parravicini

Fuente: Clarín
21/03/2025 10:36

Los Parravicini y Los Podestá

Descendientes de aquellas legendarias trayectorias, fueron los grandes "capocómicos". Sus figuras reaparecen en el recuerdo, en una realidad que suele mezclar comedia y drama.

Fuente: La Nación
11/03/2025 15:00

Las predicciones de Benjamín Solari Parravicini, el "Nostradamus argentino" cuya sobrina nieta se reunió con Santiago Caputo

La figura del enigmático artista argentino Benjamín Solari Parravicini, conocido por sus dibujos de estilo profético como el "Nostradamus argentino", vuelve a estar asociada al Gobierno después que el asesor más cercano al Presidente, Santiago Caputo, se reuniera en la Casa Rosada con su sobrina nieta.Pintor premiado en el extranjero, Parravicini adujo poder hablar con seres místicos como duendes, hadas y ángeles, a la vez que aseguró haber sido abducido por alienígenas desde un banco en la Avenida 9 de Julio. Influido por el contacto que decía tener con un monje franciscano del siglo XV, entraba en estado de trance para crear obras que llamó "psicografías": dibujos de trazos simples pero significados crípticos que se conjugan con textos de similares características.Durante su vida, pero sobre todo después de su muerte en 1974, sus seguidores han conectado estas predicciones a eventos históricos posteriores a su escritura, como el atentado a las Torres Gemelas. La relación de una psicografía â??"La libertad de Norte América perderá su luz. Su antorcha no brillará como ayer y el monumento será atacado dos veces"â?? con la tragedia del 11 de septiembre de 2001 lo hizo más conocido en el mundo y entonces surgió la asociación con el vidente francés Michel de Nostradamus (1503-1566).La figura de Benjamín Solari Parravicini está muy presente en el entorno e imaginario de Javier Milei, que ya se había reunido con su sobrina nieta en marzo del año pasado. En aquel entonces, Marcela Podestá Costa, la pariente del artista, le regaló una Cruz Orlada, â??símbolo espiritual diseñado por Parraviciniâ?? de 12 centímetros hecha especialmente para el encuentro por un platero de San Antonio de Areco, Martín Pastori.Ahora, el encuentro se reprodujo con su asesor más cercano, a quien Podestá Costa llegó con un reclamo vinculado a la memoria de su tío abuelo y este mismo símbolo.Qué significa la Cruz Orlada, el motivo del encuentro entre Santiago Caputo y la sobrina nieta de Solari Parravicini"Recién en Casa Rosada con Santi Caputo hablando de la Cruz Orlada, de Benjamín Solari Parravicini, y varios temas más. Fue muy lindo conocerte, me encantaron nuestras dos horas de charla. Muchas gracias por la invitación!!", escribió Podestá Costa en el posteo en la red social X que dio a conocer el encuentro en la Casa Rosada.El texto acompañaba una fotografía de ella y Caputo tomándose una selfie delante de una reproducción de una de las psicografías más conocidas de Parravicini: la del Hombre Gris, que hizo tres años antes de morir. "La Argentina tendrá su 'revolución francesa' en triunfo, puede ver sangre en las calles, si no ve el instante del 'hombre gris'", dejó dicho en la que sería su mención final sobre este misterioso personaje, de quien ya había escrito décadas antes, en 1934: "Nuevo sol. Nueva luna. El árbol seco de la Argentina sabrá de una era de nueva lluvia. Llegará hacia su suelo la bendición luego de luchas serias, de encuentros y desencuentros, de soberbios gritos y de gritos vencidos. Llegarán tres jefes y dirán. No serán, mas después serán en fuerza y verdad. Ellos llamarán al hombre a hacer y éste será. Él será un hombre gris".Desde entonces, distintos presidentes han creído ver en su propia figura la clave del Hombre Gris. La profecía tiene especial peso en el asesor de Javier Milei que forma parte del "Triángulo de Hierro", junto al mandatario y su hermana Karina Milei: además de la reproducción de la psicografía en la sede del Poder Ejecutivo, Caputo lleva el dibujo de 1971 tatuado en la espalda.Recién en Casa Rosada con Santi Caputo hablando de la Cruz Orlada, de Benjamín Solari Parravicini y varios temas más.Fue muy lindo conocerte, me encantaron nuestras dos horas de charla.Muchas gracias por la invitación!!