Reflexionar en pareja ayuda a mantener viva la conexión emocional.Un experto en relaciones propone tres preguntas fundamentales para fortalecer el vínculo a largo plazo.
En su columna de Forbes, el experto Mark Travers ofreció distintas claves para revisar la conexión emocional, alinear expectativas y mejorar la convivencia en relaciones de largo plazo
La presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), Mirta Goldstein, advirtió también sobre la falta de leyes de salud mental competentes en el país.
Dejar a un niño solo por primera vez es un paso importante, tanto para los hijos como para los padres. Pero ¿cómo saber si llegó ese momento? La decisión no debería basarse en lo que hacen otras familias, sino en una evaluación consciente y personalizada de la madurez emocional, las habilidades prácticas, las circunstancias y, por supuesto, la seguridad.Juan José Soza Herrera, psicólogo y docente de Continental Florida University, dijo que entre los 10 y 12 años algunos niños podrían permanecer solos por breves períodos. Pero la edad debe verse como una referencia orientativa y no como un criterio absoluto."El niño debe haber desarrollado habilidades emocionales básicas, como saber autorregularse ante imprevistos, manejar el aburrimiento y la soledad sin angustia. Igualmente, debe estar preparado cognitivamente, por lo que es clave que comprenda instrucciones, pueda tomar decisiones simples, sepa identificar situaciones de riesgo y detecte cuándo necesita pedir ayuda", señaló.Asimismo, Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de Clínica Internacional, precisó que la autonomía y la responsabilidad son fundamental al decidir. Un niño que gestiona su tiempo para hacer tareas escolares, cumple normas sin supervisión constante y tiene hábitos de autocuidado â??como preparar un refrigerio o mantener el orden en su espacioâ?? demuestra señales claras de madurez.En esta misma línea, el psicólogo Alberto Alegre Bravo recalcó que, más allá de la edad, es importante considerar factores como el entorno del hogar, la seguridad del barrio y la disponibilidad de adultos cercanos en caso de emergencia.En resumen, para saber si un niño está listo para dicha experiencia, los psicólogos recomendaron que los padres se planteen las siguientes preguntas:¿Puede seguir reglas o instrucciones básicas sin supervisión constante?¿Sabe qué hacer en caso de una emergencia, como una caída, un corte de luz o si alguien toca la puerta?¿Conoce los números de emergencia y sabe cuándo debe pedir ayuda?¿Se siente cómodo y tranquilo cuando está solo, ya sea en otra habitación o en casa por un breve período?¿Demostró que puede cuidar de sí mismo (alimentarse, asearse o entretenerse sin ayuda)?¿Cómo reacciona ante problemas o situaciones inesperadas cuando está sin un adulto?¿Tiene claros los límites de lo que puede y no puede hacer cuando está solo?¿A quién acudiría si algo lo inquieta o si se siente inseguro estando solo?¿Muestra madurez emocional al estar separado de sus padres por un tiempo?¿Qué tipo de temores o ansiedades podrían surgir en el niño?"En este proceso, la confianza cumple un rol crucial. Cuando un niño percibe que sus padres confían en él, se refuerza su seguridad emocional. Esta base de confianza no se construye de forma repentina, sino que es el fruto de una crianza que promueve la escucha, el respeto y la comunicación abierta desde etapas tempranas", aseguró Tuñoque.Comenzar con tiempos breves, establecer normas claras y practicar situaciones posibles es clave para que el niño gane confianza sin sentirse abandonado. La confianza mutua es el eje de todo el proceso."En cuanto a los recursos básicos que debe tener a su alcance, es imprescindible dejarle un teléfono cargado con los números de contacto visibles (padres, vecinos de confianza y servicios de emergencia), una linterna en caso de corte eléctrico, un botiquín básico y, si corresponde, instrucciones claras sobre el uso de algún medicamento", agregó Alegre.Milenka Duarte
