marilina

Fuente: Página 12
05/07/2025 15:29

Marilina Bertoldi sale de gira, el renacimiento de Jurassic World y mucho más

Además, vuelven Green Day, Morrissey y Shakira, se anunciaron las fechas de Lollapalooza y Cosquín Rock 2026, DGO sube shows y documentales de Oasis, y Winona Riders, Indios y El Zar salen de gira.

Fuente: La Nación
09/06/2025 16:00

Marilina Bertoldi: del video que protagoniza Dolores Fonzi y generó un debate en redes a su nuevo disco con influencias de Charly y Spinetta

Después de editar Mojigata, en 2022, y tras una seguidilla de shows de alto contenido performático, Marilina Bertoldi inició su nuevo período de reclusión y deconstrucción de su sonido. Shows en formato dúo de corte más experimental, pocas entrevistas y vuelta a la composición. Un método que le sale casi sin querer y casi a propósito. Pero que de cualquier forma deriva en discos que dan que hablar como pocos otros en el plano del rock local.Así las cosas, Para quien trabajas se convirtió en su nuevo disco como solista, el primero producido completamente por ella y ya tiene fecha de presentación oficial: el 8 de noviembre en el estadio Malvinas Argentinas. En ese contexto, Marilina Bertoldi también le da continuidad a expresar un mensaje que no esquiva la coyuntura, tanto a nivel cultural como político. -Es tu disco más distinto, y lo es de una manera bastante clara. Mucho más despojado tímbricamente. ¿Lo sentís así?-Sí, yo también siento eso. Es un poco a propósito que lo hago, es un poco sin querer. Yo creo que me aburre repetirme y que naturalmente busco cosas nuevas. Y en esa búsqueda encuentro otros sonidos, otras cosas. Y me parece que es necesario, sobre todo ya cinco o más discos incluso, porque tengo otros proyectos y cosas. Es necesario que yo me renueve un poco, si no es aburrido para mí. Ya incluso venía hasta versionando mis temas en vivo, porque ya no los hago como son. -¿Hubo algún momento en el que te diste cuenta que tenías ese sonido, previo a la grabación? -Sí. Fue un momento, fue con "El gordo", que fue uno de los primeros temas que hice. Y en el proceso de ver cómo era la producción de "El gordo", tuve dos caminos muy claros. Fui con un productor con el que yo quería colaborar, pero hizo como una versión del tema que quedó hermosa, pero era más como The Weeknd, era como más pop y todo muy prolijo. Y mi maqueta, que era Charly y Spinetta. Y me di cuenta que aún teniendo toda esa versión y esa producción toda perfecta, me parecía mucho más perfecta la mía. Ahí es donde tiré todo para este lado y fue el momento más claro. Noté frescura y era lo que yo estaba buscando, algo fresco. Porque sentí que si voy a seguir haciendo rock, tenía que encontrarle la manera de refrescar un poco la cara.-Y es tal vez en el que se nota más tu impronta de cantar y frasear, la manera en la que caen ciertas frases...-Total. El enfoque era ese. Era buscar frescura a través de algo que no había agarrado hasta entonces, que era algo súper argentino. Y este tipo de producciones más también de los drama jeans, de producción muy mía; un audio medio home studio. Ahí es donde decidí hacer todo el disco y maquetearlo, tenerlo listo con todos los arreglos y apuntar a que esa grabación y esas maquetas, después al abrirlas en un estudio, quedara todo lo máximo posible. Y fue logrado. Eso para mí es la frescura: lograr que la maqueta sobreviva la mayor cantidad de tiempo posible. Porque en el momento que lo estandarizás, se vuelve otra cosa.-¿Te tuviste que contener mucho para no agregarle ruidos y cosas que son parte de tu estilo?-Hace un tiempo sí me tenía que contener, pero ahora estoy como medio en conflicto con eso. No estoy disfrutando de eso ya. Me saqué las ganas, más allá de que muchos amigos, músicos y no músicos, me vienen diciendo que quieren un tema como los de Sexo con modelos, un poco más metal, un poco más... Ya lo hice, me siento medio farsante cuando repito algo. Estoy todo el tiempo evitando sonar a mí, y sueno a mí igualmente. Pero todo el tiempo que hago algo que de repente se parece a una cosa muy mía, inmediatamente la borro. Me cansé de mí. -¿Y con qué te encontraste que te haya sorprendido de vos misma en este proceso de no sumarle ruidos y capas? -Con puedo hacer cosas no tan raras también, que puedo hacer canciones un poco más radiables. Todavía me cuesta no enrarizar las producciones porque me gustan así. Pero de verdad hace mucho que tengo ganas de poder hacer una canción sin que alguien me diga "está buena, qué rara que es". Siempre es el comentario, pero yo no me doy cuenta de la rareza que tienen, es como que no puedo evitar ponerles algo muy mío que es esa cosa que me divierte. Creo que eso es lo que me sorprendió, que en algunos temas pude lograr eso. Porque uno hace la cosa que hace y es rara y es medio controversial, porque bueno, soy así. No es que no quiero hacer lo otro, es que no me sale. En el proceso de intentarlo, al menos encontrar un puente entre las dos cosas es algo que está bueno. -Justo llegás a estas canciones, de estructura más clásica, en el disco en el que adoptás un audio de Spinetta y de Charly, que son maestros de la canción. ¿Hay una conexión ahí, que tal vez no fue consciente?-Creo que al audio lo elegí porque me generaba una emotividad que no quería tener que explicar. Tener ciertas sonoridades me hace como no tener que explicar de qué estoy hablando. Hay ciertos guiños que aparecen en el disco que solos te meten ahí. Y me pareció un recurso un poco más lindo porque a veces las temáticas se vuelven tan pesadas que no quiero volverme una maestra de cuarto grado. Nos pasa en muchos sentidos, cuando tenemos que corregir un poco las cosas que están pasando y quejarnos de las cosas, nos volvemos medio acartonados. No quiero que pase eso, en la música, menos. Quiero que la rebeldía pase por un lado sin desentenderme de la situación actual. Creo que esas decisiones fueron más de motivo como decir: "Ah, te habla de una época". Es como un olor que te recuerda a una cosa. Fue sin querer y fue a propósito.-¿Cómo te afectó el cambio de tendencias y de invasión de un sonido que se impuso y pareció relegar al rock a un lugar de menor relevancia?-En cuanto a estilo, creo que hay algo exclusivamente de un sonido, que se terminó en general, ¿no? Como que el pop ya no es solo pop, que el rock no es solo rock, que el trap no es solo trap. El trap ya igual no existe más; yo no veo artistas de trap, no hay, se murió. Al final, el estilo que nos decía que nosotros habíamos muerto... perdón. Es un hecho ¿o no? el trap se murió. El trapero que la pega, cuando la quiere pegar masivamente, tiene que hacer rock, o pop, o reggaetón. Quiero aclarar eso nomás (se ríe) porque nos persiguieron y después pasó otra cosa. Sí me parece que el rock empezó a formar parte de otras estéticas, de otras identidades, está como presente en otros aspectos. De nuevo, cuando un artista llega a un mainstream, sea pop, sea lo que sea, la banda que se arma es una banda de rock. Y está pasando incluso con los artistas de pop más grandes de esta época. Harry Styles, por ejemplo. Miley Cyrus: su disco más masivo fue el más rockero. El rock está. Y después en los mensajes de la gente. Hoy en día la artista pop más grande de acá tiene un mensaje súper rockero, la rebeldía está. Hay artistas de trap incluso, porque obvio que existe, lo dije en chiste. Hay artistas de trap muy jóvenes que tienen una actitud súper rebelde y súper punk. Está vivo todo y ya está bien diluido.-¿Y no hay ahí un riesgo de caer en el relativismo estético? ¿No está bien plantar los límites de hasta donde quiero llegar? -Sí, obvio. Yo hablaba más de los estilos, pero siempre va a estar eso. Pero no está ya en el mainstream porque no tiene masividad eso, me parece, ¿no? A mí siempre me parecen interesantes esos análisis y siento que todavía nadie lo hizo. Me gustaría que armen una mesa de gente y que empiecen a hablar de estas cosas. Porque es re interesante y todo el mundo habla de esto y relativizamos, pero nadie profundiza. Ya las marcas están tan metidas con los artistas, con los futbolistas, con todo, con los medios, los periodistas. Guita, guita, mucha guita de repente hace que nunca te pronuncies por nada ni digas exactamente lo que vos querés decir. No podés, porque tenés muchos hilos que te sujetan en ese lugar. Y esos hilos se van cortando. Antes no pasaba eso. Había mucha más independencia. Y creo que a los estilos musicales y a los discursos los afectan un montón eso también. -Y por otro lado, una violencia discursiva cada vez más grande desde los dirigentes. Desde el presidente para abajo.