@JMilei #BSP#CruzOrlada#VLLC pic.twitter.com/RWtWzfFdbX— Marcela Podestá Costa (@rodstewstew) March 10, 2025La misma visita de Podestá Costa estuvo asociada con el uso que el espacio libertario hace de las creaciones de Parravicini: la mujer llegó con un reclamo acerca del uso de la Cruz Orlada como el símbolo de Las Fuerzas del Cielo, la agrupación libertaria liderada por Caputo que se presenta como "la guardia" del primer mandatario. Durante la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, el pasado 1° de marzo, se vio cómo un pin de la Cruz Orlada adornaba las solapas de Caputo y otros militantes del espacio, entre los que están el influencer Daniel "Gordo Dan" Parisini, el diputado provincial bonaerense Agustín Romo, el Secretario de Culto Nahuel Sotelo y el director titular de Intercargo, Lucas Sagaz.Según Podestá, el Presidente se enteró de que ella estaba bastante "disgustada" con el uso partidario del emblema, y le pidió a Caputo que la llame para conversar. "Llegamos a un acuerdo, y es que la cruz no se va a usar más como amuleto. Una noche, el ángel de la guarda de Benjamín Solari Parravicini, que era fray José de Aragón, le dijo que la dibujara y así lo hizo. Esa cruz se usa para el bien. Yo se la regalo a todo el mundo. No me gusta que se identifique con un partido político, con ninguno. Me parece bárbaro que la usen, con respeto", dijo la mujer acerca del significado de este símbolo.Las profecías más conocidas de Benjamín Solari ParraviciniNacido en Vicente López el 8 de agosto de 1898, Parravicini realizó "psicografías" entre la década del 30 y la del 70, por lo que su obra cuenta con gran cantidad de predicciones.Entre las más polémicas están las profecías que adjudicó a la política argentina. Además de las ya mencionadas que giran alrededor del "Hombre Gris", en 1939 escribió sobre las consecuencias de una división entre dos bandos: "La Argentina despedazada, partida en dos ideas levantará un fantoche de nueva doctrina. La iglesia hará silencio. La oración vencerá". En otro pictograma, asegura: "La 'clase media' salva a la Argentina. Su triunfo será en el mundo".El artista también predijo con más de tres décadas de anticipación que los humanos conquistarían el espacio. "¡Hombres voladores en la era del 60 al 70!", vaticinó en 1938 sobre el alunizaje producido en 1969. En otra profecía del mismo año, acertó que el primer ser en abandonar la atmósfera sería un perro, lo que se cumplió en 1957 cuando la perra Laika se convertiría en el primer ser vivo terrestre en orbitar nuestro planeta a bordo de la nave soviética Sputnik 2. "El can será el primer volador", había redactado Parravicini.En otra psicografía, Parravicini dio su visión de lo que para muchos fue la revolución cubana comandada por Fidel Castro. "Cabeza barbuda, que parecerá santa, más no lo será y encenderá las Antillas", manifestó.Otra de sus predicciones fue relacionada con el asesinato de John F. Kennedy. "Un golfer americano gobierna y le matan joven", escribió Parravicini en 1938. Un cuarto de siglo después, el 22 de noviembre de 1963, el carismático líder demócrata, golfista ávido en sus descansos del Salón Oval, era asesinado en la ciudad texana de Dallas.Para muchos, el último gran acierto de Parravicini fue sobre la pandemia de coronavirus. El artista dibujó, en 1935, un pictograma en que se ve la cabeza de un hombre de aspecto oriental que en su frente tiene una circunferencia que se asemeja al virus visto por un microscopio. Además, en el rostro se insinúa una máscara de oxigeno. "Resfrío de cabeza y garganta será el principio de la gran peste", expresó el artista.

