El Presidente se metió de lleno en la campaña con una batería de ironías y acusaciones contra el gobernador, rumbo a las elecciones del 7 de septiembre.También lo trató de "burro", "soviético" y "zar de la miseria". Su ejemplo "apto para kicillofes".
El presidente de la Nación cerró el primer congreso de La Libertad Avanza en Buenos Aires con un discurso virulento y con fuerte tono proselitista. Leer más
El director vuelve a presentar un espectáculo en el que el espacio áereo invita a los espectadores a ser parte de la escena. El ritual que envuelve al hincha de fútbol es el eje temático de un show para el que se construyó una cancha, con sus tribunas y palcos, en el Polo Cultural y Educativo Saldías. "La idea siempre es hacer volar al espectador", promete.
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En el Polo Cultural y Deportivo Saldías todo es movimiento. El ensayo en la enorme sala con capacidad para 900 espectadores reúne a un equipo de actores, técnicos, coreógrafos, escenógrafos, músicos. De golpe, un actor camina, salta y vuela por los aires dentro de una gigantesca pelota de fútbol transparente. Puro teatro físico: la impresión es la de estar en una fiesta de los sentidos. Pichón Baldinu le está dando los últimos retoques a su nueva creación. Faltan pocos días para el estreno y él sintetiza su búsqueda con una definición. "Me alucina poner en el aire cuerpos que transmiten un sentimiento y que juegan con el público a la par. Cuando los cuerpos llegan al límite de la euforia, vivo el éxtasis".El realizador, que fue uno de los fundadores del grupo de experimentación teatral La Organización Negra, que recorrió el mundo entero con el espectáculo Villa Villa, de De la Guarda, que hizo trabajos que van desde el diseño aéreo para el musical Tarzán en Broadway hasta la puesta en escena del regreso en vivo de Charly García en Vélez y el Luna Park, tiene un desafío importante. Su nuevo espectáculo, titulado sugestivamente Hincha! Ritual show, propone un viaje hacia el universo pasional y arrebatado del hincha de fútbol, siempre en los bordes y siempre contradictorio, una dimensión a la que accedemos cada vez que seguimos entre la devoción y el sufrimiento a nuestro equipo favorito."Este espectáculo habla del ser humano en estado salvaje. El hincha es un universo que tiene lo más bello y lo más feo de las personas y que se escapa de las convenciones. En algún punto, lo veo como al ser en estado infantil, en su máxima pureza, sin contaminación", explica Baldinu, quien debió atravesar una serie de peripecias para darle espesor al ambicioso proyecto. Al comienzo fue fundamental dar en la tecla con un espacio que se adaptara a las necesidades artísticas. "En todos mis espectáculos, el lugar es clave porque se convierte en un elemento escénico, varía durante el show e incluye al espectador que está activo. Quedé fascinado con este predio por la mística y porque además tiene una cancha de fútbol".Como un sello de sus propuestas, el desplazamiento aéreo, la utilización de escenarios no convencionales, el clima inmersivo y la interacción directa con el público también formaron parte del andamiaje artístico de Hincha!. Él lo explica así: "El teatro aéreo siempre está presente, es lúdico, forma parte de mi lenguaje y lo utilizo porque representa al ser humano viajando por las emociones. Después de vivir los festejos del último Mundial, el aire es directamente la locura". Según el director, la visceralidad de esta propuesta teatral y futbolera tiene ecos de Villa Villa, espectáculo que vibraba con el vuelo de acrobáticos actores y con la participación exaltada del público. "Acá no está tu club jugando, acá estamos nosotros jugando", advierte a los hinchas. "Va a ser un reto hermoso conquistar a los espectadores".Me verás volarPichón Baldinu tiene una larga trayectoria como pionero de un género que renovó la escena, cruzando el teatro con la música, la