-Totalmente. Y los permisos que tiene él que no tenían... y no tiene ningún otro político. Hay un blindaje muy particular. Eso también tiene otra cosa, que es cómo ese tipo está ahí. Pero es parte de la época. Hay algo mucho de internet también, ¿no? Es realmente una consulta. Internet se metió ya en la forma en la que evaluamos las cosas.-Se invirtió la carga, hoy las cosas van de las redes sociales y streams al territorio y a lo discursivo.-Claro. La política recrea exactamente la misma manera de reaccionar que Twitter. Había algo que tenía la política. A mí me gusta el político que es político. Yo quiero que en un cargo político haya un político. No quiero que haya ni un empresario, ni un tuitero. No quiero nada de eso, quiero un político. Y el político es alguien que es correcto, es alguien que tiene buenos modos, que debate, que desarrolla. Que desarrolla, que sabe los datos sin leerlos.-¿Cómo se hace para hacer un disco en este contexto? -Creo que es porque la realidad supera la ficción. Es como que está todo ya tan mal, que... ¿qué le voy a sumar? Y me parece que los aportes que uno hace también tienen mucho que ver con lo que tenés del otro lado. Si en otra época era prender un fuego porque necesitaba que la gente se enoje y se prenda fuego, ahora necesito que la gente siga para adelante y no se caiga. No puedo hacer que se ponga todo más opaco. Y no solo eso, siento que en este disco no doy una solución a las cosas. Hago preguntas y digo: "No sé qué onda, estamos en esta". Lo voy a señalar, obvio, no lo voy a negar, pero no tengo una respuesta. La respuesta la vamos a encontrar caminando, yendo para adelante, con el BPM [beats por minuto] alto. Por eso el BPM alto de los temas, porque para mí es eso, es como marchar para adelante. En un momento lo entendí, cuando hice el primer tema del disco, que todavía no se llamaba así. Me di cuenta de que todo el disco tenía que estar en este BPM. Tiene que estar en 160, por ahí, porque es lo que yo querría en esta época. No quiero deprimirme más. Nunca escucharía en un momento así un disco deprimente. Pero no tengo una respuesta. Y quiero no caretear ni un poco que no tengo una respuesta. Yo estoy en la misma que ustedes.-Confirmaste tu show para el 8 de noviembre, que coincide con la marcha del orgullo. ¿Fue pensado?-Me enteré apenas lo publiqué, no te voy a mentir. Los horarios son distintos a los de la marcha, porque obviamente quiero ir a la marcha. Me parecen años importantes para asistir. Voy a tener que ver la manera de mover la prueba de sonido para poder estar, que es lo más importante, que estemos todos. Veré después cómo convivo con eso. No fue a propósito.-Es muy fuerte tu representatividad en la comunidad LGTBIQA+. ¿Cómo lo vivís?-No sé, es raro. Porque además vengo de unos años medio de inactividad, así como evitando un poco eso. Me dio miedo crecer más. No me gusta la idea de ser mucho más conocida. Me gusta el lugar en el que estoy. Eso lo quiero cuidar. Pero porque sé que a medida que crezca voy a tener que tener más cuidado y no quiero ser cuidadosa a ese nivel. Ya tengo cuidados, obviamente, soy una persona que analiza bien lo que va a decir.-¿Y cúal sentís que es tu lugar en el rock como representante de ese mensaje?-Me siento un poco como sapo de otro pozo. Siempre me sentí así y ahora más que nunca. Siento que me fui quedando ahí medio sola en mi lugar. No siento que haya otro artista solista que, en general, hombre o mujer, tenga este tipo de recorrido muy comprometido con la actualidad y a la vez muy comprometido con lo artístico. Y no es que me la creo, después si te gusta o no es otra cosa, si es bueno o malo es otra cosa. Creo que no hay otro así. Y yo soy así porque yo consumo muchos artistas que fueron y que son así, pero acá no. Eso me pasa un poco. Me siento medio sola. Pero de nuevo, es parte de una época. Es una época en la que hay un retroceso en algunas cuestiones, imagino que en el futuro se va a acomodar. Y después como parte de lo que sería mi identidad y la comunidad, estoy solísima. Y estamos en una época muy rara en esos sentidos. Yo creo que hay algo que pasó, que es que ahora de repente me suelen llamar mucho. Y soy muy consciente de que me llaman a veces para cumplir con un cupo.-¿Sentís eso?-Si, y no necesariamente porque yo les guste. Mi intención de desaparecer a veces es medio por eso. Porque me empiezan a llamar demasiado a mí y no llaman a nadie más. Y me parece que no da. Yo soy muy exigente con eso. Me mandan una invitación a un festival y pido la grilla y quiero ver quiénes tocan. Y cuántas somos. Soy de no aceptar por esas cosas. Pero bueno, cuando me empiezan a llamar mucho me doy cuenta que es el momento de irme. Como que tengo que desaparecer un rato, hacer otra cosa y después volver. Porque si no, siempre vamos a ser las mismas. Y no es la idea. La idea es que el cupo se cumpla, que nosotras y todos estemos. Por la diversidad.-Sacaste el video de "El gordo" y se armó mucho revuelo por lo que se ve como una referencia a Emilia.-Sí, la idea era representar a una popstar. Lo que pasa es que Malena [Pichot, directora del video} y yo somos muy ajenas a todo ese mundo. La idea era hacer una popstar. Hacía poco había salido una polémica por un video que habían hecho tres popstars [se refiere a "Blackout", la colaboración entre Emilia, Tini y Nicki Nicole] en la que estaban pasadas de bronceador y yo dije, qué divertido sería aparecer muy bronceada. Y en ese intento de referenciar me puse esa gorrita y para mí era una popstar. Pero todo el disco está referenciado visualmente a memes. La gráfica del show en el estadio Malvinas es un meme; la tapa del disco es un meme y sí es verdad que ella tiene un meme, que es muy claro lo que yo estaba queriendo decir en ese video. Ese video lo que quiere decir es: "No tengo opinión, no me importa, no te voy a responder". Es esta cosa muy actual. En el video la conductora hace eso, el coach sube a hablar; se está cayendo todo a pedazos, hay gente desangrándose y seguimos adelante: "No voy a hablar de esto". Después, no digo nada de lo que me acusaron. Yo no quiero que cante algo distinto, nunca hablé de sus letras. Me pareció divertidísimo hacer de popstar, fue muy divertido draguerme y hacer una hiperfeminización, fue bárbaro.-Experimentaste lo que es estar en medio de una polémica viral... -Sí, pude experimentarlo por primera vez. Y ver cómo la gente ata cabos que nunca fueron originalmente pensados. Vi unos streamers que decían: "No, hace esto con la guitarra como ella una vez en un show, hace así con la lengua porque en un momento ella hacía eso en un video. 'El gordo' se llama así porque hizo una colaboración con un tipo". Y yo ni idea, no sé de su vida. No pensé en ella ni en nadie en particular. Era como un chiste, nada más. Pero no me sentí mal porque yo no dije nada grave. Pero me vino bien la polémica, honestamente. Mucha gente entró a verlo y el video habla de otra cosa, no habla de ella. Todo el video está hablando de otra cosa. Porque ni Malena ni yo las tenemos tan presentes, de verdad. Yo vi a un millón de popstars con esa gorrita, la verdad.-Y también pasa que la protagonista del video dice "Cuky", que suena muy parecido a Duki...-¡Ah, pero Cuky era una mina! Cuky es mi abuela, es una mujer para mí. Pero bueno, qué cerca que estuvo. Yo banco que cada uno pueda hacer lo que quiera, pero también así como cada uno puede hacer lo que quiere, yo también puedo decir que todo se cae; puedo hacer algo por la gente que paga la entrada. Y muchos me dicen: "Bueno, es una popstar". Son popstars, pero las más icónicas y claves de la historia, todas se han posicionado: Madonna, Cher, Lady Gaga, que bancó a Kamala Harris; Beyoncé también. Dua Lipa, que se pronunció a favor de Palestina. Taylor Swift. Las que no se posicionan son las que no trascienden, pero no porque eso es lo que te pone en el estrellato, eso es lo que te da un compromiso con tu público, lo que te da contemporaneidad. Acá no pasa. Todas lo hacen.

