Mientras la población local sufre la escasez de agua, la destrucción de infraestructuras y la represión, las autoridades rusas promocionan las playas del mar de Azov como paraísos accesibles
Hasta ahora, las promesas, amenazas y persuasiones del presidente de EE.UU. no han logrado cambiar la postura del Kremlin, y persiste un estancamiento diplomático. En tanto, Kiev sigue perdiendo territorio en el frente de batalla , aunque no hay muestras de un inminente colapso de sus defensas.
La tensión se intensificó tras los dichos del expresidente Medvédev, quien calificó los ultimátums sobre Ucrania como "una amenaza y un paso hacia la guerra" con EE.UU. Mientras tanto, Rusia avanza con misiles hipersónicos en Bielorrusia y sostiene el "buen diálogo" con Washington. Leer más
La decisión de Donald Trump de acortar drásticamente el plazo para que Vladimir Putin termine la guerra en Ucrania fue recibida con silencio por parte del Kremlin. Sin embargo, los analistas creen que no presionará al presidente ruso para cambiar de rumbo. Leer más
El caso de Roman Starovoit conmocionó a toda la nación. El político fue encontrado muerto horas después de que el mandatario ruso, Vladimir Putin, lo haya destituido de su cargo a través de un decreto presidencial.
La visita a Buenos Aires el miércoles del experto norteamericano Thomas Kent, especializado en campañas de desinformación del Kremlin, medios de comunicación rusa y ética periodística, coincidió con una revelación del vocero presidencial Manuel Adorni, sobre la identificación de una red de cinco ciudadanos rusos residentes que trabajaban en campañas de desinformación en la Argentina. "El Kremlin está más interesado en la Argentina que los argentinos en Rusia", dijo Kent en una entrevista con LA NACION, en la que se mostró sorprendido por el escaso conocimiento que existe en el país sobre las campañas de desinformación impulsadas por el gobierno de Vladimir Putin, algo que ahora parece confirmarse con la noticia revelada por el vocero Adorni.El experto norteamericano, que trabaja en la Universidad de Columbia, tiene una larga trayectoria internacional: fue jefe de la oficina de Moscú de la agencia Associated Press, corresponsal en Bruselas ante las instituciones europeas y la OTAN, y jefe de operaciones en Teherán durante la revolución iraní de 1979. Actualmente trabaja en un libro sobre las campañas de desinformación del Kremlin en el contexto de la guerra en Ucrania. Por esa investigación llegó de forma circunstancial a Buenos Aires, justo cuando se conoció la noticia sobre la red rusa.-¿Se sorprendió por la aparición de esta red?-Hasta donde sé, nunca se produjo el arresto de ciudadanos rusos que integran la campaña desinformativa del Kremlin. En general, en el caso de Estados Unidos, trabajaban directamente desde Rusia o, en otros países, se trataba de diplomáticos que fueron expulsados cuando se sospechó que cumplían este tipo de tareas. Por eso creo que sería novedoso lo que supuestamente ocurrió aquí.-El gobierno dijo que la red en la Argentina formaba parte del Proyecto Lakhta. ¿Qué es eso?-Me llama la atención que mencionen esa organización porque la dirigía el exaliado de Putin, Yevgeny Prigozhin, que murió en 2023. Las tareas de desinformación del Proyecto Lakhta luego fueron transferidas a otras agencias rusas. Lakhta tuvo una activa participación en interferir en las elecciones norteamericanas de 2018.-¿Por qué cree que la Argentina le puede importar a Rusia, siendo un país tan alejado de su zona de influencia?-El Kremlin está más interesado en la Argentina que los argentinos en Rusia. Parafraseando una frase conocida, la Argentina es importante porque es "una puerta para América Latina". Además de la red de espías rusos desbaratada en Buenos Aires, el gobierno de Putin tiene un presupuesto asignado para su campaña de desinformación en todo el mundo, y lo va a gastar. Aquí hay un gran número de población rusa porque es un país muy abierto a la inmigración y al mundo. A nadie le sorprende tener un extranjero viviendo en su edificio. Pero además, la Argentina le importa a Putin porque es un problema para su estrategia global.