tecnología, la danza aérea, la ingeniería. La precuela -y a la vez el elemento disparador- de su trabajo sucedió en 1984, cuando viajó a Córdoba junto a sus compañeros de segundo año del Conservatorio de Arte Dramático para ver el espectáculo Accions, de la compañía catalana La Fura dels Baus. Como un choque de planetas, Baldinu, que por entonces tenía 18 años y que venía de estudiar durante la dictadura en un colegio de curas, presenció un espectáculo incendiario que le cambió la vida por completo. Desde ese momento, supo que no quería ser un actor de teatro tradicional o de cine. "La Fura se presentaba en el patio de un colegio, un lugar anticonvencional. Uno de sus integrantes, que solo vestía un pantalón corto y borceguíes, bajó con una antorcha que cayó al lado mío y casi me prende fuego. No podía creer la estética punk de la compañía, el manejo escénico, la temática, los actores. Me voló la cabeza, no podía ponerlo en palabras". A partir de esa experiencia, el colectivo de estudiantes se puso a indagar en un nuevo lenguaje y en la fricción con el espectador. Así, con la primavera democrática y los vientos de cambio como telón de fondo, Pichón se convirtió en uno de los fundadores del rupturista La Negra, antecedente directo de La Organización Negra, grupo de culto de la década de 1980, con legendarios shows, intervenciones y performances callejeras.-¿Qué cosas tomaron de La Fura y en qué aspectos crearon su propia identidad?-Rescatamos lo inmersivo de ellos. Antes no se lo llamaba así: le decían teatro de choque. Pero nosotros inventamos varias cosas. Hacíamos simulacros de fusilamientos en la intersección de avenidas. Uno tiraba cañitas voladoras y todos nos caíamos como si nos hubieran ametrallado. La perfo duraba lo que duraba el semáforo en rojo. Era fuerte, veníamos de la dictadura.-¿Cómo reaccionaba la gente?-La gente no entendía. Nosotros lo llamábamos teatro de guerrilla: tirábamos una bomba artística que duraba segundos y unos panfletos con una receta de fainá por ejemplo. En otra acción, éramos enfermeros que llevábamos a un paciente con una cabeza de chancho en una camilla, le hacíamos respiración boca a boca mientras gritábamos: ¡Se nos va, se nos va!-¿Tenían resistencias desde el teatro tradicional?-Al revés: todo el mundo se corría hacia el under porque ahí se cocinaba algo muy atractivo. Nosotros nos encontrábamos mucho con Batato Barea, Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese o con las chicas de Gambas al Ajillo. Y el público también estaba abierto a lo nuevo, a lo diferente. En el Parakultural o en Cemento surgía una contracultura creativa y fuerte. Por eso el under tuvo un lugar tan copado.-¿Y estaban cerca del rock?-Sí, muy cerca porque Omar Chabán (dueño de Cemento) nos convocó para hacer un espectáculo (UORC) los jueves con La Organización Negra. Aunque no era una noche en que se saliera, el público se prendió y había filas larguísimas. Un jueves nos presentamos antes de Sumo. En un video, aparece Luca Prodan saltando con las chispas de las moladoras de nuestro show. También nos cruzábamos mucho con Los Redondos, Soda Stereo, Los Twist, Clap. Diego Frenkel es un hermano del alma.-Hay investigaciones y ensayos académicos sobre La Tirolesa, el último espectáculo de La Organización Negra, en el que se colgaron con arneses del Obelisco en 1989. ¿Se daban cuenta de la épica del show?-Sabíamos que estábamos haciendo algo que nunca se había hecho, pero la verdad es que estábamos ahí sobreviviendo. Ese espectáculo fue un milagro porque en 1989 era imposible conseguir el Obelisco.-¿Cómo recordás el espectáculo?