Fuente: La Nación
11/03/2025 01:00

Por qué Santiago Caputo se reunió durante más de dos horas con la sobrina nieta del vidente argentino Benjamín Solari Parravicini

"Recién en Casa Rosada con Santi Caputo hablando de la Cruz Orlada, de Benjamín Solari Parravicini, y varios temas más. Fue muy lindo conocerte, me encantaron nuestras dos horas de charla. Muchas gracias por la invitación!!". Con este posteo en la red social X, Marcela Podestá Costa, sobrina nieta del vidente conocido como el "Nostradamus argentino" fallecido en 1974, dio a conocer una reunión con uno de los vértices del "triángulo de hierro".Recién en Casa Rosada con Santi Caputo hablando de la Cruz Orlada, de Benjamín Solari Parravicini y varios temas más.Fue muy lindo conocerte, me encantaron nuestras dos horas de charla.Muchas gracias por la invitación!!@JMilei #BSP#CruzOrlada#VLLC pic.twitter.com/RWtWzfFdbX— Marcela Podestá Costa (@rodstewstew) March 10, 2025Después de dos acciones muy criticadas, la interrupción de una entrevista periodística al Presidente y luego el entredicho con Facundo Manes en el Congreso, Caputo reapareció en escena y se tomó un tiempo para hablar sobre uno de los temas que lo apasionan: las predicciones de Solari Parravicini, el artista que dibujó, "entre sueños" al "hombre gris" que muchos asocian con la llegada de Javier Milei.Ya en marzo del año pasado, el Presidente y su hermana Karina recibieron a Podestá Costa durante una hora y media, también en la Casa Rosada. En esa oportunidad, la sobrina nieta de Solari Parravicini le llevó de regalo al Presidente una "Cruz Orlada" que le mandó a hacer con un platero de San Antonio de Areco.Sin embargo, hubo un motivo de preocupación por parte de la dos veces huésped de la Rosada: considera que se produjo un mal uso del símbolo "que tiene la propiedad de transformar lo malo en algo bueno", según sus palabras. Y es que la Cruz Orlada, parte de la iconografía de Solari Parravicini, se convirtió en un pin usado por los seguidores de "las fuerzas del cielo". Como acérrima defensora del legado de su pariente, asegura que no debe hacerse con ella un uso político, sino que es "espiritual".Tal como publicó LA NACION, durante la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, tanto Santiago Caputo como otros militantes y funcionarios llevaban en la solapa de sus sacos un pin de la Cruz Orlada de Parravicini.El Presidente, según Podestá, se enteró de que ella estaba bastante "disgustada" con el tema, y le pidió a Caputo que la llame para conversar. "Llegamos a un acuerdo, y es que la cruz no se va a usar más como amuleto. Una noche, el ángel de la guarda de Benjamín Solari Parravicini, que era fray José de Aragón, le dijo que la dibujara y así lo hizo. Esa cruz se usa para el bien. Yo se la regalo a todo el mundo. No me gusta que se identifique con un partido político, con ninguno. Me parece bárbaro que la usen, con respeto", dijo.Y agregó: "Me dio toda la razón del mundo. Adora a Parravicini. Lo sigue hace muchísimo años. Tiene cuadros en la oficina colgados; se tatuó en la espalda una profecía...Es un amor de persona, muy agradable. Estuve dos horas y cuarto con el conversando en su despacho".