-¿Cómo es eso?-En primer lugar, la llegada de Javier Milei al poder arruinó el acercamiento con Moscú que hubo durante el gobierno kirchnerista, que incluyó desde la inclusión del canal Russia Today (RT) en la grilla de la Televisión Digital Abierta (TDA), hasta la apertura de una corresponsalía en Buenos Aires, y el acuerdo firmado entre la Universidad de La Plata y RT para capacitar a periodistas argentinos. Además, hay una importante red de influencers rusos en las redes. Pero también la Argentina es hoy un problema para Moscú porque no se está comportando como el resto del "sur global". Desde la perspectiva rusa, todos los países del sur deberían unirse contra Estados Unidos y Europa, y compartir un interés común. Para ellos, argentinos, congoleños e indios forman una unidad y deberían actuar juntos. Pero, por razones históricas, culturales y políticas los argentinos no se ven a sí mismos en ese contexto. Por eso, su interés en la Argentina para abrirse paso hacia la región. -¿Y cuál podría ser entonces la estrategia rusa con un gobierno como el de Milei?-Es un asunto complicado. No esperaban el triunfo de La Libertad Avanza. Obviamente, Rusia intentará ser flexible con este gobierno, como lo es con todos. En tiempos de la Unión Soviética, el Kremlin estaba muy ideologizado. O sea, eras un país comunista y aliado, o no lo eras. Ahora no les importa tanto la cuestión ideológica. Hacen amigos donde pueden, en América Latina están más cerca de los gobiernos de izquierda, pero en Europa sus aliados son la derecha, como Viktor Orban en Hungría o la Alternative für Deutschland, en Alemania. Moscú es hoy un "camaleón ideológico" que se adapta donde haya aliados que promuevan sus intereses.-¿Cree que la búsqueda de aliados pasa por un interés económico para enfrentar las sanciones occidentales o se trata de un objetivo político?-Rusia no es una gran potencia económica. Su balanza comercial no es muy importante para ningún país y su ayuda exterior es casi nula. Por lo tanto, creo que en este momento ponen su foco básicamente en un objetivo político relacionado con la guerra en Ucrania. Tratar de que los países adopten la consigna: "No es nuestra guerra", para dejar a Rusia en mayor libertad de acción.-¿Y cómo cree que está funcionando esa estrategia en la Argentina?-En relación con otros países del sur, la Argentina es suficientemente rica y próspera, y cuenta con un fuerte sentido de identidad, como para tener sus propios principios. Por eso aquí la tarea les resulta más compleja. Pero hay otros países muy débiles, muy pobres, y tan desesperados por apoyo que aprovecharán el respaldo de donde sea que venga. Y si Rusia les ofrece un poco de comercio o propaganda para ayudar a su gobernantes autoritarios, o les ofrece mercenarios o ayuda de inteligencia, entonces se sumarán sin problemas a la política rusa. Pero su objetivo final es ganarle la batalla política a Occidente.
La trama operaba a través de una sociedad mercantil que utilizaba un sistema de triangulación logística y financiera para ocultar el destino real de las mercancías
El embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, se mostró "optimista" respecto al futuro de la relación bilateral, marcada por el giro del Gobierno sobre Ucrania en línea con el 'factor Trump'. "La pelota está de su lado", dijo a PERFIL. Leer más
Se trata de un combatiente que fue capturado junto a su compatriota en Donetsk. Según relató, vio una publicidad en la plataforma que ofrecía más de 3.000 dólares mensuales para unirse a las tropas de Putin. Leer más
El comisario europeo de Energía y Vivienda, Dan Jorgensen, ha asegurado que mantiene la ambición para garantizar la independencia de las importaciones de gas ruso "lo más rápido posible"
Rusia afirma que existe un "optimismo cauteloso" sobre un alto el fuego, pero hay asuntos para discutir.Para Zelenski, la respuesta rusa es "manipuladora".