"Estoy con la agenda llena", dice Juana Poulisis, psiquiatra especialista en trastornos alimentarios, una realidad que como profesional vive desde un tiempo. La alta demanda trae a su consultorio pacientes con trastornos de ansiedad, trastornos del sueño, cuadros anímicos como depresión, trastornos alimentarios y problemas de adicciones, entre otros. Algo similar sucede con la disponibilidad de turnos de Sabina Alcarraz Robledo, licenciada en psicología y psicoterapeuta cognitivo-conductual, quien admite que desde hace mucho tiempo está con una pequeña lista de espera. "En realidad, después de la pandemia, esto explotó a nivel global y fue cada vez más en aumento. Creo que aún vivimos un coletazo de la pandemia, porque todavía hay gente que llega y consulta y cuenta situaciones que le ocurren desde ese momento", señala. Alcarraz Robledo coincide en que las patologías principales por las que la gente consulta son los trastornos de ansiedad, como ataques de pánico, fobias, ideas obsesivas o Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), y depresión. "A esto se suma la vorágine en la que vivimos todos, esta productividad 24/7, la llamada hustle culture o la cultura del ajetreo o de la autoexplotación laboral", advierte. Y enfatiza: "Es como que está bien visto que todos estemos todo el tiempo agotados y ocupados, produciendo a nivel laboral. Si uno dice que estuvo a mil porque tuvo yoga, psicoterapia y gym no es lo mismo, hasta te pueden decir que sos un vago", explica. Y admite que estamos inmersos en una presión cultural que hace que nuestro sistema nervioso central esté en estado de alerta constante, lo que genera angustia y ansiedad.La cultura de la exigenciaPara María Inés Maidana, psicóloga (MN.36141 MP.93733), la demanda de atención en consultorio con respecto a fines del año pasado, cuando suele ser más intensa, no disminuyó. "Es tanta que la oferta termina colapsando porque es imposible abastecer todas las necesidades de salud y, dentro de ellas, las relacionadas con salud mental", indica. Y concuerda en que, a partir del 2020, tanto a nivel nacional como mundial, hubo una resignificación de la salud mental y de su importancia. "Hoy la gente tiene mucha más conciencia de la necesidad de no llegar a la consulta una vez que el incendio está desatado, sino cuando empiezan a aparecer esas primeras pautas de alarma que indican que uno debería ir a su especialista, en este caso psiquiatra o psicólogo, para comenzar un tratamiento", señala. Entre las causas que repercuten en la salud mental de las personas subraya que las demandas de un mundo cada vez más exigente lleva a una mayor ansiedad y estrés.A la vez, subraya que otros factores pueden incidir en la salud mental de la población como la situación económica, política y social. Es decir, la gente que convive con realidades difíciles presenta signos de estrés y preocupación. Quizás con problemáticas que afectan sus necesidades básicas y emocionales.Por otra parte, dos de los temas presentes en su consultorio se relacionan con las situaciones de duelo y lo que se conoce como FOMO (Fear Of Missing Out). En el primer caso, no se trata solamente de una pérdida por fallecimiento, sino que se refiere a la pérdida que representa, por ejemplo, la ruptura de una pareja, el duelo por perder un trabajo o por perder aquello que generaba un deseo o una ambición. En tanto que el FOMO se refiere al temor de quedarse afuera. "Vivimos en un mundo que nos presenta un ideal de que podemos hacerlo todo porque en un click tenemos 100 pestañas abiertas o porque hay una inteligencia artificial que responde todas las preguntas. Esto nos da la sensación de que podemos estar en todos lados, pero la realidad nos demuestra lo contrario. Esto genera muchísima ansiedad en las personas y es uno de los malestares que más percibo y que más escucho en el consultorio", sostiene.Sistemas sobrecargadosSobre la demora en la atención psicológica o psiquiátrica tanto en el sistema público como en el sistema privado, Mirta Goldstein, psicóloga (MN3612) y presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), considera que en hospitales y prepagas el colapso en los servicios se debe a diversos motivos, entre ellos la baja paga, el gran número de pacientes y la menor cantidad de profesionales. "En épocas de crisis económica aumenta la demanda, pero a la vez se dificulta la consulta privada y los sistemas públicos colapsan. También en épocas de crisis sociales crece la incertidumbre que es otro