-Salimos de los ventanales del Obelisco y descendimos por dos paredes laterales. Yo me colgué del lado sur del Obelisco, una experiencia increíble con música en vivo y cortina de agua. Fueron dos presentaciones en un contexto delirante: estábamos en plena hiperinflación, era imposible conseguir los cables de acero para volar porque todos los días cambiaban de precio y nadie te los quería vender.Del under al mundoDespués de la separación de La Organización Negra, vino la diáspora. Junto con Diqui James, Pichón Baldinu fundó en 1993 la compañía De la Guarda, con una propuesta que ensanchaba aún más el campo de acción: su lenguaje combinaba la acrobacia, el andinismo, el fuego y el agua con lo festivo, el desenfreno y un trabajo que apuntaba al impacto sensorial en obras como Villa Villa y Doma. Pero lejos de la historia romántica y lineal del éxito instantáneo del grupo, debió remarla contra viento y marea, sobre todo en los primeros tiempos, cuando se presentaba en Prix D'Ami."Cuando se terminó La Organización Negra, decíamos: 'Ya estamos grandes, ahora qué vamos a hacer'. Había que parir una nueva compañía. De la Guarda significó empezar de nuevo desde cero, con sacrificio y sin un peso. Por eso, titulamos a la obra como Villa Villa. Era como decir: hacelo igual, no parés, armalo con lo que tengas a mano. Eso nos motivó a continuar. Fue una inversión muy fuerte en tiempo, dedicación, trabajo y en buscar guita porque no teníamos un peso".-¿Quiénes los ayudaron económicamente?-Nuestros padres. Cada uno apoyaba como podía y había que ver si le devolvíamos la plata. Por suerte, fuimos hijos responsables y le reintegramos todo lo que nos prestaron.-¿En qué momento Villa Villa se volvió un fenómeno mundial?-Con el espectáculo que hacíamos en el Centro Cultural Recoleta llegamos a festivales en Londres que tenían mucha exposición. Ahí nos vieron algunos productores y tuvimos la virtud de elegir a las personas correctas. Cerramos contrato con los productores de Rent y montamos Villa Villa en Nueva York. Costó imponerlo al principio, el mercado no estaba preparado para un show asíâ?¦-¿No fue un éxito inmediato?-Para nada. En los Estados Unidos nunca habían visto un espectáculo con estas características y estuvo en crisis a punto de bajar de cartel. Fue muy difícil encontrar una manera de comunicarlo, porque era un lenguaje nuevo, nadie había tomado el aire para un espectáculo que no sea de acrobacia o el Cirque Du Soleil. Lo nuestro era más rústico, difícil de explicar, había que vivirlo.-¿Y cuándo empezó a repuntar?-A partir de que empezaron a venir megaestrellas a ver el espectáculo. El primero fue Leonardo DiCaprio, se lo debemos a él. -¿Ahí fue la explosión?-Sí, pero yo recuerdo un momento más fuerte. Fue cuando los productores nos pidieron que armáramos una segunda compañía de De la Guarda para viajar con el espectáculo. Con Diqui (James) nos fuimos a tomar un trago cerca del puente de Brooklyn para celebrarlo, no podíamos vislumbrar bien lo que se venía, pero nos dimos cuenta que finalmente había funcionado.Las grandes ligasLa bomba estaba a punto de estallar: De la Guarda llegó a tener cuatro compañías trabajando en forma simultánea en diferentes partes del planeta. En Nueva York permaneció en cartel durante seis años. Fue un monstruo grande que pisó fuerte: durante once años, se presentó en ciudades tan disímiles como Londres, Tel Aviv, Tokio, Sídney, Ciudad de México, Moscú, Seúl, Atenas, Estambul, Madrid, Valencia, Bogotá. En total, congregó a más de tres millones de espectadores, entre ellos, un arco interminable de estrellas: Madonna, Tim Burton, Michael Douglas, Matt Dillon, Mick Jagger, Michael Jackson, Lou Reed, Harrison Ford y siguen las firmas.Entre las esquirlas del suceso, Baldinu recibió una propuesta irresistible: diseñar la coreografía aérea del musical Tarzán, una mega producción de Disney en Broadway dirigida por Bob Crowley y con música de Phil Collins. Llevado a términos futbolísticos: lo invitaban a jugar en un equipo grande de la Premier League inglesa. El elenco vino a Buenos Aires y alquiló un teatro desmantelado para probar técnicas de vuelo, asesorado por Pichón, quien diseñó un sistema de cuerdas de bungee y arneses para