta para las elecciones del 26 de octubre."Estamos esperando que Pro decida", afirmaron voces de la UCR en la Ciudad, con el deseo cierto de confluir en una armado por fuera del kirchnerismo y la La Libertad Avanza. Las definiciones-arriesgaron distintas fuentes-podrían darse entre el lunes y el martes, al filo del cierre para la inscripción de alianzas, en la medianoche del jueves, y los diálogos continuaron durante este domingo.Desde el búnker libertario intentan bajarle el tono a la disputa y son optimistas "Estamos bien, se sigue hacia adelante", expresaron cerca de los responsables de la campaña libertaria en la Ciiudad.Un referente cercano al presidente Javier Milei expresó, sin embargo y en voz baja, su pesimismo. "Un acuerdo electoral en la ciudad no le sirve a ninguno de los dos, aunque ellos tienen que buscar un acuerdo para gobernar la ciudad los dos años que le van a quedar. Es con nosotros o con (Juan Manuel) Olmos", razonó la fuente libertaria, en relación a la "gobernabilidad" en la Ciudad luego de la elección, y tomando en cuenta que Pro contará con sólo 13 legisladores a partir de diciembre.DisidenciasCon el reloj corriendo sin pausa, en el Pro las posturas siguen divididas. Hay quienes, como la diputada nacional y exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y -en menor medida- el propio Jorge Macri, se inclinarían por un acuerdo con "fuerzas afines", luego de los últimos desplantes a los que fuera sometido el jefe de gobierno porteño por parte de los libertarios, que no ocultan su deseo de gobernar la ciudad a partir de 2027. Vidal repite que no será candidata, aunque desde la calle Uspallata la ven encabezando la lista de diputados nacionales porteños de una hipotética confluencia "de centro", sin los libertarios.Otros referentes -que aseguran que Mauricio Macri bendice un acuerdo con LLA, aunque con condiciones- afirman que "nuestro margen de maniobra es muy chico", y que "si ellos mejoran la oferta de la lista de diputados", la confluencia entre libertarios y macristas -que ya se selló en la provincia de Buenos Aires- podría extenderse a la Ciudad.Según fuentes con conocimiento de lo conversado, los libertarios nunca pusieron sobre la mesa las candidaturas a senadores, ya que creen que les corresponden. Los ministros Patricia Bullrich, Federico Sturzenegger y Sandra Pettovello son algunos de los mencionados como eventuales candidatos a dejar su lugar en el gabinete y mudarse a la Cámara alta. ¿Y si Mauricio Macri fuera candidato? "Si no le ofrecen nada puede ser, pero hoy no tiene las mismas chances que hace dos meses", evalúan voces del oficialismo nacional."No hay que ponerse nervioso, hasta el jueves habrá idas y vueltas, aunque hoy la cosa esté caída", recomienda uno de los negociadores macristas, convencido de que la mejor solución es acordar con Balcarce 50. "La otra opción atrasa veinte años", asegura el referente macrista consultado por LA NACION.Mientras esperan que Pro defina su vínculo con la Casa Rosada en medio de la tensión y las asperezas-el jefe de gobierno porteño no tiene diálogo directo con Karina Milei ni con sus colaboradores cercanos-los eventuales socios también hacen sus planes.El radicalismo, por su parte, piensa en el actual senador Martín Lousteau o en el diputado Martín Tetaz como eventuales candidatos, en el caso de encabezar una oferta electoral. Otras voces destacan a la actual legisladora Graciela Ocaña como candidata "de consenso" a senadora nacional, con Vidal o el propio Lousteau como cabeza de la lista de diputados. Sergio Abrevaya, de Gen, Hernán Reyes, de la CC-ARI, y Esteban Paulón, del socialismo, ya comenzaron sus recorridas como pre-candidatos, y evalúan presentarse -cada uno por su lado- si la negociación conjunta no prosperase.
Tres adolescentes se sacan selfies delante de una mesa repleta de libros. Tienen en las manos sus títulos favoritos de la best seller española Joana Marcus, que presentó el miércoles pasado su nueva saga romántica en Buenos Aires ante cientos de fanáticas. Entre risas y poses para las fotos, las amigas intercambian datos sobre los precios de las novedades editoriales y recorren los stands de sellos y librerías en busca de promociones. A pocos metros, dos hermanos de 5 y 7 años intentan convencer a la madre de que les compre un ejemplar de edición reciente que reúne las mejores tiras de Mayor y Menor, la exitosa historieta de Chanti protagonizada por dos hermanos y una hermanita. "Es para compartir", le prometen. Sus voces quedan tapadas por los gritos de un grupo de jóvenes vestidos con buzos y pantalones extralarge y la infaltable gorra con visera, fascinados por la gran variedad de cómics que encuentran en varios puestos dedicados íntegramente al género japonés manga.El ocaso del hombre blanco heterosexual en la ficciónSon tres escenas de los primeros días de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, que fue inaugurada oficialmente el viernes por María Teresa Andruetto y que continua todos los días, de 14 a 20, con un amplio programa de actividades gratuitas hasta el domingo 3 de agosto en la planta baja del Palacio Libertad (Sarmiento 151). Hoy, en el Día del amigo, la Feria ofrece propuestas participativas para chicos, medianos y grandes, pensadas para compartir en grupo. Un hit muy convocante que atrae a niños, adolescentes y jóvenes: el Festival de Historietas, que este domingo tendrá su segunda jornada con invitados como Lea Caballero y Luciano Saracino, autores del cómic Pulga, publicado por Planeta ($20.900). A las 16.30, van a coordinar el taller ¿Hacemos un manga de fútbol?, para chicos y chicas de 3 a 12 años, en la sala Taller de Arte, del primer piso. Artistas de la falsificación, un metier tan antiguo como el árbol del EdénPara los mayores de 13, a las 17, Max Aguirre propone crear "el mundo en ocho viñetas". "¿Te animás a contarte en una página de historietas?", desafía el historietista a los participantes que se reunirán en la terraza del Auditorio Nacional, en el cuarto piso del edificio del ex Correo Central. Para los que quieran aprender a dibujar un personaje "malo de verdad", Aguirre (autor de Jim, Jam y el otro y la saga Alina y Aroldo, entre muchos títulos del género que se consiguen en la Feria) dictará a las 18, en la sala de Arte del primer piso, el taller Fábrica