Fuente: La Nación
05/03/2025 07:18

Florencio Parravicini, el actor chispeante que surcó las tempestades de la noche, la lujuria y el desenfreno

Aquella noche del 4 de enero de 1938, la gente acumulada en la puerta del edificio ubicado en Avenida Santa Fe 1243, pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires, hacía imposible el correcto trabajo de los paparazzi y de la seguridad que estaba destinada al presidente de la Nación Argentina, Agustín Pedro Justo. En esa velada llovían las figuras del espectáculo nacional porque se estaba inaugurando la Casa del Teatro, por la cual la cantante lírica Regina Pacini le había insistido tanto a su esposo y expresidente de Argentina entre 1922 y 1928, Marcelo Torcuato de Alvear. El evento tenía muchos matices de color, como por ejemplo, que el chef encargado del menú era el capocómico Marcos Caplan y las ayudantes de cocina, las prestigiosas Iris Marga, Luisa Vehil y Maruja Gil Quesada. Sin embargo los presentes seguían expectantes y unos con otros se consultaban al oído cuándo llegaría la estrella de la noche. La misma Pacini se negaba a chocar las copas hasta que el invitado de lujo no llegara al festejo. Y de repente todos quedaron opacados cuando se escuchó la voz burlona y excéntrica del actor Florencio Parravicini, la cual como Moisés, dividió las aguas y se hizo un camino hasta la mesa principal donde se realizaría el brindis inaugural. Por aquellos años, "Parra", como lo llamaba el ambiente artístico, era considerado el Carlos Gardel de la actuación y donde él estuviera, la fiesta y la diversión estaban asegurados. Así, con su copa de champagne en alto, frente a los presentes, entre los que se encontraban actores, políticos e importantes personalidades de la época, se selló la apertura de uno de los templos sagrados de la cultura argentina.Florencio Bartolomé Parravicini Romero Cazón nació el 24 de agosto de 1876, día en que se celebra San Bartolomé y que según la leyenda, es la única fecha del año en la que el diablo anda suelto. Esto, con los acontecimientos que sucederían en su vida, explicaría un poco su personalidad. Su padre, Reynaldo Parravicini, era un importante coronel de la alta sociedad, íntimo amigo de Julio Argentino Roca, Dalmacio Vélez Sarsfield, Nicolás Avellaneda y Domingo Faustino Sarmiento. Mientras que su madre, Rafaela Romero Cazón, aristocrática de origen, era una mujer que secundaba a su marido en todas las decisiones que tomaba, como irse a vivir a la Penitenciaría Nacional cuando lo nombraron director entre 1887 y 1890. Por lo tanto, el pequeño Florencio pasó en sus primeros años de vida de jugar en los parques con sus amigos de apellidos Alvear, Díaz Vélez, Rosas, Saavedra y Anchorena, a interactuar con asesinos, condenados a cadena perpetua y estafadores de bajo calibre.La vida de Florencio Parravicini está marcada por un sinfín de rarezas, alguna incomprobables más que por el legado escrito. Si un guionista de cine escribiera su historia de manera literal, lo tildarían de fantasioso, pero en realidad y según los archivos, todo lo que se describirá a continuación sucedió realmente. En principio, su parto ocurrió de manera espontánea en la sala de armas que la familia tenía en su casona de la Calle Larga (actual Avenida Quintana), a metros del Cementerio de la Recoleta que en esa época era llamado "El hueco de las ánimas". Hermano menor de Silvina, Nicolás, Reinaldo, Jacobo y Rafael, vio la luz en plena clase de esgrima de su padre. La escena tragicómica se dio porque su madre, Rafaela, no llegó a su habitación donde se realizaría el parto y entre sables, floretes, pistolas, trabucos y lanzas, "Parra" dio su primer llanto.Histriónico y verborrágico como pocos, el pequeño Florencio fue inquieto desde siempre. Todo lo contrario a sus hermanos, de los cuales no hay registros por sobresalir en ninguna área que no sea la ganadería, ya que la familia tenía tierras en