Fuente: La Nación
06/06/2025 17:18

Francisco Pesqueira: debutó con Marilina Ross, actuó con Carmen Maura y ahora tiene 4 espectáculos en cartelera

"Soy cordobés, hijo de inmigrantes gallegos y actor. Y me siento muy orgulloso de todo eso", así se presenta Francisco Pesqueira ante LA NACION, durante la charla en la que recorrerá sus raíces, su ecléctica trayectoria teatral y su fructífero presente, que lo encuentra con cuatro espectáculos en cartel: Víctor, vení a buscar los discos, Alga ladina, Vestido de mujer y Canción de cine argentino. "Fui el hijo inesperado, el de la vejez, mis viejos me tuvieron después de los 40 años y soy el menor de cinco hermanos. Nací en una familia donde el teatro era importantísimo, como en otras puede ser el fútbol. Por eso crecí yendo al teatro, íbamos a ver las obras de Miguel Iriarte (referente fundamental del teatro costumbrista local) y a las compañías que venían de Capital", relata el intérprete de 55 años. Fue asistiendo a uno de esos espectáculos porteños, precisamente, que tuvo una epifanía ("un llamado del cielo") que marcó su vida para siempre. "Corría 1978, yo tenía solo ocho años y fui con mis padres al Teatro Comedia a ver a Thelma Biral y su Doña Rosita la soltera, con puesta de Cecilio Madanes. En medio de la obra, excitadísimo, agarré del brazo a mi madre y le dije: ¿cómo la gente hace otra cosa que no sea teatro?", recuerda. Después de esa vivencia, regresó a su casa, montó la pieza con títeres y se hizo cargo de cada uno de los personajes. "Luego, a los 10 años, ya me había leído las obras completas de Federico García Lorca", asegura. Al año siguiente, puntualiza, nació su romance con los unipersonales al ver Emily, con China Zorrilla, y El bululú con José María Vilches, en la temporada de Villa Carlos Paz."Fui un niño prodigio no descubierto", comenta entre risas Pesqueira. "Si no hubiera sido cordobés, seguro que habría sido otro Marcelo Marcote (el actor infantil más famoso de los 70, el nene de Rolando Rivas, taxista). De todos modos, empezó a estudiar seriamente actuación de adolescente, un tanto para cumplir con su innegable vocación y otro tanto para sublimar un hecho traumático: "Una situación de abuso que viví por parte de un familiar no directo en España, cuando acompañé a mis padres a reencontrarse con sus orígenes", que devino en un cuadro agudo de anorexia que demandó su hospitalización y que casi produce su muerte. En medio de ese proceso conoce a quien, afirma, le salvó la vida: Marilina Ross. "Ella era muy amiga de mi hermana, y de tanto en tanto venía a Córdoba, donde hizo sus primeros pinitos como cantante. Un día me vio convertido prácticamente en una calavera, me sentó a su lado y me dio una lección de autoestima que me sirvió para siempre. Después me invitó a participar en la presentación de su disco Mis hijos naturales. Yo era el tipo que salía de una bomba en el tema 'Basurero nuclear'. Digamos que de alguna forma ese fue mi debut en la actuación. Lo gracioso de todo esto es que al otro día salió en (el periódico) La voz del interior una crítica elogiando "el cadáver" que bailaba junto a Marilina...".Su primer profesor de teatro, en Córdoba, fue Eduardo Rudy (sí, el galán de las grandes telenovelas de los 60: El amor tiene cara de mujer y Cuatro hombres para Eva, que terminó radicándose en La Falda). "Cuando empecé con él aún estaba convaleciente, pero de una me eligió para hacer El lustrador de manzanas, de César Tiempo". Después siguió tomando clases con Ernesto Larrese, que por entonces también había optado por vivir entre las sierras; en una academia "tipo Fama" (de artes múltiples, como la de la película de los '70). "Ahí empecé a incursionar en el humor porque como estaba muy flaco todos los personajes cómicos me venían al pelo, pero ni loco se me hubiera ocurrido en ese momento también cantar. Para mí todo pasaba por la actuación", sostiene.El humor lo pudo seguir desarrollando cuando se instaló en Buenos Aires y aunque en un principio su marcada tonada cordobesa le jugó en contra ("en los castings me trataban como si fuera ruso"), a mediados de los 90 quedó confirmado para sumarse a El palacio de la risa, el programa que comandaba Antonio Gasalla y emitía ATC. "Eso fue como lograr el sueño del pibe", grafica."A cantar comencé más tarde y por Carmen Maura ("un ángel intuitivo y amoroso"). En 1997 trabajamos juntos en la obra Bienvenida a casa, de Neil Simon (que dirigió Oscar Martínez), y si ella no me hubiera insistido, tal vez nunca lo hubiera hecho", admite. Antes, durante y después de aquellos trabajos continuó estudiando teatro con Lito Cruz, Agustín Alezzo y, especialmente, con Carlos Gandolfo: "Mi gran maestro, del que llegué a ser su secretario durante cuatro años". Por ese entonces, además, se inició en el camino de la autogestión (que adoptaría de por vida, un poco por los vaivenes propios de la actividad teatral y otro tanto por la libertad creativa