El italiano alaba a Prevost como "un hombre de paz" y se muestra conforme con su elección. Sobre su propio futuro se limita a decir: "Dejo que el Señor actúe"
El actual secretario de Estado del Vaticano dijo tenerlos en sus oraciones para ayudar en sus dilemas económicos y espirituales
ROMA.- A la espera de las siguientes votaciones del cónclave, tras una segunda fumata negra este jueves por la mañana, las casas de apuestas internacionales actualizan sus pronósticos para el próximo papa y en la disputa cabeza a cabeza entre los dos cardenales favoritos, el filipino Luis Antonio Tagle supera por primera vez al italiano Pietro Parolin.Los analistas de apuestas de la casa William Hill ofrecen a 3 los boletos de Tagle, frente a los 3,50 del secretario de Estado vaticano, que fue el segundo del Papa Francisco durante su pontificado. Otros dos cardenales italianos, Matteo Zuppi y Pierbattista Pizzaballa, resisten con seis, mientras que el ghanés Peter Turkson sube de 5 a 9.El salto más significativo en las probabilidades es el de Jean-Marc Aveline, el protegido de Bergoglio: el purpurado francés se ofrece ahora a 18, frente a los 33 de hace seis días.En la lista de las casas de apuestas también aparece el estadounidense Robert Francis Prevost, un cardenal en ascenso pero que de momento todavía se encuentra fuera de la clasificación, con 50.Próxima votaciónEl humo negro que salió de la chimenea de la Capilla Sixtina indicó esta mañana que los cardenales reunidos en cónclave aún no eligieron al nuevo papa que guiará a la Iglesia católica romana.Miles de fieles se congregaron en la plaza de San Pedro para esperar a que el humo saliera por la chimenea del techo de la capilla, lo que ocurrió poco antes del mediodía (7 en la Argentina), lo que marcaba el final de la sesión matinal en la que se celebran dos votaciones.Los 133 cardenales menores de 80 años comenzaron el miércoles un proceso secreto y muy ritualizado, encerrados en un completo aislamiento para elegir al sucesor del difunto papa Francisco. Los cardenales queman sus papeletas y las mezclan con sustancias químicas para mostrar cómo va el proceso: el color negro indica que aún no se ha elegido papa y el blanco anuncia que hay un nuevo pontífice. Está previsto que el jueves por la tarde se celebren dos votaciones más, y se esperan posibles señales de humo a partir de las 17.30 (12.30 GMT), en caso de que haya fumata blanca tras la primera ronda, o unas dos horas después si hay que esperar a la segunda.En la votación de este año participan 133 cardenales de 70 países, una cifra récord, frente a los 115 de 48 nacionalidades del último cónclave, un crecimiento que refleja los esfuerzos de Francisco por ampliar el alcance global de la Iglesia. Si resulta obvio que ninguno de los dos favoritos hasta el momento -Parolin o Tagle- puede ganar, se espera que los votos se dirijan a otros aspirantes, y que los electores se agrupen en torno a la procedencia geográfica, la afinidad doctrinal o las lenguas comunes.Otros "papabili" ("papables" en italiano) son el francés Aveline, Prevost, Pizzaballa, el húngaro Peter Erdo y el filipino Pablo Virgilio David.Durante el cónclave, los cardenales permanecen aislados del mundo, juran guardar el secreto, se les confiscan los teléfonos y las computadoras, y se los traslada entre la Capilla Sixtina, donde votan, y dos casas de huéspedes del Vaticano, donde duermen y cenan.Antes de que comenzara el cónclave, algunos cardenales ofrecieron diferentes valoraciones de lo que buscan en el próximo papa. El pontificado relativamente progresista de Francisco ha estado marcado por amargas divisiones entre tradicionalistas y modernizadores.Algunos han instado a la continuidad con su visión de una mayor apertura y reforma, mientras que otros anhelan dar marcha atrás y abrazar tradiciones que se están perdiendo. Muchos han señalado que desean un papado más predecible y mesurado.Agencias ANSA y Reuters
El cónclave podría extenderse varios días: ¿cuánto suele durar?Roma espera el humo blanco: quién será cuándo se anuncia el nuevo Papa.