gran parte del país. Solo su sobrino lejano, Benjamín Solari Parravicini, que fue quien dio sus profecías y dibujó el famoso "hombre gris". Pero su sangre efervescente no provenía de sus contemporáneos descendientes, sino de sus exóticas raíces.Cual embudo de eximias personalidades de la historia universal, en el bueno de Parravicini convivían resabios de Giacomo Casanova, Napoleón Bonaparte y Juan Manuel de Rosas. El árbol genealógico sería: su padre Reynaldo fue hermano de leche del general Lucio Mansilla, hijo de Agustina Rosas, hermana del mencionado Juan Manuel. Mientras que por otra vía, Florencio era también nieto de Jacobo Parravicini di Casanova, embajador del Imperio Austrohúngaro, pariente político de Napoleón Bonaparte y descendiente directo del Giacomo Casanova, el icónico seductor que enamoraba a sus doncellas de forma serial. Por su parte, Jacobo, quien ostentaba el título de marqués, fue el primer Parravicini afincado en la Argentina, que años después, tras convertirse en uno de los hombres más adinerados de la región, fundaría la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en 1854. Una combinación de energías que moldeó su ambición y le propulsó el instinto aventurero y conquistador, en todos los sentidos de la palabra.Su adolescencia fue un tanto turbulenta. Fue expulsado a los ocho años del colegio de las Inglesitas del barrio de Flores y de la Academia Británica, y lo mismo sucedió en el San José y el San Luis. La primera vez que se fugó de su hogar fue a los 14 años, cuando junto a su amigo Adrián González se unió a la Revolución de 1890 organizada por Leandro N. Alem y Bernardo de Irigoyen para derrocar al presidente de turno, Juárez Celman, íntimo amigo de su padre. Llegó al status de sargento por sus cualidades de liderazgo y por su afinada puntería, sin embargo decidió regresar a su hogar cuando su compañero murió de un balazo. Ya de vuelta en la penitenciaría se encontraría con Juan B. Justo, un exaliado de batallón, con la diferencia que "Parra" estaba del lado de afuera, y Justo tras las rejas.Pese al mal trago experimentado, su alma inquieta no paró. A los 16 años instaló una agencia de lotería con un socio que tenía, como él, esperanza de una vida independiente sin los beneficios que le daba su apellido. El emprendimiento fracasaría en menos de dos meses debido a las peleas internas que se sucedían en la diaria. "Parra" no quería vender ningún boleto de lotería porque decía todos los días que intuía que esa jornada ganarían la grande. Él le daba un dinero a su socio por la mitad de la venta que no se hacía, pero tampoco ingresaban ganancias por lo que rápidamente cerraron el negocio y la amistad se consumió entre números, deudas y sueños inconclusos.Travesía de derrocheSu tercera gran osadía fue irse a Europa, donde decía que le esperaba el éxito de sus descendientes. El joven se vanagloriaba de su árbol genealógico de dudosa precisión. Para tal empresa eligió a un compañero de vocación mecánica, mientras él prometía a sus familiares irse a estudiar Ingeniería a Bruselas. Una sutil mentira, ya que el destino elegido en realidad fue París, donde se gastó todos los ahorros que su madre le había dado para sostener su estadía estudiantil hasta que consiguiera un trabajo estable. Su padre ya había muerto a sus 10 años, y tras dos meses de surcar las tempestades de la noche, la lujuria y el desenfreno, se quedó sin dinero y fue gracias al cónsul argentino en Francia -que era amigo de la familia- que pudo regresar al país.Con su madre harta de sus vaivenes de derroche, se fue a Tierra del Fuego, donde según cuenta su leyenda, fue a cazar lobos hasta que se incorporó a la tripulación del Fasce Ferrara, comandada por el pirata Maine, la cual se dedicaba a robarle la mercadería a los navíos de pesca de la zona y contrabandearla a los mejores postores. Otra vez su coto lo impondría la Policía, cuando el buque oficial Villarino