de villanos. Hay más propuestas para adolescentes desde los 13: Saracino y Caballero, a las 18, en la terraza del cuarto piso, guiarán un paso a paso para encarar un reto difícil: cómo crear manga "en el país de los campeones del mundo", con el objetivo de que cada participante narre con los recursos del cómic su propia épica.Para los fans del fútbol y de los libros para "jugar" creados por Carolina Salvini y publicados por Planeta, el sábado 26, a las 15, en la sala Taller del primer piso, la autora coordinará Dibumanía, actividades inspiradas en los campeones del mundo. En el recorrido por los 76 stands de sellos y librerías se consiguen grandes títulos de todos los géneros y para todas las edades: al ya mencionado Lo mejor de Mayor y Menor, de Chanti, en una edición de tapa dura y 285 páginas (Sudamericana; $ 44.999) se suman los volúmenes individuales de una de las historietas preferidas de los más chicos ($ 18.499). De visita en Buenos Aires, el autor e ilustrador mendocino firmará ejemplares en el firmódromo de la Feria el viernes 1, a las 17. En el stand del grupo Penguin Random House también está la colección completa de María Elena Walsh, en dos ediciones: tapa blanda ($ 22.999) y tapa dura ($ 31.699). Hay mucho más, pero recomendamos sumar a la biblioteca familiar alguno de los títulos de la colección Pablo Bernasconi, que cuestan entre $ 16.399 y $ 35.999. Del mismo autor e ilustrador, en el stand de Catapulta, está la serie Burundí, con libros álbum de tapa dura por $ 21.900.El personaje Petit, de Isol, que tiene su versión animada, es otro favorito de los más chicos. Editado por Calibroscopio, el último volumen, ¡No quiero que se me moje el cerebro!, firmando por Isol en conjunto con Fernando Salem y Bernadita Ojeda, se consigue por $ 12.000. Algunos de los títulos de Isol, como Regalo sorpresa, están en el stand de Fondo de Cultura Económica a mitad de precio: $ 10.000, en este caso, y en el de otras joyitas como Mara, Apuntes sobre la vida de una elefanta, de Paula Bombara y Raquel Cané; La siesta, de Daniela López Casenave, y Las interrupciones, de Nicolás Schuff y Mariana Ruiz Johnson. Un imperdible (o dos) de esta última dupla creativa es Las aventuras de Ulises (Siglo para chicos; $ 17.990), versión libre de la Odisea en formato cómic, al igual que La guerra de Troya ($ 16.990). En el stand de Siglo XXI ofrecen también Un mar de fueguitos, cuentos de Eduardo Galeano ilustrados por Poly Bernatene, y El tiempo más feliz, el primer libro infantil de Martín Kohan, por $ 17.990 cada uno. Entre las actividades protagonizadas por autores e ilustradores, el miércoles 23, a las 15, Magela Demarco y Caru Grossi narrarán dos de sus cuentos publicados por La Brujita de Papel: Palabras Semillas y Acá estoy y, luego, invitarán a los participantes (se sugiere de 5 a 9 años) a jugar y crear, en la sala Cuentacuentos II, del cuarto piso.En una tendencia que se impone en los últimos años, los libros de cartoné y formato pequeño, diseñados especialmente para bebés, ganan terreno en la Feria. Entre los sellos pioneros en editar estas colecciones están Pequeño Editor, Nazhira y Gerbera, en cuyo stand hay gran variedad de estos libritos (que cuestan alrededor de $ 17.000), además de los de Canticuénticos en papel (desde $ 14.500), todos con tipografías accesibles para lectores con problemas de visión o con dislexia.Una novedad de La Brujita de Papel es La batalla de las voces, de Canela, un cuento ilustrado por Virginia Lingiardi ($ 12.500). Y de AZ Editora, la segunda parte de Marina Maravilla, recomendadísima novela de Matías Moscardi, esta vez "en busca del tiempo perdido" ($ 20.000). Allí también encontrarán el hit de la temporada 2024, Borges, la gran bestia pop de la literatura argentina, de Daniel Mecca ($ 18.000). El escritor dará el viernes 1, en la terraza del cuarto piso, una charla para adolescentes, con lecturas y música, a modo de introducción "pop" al autor de Ficciones. Mientras los chicos participan de los talleres y los adolescentes hacen "juntada" en la terraza de la Ballena, los adultos que los acompañen tienen muchas otras opciones para elegir en la enorme oferta de libros de grandes autores a buenos precios. En el stand de librería Gárgola, por ejemplo, hay una promoción de tres por dos en títulos clásicos: de Rebelión en la granja, de George Orwell a Las olas, de Virginia Wolf, pasando por Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, y Los archivos de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, se pagan dos por entre $ 15.000 y $ 30.000 cada uno y se puede elegir uno más. Este año, por primera vez, la Feria tiene "mascotas" amigas que fueron creadas por el joven ilustrador bahiense Nehuén Costa, ganador del concurso organizado por la Fundación El Libro, entre más de 90 postulaciones. El jurado estuvo integrado por el ilustrador Poly Bernatene, la presidenta del comité organizador de la Feria, Gabriela Pérez, y el director general de la FEL, Ezequiel Martínez. Los personajes representan animales de la fauna autóctona local: Lina, una yaguareté "guardiana de la lectura"; Lolo, un carpincho "cuentacuentos", y Lili, una hornera "constructora de historias". Los visitantes los podrán encontrar en uno de los pasillos de la planta baja, junto al cartel que invita a sacarse fotos con "los amigos de la Feria". Ese es el "punto selfie" favorito del interior de la Feria. Pero en la explanada del Palacio Libertad está el otro gran protagonista de las vacaciones de invierno: la instalación inflable Golosina emocional, de Marta Minujín, enorme y súper colorida. Este año, también por primera vez en la historia de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, hay un gran ausente: Quino y su adorada Mafalda. Los libros de Mafalda el resto de la obra gráfica de Quino ya no están en el stand de Ediciones de la Flor. El contrato con la editorial histórica del humorista gráfico mendocino venció a fines de junio y el nuevo grupo editorial a cargo, Penguin Random House, empezará a relanzar las obras a partir de agosto. Por lo tanto, en esta Feria, un clásico porteño de las vacaciones de invierno, se extraña a Mafalda y a sus amigos.
El último día de junio el presidente de Estados Unidos firmó un memorando que amplía el alcance de la medida unilateral que lleva 63 años vigente.