nombre de la angustia. El problema radica en que cuando no hay posibilidad de consultar a un terapeuta aumentan la automedicación y las soluciones mágicas", advierte. Goldstein coincide también en que, desde la pandemia, se incrementaron las consultas por ansiedad, depresión y pánico. "Esto no se debe solo a la pandemia que favoreció el temor a la muerte y la fobia al contacto físico y social con los otros, sino a la desesperanza y la falta de creencia en el futuro, en los vínculos o en la continuidad laboral", dice. Por su parte, Rolando Salinas (MN72241), jefe de Salud Mental del Hospital Alemán y profesor de Psicología de la Salud de la Universidad Católica Argentina (UCA), sostiene que la experiencia en el hospital es que las consultas en esta área evidenciaron un aumento significativo, independiente de factores estacionales. "Sabemos que este aumento de la demanda es constante, al tiempo que parece no encontrar techo y se verifica en todos los sectores del sistema de salud". Y asegura que las múltiples explicaciones pasan por hipótesis que van desde las consecuencias de la pandemia hasta factores socioculturales. En tanto que detalla que el aumento de consultantes del servicio de salud mental del hospital es de un 50% después de 2020."Por otra parte, la percepción de estrés en nuestra población sufrió un aumento dramático en 2001 que nunca terminó de volver a los niveles anteriores. Los factores investigados incluían no solo lo directamente económico, sino temas sociales asociados, tales como la seguridad, incertidumbre laboral, exceso de horas de trabajo o desocupación, vivienda, disgregación familiar, educación y futuro de los hijos, entre otros", señala Salinas.Asimismo, Poulisis advierte distintos fenómenos que derivan de tanta solicitud de atención que hace que los profesionales, desde los de mayor experiencia hasta los recién recibidos, tengan una altísima demanda. "A diferencia de lo que sucedía hace unos 15 o 20 años cuando el profesional tenía que tener muchos años de trabajo en un hospital o en alguna obra social para luego poner su consultorio particular y atender pacientes, la sobredemanda actual hace que quizás alguien que terminó la carrera hace poco tiempo también tenga su agenda llena", explica Poulisis. Y aclara que otro fenómeno de esta época es el de médicos especialistas que trabajan con un equipo al que derivan pacientes. Pospandemia y virtualidadPor último, Yanina Carranza, psicóloga (MN40641), destaca un factor importante pospandemia, el de la virtualidad. Las consultas virtuales hicieron que muchas más personas se animaran y tuvieran la decisión de empezar terapia. Y subraya que antes la gente tenía que contar con un tiempo extra de viaje y ahora ese tiempo no existe porque pueden tener su sesión desde su casa o en cualquier lugar en donde se encuentre."Esto también repercutió en los profesionales que pueden tener mayor disponibilidad de agenda porque tampoco tienen que moverse de un consultorio a otro", dice Carranza. Y añade que, si bien muchos pacientes quisieron volver a la presencialidad y para los psicólogos es mucho mejor, la virtualidad llegó para quedarse. "La virtualidad facilitó a muchas personas el comenzar, continuar y sostener un proceso terapéutico, esto también produce un aumento de la demanda", finaliza.En tanto, desde el año pasado y lo que va del actual, la demanda en salud mental dentro del sistema público de la Ciudad de Buenos Aires es alta y sostenida. Desde el Ministerio de Salud porteño aseguran que hubo un incremento de los turnos asignados. En estos primeros meses del año, contrastados con los primeros del 2024, estos representan un 32% más. Las fuentes consultadas reiteran la importancia de que los ciudadanos estén empadronados en el sistema público de salud antes de requerir turnos. Las vías para gestionarlos son la línea 147, el WhatsApp de la ciudad, ingresando a la página web del Ministerio de Salud o de manera presencial en los centros de atención.En la provincia de Buenos Aires, existe una línea telefónica que brinda atención y acompañamiento a las personas que requieran asistencia o derivación en salud mental: 0800-222-5462. Las consultas se canalizan a través de los Centros Provinciales de Atención (CPA).