apresó a los delincuentes en pleno mar abierto con todo un cargamento recién robado. Claro, el apellido de Florencio seguía jugando su función de hábeas corpus y el oficial Hermelo, encargado del operativo, metió presos a todos menos a él, quien fue devuelto a su familia como una penitencia divina.Parravicini ya tenía 19 años y todavía no había indicios de una vida de actor. Si sus primeras dos décadas hubiesen sido un diario, la sección Espectáculos estaría vacía y la de Policiales, completa con las crónicas más irreales. Pero todo fue peor cuando su abuelo y prestigioso diplomático Jacobo Parravicini murió y el joven Parra heredó una fortuna que se contaba en 80 mil ovejas, una estancia cerca del Río Colorado, inmuebles en los barrios de Once y Centro, joyas y algo de dinero en efectivo. Así se puso en marcha su segundo intento de conquista europea, ahora ya sin mentiras ni excusas de estudio, sino con la autoridad de un joven millonario que quería una vida de bon vivant en la Europa de la primera posguerra mundial. Esta vez su periplo duró mucho más, seis años aproximadamente, donde dilapidó su fortuna entre los cabarets de Montmartre y los casinos de la Costa Azul. Su última libra esterlina la dejó en un casino en Montecarlo, donde lejos de deprimirse se envalentonó para pensar de qué forma se ganaría la vida. Mucho tiempo después, en una entrevista que le dio a César Tiempo, su agente literario y encargado de su biografía, diría: "Si no me hubiera perdido esos campos y todas esas propiedades, hoy sería un viejo estanciero de esos que bajan a la ciudad cada 10 años a preguntar si ha cambiado el Gobierno, a darse un atracón de carne en La Cabaña o en el Maipo a ver cualquier espectáculo de la época. [...] ¡Qué me quiten lo bailado!".Las crónicas que él mismo relataba indicaban que en su estadía europea de derroche trabajó de tirador profesional, profesor de patinaje, aviador, domador de leones, corredor de autos en Berlín y cantante de varieté en la internacional Champs Élysées. Tal fue su éxito en la Ciudad de las Luces, que al regresar a Buenos Aires se ofrece como tirador profesional a Carlos Seguín, empresario del juego en los casinos de Buenos Aires. Él se presentaba como el único tirador capaz de acertarle a una moneda arrojada al aire, apagarle un cigarrillo a su compañero de show o atravesar el cuello de una botella a 20 metros de distancia. Con semejante currículum, fue contratado por 100 pesos diarios. Con shows que se repetían por el asombro que causaba en el público, comenzó una impensada gira por Montevideo, San Pablo y Río de Janeiro con el objetivo puesto en regresar al Viejo Continente, donde se dio el gusto de presentarse en Ámsterdam, Bruselas y Lisboa. También pisó el escenario del Teatro Olympia en París, esta vez como una celebridad y no un forajido cazafortunas.Comienzos del éxitoEn su regreso a Buenos Aires, el aprendiz de artista ya era una figura de renombre. Tal vez le faltaba prestigio y constancia pero no tardarían en llegar. Era el año 1906 y montó su show propio llamado Concierto Varieté, en una sala ubicada en Avenida Rivadavia entre Salta y Santiago de Estero, con un éxito arrollador. Él era el único tirador capaz de disparar de espalda a su objetivo mirando a través de un espejo. Ese cuadro era la sensación de la noche. Además tenía el don de contar lo que fuera con gracia y la intuición de acertar con sus bromas. Aunque siempre en tono irónico y doble sentido que hacía que ninguna de sus presentaciones fueran aptas para todo público, por el contrario, más de uno se ofendía y se retiraba del recinto, lo cual aprovechaba a su favor para hacer reír más a la fervorosa platea.El ingreso de Parra a la actuación se dio en 1906, a sus casi 30 años, cuando en la sala El Parisien estrenó su olvidada obra Los tres infiernos y fue descubierto por José Podestá, quien le propuso ingresar en su obra El panete, en el Teatro