El cómico dejó el espacio tras sentir que el proyecto cambió su esencia familiar. En un podcast, detalló las diferencias creativas con la producción que lo llevaron a tomar distancia de Panamericana Televisión
No hace tanto tiempo atrás, jugar el clásico a las 15.30 era un anhelo. El sueño de dos chicos que se criaron y se forjaron en el club. Santos Fernández De Oliveira e Ignacio Torrado son sangre nueva en sus equipos que se preparan para el duelo N° 140 en la historia entre los dos rivales acérrimos de San Isidro. A partir de las 15.30 de este sábado, el SIC y el CASI se medirán en un encuentro que podrá impactar desde el lado anímico en el Top 12 de la URBA. Transmite Disney +."Tengo dos clásicos bien marcados: uno en el 2013, en los cuartos de final, que ganó el SIC con un drop de Santi Méndez. Y obviamente el del try de Benja Madero en el 2018 que fue épico", repasa con la memoria Fernández De Oliveira, que hará su estreno en un clásico. "Obviamente, el primero que se me viene a la cabeza es el 51-7 en el SIC que fue histórico (2013). Pero me quedo con el primero que jugué, el año pasado en el CASI. No ganábamos hace bastante de locales y fue una locura", sostiene Torrado.A los dos no sólo los emparenta el puesto y su despliegue físico adentro de la cancha. Hace un año integraron el plantel de los Pumitas que participó del Rugby Championship y el Mundial de la categoría. "Tenemos una excelente relación, fuimos compañeros de cuarto en las dos giras. Nos llevamos bien y nos conocemos mucho. Va a ser divertido volver a enfrentarlo, como lo hicimos en juveniles", destacó el hombre del SIC, que debutó como titular en la quinta fecha ante La Plata y el de hoy será el primero como local.La principal virtud del jugador que durante la semana cumplió 21 años es el salto en el line-out. En los Pumitas fue una garantía en la hilera y una pesadilla para los rivales. Buscará complicar y ensuciar uno de los lines más prolijos de la URBA.Entonado, con la moral en alza y justificando sus triunfos desde el juego y la madurez, el CASI llega con un andar soñado. Siete victorias, 33 de 35 puntos posibles, el equipo con más tantos a favor (256), el que menos recibió (122), el que más tries apoyó (32) y el que menos permitió (13). Una base sólida, sostenida en un pack de forwards con una obtención eficaz, buenos conductores y un plantel bien equilibrado en edades. "Sentirme tan cómodo es gracias a los más grandes. Tengo una personalidad que me adapto rápido, pero me integraron al grupo muy bien, haciéndome parte y con protagonismo", expresó Torrado, titular y uno de los puntos más altos en todos los partidos del 2025."Los dos vamos a plantear nuestro juego como siempre. Va a ser un partido duro, pero imagino muchos puntos, la pelota se va mover mucho. Esperemos que el clima acompañe y sea un partido divertido. El SIC tiene muy buenas formaciones fijas", resaltó Torrado, de 20 años, mientras que Fernández De Oliveira va en la misma sintonía: "Creo que va a ser un partido entretenido, de muchos puntos. Cada uno tiene sus fuertes. Ellos están bien con el pack de forwards y va a ser una linda batalla, pero se va a abrir y se puede dar atractivo, de ida y vuelta".Las novedadesCon siete triunfos en fila, el CASI repetirá el equipo que viene de superar con autoridad a Regatas Bella Vista y San Luis. La novedad dentro del plantel superior es el regreso de Alejo Lavayén, que aprovechará el receso de los Pumas 7s y estará como suplente fresco en la intermedia. El local presentará varias modificaciones. Agustín Sascaro, titular en los seis partidos del año, se perderá el clásico por un desgarro y su lugar lo ocupará Santiago Pavlovsky, quien ocupó ese rol en todo el 2024. El experimentado Lucas Rocha volverá en la primera línea, mientras que Andrea Panzarini lo hará en la tercera, luego de recuperarse de una conmoción cerebral. El otro ala será Fernández de Oliveira, que reemplazará a Alejo Daireaux, ausente por un golpe.En el pack de forwards local también regresará Lucas Sommer, tras su participación en el Súper Rugby Américas con Yacaré XV. En la línea de backs reaparecerá Nicanor Acosta en una de las puntas, mientras que Bernabé López Fleming estará como fullback en lugar de Jacinto Campbell. Varios cambios en la estructura para buscar una reacción, en una campaña en la que acumulan cuatro derrotas en siete fechas. En los dos últimos encuentros, ante CUBA y frente a Belgrano, sufrió una amplia diferencia en contra en el primer tiempo.La euforia, la adrenalina y el marco imponente que implica un clásico suelen emparejar los argumentos rugbísticos. De andar irregular durante la última década, el CASI le ha competido de igual a igual en los duelos mano a mano a uno de los habituales protagonistas. Ahora, la Academia parte como favorito. "Fue una semana increíble, en el club se vivió como nunca antes. La gente está muy ansiosa por cómo venimos, pero es un partido aparte, como dicen todos. Hay más gente alentándonos que hace un par de años. Eran un montón ayer en el club", destacó el rubio tercera línea.El historial entre los dos clubes más ganadores del rugby doméstico cuenta con 72 triunfos del CASI, 57 del SIC y 10 empates. En las últimas tres temporadas se dividieron el clásico, uno por lado. En el 2025 el Top 12 es una montaña rusa, con resultados cambiantes y pronósticos inciertos. El CASI sigue firme en lo más alto y tendrá una prueba de fuego ante un rival golpeado, con hambre de reacción.Las formaciones del clásicoSIC: Bernabé López Fleming; Timoteo Silva, Carlos Pirán (capitán), Santos Rubio y Nicanor Acosta; Santiago Pavlovsky y Felipe Sascaro; Santos Fernández de Oliveira, Tomás Meyrelles y Andrea Panzarini; Lucas Sommer y Ciro Plorutti; Benjamín Chiappe, Lucas Rocha y Marcos Piccinini.Entrenadores: Eduardo Victorica, Gonzalo Longo, Federico Serra y Patricio Nealon.CASI: Juan Akemeier; Jerónimo Tumbarello, Benjamín Belaga, Bruno Devoto y Tomás Phelan; Felipe Hileman y Joaquín Sánchez; Eugenio Sartori, Luis Briatore (capitán) e Ignacio Torrado; Ignacio Larrague y Salvador Ochoa; Ignacio Rizzuti, Juan Bautista Torres Obeid y Facundo Scaiano.Entrenadores: Oscar Murgier y Santiago Phelan.Cancha: San Isidro ClubÁrbitro: Tomás Bertazza.El resto de la fechaEl clásico de San Isidro será el foco principal de la octava fecha del Top 12 de la URBA porque, además de su historia, el CASI es el líder absoluto del torneo, con 33 puntos. En tanto, el SIC marcha en el quinto puesto, con 16, y necesita dar un golpe de efecto. Pero no será el único atractivo de la jornada que se desarrollará desde las 15.30. Porque en La Plata habrá un interesante duelo de escoltas: Los Tilos se enfrentará con Belgrano Athletic, ambos con 27 puntos, producto de seis triunfos y una derrota. Asimismo, Alumni, campeón en 2024 y ubicado en la cuarta posición con 19, visitará a Buenos Aires, penúltimo con 9. Los otros partidos serán: Newman (15) vs. CUBA (12), Hindú (15) vs. La Plata (10) y Regatas Bella Vista (14) vs. San Luis (6).