que eso le otorga) cuando actúa en Los dos hidalgos de Verona, de William Shakespeare, con dirección de Guillermo Cacace y asistencia de Ciro Zorzoli (hoy dos pesos pesados de la cartelera teatral porteña). En ese espectáculo, estrenado a puro pulmón en el Centro Cultural San Martín, se ganó un amigo para siempre, Claudio Pazos, y junto a él, como intérpretes, y Carlo Argento, como director, conformarían el grupo cómico-musical Carne de Crítica que lleva 24 años de trayectoria y 10 espectáculos estrenados (por los que ganaron tres premios ACE). El último de ellos es Alga ladina, una parodia en formato music-hall sobre una entrega de premios tan caprichosa y fútil como accidentada.Después incursionó en musicales (Los Miserables, junto a Juan Rodó, Elena Roger y Gerónimo Rauch; Zorba el griego, con Raúl Lavié; Lucía, la maga, acompañando a Valeria Lynch; El romance del Romeo y la Julieta, al lado de Guillermo Fernández y Florencia Peña; Pepino el 88, con Víctor Laplace y Karina K; y 30 días, escrito especialmente para él por Pepe Cibrián Campoy y Ángel Mahler, entre otros). Y pudo desarrollar, también, su pasión por el teatro clásico español a través de la Compañía Argentina de Teatro Clásico, que dirige Santiago Doria, de la que formó parte hasta el año pasado. Además, su pasión por la poesía lo acercó a quien lo había obnubilado desde un escenario en su niñez: Thelma Biral. "Es un sol, una de las mejores personas con las que me crucé en la vida", dice. Y juntos protagonizaron en el Maipo Kabaret el espectáculo Aire fuego, donde ella recitaba y él cantaba. También incursionó en el "traslado" del radioteatro al teatro, de la mano de Nora Cárpena ("un ser entrañable, muy divertido"), y con La noche de los hipócritas, de Alberto Migré y Víctor Agú, recorrió numerosos escenarios de la provincia de Buenos Aires. Su especialidad, sin embargo, son los unipersonales: algunos solo de poesías, otros más bien cantados, pero todos de su autoría; y a ellos ha dedicado, fundamentalmente, sus últimos 15 años (siempre acompañado por el músico Ramiro Pettina). "Nunca sentí en la sangre una única pasión""A mí me gusta todo, nunca respondí al perfil de un actor de texto ni al de un cantante convencional; nunca sentí en la sangre una única pasión. Pero si tuviera que elegir un solo género, te diría que lo que más me gusta es el musical donde yo puedo contar una historia desde lo personal. Esa es la fusión que hoy me permite Víctor, vení a buscar los discos (el unipersonal con mucho humor y boleros que trata sobre la ruptura de una pareja gay); y también Canción de cine argentino (donde pasa revista a los temas que acompañaron las escenas más memorables de la cinematografía local y con el que saldrá de gira en los próximos meses)", cuenta.Y agrega: "Uno de los grandes problemas de este país es la falta de memoria, por eso la gente mayor me agradece tanto cuando desde el escenario evoco a Niní Marshall, Tita Merello y Zully Moreno. Sienten como que les resucito a la familia. Con este espectáculo además ejerzo una suerte de militancia: los jóvenes descubren el valor de nuestro cine y a la salida me dicen: ahora nos vamos volando a ver La tregua. Es entonces cuando siento que lo que hago tiene un sentido".Ambos espectáculos fueron dirigidos por su marido Emiliano Samar, también responsable (en ese rol y en el de adaptador dramatúrgico) de Vestido de mujer, el cuarto espectáculo con el que Pesqueira hoy domina la escena teatral independiente, en este caso como autor. Se trata del "traslado" a un escenario, en forma de monólogos, de las poesías dedicadas a diversas figuras femeninas (como Alfonsina Storni, Cris Miró, Camille Claudel, Raffaella Carrá, Camila O'Gorman y Chavela Vargas). El espectáculo, que se encuentra finalizando su tercera temporada, se alzó el año pasado con el premio ACE al Mejor Music Hall. Mientras elucubra una segunda parte de Vestido de mujer, (solo dedicada a actrices), y ensaya una obra con Antonio Grimau para estrenar en El Cultural San Martín en agosto ("una suerte de telenovela de los 80 llevada al teatro, en la que encarno a una vidente y canto la canción de Trampa para un soñador"), concluye: "Por mi capacidad de trabajo, a muchos les parezco una máquina, pero a mí eso me parece falto de corazón. Yo creo que lo mío pasa por un gran amor al teatro, es como haber tomado los hábitos. Por eso, más que el calificativo de hombre orquesta del teatro -como algunos me apodan- a mí me cabe más lo del sacerdote del teatro independiente, porque para mí el teatro es una devoción". Para agendarAlga ladina, sábados, a las 17, en Hasta Trilce (Maza 177).Víctor, vení a buscar los discos, los domingos, a las 16:30, en Patio de Actores (Lerma 568).Vestido de mujer, los domingos, a las 19, en Patio de Actores (Lerma 568).

Fuente: La Nación
30/05/2025 17:36

Marilina Bertoldi lanzó su nuevo video y generó polémica por una supuesta parodia a Emilia Mernes