soportar 1600 kilos."Lo viví como una experiencia arriesgada porque yo no vengo del musical. Es más, no me gustaban los musicales. No voy a decir que ahora me encantan, pero los entiendo y son una versión del teatro mucho más compleja. Mi desafío fue llevar la danza, las coreografías, la narración, la música al lenguaje del aire de una manera visceral, pero sin perder la gracia y la picardía del argumento". Pichón también creó y desarrolló junto a su compañía Ojalá para la Exposición Internacional de Zaragoza un espectáculo llamado Hombre vertiente, que narra el universo conflictivo de un artista con el agua como protagonista, obra que fue vista por más de un millón y medio de espectadores.-También te convocaron para hacer la puesta en vivo de Charly García en un momento muy especial, cuando después de su internación volvió a cantar en 2009 en El concierto subacuático en Vélez. ¿Cómo fue esa experiencia?-Fue muy lindo trabajar con Charly. Estaba renaciendo porque el cuerpo le había puesto un tope. Ahí pude ver una vulnerabilidad que nunca le había visto, porque antes estaba montado en caballos de fuego.-La lluvia impidió que se pueda mostrar tu trabajo.-Exacto. Yo había preparado una tirolesa que venía desde las luminarias de la popular y se metía arriba del piano de Charly. En Pasajera en trance, unas hadas iban a volar desplegando telas por el aire. Todo eso se canceló por la tormenta.-De todos modos, pudiste hacerlo al año siguiente, en los conciertos de Charly en el Luna Park-Sí, hice una puesta que elevó a Charly a varios metros del suelo con un andamio y pude completar lo de Vélez. Había que cuidar a García y todo el grupo lo hizo con un amor increíble, fue fantástico. -Has hecho de todo. A la hora de encarar una nueva producción, ¿cuáles son los límites?-Yo creo que no hay límites, salvo los propios. Es importante la capacidad de visión, de comprensión, de manejar un equipo, de comunicarte, de cómo equilibrás los espíritus de todos, del tono que manejás, porque no nos olvidemos que esto se hace con personas y las personas tienen un tema emocional. Todos somos pura emoción.-¿Sos muy meticuloso?-Sí, pero aprendí que mis espectáculos son tan complicados, que esa minuciosidad no tiene que detener la marcha. Siempre llego muy apurado, muy justo, porque mis propuestas necesitan un tiempo de maduración con el público. No es una obra de escenario que ensayás y listo. En mis shows, las cosas cambian a cada segundo. Vos le estás tirando "nafta" al público. No sabés cómo va a responder. Yo quiero que se enciendan todos.Para agendarHincha! Ritual show. Funciones: desde el viernes 25 de abril, de jueves a domingos, a las 20 h. Sala: Polo Cultural y Deportivo Saldías (San Pedro de Jujuy 4, CABA).
Preocupado por transmitir eso la propuesta que estrenará el 25 de abril en un nuevo venue, Polo Cultural y Deportivo Saldías, que se adapta perfectamente a sus necesidades de puesta y que acentúa el contacto del espectador con la propuesta. Anticipo de lo que estrenará el 25 de abril. Leer más
A pesar de que puede sonar un poco peculiar para quienes no están familiarizados con este tipo de preparaciones, el sabor profundo y la textura de la sopa son impresionantes, convirtiéndose en un plato rico en hierro y proteínas
Surgió el desparpajo de Gerónimo Rivera, un juvenil zurdo que no para de gambetear, que se da el gusto de tirar lujos. Y transformó la tarde de verano en el Sur. Con un tiro libre magnífico (sin ángulo y al ángulo), Banfield le ganaba al Belgrano de Walter Erviti, en crisis en Belgrano (dos derrotas y dos empates) y ovacionado por los hinchas locales, en recuerdo de un título local. Acompañado por el Tanque Silva, que a los 44 años quiere seguir jugando.Conducido por Ariel Broggi, Banfield juega realmente bien. Un equipo juvenil, con promesas propias y algunas ajenas, a préstamo. Belgrano no celebra la saludable propuesta de Erviti: ataca mucho