El comediante peruano anunció su salida definitiva del programa humorístico, citando diferencias con la producción y agradeciendo el apoyo del público
La actriz cómica anunció su salida definitiva del programa "Humor recargado" y denunció situaciones que atentaron contra su integridad profesional y personal
Hasta ahora aquí sólo había Ozempic, contra la diabetes y usado también para adelgazar.El Wegovy es exclusivamente para adelgazar y es la misma droga con una dosis más alta.En EE.UU. se usa desde 2021 y su arribo a la Argentina fue anunciado para la primavera.
Panamericana Televisión iniciará una nueva temporada de programas con este espacio dedicado a la risa. Conoce todos los detalles
El terrorismo transnacional unió temporalmente a grandes potencias como Estados Unidos, Rusia y China
El Presidente repasó gestión y habló de lo que se viene, prometiendo que este sí será "el año de la reconstrucción". Palcos militantes, ausencia de gobernadores y una plaza vacía.
El artista urbano más importante de España en la actualidad regresa como parte de su gira 'Buenos Noches Latam Tour'. Las entradas estarán disponibles desde este 13 de febrero en Teleticket
El monte Denali no es el más alto del mundo, apenas supera los 6100 metros, pero sí uno de los más difíciles. La ausencia de logística y sus extensos campos de nieve y hielo desafían a los montañistas más experimentados con una complejidad que, para algunos, incluso supera la del Everest.El Denali sí es el más elevado de América del Norte. Su dificultad y altura lo hacen único y son suficientes para que Donald Trump lo haya transformado en un ícono en el primer día de su segundo mandato. Un ícono y un indicio de qué esperar con esta presidencia recargada.Apenas asumió, el presidente le cambió el nombre. Ya no será Denali, denominación usada por los pueblos nativos de Alaska, donde está enclavado; será el monte (William) McKinley, en honor al político que gobernó Estados Unidos entre 1897 y 1901 y que Trump califica como uno de los mejores presidentes de la historia norteamericana.El monte solía llamarse así pero Barack Obama le cambió el nombre en 2015 en un guiño a los pueblos originarios de Estados Unidos. Siempre ávido por marcar diferencia con el expresidente demócrata, Trump restituyó el nombre al monte con unos de sus primeros decretos.En esa firma, el mandatario anticipó varios rasgos clave de un mandato todavía corto pero ya hiperactivo: el cambio será total e irá desde los símbolos hasta las entrañas del país; las minorías volverán a ocupar un rol secundario en la vida política norteamericana; el proteccionismo y el expansionismo serán herramientas decisivas no solo para la economía sino para la relación de Washington con el resto del mundo.William McKinley pasó a la posteridad como "el hombre-arancel" o el "Napoleón del proteccionismo" y como uno de los presidentes que más territorio sumó a Estados Unidos con la incorporación de Hawai, Puerto Rico, Guam y Filipinas. Esas características son suficientes para encandilar al mandatario que quiere "hacer grande a Estados Unidos de nuevo"."El presidente McKinley hizo muy rico a nuestro país a través de los aranceles y a través del talento. Es un hombre de negocios nato", dijo Trump en su discurso de asunción. "La era de las tarifas altas fue la era en la que nuestro país fue más rico", insistió el presidente días después.Como más de un presidente del momento, Trump apela a la historia para proyectar su propio legado. Y también como muchos otros mandatarios, toma lo que le conviene del pasado e ignora lo que no se ajusta a su relato. Pero la historia norteamericana tiene varios mensajes para este mandato recargado de Trump. Si el presidente republicano quiere asegurarse un lugar dorado en los libros, debería escuchar tres advertencias del pasado.1 - Aranceles, depresiones y políticaMcKinley hizo rico a Estados Unidos, sí. Su mandato comenzó en 1897, cuando Estados Unidos afianzaba el proceso de industrialización que años más tarde le permitiría convertirse en la potencia más pujante del siglo XX. En 1899, de hecho, el PBI norteamericano superó, ya de forma definitiva luego de oscilaciones durante todo el siglo, al de Gran Bretaña, la economía más importante e industrializada de esa centuria, según datos históricos recopilados por una base del Center for Foreign Relations.Pero McKinley también empobreció a Estados Unidos. Como dijo Trump, él era un hombres de aranceles, no tanto como presidente sino, antes, como legislador por Ohio. En 1890, una ley gestada por él impuso aranceles de hasta 50% a prácticamente todos los productos importados, una medida destinada a blindar la naciente industria norteamericana.Esa era una época de por sí proteccionista, sobre todo en Estados Unidos. El presupuesto norteamericano, que en ese momento representaba un 3% del PBI, se financiaba fundamentalmente con los aranceles a las importaciones. Así fue hasta 1913, cuando el Estado comenzó a sustentarse con los impuestos individuales a los ingresos, que hoy cubren prácticamente el 30% de los más de seis billones de gasto público anual -el 25% del PBI-, según un informe de diciembre pasado de la Oficina de Presupuesto del Congreso norteamericano.Pese a que los aranceles eran frecuentes, la ley McKinley significó un pico en el nivel de tarifas de la última mitad del siglo XIX. El siguiente pico llegó en 1930, cuando el acta Smoot Hawley llevó las tarifas a un 20% para todos los productos importados para intentar evitar el colapso de la economía norteamericana que germinaba después del crack de Wall Street de 1929.Ni la ley McKinley ni el acta Smoot Hawley lograron lo que buscaban, todo lo contrario; ambas fueron seguidas por sendas depresiones económicas, la última peor que la primera.En 1893, el pánico que surgió por quiebras empresarias y financieras -empeorado por la crisis del comercio internacional provocada por los aranceles McKinley- derivó en una depresión que eclipsó el crecimiento de toda la década.La historia no solo contradice a Trump en su capítulo del final del siglo XIX. También lo hace estruendosamente con el drama de 1930, año en el que comenzó la "gran depresión" que hizo pensar a Estados Unido que su ciclo de prosperidad había terminado para siempre.El acta Smoot Hawley disparó una verdadera guerra comercial, cuando los principales blancos de las tarifas -entre ellos, la Argentina- respondieron con sus propios aranceles. Esa batalla paralizó el intercambio comercial de Estados Unidos y hoy los especialistas la sitúan, casi unánimemente, entre los grandes responsables de la depresión que se comió