ROMA.- Los grandes protagonistas del cónclave que comenzará dentro una semana -el 7 de mayo-, serán 133 cardenales electores, es decir, menores de 80 años, esto está claro.Pero en estos días de congregaciones generales, como se llaman las reuniones pre-cónclave, como es sabido también participan los cardenales mayores de 80 años. Algunos de ellos, aunque no ingresarán a la Capilla Sixtina para elegir al 267° Pontífice de la historia, también tienen un rol crucial. Se trata de los denominados "grandes electores" , "king makers" o "influencers", que son los grandes estrategas detrás de las campañas que, en estos días de frenesí, se van tejiendo para impulsar las candidaturas papables. Ellos trabajan para influenciar a los demás, sobre todo a los más novatos, no sólo en el Aula del Sínodo, donde tienen lugar las congregaciones generales, sino también fuera del Vaticano, en cenas, reuniones y encuentros informales.Detrás de la candidatura del gran favorito, el cardenal italiano, Pietro Parolin, de 70 años y secretario de Estado del papa Francisco, se encuentra el cardenal Beniamino Stella, de 81 años, pudo saber LA NACION de fuentes informadas.Stella, que pasó la mayor parte de su vida en el servicio diplomático -fue nuncio (embajador del Vaticano) en diversos países africanos, en Cuba y en Colombia- en la séptima congregación general que tuvo lugar este viernes, tomó la palabra. Y causó shock. Stella, prelado en quien el arzobispo de Buenos Aires confiaba desde antes de ser electo papa, en marzo de 2013 -y a quien designó prefecto de la Congregación para el Clero en septiembre de ese mismo año y cardenal en 2014-, salió con los tapones de punta a atacar a Francisco, según filtró un cardenal presente.Lo acusó de "haber pasado por alto la larga tradición de la Iglesia" que vincula el poder de gobierno con los órdenes sagrados, y de haber, "impuesto, en cambio, sus ideas", al permitir por primera vez que laicos y mujeres puedan tener cargos de gobierno en la curia romana. Criticó, así, la constitución apostólica "Predicad el Evangelio", con la que el papa argentino reformó drásticamente a la curia romana, del 19 de febrero de 2022. Este documento permitió, en efecto, que por primera vez en la historia una monja, Simona Brambilla, fuera nombrada por Francisco en enero pasado "prefecto" del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el ministerio que se ocupa de todos los religiosos y religiosas de todo el mundo."En estos días hemos escuchado a varios que critican al papado de Francisco, pero el discurso de Stella fue el más duro", contó a LA NACION un cardenal, que pidió el anonimato. Stella es considerado el estratega de la campaña para impulsar la candidatura de Pietro Parolin, "con el argumento de que es necesario que, después del papado de Francisco, que creó desorden y confusión, hace falta una figura moderada y diplomática, como la del secretario de Estado, para volver a poner las cosas en su lugar", contó por lo bajo otro purpurado.El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio y también de la "vieja guardia" de los diplomáticos, también impulsa la candidatura de Parolin, el más conocido entre los 133 cardenales de 71 países representados en el cónclave. Según pudo saber LA NACION, el cardenal Re, de 91 años y otro purpurado con influencia, pidió a todos los purpurados intervenciones de no más de cinco minutos. Hay poco tiempo y todos deben tener oportunidad de expresarse. Pero este miércoles el cardenal Joseph Zen, de 93 años, y obispo emérito de Hong Kong, no obedeció. Habló durante 15 minutos, hasta que le pidieron que se detuviera. Aunque siempre fue muy crítico del acuerdo provisorio sellado por la Santa Sede con China para la delicada cuestión de la designación de obispos, Zen no habló de eso. Sino que