Hace unos días, Marilina Bertoldi llamó la atención de sus seguidores al lanzar el videoclip de su nuevo tema, "El gordo". En el material, que protagoniza junto a la actriz Dolores Fonzi, la artista eligió una puesta en escena cargada de ironía, con una crítica sutil al mundo del espectáculo y la realidad mediática. Sin embargo, lejos de pasar desapercibido, el video rápidamente encendió la polémica: muchos usuarios en redes comenzaron a señalar que la estética de Bertoldi parecía una parodia directa de Emilia Mernes.En las redes, no tardaron en aparecer quienes interpretaron la propuesta visual de Bertoldi como una parodia directa a la cantante argentina. Además del look compuesto por boina celeste, top fucsia y una actitud de diva pop, hubo un detalle que reforzó aún más esa lectura: en una escena del video, el personaje interpretado por Bertoldi hace un comentario irónico sobre su bronceado. Para muchos, esto fue una alusión a la reciente polémica que rodeó a Mernes durante el lanzamiento de "Blackout" â??el tema que comparte con Tini Stoessel y Nicki Nicoleâ??, cuando fue cuestionada por el tono de piel notablemente más oscuro que mostró en el videoclip.Otro de los puntos que llamó la atención del público fue el título de la canción. Mientras que el nuevo tema de Bertoldi se titula "El Gordo", Mernes había trabajado tiempo atrás con el reconocido DJ Gordo, lo que algunos usuarios no tardaron en señalar como otra posible referencia camuflada en el videoclip. Estos guiños, sumados al estilo visual, alimentaron la teoría de que se trataba de una sátira dirigida.Debido a esto, las redes sociales no tardaron en llenarse de comentarios que mezclaban humor, ironía y críticas. Algunos usuarios se sumaron al juego con frases como: "Marilina Mernes no existe, no puede hacerte daño. Marilina Mernes", "Elmira Miernes", "No pensé que iba a vivir para ver a Marilina vestida de Emilia Mernes" y "Sos increíble", combinando nombres y estilos de ambas artistas y celebrando su propuesta. Sin embargo, otros mensajes reflejaron incomodidad por el tono del videoclip: "Ayudaron a fomentar el odio que estuvo recibiendo (Emilia) el último tiempo", "No se entiende la gravedad de generar hate masivo hacia una persona que no se mete con nadie" y "Cómo se nota cuando a uno le está yendo bien y tenés que estar tirando palitos para que te den de qué hablar, y para colmo lo hacés para llamar la atención".La respuesta de Marilina Bertoldi Frente a las críticas, Marilina Bertoldi decidió manifestarse a través de su cuenta de X con un mensaje claro y directo: "Me parece que ven la imitación y exageración como un insulto sólo cuando lo hace una mujer, chiquis". De esa manera, la artista defendió la intención de su propuesta y apuntó a una doble vara en la interpretación de las expresiones satíricas cuando provienen de voces femeninas.Los detalles de la propuestaEl videoclip fue dirigido por Malena Pichot y Nano Garay Santaló, y protagonizado por Dolores Fonzi, Julián Lucero, Pichot y Bertoldi. Según la artista, la canción "El Gordo" es la más "argentina" de su nuevo disco. Con guiños al cine de terror y la ciencia ficción, la propuesta funciona como una parodia a ciertos aspectos de la cultura mediática. En tono irónico, Fonzi interpreta a una conductora, mientras que Bertoldi encarna a una estrella pop obsesionada con su imagen.El clip se estrenó una semana después del lanzamiento de Para quién trabajás Vol. I, el nuevo disco de Bertoldi. En él, la artista se luce como compositora, instrumentista, intérprete y productora, en un trabajo que define como bedroom rock y que marca una nueva etapa sonora, con más presencia de teclas y bases electrónicas.

Fuente: Página 12
28/05/2025 00:23

Para quién trabajás: la potencia política del nuevo disco de Marilina Bertoldi

¿Para quiénes trabajamos (literal y metafóricamente)? ¿Cómo podemos avanzar cuando todo a nuestro alrededor se cae? Son algunas de las preguntas que se desprenden de la escucha del último disco de Marilina Bertoldi, que se pivotea entre el rock, el pop, la electrónica y las ensoñaciones enochentosas.

Fuente: La Nación
27/05/2025 17:00

Marilina Bertoldi: cómo es Para quien trabajas, su impactante nuevo disco

Artista: Marilina Bertoldi. Álbum: Para quien trabajas. Canciones: "Para quien trabajas", "No quieren más mi rocanrol", "Autoestima", "Siglos", "Bajan de día de noche esperan", "El gordo", "Para siempre es un lugar", "De caza", "Amanecen ocasos", "Monstruos". Discográfica: Sony Music. Nuestra opinión: muy bueno.Cuando en junio de 2022, Marilina Bertoldi rompió una guitarra durante la presentación de su disco Mojigata, los pájaros que cantan sobre las selvas de internet -bautizados así por el Indio Solari, los usuarios de la red social de Twitter ahora llamada X- saltaron a criticarla como si se hubiese tratado de un crimen. La guitarra, además, era de utilería. "Se me cuestionaron cosas que jamás le cuestionaron a ninguna otra persona que haya roto una guitarra contra el piso", le dijo la cantante y guitarrista a LA NACION en aquel momento. "Llegaron a decir que no podía romper una guitarra por cómo está la economía, como si yo fuera la culpable. Yo soy una persona que tiene muchísimos motivos para estar enojada y romper una guitarra contra el piso (...) No me victimizo, ya lo entendí: me van a cuestionar todo y lo tengo clarísimo. Y a los chabones que están re pegados nunca le cuestionan nada, pero nada, ¿eh? Ni una sola cosa".Pasada la indagatoria ridícula, Marilina Bertoldi -escrutada desde hace un lustro como pocos en el rock argentino- se dedicó a tocar de manera esporádica, a veces con banda, a veces en formato dúo, y sobre todo a pensar su nuevo disco, el recientemente estrenado Para quien trabajas. Y aquella guitarra rota puede verse ahora, en retrospectiva, como un aviso de lo que vendría: el disco menos guitarrero de su carrera. Tanto que abre con el siguiente diálogo junto a su sobrino Milo: -¿Este teclado?-Este tecladoâ?¦ uy, con este podés hacer un montón de ruiditos. ¿Querés probar?-Y vos cantás. Y enseguida los sintetizadores y las baterías programadas remiten al Charly García y al Spinetta de los 80 (que también referían al Prince de esa misma década). Así empieza el recorrido de media hora y diez canciones: entre cierta calma ganada y una furia ante ese enemigo que nunca descansa. "Yo quiero más de eso, lo que hace feliz. Nada más eso. Me tiene así. Nada más eso, me pueden pedir", canta en los primeros versos del tema que da nombre al disco. Pero enseguida advierte: "Vienen por eso, por vos / Te juro que sí".Marilina Bertoldi, que siempre ha viajado del laboratorio al garage ida y vuelta, hace más pie en el primero que en el segundo a la hora de construir el sonido de Para quien trabajas. "No es que intento hacer rock, quiero dejarlo al rock hace un montón, pero no puedo evitarlo", le decía riéndose a LA NACION en la entrevista antes mencionada. Entonces, esa furia que antes era directa y a la cara, ahora suena como una textura aplicada a canciones que parecen haber nacido prístinas e higiénicas pero a las que ella, en su carácter de formadora, y por su impronta deformadora, les aplicó un shock de estrés y hartazgo ("Nunca tuve algo tan lindo para romper", cantará en "Por siempre es un lugar", una de las viñetas acústicas del disco).Así, con la bronca como filtro, se la escucha en "Autoestima" -sampleo a Luca Prodan incluido-, la robótica y dark "Amanecen ocasos" y sobre todo en "El gordo", tal vez con las referencias sonoras más directas a García y Spinetta y con un estribillo que es un llamado al criterio, a la manera de Marilina: "Cierren el orto / Están locos / Por favor, no se limiten con los otros".Referente rockero de la comunidad LGTBIQ+, Marilina Bertoldi aboga por un rock performativo y queer en una línea de continuidad, poco transitada y referenciada en general, con Little Richard. Y fiel a sus banderas, cierra su disco con "Monstruos", un tema compuesto luego del triple lesbicidio en el barrio porteño de Barracas. "Se me va la vida / Deteniendo monstruos", canta encima de una atmósfera gélida y opresiva. Pero el cierre incluye otro audio de su otro sobrino, Julián. Según le contó Marilina Bertoldi a Futurock, había perdido su peluche favorito en una plaza. Luego de llorar por no encontrarlo, una policía les dijo que la hija de una familia que estaba cartoneando lo había encontrado en el piso y se lo había quedado. Ahí, Julián dejó de llorar y cuando llegó a su casa le envió a su tía el audio con el que cierra el disco: Y otra cosa,â??para que noâ??te preocupes, tranquila que ya estoy bien, me siento bien (...) Espero que la estés pasando muy bien, te mando un beso y un abrazo muy grande. Chau. Entre la música y la vida cotidiana, entre la claridad y la bronca, Marilina construye un humanismo. Como si en los pliegues y repliegues del estilo (en ella siempre hay más estilo que técnica) se balanceara un estado de ánimo a entender y abrazar frente a este presente deshumanizante e individualista.