el 30% de la economía norteamericana y dejó el desempleo en un imposible 25%.Como sucede hoy, los economistas temblaban en 1930 ante la perspectiva de los aranceles del acta Smoot Hawley. Unos 1000 de ellos le escribieron una carta al entonces presidente Herbert Hoover para que vetara la ley. Pero el mandatario no quería enemistarse con los legisladores republicanos. La política prevaleció y la economía se desplomó.Hoy Trump encuentra en los aranceles una forma de vengarse de lo que cree es el aprovechamiento de Estados Unidos por parte de sus socios comerciales, una manera de compensar la caída de ingresos ante un eventual nuevo recorte de impuestos y una vía para restituir el poder manufacturero de su país.Es la advertencia más potente que se le ocurre para blandir el poder norteamericano sin apelar a la amenaza militar. Esta vez ya no se trata de un proteccionismo a medida contra algunos socios, como en el primer mandato. Esta vez, es generalizado. Los socios de Estados Unidos, en lugar de asustarse, amenazan a su vez y la guerra comercial se insinúa con la potencia con la que estalló en 1930.Trump elige a la historia cuando le conviene, pero la semana pasada los mercados le enviaron un mensaje estridente en su traumática reacción a la ahora congelada tanda de aranceles contra México y Canadá. ¿Escuchará la advertencia de la historia, los mercados y los especialistas? La economía global dependerá, en parte, de eso.2 - El costo del expansionismoEl fanatismo de Trump por McKinley no se reduce solo a los aranceles sino al salto territorial que dio Estados Unidos durante su mandato. El último presidente norteamericano del siglo XX creía que el expansionismo servía no solo para asegurar las fronteras norteamericanas sino también para acelerar la prosperidad económica y alimentar la influencia regional en América Latina.Mucho de eso tiene en mente Trump cuando sorprende y confunde al mundo con sus ambiciones territoriales, desde Groenlandia a Panamá y Gaza. Apunta a las riquezas minerales o a la ubicación en la cadena de suministros globales tanto como a la seguridad estratégica de Estados Unidos. Pero el expansionismo de McKinley estuvo acompañado y acelerado por un escenario que Trump se vanagloria en evitar: una guerra. Guam, Puerto Rico y Filipinas eran territorios bajo tutela de España, país con el que Estados Unidos se enfrentó militarmente en 1898.La guerra duró pocos meses pero fue decisiva para renovar las fronteras de Estados Unidos y para empezar a definir su perfil de potencia militar, que terminó de consolidarse con las dos Guerras Mundiales. El conflicto con España inauguró además otro fenómeno del que Trump reniega públicamente, el Estados Unidos que se propone como defensor global de valores universales."La guerra de 1898 fue un salto cualitativo en la justificación de las guerras. Fue la primera guerra explícitamente blandida en nombre de los derechos humanos [de los cubanos en su independencia de España]", dijo, hace unas semanas, a la revista The New Yorker Greg Grandin, historiador de Yale y ganador del Premio Pulitzer en 2020 con un libro sobre el expansionismo norteamericano.Dos mensajes le deja entonces la historia norteamericana a Trump en su capítulo expansionista. Por un lado, ampliar los límites e intereses de Washington no es gratuito e implica concesiones que van mucho más allá de lo pensado.Por el otro, el contexto importa. El triunfo sobre España desnudó una realidad: el ascenso de Estados Unidos como gran actor internacional se dio ante el ocaso de las potencias europeas. ¿Es posible hoy un expansionismo semejante cuando hay otra potencia a la espera del ocaso norteamericano, China?3. Los riesgos de la "teoría del hombre loco"McKinsley no llegó al final de su segundo mandato; fue asesinado en 1901 por un anarquista. Pero su expansionismo le permitió a su sucesor, Teddy Roosevelt, terminar de contornear el perfil de los Estados Unidos del siglo XX: una potencia militar y económica que abandona el aislacionismo para globalizar su influencia y sus intereses.Roosevelt, uno de los presidentes más admirados por los republicanos, salió a conquistar el mundo con un mantra: "Habla suavemente y lleva un gran garrote".Trump lleva el gran garrote: amenaza con aranceles, sanciones, represalias a cuanto líder, rival o aliado se le cruce si no acepta sus condiciones comerciales, económicas, diplomáticas o políticas. Pero no habla suavemente, para nada.El riesgo de tanta amenaza es el del Pastor y el Lobo. Si las amenazas son vacías y fáciles, nadie les temerá. Un día después de haber impuesto sus aranceles a México y Canadá, Trump los congeló por un mes luego de que Claudia Sheinbaum y Justin Trudeau anunciaran concesiones de bajo costo para sus países.No solo la fábula le trae a Trump esa lección, también la historia.Al presidente norteamericano le gusta amenazar para que sus contrapartes lo crean loco y capaz de cualquier cosa; le gusta, en definitiva, ser temido en su imprevisibilidad. "Xi me respeta y sabe que estoy 'putamente loco' [fucking crazy]", dijo Trump en octubre pasado, cuando un periodista de The Wall Street Journal le preguntó cómo actuaría si China bloqueara a Taiwán.No es el primer mandatario norteamericano que apela a su imagen de líder irracional y volátil para gestionar las crisis internacionales y sacar réditos sin hacer concesiones. Los especialistas llaman la "teoría del hombre loco", como ya lo hacía el primer presidente que la usó, Richard Nixon."Estábamos caminando en la playa después de un día largo. Y me dijo: 'Yo la llamo la teoría del hombre loco, Bob. Quiero que los norvietnamitas crean que he llegado a un punto en el que soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de detener la guerra. Simplemente les haremos saber que Nixon está obsesionado con el comunismo, que no podemos contenerlo, que está enojado y que tiene el botón nuclear en sus manos", recordó en su libro de 1978, El objetivo del Poder, Bob Hademan, ex jefe de gabinete de Nixon.Esa era la estrategia con la que Nixon buscaba en 1969 terminar con la guerra en Vietnam en términos favorables para Estados Unidos. Pero la amenaza de locura y botón nuclear no funcionó; ni los norvietnamitas ni la Unión Soviética le creyeron. La guerra, que tanto daño le hizo a Washington, terminó en 1975 con una humillante derrota norteamericana.Tanta amenaza cuando apenas lleva tres semanas de mandato puede tener el impacto que Trump busca en el corto plazo. El peligro es que sus socios y sus enemigos le tomen rápidamente la temperatura al recargado presidente y sus palabras se hundan en la nada.