El plan elaborado por la Casa Blanca se centra en tres cuestiones principales a acatar por las partes: silencio en el cielo y el mar, medidas reales que conduzcan a la confianza para avanzar en un clima positivo y la liberación de prisioneros. Leer más
Mientras la mayoría de las noticias sobre un posible acuerdo de paz en Ucrania están relacionadas con el activismo desenfrenado de Donald Trump y el nuevo gobierno estadounidense, un actor importante en el mapa geopolítico del mundo pasa más inadvertido: China.Los países occidentales acusan a China de ayudar a Rusia a librar la guerra contra Ucrania, entre otras cosas por no apoyar las sanciones occidentales y seguir suministrando a Moscú productos electrónicos y otros bienes de doble uso.En Ucrania, muchos creen que Pekín está haciendo todo lo posible para ayudar a Moscú, aunque podría ordenar fácilmente a su "socio menor" que dejara de luchar.Se cree también que Donald Trump se está acercando a Moscú precisamente para romper su tándem con Pekín. En el mundo real, sin embargo, las cosas son algo más complicadas.Hablamos con Alexander Gabuev, experto en China y director del Centro Carnegie de Estudios Rusos y Euroasiáticos de Berlín, sobre los matices de la posición china, su actitud ante Rusia, Ucrania y la guerra entre ambos, y si el "escenario ucraniano" puede trasladarse a Taiwán.(Gabuev, quien es ruso, ha sido declarado "agente extranjero" en su país, y la Fundación Carnegie no sólo ha sido declarada "agente extranjero", sino también "organización indeseable").Para China lo principal es la paz en Ucrania¿Cómo es el orden político mundial ideal desde la perspectiva de China?Por un lado, para decirlo de forma muy sencilla, los chinos no tienen la idea de que sean el "ombligo del mundo", que lo sepan todo mejor que nadie y que todos debieran vivir como ellos.Pero China, según su visión, es, por supuesto, la potencia más poderosa de la Tierra.O, desde otro punto de vista: Estados Unidos domina el hemisferio occidental y China el oriental.En Asia, China es la potencia hegemónica absoluta, aquí no hay guerras porque todos reconocen de facto la soberanía de China y respetan sus intereses.En un mundo ideal, según ellos, reina la armonía gracias a la fuerza y estabilidad de China.El comercio mundial se lleva a cabo según reglas que no son muy diferentes de las actuales, que son beneficiosas no sólo para China, sino para todos, pero, ante todo, para China.Y aquí debemos hacer una observación muy importante sobre cómo nuestras culturas difieren en su comprensión de lo que es un acuerdo win-win (en el que todos ganan).En la concepción occidental, win-win es cuando la proporción de esta ganancia entre las partes del acuerdo fluctúa en torno al "50/50â?³ o, digamos, "40/60â?³. Y en la visión china, un acuerdo win-win es cualquier acuerdo en el que cada parte obtiene algún beneficio.Es decir, hipotéticamente hablando, si empezamos a hacer negocios y ganamos dinero juntos, pero tú obtienes un kopeck (unidad monetaria rusa y ucraniana) de ganancia y yo 99, entonces, según como lo entienden los chinos, esto sigue siendo win-win, porque tú has ganado algo.Si no fuera por este negocio, no habrías ganado absolutamente nada.Según esta imagen del orden mundial, ¿qué es la guerra entre Ucrania y Rusia?Si eliminamos las analogías históricas, la guerra entre Ucrania y Rusia es ciertamente un conflicto muy alejado de China.Pero afecta a China porque involucra a su vecino más importante, Rusia, que ni siquiera es un aliado sino un socio menor, un país con una cultura política similar y una orientación estratégica hacia la contención de la hegemonía de Estados Unidos.Por otra parte, Europa, el mayor mercado de productos chinos, importante en términos de tecnología, inversiones, etc., está involucrada en este conflicto.En tercer lugar, está involucrada Ucrania, que