Apolo. En su debut actoral ya con la compañía de Podestá, se negaba a estudiar la letra y cumplir con las pautas establecidas por el autor y director. Así comenzó a hacer un culto de la improvisación, que por aquella época se decía "morcilleo". Su primera función fue "al toro", como se dice en la jerga teatral, y el público estallaba de risa por sus silencios, por mirar al apuntador que tenía la letra escrita en cartulinas y por desorientar a sus compañeros, a quienes nunca les daba los pies esperados.Su fama en pleno ascenso iba de la mano de su impronta de libertino, de lo que trascendía de su vida privada y de lo que alardeaba tanto fuera como arriba del escenario. Se estima que entre 1906 y 1940, el actor interpretó más de 300 obras de teatro, mientras comenzó a incursionar primero en el cine mudo y luego en el sonoro. Su primer film fue Hasta después de muerta en 1916, les siguieron al año siguiente Tierra argentina Dios te bendiga y Por mi bandera, y no paró más de filmar hasta su consagración con una cinta de su propia autoría, Melgarejo, que protagonizó junto con Mecha Ortiz en 1937. Su particular rostro, el cual años después se asociaría al actor italiano Totò, lo hacía distinto. Un gentleman de la sociedad, locuaz, chispeante y de espíritu reo. Una combinación eficaz para el espectáculo argentino que parecía adormecido por la corrección de las estrellas de la época, Enrique Muiño, Francisco Petrone y Elías Alippi.AmoresDe los romances de Florencio Parravicini podrían escribirse varios ensayos con supuestos y trascendidos, ya que el actor tenía fama de muy mujeriego. Sin embargo se le conocieron solo dos mujeres. Su esposa Sara Piñeiro, sobrina nieta del escritor José León Pagano y sobrina de la actriz Angelina Pagano, con quien se casó a los dos meses de conocerla; y su tormentoso romance de menos de tres años con Pepita Avellaneda, aunque se decía que Parra amó a todas las mujeres que conoció y con las que compartió cartel en teatro y cine. El actor justificaba su ansiedad sexual en su antepasado Giacomo Casanova, que lo motivaba a seducir sin límites.En la década del 30, Parravicini era una de las mayores celebridades del espectáculo argentino. Ganaba por mes más de 10 mil pesos, cuando los actores más encumbrados de la época, no superaban los 1500. El público lo amaba y sin importar qué obra o película protagonizara, en las boleterías se repetía la misma frase: "Una, dos o tres entradas para la de Parra". Así se sucedieron films como la primera versión de Los muchachos de antes no usaban gomina, en 1937, y Tres anclados en París, de 1938, con un éxito inédito para la época.En su mayor esplendor, cuando su figura se emparentaba con el mito de Carlos Gardel tras su accidente, en 1935, le detectaron un cáncer de pulmón que lo dejaría malherido en sus años de mayor reputación. Ya en el epílogo de su vida, el actor -que también era pintor, escritor, escultor y músico (tocaba a la perfección el piano, cello y violín) y hablaba cuatro idiomas- en una entrevista que dio en 1938 al desaparecido diario Crítica, confesó: "Si empezara mi vida de nuevo, lo haría directamente con mi profesión de actor".Los últimos trabajos de Parra fueron La vida es un tango (1939) y Carnaval de antaño (1940), ya casi al borde de una salud aceptable que le permitía mantenerse en pie. Según su amigo y secretario Pablo Cumo, el 24 de marzo de 1941, Parra le susurró al oído: "Amigo, llegó el momento del pistolazo". Un día después, el 25 de marzo a las 10 de la mañana, cumplió su sensación y con una energía sorprendente escribió en un papel: "Perdóname Sarita". Minutos después se disparó en la sien derecha, mientras su mujer estaba en la habitación contigua. Sus restos descansan en el Cementerio de Olivos, y un monumento en su honor realizado por José Fioravanti embellece la Plaza Lavalle, en el centro porteño.




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