WASHINGTON.- A las pocas horas de prestar juramento como presidente de Estados Unidos por segunda vez, Donald Trump montó una escena que selló el cambio de época: sentado en el escritorio del Salón Oval de la Casa Blanca, firmó una pila de decretos -con su ya famoso marcador negro- mientras respondía preguntas de los periodistas de pie a su alrededor, testigos de sus primeras decisiones. Trump improvisó una larga conferencia de prensa -algo que su antecesor, Joe Biden, nunca hizo- entre firma y firma, desparramando definiciones sobre China, Rusia, Ucrania, Venezuela, América latina, Groenlandia, México, la OTAN, el petróleo, la inflación, los aranceles o TikTok. El acceso al Salón Oval suele ser muy restringido; ese primer día, no hubo filtro."¿Qué es esto?", preguntó Trump en un momento la persona que le alcanzaba los decretos."La salida de la Organización Mundial de la Salud", respondió."Ah, esa es una gran decisión", contestó el flamante mandatario.Fue el puntapié de una ráfaga de acciones ejecutivas -Trump firmó 26 apenas el primer día, una cifra sin precedentes, acorde con el ADN trumpista- con las que Trump dejó en claro que ahora está dispuesto a testear los límites de la presidencia, yendo incluso bastante más allá que en su primer gobierno. Fortalecido y sin ataduras políticas tras su triunfo electoral y el "mandato" que, según su propia lectura, recibió del pueblo norteamericano, Trump volvió al Salón Oval decidido a dar volantazos en el rumbo del país con su marcador.Muchos decretos de Trump tuvieron un efecto inmediato, y cambiaron radicalmente la realidad de millones de personas. Más de 1500 trumpistas que estaban tras las rejas por el ataque al Congreso recuperaron su libertad gracias a un indulto presidencial o una conmutación de su condena, incluido los líderes ultraderechistas Enrique Tarrio, de Proud Boys, o Stewart Rhodes, de Oath Keepers. Ambos estaban condenados a 22 y 18 años de prisión, respectivamente, por "conspiración sediciosa".Del otro lado de la moneda quedaron, en primer lugar, millones de inmigrantes indocumentados, y también extranjeros con permisos de residencia temporales obtenidos durante el gobierno de Biden -de Venezuela, Cuba, Haití, Nicaragua, El Salvador, Sudán o Ucrania-, que ahora deben convivir con el miedo a ser deportados en cualquier momento a sus países de origen.Agentes federales salieron a la caza de los inmigrantes indocumentados que viven en el país, un blanco de la nueva administración, y el gobierno federal puso en marcha un plan de deportación masiva, que incluye expulsiones en aviones militares. Miles de refugiados que ya tenían autorizados sus permisos para viajar a Estados Unidos, y una cifra incalculable de migrantes en México a la espera de una entrevista para pedir asilo quedaron ahora en el limbo, sin certezas sobre su futuro. Iglesias, hospitales y escuelas del país, intocables durante el gobierno de Biden para "la migra", como se conoce a los agentes federales que van tras los inmigrantes, ahora comenzaron a prepararse para eventuales redadas."Existe un miedo real entre muchos debido a la sensación de lo desconocido", dijo Jake Langlais, el superintendente de Escuelas del distrito Lewiston, en Maine, en una carta para referirse específicamente a la posibilidad de redadas en las escuelas. Langlais señaló que habían repasado con las escuelas los protocolos en caso de que agentes federales "aparezcan en la escuela", y compartió "consejos" para los inmigrantes y advirtió sobre la importancia de conocer sus derechos en caso de ser detenidos.La decisión de Trump de eliminar por decreto la ciudadanía por nacimiento, un derecho consagrado en la Constitución abrió el primer frente judicial -que seguramente no será el último- de la nueva administración. Un juez federal bloqueó temporalmente la orden al responder a una de las demandas judiciales en contra, presentada por cuatro estados, Washington, Arizona, Illinois y Oregon. "Esta es una orden descaradamente inconstitucional", declaró el juez. Trump ya adelantó que apelarán, y la discusión llegará seguramente a la Corte Suprema, de mayoría conservadora.La orden de Trump que solo reconoce dos géneros, masculino y femenino, y la que elimina los programas de diversidad, equidad e inclusión, o "DEI", también tienen consecuencias directas. La Oficina de Personal envió un memo a las agencias federales para ordenarles que pusieran de licencia a todos los empleados contratados a través de programas DEI. Las mujeres transgénero en prisión serán enviadas a prisiones para hombres, y viceversa, y además se suspendieron los tratamientos médicos.Las Fuerzas Armadas se preparaban para un "veto" al personal transgénero, una medida que afectará a un número desconocido de personal militar. (Un estudio de UCLA de 2014 estimó que alrededor de 15.500 personas transgénero estaban en ese momento en servicio activo). Y el Departamento de Estado eliminó la categoría "no especificada u otra identidad de género" en las solicitudes de pasaportes."No nos iremos a ninguna parte y lucharemos contra estas disposiciones perjudiciales con todo lo que tenemos", prometió Human Rights Campaign, el grupo defensor de los derechos LGBTQ+ más grande del país, anticipando otra batalla legal para Trump.PurgaA la par de estos decretos, Trump comenzó una purga política en el gobierno federal, siguiendo su promesa de deshacerse del "estado profundo" y de instalar a leales en cargos críticos para poder desplegar su agenda.Antes de que Trump asumiera la presidencia, varios diplomáticos de carrera del Departamento de Estado renunciaron, informó The Washington Post, una salida forzada para marcar un quiebre con el gobierno de Biden. Al finalizar su primera semana en su regreso al poder, Trump también echó, según informaron varios medios, al menos 15 inspectores generales, el grupo de auditores independientes que supervisan las acciones de las agencias federales, con la aparente intención de instalar a funcionarios leales para poder mover libremente los hilos del gobierno federal. Al menos uno de ellos, Cardell Richardson, del Departamento de Estado, confirmado por el Senado en 2024, planeaba ir de todos modos presentarse al trabajo el lunes porque consideraba que su despido era ilegal.Y alrededor de 160 funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional, empleados de carrera abocados a la política exterior de la Casa Blanca, también fueron despachados a sus casas. "Todo presidente tiene derecho a tener un personal y los asesores que necesita para implementar los objetivos que el pueblo estadounidense lo eligió para perseguir", dijo Brian McCormack, jefe de Gabinete del nuevo asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, en una llamada cuya grabación obtuvo la agencia AP.Trump publicó este fin de semana un video en el que rememora sus primeros días de regreso en el poder."Las 100 horas más históricas en la historia de Estados Unidos", dijo en su red social Truth Social "¡La Edad de Oro de Estados Unidos comienza ahora mismo!", cerró.