también es un país bastante importante para China, aunque claramente no tan importante como Rusia o Europa.Por último, en la guerra participa directamente Estados Unidos: actualmente es el estado más poderoso del mundo moderno y un competidor directo de China en la lucha por la influencia y el poder en el siglo XXI.Esta guerra afecta a los mercados de alimentos, energía, fertilizantes, metales... y esto afecta indirectamente a China, provocando, por ejemplo, un aumento de los precios de algunos bienes.Hasta hace poco, también fue una guerra que fortaleció la presencia estadounidense en Europa y estrechó el vínculo entre Estados Unidos y sus aliados.Esta guerra tiene un impacto claramente negativo sobre muchos de los intereses de China. Por supuesto, sería mejor para China si esta guerra no se hubiera producido, pero, por otro lado, también hay aspectos positivos para el gigante asiático.¿Qué escuchan los chinos de a pie sobre la guerra en Ucrania en los medios de comunicación de allí?En general, el relato oficial y lo que se discute en las redes sociales son diferentes.La narrativa en la televisión estatal podría describirse como "no todo está tan claro".Es decir, sí, hay una guerra y la guerra generalmente es mala. Se ha violado la integridad territorial y eso tampoco es bueno.Pero, por otro lado, todo esto, por supuesto, ha sido a causa de la expansión de la OTAN y de las maquinaciones estadounidenses, por lo que se puede entender a Rusia.Y luego están las redes sociales. También son una plataforma censurada. Si hay algo escrito allí, lo más posible es que haya sido previamente moderado. No se puede ver una publicación o un comentario hasta que un censor lo haya leído o un algoritmo lo haya limpiado.En los debates sobre Rusia y Ucrania en las redes sociales se pueden encontrar muchas opiniones sinceras de los usuarios, aunque, por supuesto, no se puede decir que sean una muestra representativa de un país de 1.400 millones de habitantes.Así, a menudo se puede encontrar la siguiente narrativa: "vemos que se ha violado la integridad territorial del país"."Nosotros tenemos Taiwán, el Tíbet, etc., hay gente mala que intenta arrebatarnos algo por la fuerza"."Al igual que los estadounidenses intentan apoyar a los separatistas en nuestro país, los rusos apoyan a los separatistas en Donbás. Esto es malo, así que no deberíamos apoyar a Rusia en esta guerra por razones de principios".En la etapa inicial de la guerra hubo muchos comentarios, digamos, despectivos sobre Rusia, mientras que ahora este tema ha pasado a un segundo plano.¿A quién apoya oficialmente Pekín? ¿Cuál es el resultado final deseado para China?Me parece que para China el objetivo final es que llegue la paz, que nadie dispare contra nadie, que Rusia permanezca lo más aislada posible de Occidente, que China participe de algún modo en el establecimiento de la paz y sea elogiada por ello.Es decir, la paz debe llegar, la guerra no debe reanudarse, Rusia no debe atacar más a Ucrania. Al mismo tiempo, los chinos creen que Ucrania en la OTAN es algo malo.Para los chinos no es tan importante dónde estará la línea de demarcación.Los chinos no creen que Ucrania pueda volver a las fronteras de 1991. Es decir, Ucrania conserva su soberanía e independencia, pero no su integridad territorial. Esto es, por supuesto, malo, los chinos no reconocen las nuevas fronteras, pero aun así.