Un tercio de las plazas de psicología de este programa serán destinadas a centros educativos públicos de zonas rurales y urbanas del país
La crisis de salud mental en los lugares de trabajo amenaza la productividad. Sumado a los problemas personales, el mal clima laboral puede generar falta de motivación, "burnout", ansiedad, depresión o estrés, lo que afecta el rendimiento. La salud emocional, clave para la supervivencia empresarial. Leer más
El plan es uno de los más ambiciosos de la historia reciente, dotado con un total de 101 millones de euros
Algunas personas se destacan por generar vínculos positivos y ser referentes apreciados por sus colegas.Son personas que fomentan la empatía, el respeto mutuo y la comunicación abierta. Aquí, sus rasgos principales.
La infidelidad es para algunas personas la peor traición posible. Según expertos, solo una de cada tres personas cree que su relación puede continuar después de una aventura. Sin embargo, terapeutas de pareja advirtieron que, lejos de significar el fin, una crisis de este tipo puede ser el punto de partida para un nuevo capítulo en la relación.Desde el deseo de confesar hasta el temor a que la relación no se recupere, hay preguntas recurrentes que se hacen quienes atraviesan una situación de infidelidad. Un grupo de especialistas consultados por The Telegraph compartieron las preguntas más frecuentes que los infieles plantean en terapia y sus respuestas. La terapeuta Cate Campbell, acreditada por la Asociación Británica de Asesoramiento y Psicoterapia (BACP, por sus siglas en inglés), señaló que la situación no se arregla siempre con un perdón. "A menudo les digo a las parejas que se olviden del perdón, porque en realidad puede ser algo imperdonable", afirmó. En cambio, sugiere centrarse en adaptarse a la nueva realidad.Al respecto, Susie Masterson, coach de relaciones registrada en BACP, señaló que el perdón es un proceso. "No tiene por qué ser blanco o negro, ni suceder de la noche a la mañana. Se puede aprender a perdonar de una manera que separe el comportamiento de la persona", explicó la especialista.Sin embargo, algunos no logran superar la ira. "Es más fácil estar enojado que enfrentar el dolor. Pero si sigues insistiendo una y otra vez sobre lo que te han hecho, la relación acabará", remarcó Campbell. A su vez, la terapeuta dio a conocer que muchas personas no pueden explicar por qué fueron infieles.En estos casos, los terapeutas buscan descubrir qué les aportó la aventura y qué faltaba en la relación. "Si no aceptamos que la relación tenía fallas, ¿cómo podemos repararla?", agregó por su parte Masterson. Entre los desencadenantes más comunes está el fin de la fase de "luna de miel", que a veces se posterga por años debido a compromisos como el matrimonio o los hijos. Otro motivo frecuente es el miedo a la intimidad."Algunas personas, al sentirse muy cercanas a su pareja, se asustan y buscan distracciones", explicó Campbell. Por otro lado, en infidelidades ocasionales, la razón puede estar ligada al estrés. "Muchos hombres evitan compartir sus problemas con su pareja porque sienten que deben ser fuertes. En su lugar, terminan confiando en otra persona y se ven envueltos en una aventura", afirmó la terapeuta.Cuál es la pregunta que los terapeutas recomiendan no realizar a la persona infielSi bien la falta de intimidad puede ser un factor, en las relaciones largas es normal que el deseo cambie. "A los 10 años de relación, muchos hombres y la mayoría de las mujeres ya no sienten deseo espontáneo, sino responsivo, es decir, solo se activa con estímulos adecuados", puntualizó Cate. Aunque no hay garantías de que una persona reincida en este acto, si existen patrones en las personas infieles en serie. "Frecuentemente, se trata de individuos con tendencias narcisistas que sienten que sus necesidades solo serán satisfechas si buscan otras opciones", explicó Campbell. En estos casos, la infidelidad suele estar