Ya no es el profeta que anuncia un cataclismo inminente. En su segunda presencia en el foro de Davos, Javier Milei irrumpió con el ímpetu de los vencedores a recitarle a la elite económica global las reglas de una revolución en curso. Entre un año y otro ocurrió el triunfo decisivo de Donald Trump, a quien él apostó a ciegas. Llegó la hora de cobrar. La pieza narrativa que leyó ante un auditorio cargado de perplejidad corona la evolución ideológica de Milei. El hombre que durante años se declaró liberal en sentido amplio ahora se embandera en el conservadurismo radical que pregona desde hace décadas la ultraderecha europea y que Trump ajustó a la medida de sus necesidades domésticas. Es una señal relevante en clave interna, de cara a las elecciones de este año. Milei deja a la vista sus intenciones de acelerar la conquista de todo el territorio del centro a la derecha -el Pro, ante todo-, como hizo el trumpismo con el Partido Republicano. A eso se refiere cuando insiste con la "batalla cultural". "No podemos mostrarnos blandos, porque nos va a pasar lo mismo que al gobierno de Macri", dice un hombre de consulta habitual del Presidente. La baja de la inflación y el dólar quieto le dieron gobernabilidad y estabilidad al experimento libertario. La nitidez identitaria, si es extrema mejor, sería la llave de la consolidación política. El sueño de la hegemonía propia. Los nuevos vientos del mundo empujan en el sentido deseado. Milei no habló de economía -su metié- en el mayor foro empresarial existente. Mencionó apenas nada de sus planes para la Argentina. Con letra de su gurú Agustín Laje, se centró en repudiar el feminismo, la diversidad sexual, la igualdad de género, la justicia social. Se permitió incluso indignarse con la inmigración musulmana en Europa, en un giro tan extravagante como sería que el presidente de Francia ocupara tiempo de un discurso internacional en denunciar los estragos del paco en los barrios de La Matanza. Hizo gala de un recurso retórico habitual en él, que consiste en sacar conclusiones generales a partir de un caso particular que se amolda a su argumento. Aludió a una pareja homosexual condenada por abusar de sus hijos adoptivos en Georgia, Estados Unidos, y alegó que "en su forma más extrema" la ideología de género equivale a la pedofilia. Con la misma lógica podría alguien citar el caso Pelicot para afirmar que el matrimonio es violación. O mencionar los abusos en la Iglesia para condenar la razón de ser de las religiones. Las 10 frases más destacadas del discurso de Javier Milei en DavosPero Milei no fue a ganar una discusión. De hecho, no aceptó preguntas del público, contra lo que suelen hacer los jefes de gobierno que exponen en Davos. Tampoco fue a buscar inversiones, sino likes en redes sociales. Elon Musk, el dueño de X, le ofrendó media docena. En uno de ellos el magnate tecnológico republicó un texto sobre Milei que decía: "Básicamente, fue a Davos a decirles que se jodan. Hermoso de ver". Todo un indicio de que Trump escuchó. Misión cumplida. Antes de la disertación, Milei había defendido a Musk, señalado por un gesto que muchos vincularon con el saludo nazi. Acusó a los "zurdos hijos de puta", a los que advirtió: "Los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta en defensa de la libertad". Se filtró, ahí sí, una innovación: la intolerancia en nombre del liberalismo. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y otros funcionarios dedicaron tiempo a negar que las posturas de Milei reflejen misoginia, homofobia, xenofobia o amenazas de persecución a los que piensan distinto. Es un andarivel argumental muy estrecho del que es fácil caerse y afirmar -como hizo Francos- que cualquiera es libre de hacer lo que quiera "puertas adentro". La ola trumpistaResultó al cabo una prevención exagerada. No estalló ninguna crisis. Subido a la ola trumpista, el Gobierno quiso anunciar un proyecto de ley para eliminar la figura penal del femicidio y diversas formas de paridad de género. "Estamos probando el agua", ironizó un dirigente libertario. La primera sensación es que está calentita. El blanco de la ofensiva ultraconservadora es el Pro. La Casa Rosada celebró el silencio de Mauricio Macri y los principales referentes del partido amarillo ante el discurso de Davos y el anuncio del proyecto de "igualdad ante la ley". Tampoco se oyeron las voces de los radicales dialoguistas, que auguran un acuerdo electoral con La Libertad Avanza (LLA). El endurecimiento ideológico de Milei -que incluyó la refutación al concepto de femicidio- fue celebrado por Patricia Bullrich desde Disneyworld, adonde llevó a sus nietos. "Excelente. El mensaje es claro: se acabó la era de los débiles, empieza la era de los valientes". Trece años atrás, en una de sus encarnaciones anteriores, Bullrich había sido una de las diputadas que con más énfasis defendió en el Congreso la inclusión del femicidio como agravante penal. El 18 de abril de 2012 dio un discurso emocionado para acompañar la aprobación, en el que destacó que se hubiera podido alcanzar unanimidad en aquellos tiempos de grieta extrema con el kirchnerismo. Cuatro años después, ya como ministra de Seguridad de Macri, eran habituales sus posteos en redes con el hashtag #ni una menos. En 2019 afirmaba que "los femicidios son la cara más cruenta y visible de la violencia contra las mujeres y este delito es uno de los principales desafíos que enfrentan los países latinoamericanos en materia de seguridad ciudadana". ¿Será otra prueba de cómo Marcos Peña y Macri la obligaban a esconder su verdadera esencia? Retenciones y sorpresas El macrismo, asediado por la operación de pinzas a la que lo someten los libertarios y la propia Bullrich, optó por celebrar el anuncio de la baja de retenciones e ignorar el brote de reformismo social de Milei. El paso de los días va dejando en evidencia el dilema que enfrentan tanto el Pro como algunos radicales: el Gobierno les ofrece un acuerdo electoral "de