¿Entiendo correctamente que si los ucranianos dejan de morir en la guerra, eso será un win-win según la interpretación china en esta situación?Sí, eso ya estará bien. Además, hay consideraciones humanísticas, puramente humanas, de que cualquier guerra es mala.Pero la guerra también es mala porque el apoyo de China a Rusia en esta guerra atrae constantemente la atención occidental hacia Pekín y se introducen sanciones secundarias contra las empresas chinas.Europa percibe cada vez más a China no sólo como un "admirador" de la Rusia revanchista, sino como su socio, una retaguardia profunda y confiable, es decir, como parte de la amenaza existencial a la seguridad de Europa. Y esto se refleja en las relaciones entre China y la Unión Europea.A China, por supuesto, le gustaría que este rastro tóxico desapareciera lo antes posible.Pekín no entiende las razones de Putin¿Está China ayudando a Rusia en esta guerra?En primer lugar, ha mantenido todo el volumen de sus relaciones comerciales y económicas con Rusia e incluso lo ha incrementado considerablemente.Al comienzo de la invasión a gran escala, el volumen del comercio ruso-chino ascendía a US$147.000 millones. El año pasado, esa cifra ascendió a US$245.000 millones.China empezó a comprar más petróleo ruso, violando así, por lo que sabemos, el techo de precios (impuesto por los países occidentales para limitar los ingresos de Moscú).Al mismo tiempo, China no viola abiertamente las sanciones, sino que hace todo lo que no está directamente prohibido o encuentra lagunas en ellas.Se trata de una ayuda muy significativa, ya que el dinero que alimenta el presupuesto militar ruso es un componente importante.El segundo son los productos de consumo que llenan los estantes de las tiendas rusas.Las marcas chinas están reemplazando a las marcas occidentales que han abandonado Rusia. Gracias a ellos, la gente tiene algo que conducir, teléfonos móviles para usar, aparatos electrónicos, etc. Esto también es una ayuda.La tercera es una maquinaria puramente militar: componentes, máquinas metalúrgicas, chips y todo lo que no son directamente armas, pero con lo que se fabrican estas armas.Todo esto también lo suministra China y, además, es a través de China que a menudo se suministran componentes estadounidenses y europeos que luego se encuentran en los misiles y drones rusos.La posibilidad de utilizar el yuan para realizar pagos, mientras que la mitad de las reservas de Rusia están congeladas y la otra mitad están en yuanes y oro, y que Rusia pueda utilizarlos, también es una ayuda importante.Bueno, y apoyo diplomático: no condena la agresión y se opone a la creación de un frente unido con la participación de los países del Sur Global que condene a Rusia por la invasión. Este es un apoyo importante.Sin embargo, China no está particularmente orgullosa de este apoyo en los foros internacionales.China dice que no hace lo que hace Occidente. Después de todo, Occidente suministra armas directamente a Ucrania, comparte inteligencia con Kyiv, entrena a soldados de las Fuerzas Armadas ucranianas, etc.Es evidente que China está haciendo algo de lo que sabemos menos y de una manera más secreta. Es decir, comparte datos de sus satélites con Rusia, ayuda con cierta inteligencia, pero todavía no es tanto ni tan explícito como lo que hace Occidente con Ucrania.Y esto le da a China una razón para decir que no está echando leña al fuego.Por otra parte, China entiende que una parte importante de los países del mundo perciben lo que está sucediendo como una guerra más, especialmente entre blancos y blancos. Para ellos, el conflicto en Ucrania es una guerra por poderes entre superpotencias.Si en esta situación Rusia está dispuesta a proporcionar petróleo, fertilizantes, cereal (propio y robado a Ucrania) con descuento, ¿por qué no aprovecharlo, si lo necesitamos?Muchos países del mundo lo hacen y no condenan a China por ello. India, la mayor democracia del mundo, hace menos que China, pero hace lo suficiente para mantener a Rusia a flote, al menos en términos de apoyo a sus exportaciones.En un momento dado, Volodimir Zelensky dijo que China tenía la capacidad de presionar a Rusia y así acelerar el final de la guerra. ¿Hasta qué punto es cierta la idea de que China puede poner fin a esta guerra con solo chasquear los dedos, simplemente