intervino para denunciar la sinodalidad (caminar juntos, escuchar y darle más responsabilidades a los bautizados), la gran apuesta de Francisco.Congregación generalEn un encuentro con periodistas, el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, informó que en la reunión de este miércoles, en las que había 181 participantes, entre ellos 124 electores, tal como había anticipado LA NACION, se habló principalmente sobre la situación económica y financiera de la Santa Sede. "En la primera parte de la mañana, los trabajos se centraron especialmente en la situación económica y financiera de la Santa Sede", contó Bruni, que detalló que el cardenal alemán, Reinhard Marx, coordinador del Consejo para la Economía, presentó un panorama actualizado de los desafíos existentes y de los temas críticos, ofreciendo propuestas orientadas a la sostenibilidad y reiterando la importancia de que las estructuras económicas sigan apoyando de manera estable la misión del papado".Luego el cardenal estadounidense, Kevin Farrell, hombre de confianza de Francisco que, además de camarlengo -el gestor de este período de sede vacante-, es presidente del Comité de Inversiones, habló sobre el papel y las actividades de ese ente. A su turno el cardenal austríaco, Christoph Schönborn, presidente de la Comisión Cardenalicia para la Supervisión del Instituto para las Obras de Religión (IOR), ofreció una reflexión sobre la situación actual del Instituto. El cardenal español Fernando Vérgez Alzaga (otra persona de confianza, que fue durante años secretario privado del cardenal argentino Eduardo Pironio), presidente emérito de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano (sucedido por voluntad de Francisco por otra mujer, la monja italiana Raffaella Petrini), "explicó a continuación algunos detalles relativos a la Gobernación, haciendo referencia también a algunas obras de reestructuración de edificios estatales y al apoyo prestado a la Sede Apostólica. Por último, intervino el cardenal polaco, Konrad Krajewski, Limosnero Apostólico, que ilustró el compromiso del Dicasterio con el Servicio de la Caridad, informó Bruni.El vocero contó que en la segunda parte de la mañana los cardenales siguieron con sus discusiones y que hubo 14 intervenciones. "Entre los temas tratados, se destacó una reflexión sobre la eclesiología del Pueblo de Dios, con especial referencia al sufrimiento causado por la polarización al interior de la Iglesia y las divisiones en la sociedad", también contó el director de la Sala de Prensa, que asimismo consignó que otro tema fue "el valor de la sinodalidad, vivida en estrecha conexión con la colegialidad episcopal, como expresión de corresponsabilidad diferenciada"."La cuestión de las vocaciones sacerdotales y religiosas ha sido abordada en diversas ocasiones, considerada en relación con la renovación espiritual y pastoral de la Iglesia. Varias intervenciones hicieron referencia explícita a los documentos del Concilio Vaticano II, en particular a las Constituciones Apostólicas Lumen Gentium y Gaudium et Spes.Se habló de evangelización, subrayando "la necesaria coherencia entre el anuncio del Evangelio y el testimonio concreto de la vida cristiana", también dijo.Sin saber que, en verdad, tuvo lugar un fuerte ataque al pontífice muerto de quien había sido hace mucho tiempo alguien en quien Jorge Bergoglio confiaba, Bruni hizo saber que las congregaciones generales se reanudarán el viernes a las 9 de la mañana. Mañana, 1 de mayo los cardenales, que aparecen cada vez más abrumados al acercarse un cónclave de resultado incierto, se tomarán un día de descanso. Así, las dos grandes facciones -conservadora y progresista-tendrán más tiempo para seguir hablando, operando, influenciando, con el fin de sumar votos en favor de sus candidatos.