supervivencia" que tiene por precio aceptar un ideario ajeno, como paso previo a la fusión en un movimiento acrítico de apoyo al líder. La alternativa es competir con lo puesto, a riesgo de la derrota. Milei sube a diario la presión. Esta semana apuntó contra Jorge Macri por haber contratado como consultor de campaña al catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, a quien llamó "basura" por su trabajo en la campaña de Sergio Massa en 2023. ¿Qué diría si llegara a enterar que la empresa de su adorado Santiago Caputo asesoraba en la misma época a Wado de Pedro, fallido candidato presidencial camporista? Otra vez: el Presidente argumenta con la lógica fragmentaria, emocional y simplista de la comunicación de redes, refractaria a la exposición de evidencias. Lo relevante es su decisión de resaltar la distancia con el macrismo, al que está decidido a enfrentar en la Ciudad. No dudará, dicen fuentes oficialistas, en jugar un candidato de peso (¿Manuel Adorni?) en una batalla en apariencia menor como es la elección a la Legislatura porteña, anticipada por Macri al primer semestre. Lo interpreta como un desafío estratégico: ganar en la Capital podría marcar el inicio a un desfile electoral en todo el país. El horizonte todavía resulta brumoso. El Gobierno está cerca de destrabar la ley de suspensión de las primarias. Solo después se sabrá si Axel Kicillof desdobla o no también las elecciones bonaerenses -de lo que depende en gran medida su vínculo con Cristina Kirchner-. La obsesión por salir airoso del desafío de las urnas permea toda la actividad presidencial. Su radicalización ideológica es una forma de mantener el espíritu disruptivo en un año en el que los cambios económicos serán, por fuerza, más cautos. La prioridad consiste en no correr riesgos innecesarios. Inflación a la baja y dólar quieto son dos imperativos innegociables de acá a octubre. El sorpresivo anuncio de la baja de retenciones a los productos del agro responde a esa lógica. El martes el ministro de Economía, Luis Caputo, había sido áspero al cuestionar el reclamo de los gobernadores Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora y Rogelio Frigerio. El jueves apareció en jeans y zapatillas anunciando la medida que horas antes parecía descartar. Su sobrino Santiago, en coordinación con el propio Milei, impulsaron el anuncio como una jugada de anticipación. Había una oportunidad de capitalizar una decisión inevitable en lugar de correr de atrás. Ante la baja del precio internacional de los granos, las flojas lluvias y la suba del costo de los insumos, el humor de los productores amenazaba con estallar. Las dudas respecto de cómo sería la liquidación de la cosecha gruesa en esas condiciones tenían en alerta a los mercados. Esta semana el Banco Central vendió más dólares de los que compró y las reservas brutas perforaron el piso psicológico de los US$30.000 millones. La baja de las retenciones devolvió la calma. La medida incentiva la liquidación rápida, lo que garantizaría una fuerte entrada de divisas en el primer semestre del año. En ese lapso, Milei aspira a cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita obtener hasta 12.000 millones de dólares. La expectativa de levantar el cepo cambiario antes de que arranque la campaña sigue viva, si el FMI y el campo acompañan. Pero reina la precaución. Milei dijo en Davos que el objetivo es "entrar a 2026" sin restricciones cambiarias. "No soy libertarado", volvió a enfatizar. Es su forma de describir el pragmatismo que mueve sus acciones. Lo dice con el fastidio de quien sabe que de él se espera ruptura y estridencia. Agitación ideológica Si no es momento para las grandes reformas (jubilatoria, fiscal, laboral), la agenda "antiwoke" aporta la cuota necesaria de iniciativa y agitación política. Al abrazar ideas que no estaban en su lista de prioridades, Milei revela también su capacidad de adaptación como dirigente. En la campaña electoral solía presentar su fórmula con Victoria Villarruel como una combinación entre un alma liberal-libertario, como la de él, y otra conservadora, como la de su vice. La necesidad lo llevó a encarnar aquello percibía como ajeno, al costo de desprenderse de una parte de sí mismo. Decía Milei antes de ser presidente: "Una persona de derecha es alguien a quien no le importa con quien comerciás, pero no te deja que te metas en la cama con quien quieras. A uno de izquierda no le importa con quién te acostás, pero no te deja hacer transacciones comerciales con quien vos quieras. Un liberal-libertario es alguien que cree en el respeto irrestricto del proyecto de vida del otro, así que no le importa con quién comerciás ni con quién te acostás". La irrupción de Trump lo invita a revisar su biografía y mostrarse como el mejor alumno. En su entorno llegaron a medir la conveniencia de impulsar proyectos para revertir la despenalización del aborto y la derogación del matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque por el momento se los considera demasiado divisivos para un año electoral. La incógnita por resolver es cómo pagará Trump el alineamiento argentino. Milei entendió bien que la adulación es la forma más efectiva de ganarse el corazón del nuevo jefe de la Casa Blanca. Pero lo que necesita la Argentina es su bolsillo. Y en ese aspecto lo que mueve a Trump -negociador nato- es el interés puro y duro. ¿Qué pesará en él a la hora de tratar con el mundo, su pulsión proteccionista ("Estados Unidos primero") o la consolidación de un esquema geopolítico, que requiera ayudar sus aliados? Milei se ilusiona con una internacional derechista que los incluya a ambos, más Giorgia Meloni, Nayib Bukele, el húngaro Viktor Orbán, Benjamin Netanyahu. El nuevo poder norteamericano lo recibió con aplausos, sonrisas y premios durante la investidura presidencial en Washington. De Trump recibió, al parecer, una cariñosa palmada en el hombro. No consiguió el beneficio de que semejante gesto quedara inmortalizado en una foto.