diciéndole a Putin que pare?No creo que China pueda terminar la guerra con un chasquido de dedos.La interpretación china de la situación es que Putin, cuando llegó a Pekín en febrero de 2022 y firmó esa famosa declaración conjunta sobre la "asociación sin fronteras", no le dijo a Xi Jinping exactamente qué planeaba hacer.No conocemos realmente los detalles. Tal vez discutieron, por ejemplo, la intensificación de las acciones militares en el Donbás, pero los chinos no tenían ni la menor idea de que iba a ocurrir algo de tal envergadura.Por lo tanto, China, a diferencia de los países occidentales, no evacuó su embajada ni organizó la evacuación de sus ciudadanos de Ucrania.Todos mis contactos chinos con los que hablé en enero y principios de febrero de 2022 (diplomáticos, expertos, personas vinculadas a los servicios de inteligencia) estaban absolutamente convencidos de que no habría guerra.Su argumento principal era que sería desfavorable para Rusia.Aunque Moscú se impusiera, habría pérdidas entre las filas rusas y la imposición de sanciones a gran escala.Significaría una guerra de guerrillas, al menos en parte del territorio de Ucrania, un aumento de la presencia militar estadounidense en Europa, una posible expansión de la OTAN y una mayor dependencia rusa de China.¿Qué sentido tendría, incluso en el supuesto de que Rusia tuviera éxito?, se preguntaban.Pensaron que, si esto lo vemos en China, seguramente Putin no es idiota y el Kremlin también lo ve. Pero se equivocaron.Creo que ahora afirman que Putin está obsesionado con Ucrania y el control de ese país por razones que no les quedan muy claras.Ven que Rusia se ha convertido en un país más vulnerable, que ha creado para sí mismo muchos riesgos y peligros que simplemente no existían antes de la invasión a gran escala creada por esta decisión de Putin. Sin embargo, el presidente ruso continúa insistiendo en el mismo objetivo porque es importante para él.Así que, continúan, si Putin está tan obsesionado con este objetivo, ¿podemos, usando nuestras herramientas, cortando el comercio con Rusia, etc., obligarle a cambiar su estrategia? No hay ninguna garantía de esto.Por otra parte, y esto es muy importante para China, Rusia es un recurso importante para luchar contra la hegemonía estadounidense y fortalecer a Pekín.Es una fuente de recursos naturales baratos que se transportan por tierra en lugar de a través de rutas marítimas vulnerables. Es un mercado, una fuente de tecnología militar avanzada en algunas áreas en las que Rusia aún tiene algo de experiencia, es una fuente potencial de cerebros en algunas áreas, y así sucesivamente.Y si el fin de la guerra o, más aún, una hipotética derrota militar de Rusia condujera a un cambio de gobierno hacia uno prooccidental, esto sería una pesadilla para China.Se acabó, Rusia cae en la esfera de influencia occidental, y ellos quedan rodeados.Así que no les importa cómo termine la guerra, lo que les importa es que Putin o alguien como Putin esté en el Kremlin.En consecuencia, están dispuestos a jugar al límite de violar las sanciones, siempre y cuando Rusia siga estando lo suficientemente preparada para el combate como para, al menos, no perder, porque eso no responde a sus intereses. Aunque piensan que Putin es un fanático obsesivo.Y, en tercer lugar, cada vez que los estadounidenses han empezado a hablar de presionar a Rusia, China ha respondido: vale, pero ¿qué obtendremos a cambio? Te haremos un favor ¿y tú qué harás por nosotros?Apenas hay margen para abrir una brecha entre China y Rusia¿Cuál es la actitud de la China actual hacia la Rusia moderna, en términos muy sencillos? Para Pekín, ¿es Moscú un apéndice de materias primas, un socio estratégico con una declaración firmada de asociación ilimitada, un aliado situacional o, tal vez, un adversario potencial?En primer lugar, existe un sentimiento