Fuente: La Nación
11/05/2025 01:18

Marilina Ross: del año que marcó su vida a fuego a sus grandes amores y el proyecto que guardó bajo llave hasta ahora

1975, año fundamental en la carrera de Marilina Ross. "El mejor de todos", al decir de la propia protagonista. En un lapso de pocos meses Canal 13 emitió con picos de rating históricos la telenovela Piel naranja (que protagonizaba junto a Arnaldo André), RCA Víctor lanzó a la venta su álbum solista Estados de ánimo, que lideró los rankings de difusión, y se estrenó el film La Raulito, que, con dirección de Lautaro Murúa, le hizo ganar premios en todo el mundo y, más tarde, le abriría las puertas del mercado laboral español.Es cierto que para ese entonces María Celina Parrondo -tal su verdadero nombre- ya era una figura popular en el medio: a mediados de los 60 había protagonizado la telecomedia La nena (en dupla con Osvaldo Miranda) y a comienzos de los 70, el ciclo testimonial Cosa Juzgada (junto al Clan Stivel). También había hecho teatro, cine (¿cómo no recordar, por ejemplo, su participación en La tregua?), grabado algunos simples y hasta cantado en el ciclo Yo soy porteño, pero nada se comparó a lo de aquel año de gracia, en que los planetas se alinearon para convertirla, sin ningún tipo de dudas, en la actriz del año.Sin embargo, tras ese período de grandes logros y de reconocimiento laboral, sufriría la peor de las pesadillas: las amenazas de muerte, la prohibición y el exilio. Hoy, a 50 años de todo aquello, y en exclusiva para LA NACION, Marilina acepta hacer un repaso de esa difícil etapa, la que marcó tan intensamente su vida y solidificó su carrera para siempre.-Hablemos de 1975, un año bisagra en tu vida y en tu carrera, ¿no?-Todo empezó un poco antes, a mediados de 1974, cuando grabo el disco y empiezo a filmar la película. El tema es que todo eso se hace público recién al año siguiente, y con la telenovela ya al aire. El disco fue lo primero que vio la luz, a comienzos del 75, yo ahí se lo regalo a Alberto Migré y se pone como loco, me dice que piensa usar las canciones en algunos episodios y hasta me pide que las cante en vivo, acompañándome con una guitarra. Fue pura idea de Alberto porque las canciones no estaban hechas para la novela. Pero él siempre encontraba la manera de incluirlas, las teatralizaba. Como cuando me hizo cantar, recluida en la buhardilla: 'Cómo habré llegado hasta aquí si no salíâ?¦'-¿Cuándo surge la necesidad de cantar y componer?-Desde siempre. Con el primer sueldo que cobré por mi primer trabajo en teatro, ¡en 1960, en la obra Lucy Crown, junto a Luisa Vehil!, me compré una guitarra. Ahí empecé a tocar de oído porque nunca estudié ni guitarra ni música ni nada. O sea que todo lo aprendí "de oreja" y de copiar la posición de los dedos de los guitarristas profesionales. Lo primero que me animé a componer fue una zamba, dedicado a un romance de aquella época.-¿Cómo llegaste, con el tiempo, a grabar un disco?-Por Piero y la productora Buenas ondas, que tenía con José Tcherkaski. Él conocía mis canciones, quiso juntarlas y producirme Estados de ánimo. Yo antes había grabado cosas sueltas, pero no las había comprado ni mi familia [risas]. Así que hasta entonces lo mío con la música era un fracaso absoluto. Todo cambió con Estados de ánimo y con el hecho de que Alberto, tan generosamente, las incluyera en la novela. En eso radicó el éxito de ventas del disco.Marilina Ross interpreta el tema principal de la novela Piel naranja-¿Cómo nacieron cada una de las canciones?-En principio le puse música a un tema de Cristina Banegas: "Carta a papá". Digamos que me apropié del tema como si fuera para mi propio padre. Después rescaté dos tangos viejos de distintos autores ("Guapo sin grupo" y "Pedime lo que querés") que venía de cantar en el programa Yo soy porteño, y que me hacían mucha gracia. Y a eso le siguió versionar en castellano un tema de Chico Buarque: "Soneto".-A propósito, ¿fue por entonces que viviste una historia de amor con Chico Buarque o fue después?-No, la historia fue posterior a la grabación. Y nuestra historia no tuvo nada que ver con este tema ni con la música. Digamos que fue una cuestión de atracción física o, si preferís, amor a primera vista. Yo acababa de separarme de Emilio Alfaro y de repente lo conocí aquí, en Buenos Aires, en una reunión de amigos. Fue una relación breve y con espacios en el tiempo, con encuentros aquí y en Brasil. Pero ojo que era una relación sotto voce, no sé cómo te enteraste.-En "Canción de cuna para despertar a un hijo" -de la que sos autora de letra y música- te imaginabas siendo madre. ¿Fue una frustración, luego, no llegar a serlo?-Sí. Esa canción está dirigida a mi panza, pidiéndole que me haga madre. En ese momento yo aún estaba con Emilio y quería fervientemente ser madre. Hice todo tipo de tratamientos con diferentes médicos y no logré nada. Perseguí durante muchos años tener hijos, pero, bueno... es algo que me quedó en el tintero. No vinieron y fue una pena.-Tal vez sea un objetivo a cumplir en una próxima vida...-No creo, porque me dijeron que tuve muchos hijos en la anterior. Ahí me empezó a cerrar el tema, ahí empecé a entenderlo todo. Parece que yo ya agoté el stock [risas].-¿Para quién fue escrito "Quereme... tengo frío"?-¡Pero qué cosa, che! Y, buenoâ?¦ "quereme como en el mar esa mañana"... es para Juanjo Camero. Ya está, te lo dije.-¿Estuviste muy enamorada de él?-Sí, pero él me dejó. Al principio me lo tomé muy mal, esas cosas siempre duelen. Pero con el tiempo quedamos muy amigos y hoy, felizmente, mantenemos una linda relación. Piel naranja y los 68 puntos de rating-Nunca antes habías hecho una telenovela, ¿cómo te convenció Alberto Migré?-Sí, Piel naranja fue la primera y la última telenovela en la que trabajé. Alberto me convenció en la pizzería de Canal 13. Me conquistó la pasión con la que me narró la idea primigenia de la novela. Ojo, él no sabía bien de qué iba a ir toda la historia, pero le puso tanta pasión a lo que me contó que me dio ganas de arriesgarme a su lado. ¿Sabías lo que hacía Alberto? Mientras veía un capítulo decidía qué iba a pasar en el siguiente, ¡no tenía nada planeado previamente! Escribió toda Piel naranja en una máquina de escribir ubicada en una mesita con ruedas inestable que se le iba patinando por toda la casa [risas].Apertura de la telenovela Piel naranja-¿En algún momento pensaste que la telenovela lograría índices históricos de audiencia, y que se convertiría en el programa más visto en muchos años?