relacionada con inseguridad y baja autoestima."Nunca recomendaría a alguien que confiese sin razón. Si fue algo aislado y no volverá a ocurrir, puede no tener sentido provocar una crisis innecesaria", definió. Pero si la infidelidad se descubrió, Masterson aconsejó evitar una "autopsia forense" del engaño. "Pedir cada detalle es un mecanismo de defensa para recuperar el control, pero no es lo más saludable", recomendó."Después de una infidelidad, al principio puede haber mucha cercanía y sexo. Pero luego, la pareja engañada entra en pánico y teme exponerse al riesgo de que vuelva a suceder", detalló Masterson. Para reconstruir la relación, los expertos recomendaron programar tiempo juntos, retomar citas y hablar de la intimidad sin tabúes.La terapeuta Esther Perel, citada por The Telegraph, lo resume así: "Si decidieron seguir juntos, deben entender que su primer matrimonio terminó. Ahora pueden construir un segundo". Masterson concluyó que todas las relaciones pasan por rupturas. "La clave es aprender a repararlas", puntualizó.Por Gabrielle Gutiérrez para adn
Ser aficionado puede ser positivo si se mantiene un equilibrio saludable entre la pasión y la vida diaria, pero puede volverse problemático si se convierte en una obsesión
La pareja es una de las principales protagonistas del estudio "36 preguntas para enamorarse"
El próximo 14 de febrero, muchas parejas estarán celebrando el día de los enamorados. Sin embargo, puede existir la posibilidad de que uno considere que su relación no esté pasando por un buen momento y se haya decidido que 'ya no va más', por lo que si se está considerando tomar esa decisión, expertos mencionan cuándo es mejor hablar con la pareja, si antes o después de San Valentín.Las parejas suelen celebrar el día de San Valentín, con regalos como flores, chocolates, peluches, salidas a cenar, y otros planes románticos, pero puede existir la posibilidad de que ya no se tenga esa química, que en un inicio se tenía con la pareja y, por lo tanto, se esté considerando darle fin a la relación y la psicólogo y profesora del Center College de Kentucky, Morgan Cope, ha investigado por qué algunas parejas deciden separarse justo en estas fechas.La experta manifestó que nunca habrá una fecha adecuada para terminar una relación amorosa, y en el caso de San Valentín, pasar esta fecha con alguien por quien ya no se siente nada también puede ser un tema mentalmente angustiante.Ya no es necesario correr: cómo hay que caminar para hacer ejercicio intenso, mejorar la fuerza y el equilibrio"Imagínate elegir un regalo o salir a cenar cuando no quieres estar allí, tener intimidad física con tu pareja con la que no quieres estar. Las rupturas siempre van a ser difíciles, pero no tienes que hacerlo más difícil para ti o para tu pareja forzando algo que no está destinado a ser", aseguró Cope en CNN.Romper una relación antes o después de San ValentínPor otra parte, las redes sociales se han convertido en una vitrina para comparar las relaciones con otros y hasta competir en cuál regalo es mejor, lo que para algunos trae una presión adicional incluso en relaciones de pareja que no tienen futuro.Cope señaló que romper una relación antes de San Valentín libera de organizar cenas y comprar regalos que no van con sinceridad y cariño: "Quieres ser sincero y auténtico con tu pareja, lo que significa no invertir recursos emocionales y económicos en una gran celebración", aseguró.Ella aconseja que quien quiere dar por terminada la relación debe hacerlo al menos una semana antes de San Valentín, puesto que le dará tiempo a la otra persona para procesar la ruptura y hacer planes diferentes con amigos y familiares en esta fecha.Detectan que el grupo sanguíneo de una persona podría generar un envejecimiento más lentoSi aún se tienen dudas de si romper una relación, la psicóloga, Kiara Shelton, terapeuta de Mindpath Health en Texas, aconseja esperar hasta después de la festividad para terminar