de superioridad cultural y racial.Está claro que allí hay gente culta que no es chovinista, pero en general los chinos creen que su civilización de cinco mil años es claramente superior a otros pueblos.En las redes sociales, a menudo se pueden encontrar collages de cómo se ve la frontera rusa, la misma Blagoveshchensk, y cómo se ve la ciudad china de Heihe, que en el momento del colapso de la Unión Soviética era solo campo, pero ahora se ha convertido en una ciudad con rascacielos y una población de casi un millón y medio.Esto alimenta el sentimiento de que somos buenos y lo hicimos porque somos chinos. Pero ustedes fracasaron no sólo porque el malo de Gorbachov destruyó la Unión, sino porque son rusos y su cultura es peor.Por otra parte, existe la sensación de que Rusia no es un aliado, sino un socio y un vecino.Los rusos y los chinos están unidos por su aversión a un enemigo común: los estadounidenses.Ahora debemos trabajar juntos para poner a los estadounidenses en su lugar y luego lo solucionaremos. Después de todo, los chinos son, ante todo, pragmáticos.Y es esta percepción pragmática de Rusia la que determina la política actual, y no pensamientos sobre su superioridad cultural o cualquier emoción.Finalmente, algunas personas sienten nostalgia por los territorios perdidos. No olvidan que la Rusia zarista robó a China un millón de kilómetros cuadrados de territorio y, en general, sería una buena idea devolvérselo.Es más bien algo latente, pero seguro que se puede activar.Algunos comentaristas creen que el actual gobierno estadounidense pretende llevar a cabo una operación geopolítica "a la inversa de Nixon": separar a Rusia de China para impedir que Pekín se haga demasiado fuerte. ¿Está de acuerdo con esta opinión y, en caso afirmativo, está China contrarrestándola?Durante la campaña electoral, Donald Trump dijo directamente que el acercamiento entre Rusia y China es contrario a los intereses de Estados Unidos y que pretende separarlos.Por lo que sabemos, su equipo, entre ellos el asesor de Seguridad Nacional (Michael) Waltz y el secretario de Estado, (Marco) Rubio, creen que las políticas de Nixon y Kissinger, que se acercaron a China y aprovecharon la división chino-soviética, ayudaron a ganar la Guerra Fría.Y que en este triángulo de grandes potencias EE.UU.-China-Rusia (antes la URSS) gana el bando que tiene mejores relaciones con los demás de las que los otros tienen entre sí.Por eso ahora es importante para Estados Unidos establecer relaciones con Rusia, y todo lo que hace, incluso con respecto a Ucrania, se explica por esta lógica geopolítica.Creo que hay bastante evidencia de que esto es parte de la motivación de Trump.Además de que quiere poner fin a la guerra, además de que las garantías de seguridad para Ucrania aparentemente le preocupan mucho menos que al gobierno de Biden, y que en general tiene más simpatía personal por Putin que por Zelensky, la política exterior de Trump es personalista.Trump tiene la idea de que la asociación con Rusia abrirá nuevas oportunidades para las empresas estadounidenses, y los rusos están utilizando esto muy activamente, dibujando en la mente de Trump la imagen de una asociación ruso-estadounidense mágica que lo ayudará.En esta imagen del mundo, Ucrania es simplemente una especie de obstáculo que hay que mover para que no interfiera en el camino hacia esa brillante meta.Creo que los rusos están alimentando cuidadosamente estas esperanzas de un "Nixon al revés".Dicen que, bueno, respetamos a Xi Jinping, respetamos a los chinos, no vamos a cortar completamente los lazos con ellos, pero necesitamos cierto margen de maniobra.A puertas cerradas o en conversaciones informales lideradas por el director del Fondo Ruso de Inversión Directa, Kirill Dmitriev, es posible que se estén enviando señales que alienten a Trump.En realidad, creo que