-No, claro que no. Nunca me imaginé algo tan importante. Cuando se emitía la novela se paraba el país. Lo de Piel naranja fue una locura, ¡tuvo más rating que el retorno de Perón a la Argentina! ¡Llegamos a tener 68 puntos de rating!-Piel naranja marcó un precedente: el del desenlace trágico. ¿Estuviste de acuerdo con el final que generó tanta controversia entre el público?-Se acercaba el final y Alberto me preguntó: `¿y vos qué harías?'. Y yo le dije: dejaría a mi marido (Raúl Rossi) y me iría con Juan Manuel (Arnaldo André). Fue entonces que Alberto decidió el viaje de la pareja de amantes a Paraguay. Y bueno... ahí se desencadena toda la tragedia, cuando Joaquín los encuentra y los mata [además, él sufre un ataque cardíaco y también muere]. Al día siguiente del último capítulo, Alberto salió a la calle y la gente no paraba de gritarle: "Asesino, asesino". Yo quedé conforme con el final porque se trataba de una tragedia, no había escapatoria. Me encantó hacer Piel naranja y me encantó trabajar con Arnaldo y con China (Zorrilla); y por supuesto, con Alberto, que me permitía irme a veces del libreto, cosa que sé que no se lo toleraba a nadie. A mí, en cambio, me dejaba hacer.-En el medio de la temporada televisiva se produce el estreno de La Raulito.-Sí, y justo ese día, el de la premier en la calle Lavalle, me tocaba cumplir con una larga jornada de grabaciones en el canal. Pero Alberto hizo todo y más para que yo pudiera llegar a tiempo al estreno y a la semana siguiente, en el libreto que repartió a todo el mundo (incluido los capos del canal), se encargó de hablar maravillas de mi actuación en la película. En todo sentido él fue muy generoso conmigo.La Raulito, ese personaje de película-¿Cómo nace el proyecto de La Raulito?-En realidad yo interpreto por primera vez a La Raulito en televisión, en 1970, en un episodio de Cosa Juzgada. Y me quedo prendida de la historia y del personaje, de su búsqueda incesante de la libertad, a como de lugar, y de la imposibilidad constante de obtenerla. Entonces le pido a Juan Carlos Gené que escriba un guion para cine y cuando me lo da empiezo a ofrecérselo a cada uno de los directores de aquel momento, de Sergio Renán a Alejandro Doria y, todos por distintos motivos, me terminan diciendo que no. Hasta que caí en la productora de Sabina Sigler, a quien finalmente le debo que se haya hecho La Raulito.-¿Cuándo y cómo se suma Lautaro Murúa como director?-Bueno, eso fue todo un tema. Lo convoca la productora y él dice: "Pero Marilina no puede hacer de La Raulito". Es que parece que solo me había visto en La nena... Digamos que lo asaltan los prejuicios. Pero Sabina insistió, porque al fin y al cabo yo era la que había llevado el proyecto, él se tomó una semana para contestar y después dijo que aceptaba tomarme una prueba, siempre y cuando me animara a cortarme el pelo, que yo tenía larguísimo, como aparezco en la tapa de Estados de ánimo. Dije que sí y con la prueba lo convencí.-¿Qué recuerdos tenés de la filmación?-La filmación se hizo en secreto, todas mis escenas en la calle se hicieron con cámara oculta. La cámara estaba ubicada dentro de una cabina tipo telefónica, y desde allí filmaba el camarógrafo. Así que no hubo extras, en todas mis escenas hubo gente de verdad, la que justo circulaba alrededor mío. Yo estaba irreconocible, al punto que en la escena en la que me tocaba escaparme de Tribunales me persiguió un tipo de seguridad, con el revolver en la mano y a los gritos de "pará o te tiro", y yo no pude detenerme porque si lo hacía arruinaba la toma. Mirá qué locura, ¡me podría haber matado! De todos modos, ese riesgo no fue tan grave si recordamos que en aquel momento yo estaba amenazada de muerte por la Triple A, y la orden era ejecutarme donde se me encontrara. ¿Y yo que hacía? ¡Salía a filmar por la calle!-¿Podríamos decir que la metamorfosis física a la que te obligó el personaje fue tu escudo salvador?-Tal cual. Si mi mamá hubiese pasado al lado mío por la calle no me hubiera reconocido. Podríamos pensarlo así, sí señor: La Raulito me salvó.-Tu monólogo a cámara, tan emotivo, de cinco minutos, aún es considerado uno de los mejores de toda la historia del cine. ¿Es verdad que fue improvisado y que debió cortarse porque el director se emocionó?-Yo creo que por ese monólogo me premiaron en todo el mundo, menos en mi país... Sí, fue improvisado. Lautaro me dio a leer unas páginas con la vida de La Raulito, y me dijo: `no te la aprendas de memoria, solo decí lo que recuerdes'. Y así lo hice. A los 5 minutos hubo que cortarlo porque Lautaro se emocionó y empezó a moquear, y como rodábamos con sonido directo eso no se podía omitir. Si no, qué se yo, hubiera podido durar como 10 minutos. Yo no podía parar de llorar porque lo que decía en el monólogo, como La Raulito, era exactamente lo que me estaba pasando a mí en la realidad. '¿A quién jodo yo, a quién jodo jugando al fútbol, por qué no me dejan tranquila?', se quejaba ella. En mi caso era: ¿a quién jodo si lo único que quiero es filmar, por qué me amenazan, por qué me mandan a matar si no molesto a nadie? En el momento del monólogo me conecté tan profundamente con el reclamo de La Raulito que la emoción me brotó del alma, o del más allá, bah.-Cuenta la leyenda que Lautaro te impedía lavarte los dientes y hacía que te maquillaran con basura de la calle. -Sí, él mismo me ensuciaba el pelo con roña de la calle, con agua podrida de las zanjas. Y lo de los dientes... era terrible. Imaginate que yo estaba de novia con Jorge Martínez... ¿qué hacía durante todo el día, no lo besaba? [risas]. En fin, por La Raulito hice y acepté cada cosa... evidentemente estaba tomada por el personaje.-Antes, durante y después del film, ¿cómo fue la relación con la verdadera Raulito, con María Esther Duffau?-Lautaro no quería que la conociera por temor a que terminara copiándola, pero yo igualmente me encontré con ella antes del rodaje. En ese momento estaba internada en un loquero. Me pareció encantadora y tan fresca... era un ser extraordinario, muy especial. Después del estreno me envió una carta diciendo: "y qué lindo final el de la película porque la policía pasaba sin vernos". Evidentemente ella quiso entender eso, ella eligió quedarse en libertad frente a la inmensidad del mar. Después fui muchas veces a su cumpleaños y siempre le llevaba una torta con los jugadores de Boca, como a ella le gustaba.