y mal, defiende poco y a destiempo. Al menos, rescató el empate en el final, por una mano y con el disparo de Jara. No ocurría mucho, hasta que a los 33 minutos, Gerónimo Rivera, de 21 años, abrió el marcador desde un ángulo excesivamente cerrado y clavó el balón bien arriba. A lo Di María, pensaron algunos. Una obra maestra de un pichón, conocido como Juguete y que fue pretendido por Marcelo Gallardo para River, aunque tiempo después se inclinó por un ejército de experimentados. Alguna vez contó Milton Giménez, de pasado en Banfield, hoy en Boca. "Se la tiramos a Gero porque sabemos que algo siempre va a inventar. Que algo invente, que si venían a atacarlo yo lo defendía", contó alguna vez, a propósito de los jóvenes que llevan el potrero en la sangre. La explosión de todo el estadio, que transformó el "Riveeeeeeeeeeeera, Riveeeeeeeeeeera" en un grito de admiración, resultó todo un símbolo. "Sí, me gusta gambetear. Y sé que eso puede implicar recibir alguna patada, pero bueno. Me gusta atacar, gambetear y hacer goles", contaba.Meses atrás, lo protegía Julio Falcioni. "Cada vez que entra mientras el partido se está jugando, hace un quilombo bárbaro. Cuando ingresa como otras veces a los 45 minutos, pasa más inadvertido. Hay que llevarlo de a poco. Hay momentos y momentos para darle minutos. Si contra River lo hubiéramos metido antes, por la fricción del partido y del encuentro, por ahí hubiéramos tenido que sacarlo antes. Lo vamos protegiendo y lo vamos utilizando en los momentos oportunos". Broggi lo prefiere de entrada, junto con Tomás Nasif (21), Agustín Alaniz (22) y tantos otros. Tiempo atrás, sorprendió porque cruzó de vereda en el Sur. Estaba en Lanús, peroâ?¦ "Yo jugaba en Lanús, pero pude darme cuenta y pasarme a la vereda correcta. Me decían que no podía jugar al fútbol porque era muy chiquito, pero buenoâ?¦ acá está el resultado", recuerda Rivera en declaraciones recientes a ESPN.Firmó un contrato con Banfield hasta diciembre de 2027 con una cláusula de rescisión de 20.000.000 de dólares. El 3 de mayo de 2023, escribió en su cuenta de Instagram: "Dicen que de cada diez que lo intentan, solo uno lo logra, yo seré ese uno, aunque me toque fallar 9 veces.â?½â??ð??½ Feliz de poder firmar mi primer contrato como jugador profesional, agradezco al club @cab_oficial por la oportunidad. Quiero agradecer a mi familia, a mis amigos y representantes que me apoyaron siempre. Sin ellos nada de esto hubiera sido posible".Lo mejor del partidoEn realidad, la primera "explosión" de Gerónimo Rivera fue por la 3° fecha de la Copa de la Liga 2023, cuando marcó un golazo ante Instituto, en Córdoba, en tiempo de descuento. Lógicamente, todavía tiene que desarrollar más el físico (mide 1,68m y pesa 60 kilos) para la alta competencia, pero ya muestra sus condiciones para amagar, frenar y volver a despegar. Tira caños, desequilibra para adelante y también la esconde y sale para un lado o para el otro. Sorprende hasta a sus propios compañeros, como en el tiro libre contra Belgrano, dentro de un partido parejo, sin un dominador elocuente.Así se retiró Fernando Echenique del campo de juego tras el picante cierre de Banfield vs. Belgrano. pic.twitter.com/OPHds0pc0x— SportsCenter (@SC_ESPN) February 7, 2025Rivera es argentino pero tiene raíces chilenas por parte de su abuela paterna, por lo que podría jugar para el seleccionado trasandino. Pero él es demasiado joven para pensar en eso. Por lo pronto, suma minutos con Banfield y se divierte. En un fútbol argentino tan volcánico, resultadista y exigente, no es poco. Lo disfrutan todos menos Erviti, símbolo de otro tiempo de Banfield, que al menos celebró en silencio el 1-1 definitivo, por una mano de López, al límite del cronómetro.En el final del partido el árbitro Echenique se tuvo que ir escoltado por la policía, ya que recibía insultos y le arrojaban cosas desde la platea por ese penal sancionado sobre el final.