ROMA.- En el los días anteriores al cónclave del 2013 el gran favorito era el cardenal italiano, Angelo Scola, arzobispo de Milán. Pero Scola, que entró como papa al cónclave, salió como cardenal. Y fue electo un desconocido arzobispo de Buenos Aires que eligió llamarse Francisco. A una semana y un día del comienzo del cónclave que deberá elegir a su sucesor, los diarios italianos tampoco tienen dudas de que el gran papabile es un italiano: el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, número dos de Francisco. ¿Pero también él, como le pasó a Scola, podría entrar papa y salir cardenal?Es la pregunta del millón, porque, más allá de la lealtad que siempre le demostró al papa Francisco, Parolin también tiene sus puntos débiles, que van más allá de la presión que reina en las reuniones pre-cónclave para que, después de 47 años, vuelva a haber un papa italiano. El último fue Juan Pablo I, el papa de los 33 días, en 1978, al que le siguieron luego un polaco, Juan Pablo II (1978-2005), un alemán, Benedicto XVI (2005-2013) y un argentino.Pero empecemos con los muchos puntos a favor de Parolin: se trata de un purpurado muy amable y moderado, hábil diplomático, que muchos creen que calmaría los ánimos después de un papado que a nivel interno crispó las aguas, considerado por algunos demasiado informal y disruptivo.Todos los analistas coinciden en que el cardenal de origen véneta entrará a la votación con una posición privilegiada y un buen paquete de votos. De 70 años y de estilo curial en las antípodas con su exjefe, es el candidato más conocido en medio de un colegio de cardenales electores nunca tan internacional (71 países representados), numeroso y variopinto (¿alguien sabe dónde queda el archipiélago-reino de Tonga, en Oceanía?).Durante su mandato, Parolin, que de niño jugaba con misas y decía que quería ser papa de grande, hizo viajes por todo el mundo y por eso es el más conocido entre cardenales electores que lamentan no haberse visto casi nunca.Por otro lado, según las normas de la Universi Dominici Gregis (la constitución apostólica que es "la biblia" del cónclave), Parolin, como es el mayor de los cardenales-obispos, será quien dirigirá el cónclave. Tanto el decano del Colegio cardenalicio, el italiano Giovanni Battista Re, como el vicedecano, el argentino Leonardo Sandri, en efecto, son mayores de 80 años y no pueden ingresar a la Capilla Sixtina. Además, se presenta como un candidato de continuidad, al haber sido el número dos de Francisco; aunque muchos cuestionan esta interpretación.Secreto a vocesEntre los puntos débiles, más allá de que no tiene experiencia pastoral -sólo vivió un par de años en una parroquia-, el primero es que, como ocurrió con Scola en 2013, no cuenta con el apoyo de los 19 cardenales italianos que participarán de la votación. Estos no son un bloque compacto. Están divididos y compiten entre ellos. Parolin, en efecto, se enfrenta a otros dos candidatos considerados "papables": el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bologna y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, de 69 años y en línea con Jorge Bergoglio; y el patriarca latino de Jerusalén, Pier Battista Pizzaballa, de 60 años e impulsado por un ala conservadora.La división de los italianos también tiene que ver con algo que los diarios italianos apenas insinúan, pero que es un secreto a voces. Si bien Parolin fue designado por Francisco como su número dos en agosto de 2013 y lo hizo volver a Roma desde Venezuela, donde fue nuncio (embajador vaticano), muchos saben que, con los años, se fueron distanciando. "Aunque Francisco lo designó como secretario de Estado, con el paso del tiempo se dio cuenta de que ya no confiaba en él, todos lo saben", aseguró a LA NACION un obispo italiano que prefirió el anonimato y que no ocultó su "terror" a que, de ser electo Parolin, pueda frenar ese "reflorecimiento de la Iglesia" que trajo el papa argentino. "No puedo creer que haya diarios italianos que callen esto y que digan que Parolin es el favorito 'porque fue el hombre fuerte de Bergoglio', algo que no es verdad", lamentó.Lo cierto es que