-María Esther hoy descansa en una parcela privada solventada por los jugadores de Boca Juniors en retribución a su fidelidad con el cuadro de fútbol, en el cementerio boquense de Hudson. -Desconocía ese dato, pero yo fui la primera en llegar a su velatorio. Y puse el grito en el cielo cuando la vi en una mortaja llena de puntillas. Dije: no, hay que enterrarla con una camiseta de Boca. Y ahí nomás fueron a buscar una y se la pusieron. Y así fue enterrada. Yo ahora quisiera homenajearla para el aniversario de la película, el 10 de julio, con la proyección de una copia remasterizada de La Raulito en el mismísimo club Boca Jr., donde fue tan feliz, junto con una exposición de fotos que estoy organizando. Digamos que sería un doble homenaje: a ella y a los 50 años del film. Ojalá que pueda cumplir con mi deseo.-Volviendo al rodaje del film, ¿fue una casualidad la participación de Jorge Martínez o vos lo propusiste? -Lo convocó Lautaro y yo luego le devolví el favor haciendo un cameo en la película que filmaba como protagonista: Los irrompibles. Tal vez nadie se acuerde, pero yo aparecía en medio de una de sus peleas; y cuando a él se le volaba el sombrero yo lo levantaba del piso y se lo devolvía. Ahí Jorge me decía "gracias" y seguía peleando nomás. -¿Cuánto duró el romance?-Fueron dos años, todo 1974 y 1975. Luego, a pesar de la separación, nos seguimos llevando muy bien. Y hasta una vez volvimos a hacer una nota juntos.-¿Cómo tomaste su reciente intento de suicidio? ¿Te sorprendió?-¿Podés creer que no me enteré en el momento? Sabía que estaba viviendo en la Casa del Teatro, pero no más. Ahora sé que está muy bien gracias a una vieja novia de México. Y eso me alegra mucho.El exilio, el regreso y la Argentina de hoy-A la hora del exilio, en 1976, La Raulito termina siendo tu salvoconducto para ser recibida con todos los honores en España y poder insertarte laboralmente, ¿no?-Sí, porque La Raulito se había dado un año antes en el Festival de San Sebastián; y los críticos la habían definido como "la mejor película fuera de concurso". Luego, cuando se estrenó en los cines españoles, ¡superó a Tiburón! Por otro lado, la revista Fotogramas me había concedido el premio a la mejor actuación extranjera, superando a candidatos como Jack Nicholson, Liv Ullmann, Dustin Hoffman y Dominique Sandá. Por eso, cuando no me quedó más remedio que irme del país, allí me recibieron con los brazos abiertos y en seguida surgió lo de filmar la continuación de La Raulito.-Claro, pocos saben que La Raulito tuvo una secuela, rodada en Madrid en 1977: La Raulito en libertad. ¿Qué sabor te dejó ese trabajo? ¿Quedaste conforme?-No, no quedé conforme. Ya había rechazado dos guiones para hacer la continuación, escritos por Lautaro [también exiliado en España] que no me terminaban de convencer, y entonces me dio cosa rechazarle un tercero. Así que medio a regañadientes le dije que sí y lo hice. Me equivoqué. Todo en ese film estuvo medio traído de los pelos.-¿Es cierto que en el exilio Mario Vargas Llosa te propuso protagonizar en teatro la obra La Señorita de Tacna? ¿Por qué dijiste que no?-Sí, es cierto. Lo que pasó es que la leímos juntas, Norma (Aleandro) y yo, con luz de velas, en un molino que alquilaba Piero en España. A medida que la leíamos íbamos haciendo los distintos personajes, y cuando terminamos de hacerlo, muy conmovidas las dos, llorando, le dije: "Esto no lo tengo que hacer yo, este personaje es para vos y significará tu regreso triunfal a la Argentina". Y así fue.-Regresaste a la Argentina antes del advenimiento de la democracia, en 1980, cuando realmente era muy peligroso hacerlo. ¿Por qué? ¿Temiste morir de tristeza como Luis Politti?-Sí, si me quedaba allá me iba a pasar lo mismo que a él. Luis se dejó morir... Sufría mucho. Y yo también sufrí mucho, lloraba todos los días. Poco antes de morir trabajamos juntos en una versión para televisión de Pigmalión, donde hacía de mi padre. Tras su muerte me volví, en 1980, cuando aún estaba Videla. Yo siempre punta de lanza...-¿En algún momento te arrepentiste de haber abandonado tu carrera en Europa?-No, no, porque me costaba mucho hacer de española. Hice seis películas y siempre fui muy reconocida [llegó a ganar en 1979 el premio como Mejor actriz por Al servicio de la mujer española, de Jaime de Armiñán, otorgado por el CEC, que reúne a los críticos cinematográficos de España]. No me encontraba haciendo de española, cuando me veía en la pantalla grande y me escuchaba, pensaba: `¿quién está hablando?'. No me reconocía y no me parecía que lo que hacía tuviera verdad. Y eso, la verdad, en el trabajo de una actriz, es fundamental. En la última película que hice en España, en El hombre de moda, en cambio, me tocó hacer de argentina y me volví a sentir cómoda. No creo que hubiera funcionado, después de eso, insistir con hacer de española.-Siempre has sido una persona muy comprometida con la realidad del país. ¿Sos feliz en la Argentina de hoy?-Ay, las autoridades que tenemos no nos lo están haciendo fácil, así que no, no estoy feliz, no estoy nada feliz. Pero, bueno, es lo que hay, y es lo que votó el pueblo y hay que respetarlo. Todo el mundo sabe que yo soy peronista de toda la vida, desde siempre, así que me gustaría que, tarde o temprano, se volviera al 50 y 50, algo que solo ocurrió durante los gobiernos peronistas.-¿A qué te referís?-El 50 por ciento de lo que haya, para la gente, para los trabajadores; y el otro 50 por ciento, para los demás, digamos que para los empresarios. Eso quiero, más justicia social.-Por último, ¿volverás a la actuación, volverás a la música?-A la actuación, no. Estoy retirada, pero a la música sí, porque es lo que en realidad me hace más feliz. ¿Te cuento una primicia? Acabo de grabar un álbum (con arreglos de Lito Vitale) que se llama Canciones dedicadas, con cinco temas, y se llama así porque cada canción está dedicada especialmente a alguien: a Patricia (Rincci, su mujer), a Norma Aleandro, a mi mamá, a Lola Mora más una zamba hecha a pedido de Julia Zenko, que aquí canto con Sandra (Mihanovich). Como ya casi no existen los discos físicos, todos los temas serán subidos muy pronto a las plataformas. De la misma manera en que Sony Music acaba de publicar Estados de ánimo y continuará con mis otros álbumes. Así que, mirá vos, a los 82 años dejaré, digitalmente hablando, de ser virgen [risas].

Fuente: Perfil
24/02/2025 01:00

Festival Buena Vibra 2025: Louta estrenó tema, Marilina Bertoldi anunció nuevo disco y "el que no salta votó a Milei"

En el marco del esperado regreso de Illya Kuryaki and the Valderramas, el ritual musical porteño colmó de 17 mil personas el campo de deportes de la UBA en Ciudad Universitaria. Leer más




© 2017 - EsPrimicia.com