la relación, dado que después de la emoción de la celebración, la gente tiene una mentalidad más clara para procesar sus emociones.Asimismo, esperar hasta que los festejos terminen le puede dar una visión más clara a la persona en cuanto a si vale la pena continuar con la relación, pues puede disipar dudas y hacer que la gente esté disponible a resolver conflictos en lugar de poner fin a la relación.Cuando se termina una relación justo en vísperas de San Valentín, esa persona, seguramente en sus relaciones futuras, va a relacionar esa mala experiencia con dicha fecha.Por otra parte, quien rompe la relación puede tener un sentimiento de culpa y es normal cuando esto sucede: "La culpa es una emoción social que sentimos cuando estamos cerca de otras personas o pensando en lo que los demás piensan de nosotros", señaló Cope.Aunque estos momentos pueden ser dolorosos, a largo plazo, se puede evaluar que seguir con una persona que no le está aportando algo a la vida de uno puede ser síntoma de pérdida de tiempo."Si nos centramos en el malestar de la ruptura, seguiremos sintiendo vergüenza y culpa. Centrarnos en el crecimiento y las lecciones aprendidas nos ayudará a seguir adelante en futuras relaciones", puntualizó Cope.
Aunque parezcan lo mismo, los psicólogos explican que hay diferencias clave entre la rapidez mental y la capacidad analítica.Mientras que los listos resuelven problemas al instante, los inteligentes analizan y buscan soluciones duraderas.
La ingratitud conductual es conocida como la actitud o el estado de incapacidad de una persona para no reconocer o sentir algún tipo de aprecio por los favores y las cosas recibidas.Sin embargo, las personas desagradecidas suelen contar con habilidades que les permiten desenvolverse bien a través de la manipulación, por lo que es común que al inicio logren engañarlo a uno con amabilidad y después hagan evidentes sus intenciones.La alternativa a tener hijos: ¿solución polémica o necesidad?De acuerdo con una investigación realizada por la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, los sujetos que se identifican con este tipo de desprecio, por lo general, resaltan los aspectos negativos de su vida.También, tienden a considerarse como víctimas en cualquier tipo de situación, destacando que las cosas que recibe siempre pueden ser mejores y si no lo son es porque el mundo es el culpable de todo.De hecho, según los expertos, estas personas habitualmente utilizan ciertas frases durante las conversaciones con las que reflejan su falta de gratitud, lo que ocasiona que vivan con una constante insatisfacción.En ese sentido, estos sujetos plantean expectativas poco realistas y difíciles de conseguir, por lo que viven exigiendo demasiado, al igual que a las personas de su círculo social.A pesar de esto, quienes presentan una ingratitud conductual, generalmente no tienen la capacidad de contemplar la ayuda de otros como una solución para facilitar los procesos.Singapur. El destino que fusiona tradición y modernidadAdicionalmente, se caracterizan por comunicarse de manera hiriente hacia las demás personas, con el objetivo de minimizar los esfuerzos y sacrificios que hicieron por ellos, como si de una obligación se tratara.Cinco frases para contestarle a personas desagradecidasEn caso de que se conozca e interactúe con una persona desagradecida y que no valore las acciones propias se puede responder de una manera respetuosa, pero directa, para expresarles incomodidad con la situación."Aprecio que me digas cómo te sentís, pero también es importante que reconozcas mis esfuerzos"."Entiendo que tengas tu punto de vista, pero me hubiera gustado que me lo comunicaras de otra manera"."Me siento un poco herido por tus palabras"."Creo que podríamos tener una conversación más productiva si ambos expresamos nuestros sentimientos de manera abierta"."Creo que es importante que cada uno valore las cosas de manera diferente, y eso está bien".