el propio Papa en los últimos meses de vida se ocupó de hacer entender que Parolin no era su apuesta para el cónclave, ni su delfín. En febrero, poco antes de ser internado en el Gemelli y pensando en su sucesión, Francisco decidió extender el mandato como decano del colegio cardenalicio a Re, de 91 años y que ya llevaba cinco ocupando ese cargo.Entonces, no dio explicación alguna sobre su decisión. Pero a nadie se le escapó que, como el decano del colegio cardenalicio juega un papel fundamental en la "sede vacante", prefirió dejárselo a Re, que por edad no puede ingresar al cónclave. Todo el mundo recuerda que en el cónclave de 2005 posterior a la muerte de Juan Pablo II, el decano del colegio cardenalicio era Joseph Ratzinger, y que fue él, como tal, quien presidió tanto el funeral como la misa pro-eligendo Pontífice, dos momentos que le permitieron consolidar su candidatura.Si Francisco no hubiera renovado el mandato de Giovanni Battista Re como decano del colegio cardenalicio, es muy probable que los 12 cardenales-obispos encargados de elegir al purpurado que debía ocupar ese puesto, hubieran optado por Pietro Parolin. Y eso le habría dado a Parolin una enorme visibilidad, disparando sus opciones como papable. Además, Francisco tampoco quiso darle a Pietro Parolin ningún papel relevante en los actos de la pasada Semana Santa, en los que Bergoglio estaba convaleciente.Muchos recuerdan, además, que, durante su última y dura internación en el Gemelli, prefirió recibir antes en su lecho de enfermo a la primera ministra, Giorgia Meloni, que a Parolin, a quien las últimas veces siempre recibió no a solas, sino junto al sustituto, el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra. "En el sustituto sí confiaba, en Parolin, no", aseguró el mismo obispo."Los cardenales italianos que son diplomáticos o de la curia lo quieren hacer papa a Parolin como sea para mantener sus puestos y porque esperan que vuelva a centralizar todo en la Secretaría de Estado, a la que Francisco le quitó no sólo poder, sino también los fondos, lo que sería una vuelta atrás", explicó a LA NACION otra fuente vaticana, que adelantó que mañana, en la séptima congregación general de cardenales, el tema en agenda es la economía."Parolin se quiere presentar como la solución al modo de hacer economía de Francisco, visto como errado por muchos, algo que es una falacia porque detrás de todo el escándalo de la inversión millonaria del cardenal Becciu en Londres, por ejemplo, estuvo Parolin, que era su superior directo y no lo evitó", añadió. "El plan es volver al esquema anterior, de todo centralizado en la Secretaría de Estado, que es lo que produjo la corrupción que intentó cortar el papa Francisco", precisó.Las novedades del cónclaveEn este clima al rojo vivo y de cuenta regresiva, el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, en un encuentro con periodistas confirmó que, al final, serán 133 los cardenales electores que entrarán al cónclave. Dos, en efecto, no podrán participar por razones de salud, hizo saber el Vaticano. Se trata del español Antonio Cañizares, emérito de Valencia y de John Njue, de Kenya. Así las cosas, el próximo Papa necesitará 89 votos (dos tercios) para ser electo.Además, se confirmó que el cónclave comenzará a las 16.30, cuando los 133 cardenales ingresarán a la Capilla Sixtina para la jura previa a la elección, según lo previsto en el Ordo Rituum Conclavis, después de rezar en la Capilla Paolina. Esa tarde habrá solo una votación. Por la mañana, el ya mencionado cardenal Re, decano del colegio cardenalicio, presidirá junto a los 133 cardenales electores la "misa pro-eligendo Pontífice" en la Basílica de San Pedro.Si se repite la tendencia de los últimos dos cónclaves, que duraron apenas dos días, podría haber nuevo papa al día siguiente, el jueves 8 de mayo. Pero habrá que esperar.
Con la muerte de Jorge Bergoglio, de hecho, ha comenzado la inevitable carrera para adivinar quién será el nuevo sumo pontífice. Por primera vez interviene también la inteligencia artificial, cuya predicción, por el momento, es en todo caso similar a la humana.
CIUDAD DEL VATICANO.- En las imágenes de la trasmisión del rito de constatación de muerte del Papa la cámara enfoca al visiblemente conmovido Pietro Parolín, en la Capilla de Santa Marta en Ciudad del Vaticano, junto al féretro de Francisco. Uno de los hombres más cercanos al Santo Padre, es una de las figuras que juegan fuerte entre la lista de posibles sucesores. Nacido en Schiavon, Italia, el 17 de enero de 1955, es secretario de Estado de Francisco desde 2013, también mencionado a veces como "papa adjunto", porque ocupa el segundo lugar después del pontífice en la jerarquía del Vaticano. Parolin, una persona gentil y de hablar suave, sería visto como alguien que continuaría la tradición de Francisco, pero más sobrio y diplomático. A los 14 años ingresó en el seminario de Vicenza y fue ordenado sacerdote el 27 de abril de 1980. En 1983, el cardenal italiano ingresó en la Pontificia Academia Eclesiástica y, tres años más tarde, en el servicio diplomático de la Santa Sede, a la edad de 31 años. Es por esto que su experiencia pastoral es limitada, algo por lo cual es criticado.Pero una carta a su favor es que habla varios idiomas. El cardenal es multilingüe: además del italiano, habla inglés, francés y español.Fue el primer cardenal nombrado por Francisco y también es miembro del Consejo de Cardenales, un grupo creado para asesorar al Papa en la revisión de la Constitución Apostólica sobre la Curia Romana.El cardenal Parolin, uno de los favoritos de los apostadores, es visto como un candidato de consenso entre progresistas y conservadores ya que ha sido diplomático de la Iglesia durante la mayor parte de su vida.Parolin nunca fue un activista de primera línea o ruidoso en las llamadas Guerras Culturales de la Iglesia, que se centraron en temas como el aborto y los derechos de los homosexuales, aunque una vez condenó la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en muchos países como "una derrota para la humanidad".Defendió el poder del Vaticano sobre los líderes de las Iglesias locales, criticando los intentos en Alemania de permitir que los sacerdotes bendigan simbólicamente a las parejas del mismo sexo. Parolin dijo que las Iglesias locales no pueden tomar decisiones que terminen afectando a todos los católicos.También fue el principal artífice del acercamiento del Vaticano a China y Vietnam. Veterano diplomático del Vaticano, supervisó el controvertido acuerdo de la Santa Sede con Pekín sobre el nombramiento de obispos en la China comunista, por lo cual es atacado por los conservadores. Él defendió el acuerdo diciendo que, si bien no era perfecto, evitaba un cisma y proporcionaba alguna forma de comunicación con el régimen de Pekín. A su vez, estuvo involucrado, pero no acusado, en la inversión fallida del Vaticano en una empresa inmobiliaria en Londres que condujo a un juicio de otro cardenal y otras nueve personas en 2021. La oficina perdió decenas de millones de dólares en donaciones de fieles debido a malos negocios y empresarios turbios, podrían jugar en su contra.Parolin conoce bien la Iglesia latinoamericana, ya que antes se desempeñaba como viceministro de Relaciones Exteriores del papa Benedicto XVI, quien en 2009 lo nombró embajador del Vaticano en Venezuela, donde defendió a la Iglesia contra los intentos del entonces presidente Hugo Chávez de debilitarla.De perfil bajo, nunca perdió el contacto con sus raíces. Según afirmó ante el Corriere Della Sera el alcalde de su ciudad natal, Parolin volvía a menudo a Schiavon para celebrar la misa de la iglesia local y pasar tiempo con la gente. Hasta 2024, su cita con la celebración litúrgica del Lunes de Pascua era ineludible.En caso de ser seleccionado, Devolvería el papado a los italianos después de tres papas sucesivos no italianos: Juan Pablo II de Polonia, Benedicto de Alemania y Francisco de Argentina. Agencias AP y Reuters
El número dos de Francisco, un cardenal italiano de 70 años, sonó como una alternativa desde que se agravó su cuadro de salud. Su historia y su vínculo con Venezuela. Leer más
Un prelado de carácter sereno nacido en el norte de Italia, tiene una larga trayectoria diplomática y dirigió importantes diálogos geopolíticos. A sus 70 años, hay quienes lo consideran un potencial futuro pontífice. Leer más