no hay mucho margen para abrir una brecha entre Rusia y China.En primer lugar, la estrategia estadounidense de la época de Nixon para mejorar las relaciones con Pekín coincidió con la división chino-soviética que había surgido en ese momento.Aquí no hay ninguna división ruso-china. Por el contrario, las relaciones entre ellos se han vuelto mucho más intensas y profundas. Sí, son países asimétricos, pero son mutuamente beneficiosos y hasta ahora no vemos ninguna grieta grave en ellos.En segundo lugar, por muy desagradable que pueda ser para Putin que China sea ahora el "hermano mayor" con mayor poder de negociación, los chinos no se inmiscuyen en los asuntos internos de Rusia.Finalmente, ¿cómo se puede confiar en Occidente cuando la llegada de un nuevo presidente cambia por completo el paradigma?Los gobiernos de Biden y Trump son como la noche y el día cuando se trata de Ucrania y Rusia.Y si el péndulo de polarización en Estados Unidos ha alcanzado su punto máximo y su amplitud sólo aumenta, ¿dónde está la garantía de que en cuatro años no vendrá un presidente completamente diferente que cambie toda la maquinaria de la política exterior estadounidense hacia el transatlanticismo, la presión sobre Rusia y un apoyo masivo a Ucrania?Por eso, Rusia entiende que necesita embolsarse todo lo que Trump está dispuesto a dar por esta ilusión de asociación, pero que realmente no debe distanciarse de China.Los chinos podrían participar en mantener la paz en UcraniaPor lo que estamos escuchando ahora, la piedra angular de cualquier hipotético alto el fuego es el cese de los combates en la actual línea del frente, y que Ucrania no se convierta en miembro de la OTAN como resultado del acuerdo de paz. Esto encaja perfectamente en el marco del plan de paz chino.Sí.Pero en algún momento llegamos a la idea de introducir algún contingente extranjero en la línea de separación. Esto no está en los planes chinos. Pero Volodimir Zelensky dice que se debe hablar de decenas, si no cientos de miles de personas. Es evidente que Europa no dispone de esas fuerzas, pero también es evidente que China sí las tiene. ¿Podemos imaginar que en la línea de separación este contingente esté compuesto por militares chinos?Creo que es difícil imaginar cientos de miles, dada la longitud de la línea de contacto, el costo probable de una operación de este tipo, la complejidad de la logística, etc.Pero desplegar fuerzas más significativas que una misión de observadores desarmados de la OSCE, como la que vimos en el Donbás durante la vigencia de los Acuerdos de Minsk, es algo que se puede imaginar con facilidad.Y también es perfectamente posible imaginar a los chinos como parte de la misión: no como los únicos pacificadores encargados de garantizar que la guerra no se reanude, sino como parte de algún contingente de mantenimiento de la paz bajo un mandato de la ONU.Pero aquí surgen varios problemas a la vez.Primero: ¿hasta qué punto es aceptable una situación así para Rusia? Tengo la impresión de que Rusia se opone actualmente a cualquier contingente de paz, y lo máximo que aceptaría es una misión como la de Donbás.La segunda razón por la que la idea de un contingente de paz europeo es inaceptable para Rusia es que su implementación elimina la posibilidad de volver a atacar a Ucrania, porque para ello habría que matar a los pacificadores europeos.Por último, hay un escenario de pesadilla (para Moscú) y que los rusos también deben considerar.Este es el escenario, digamos, de Nagorno-Karabaj, Idlib o Croacia, que consiste en que tras esa barrera de pacificadores, Occidente rearme hasta los dientes a las Fuerzas Armadas ucranianas y, dentro de diez años, un hipotético presidente como Kirill Budanov o quienquiera en su lugar, dé la orden de ir a liberar Crimea.Y dentro de diez años Rusia no estará en absoluto preparada para esto, y serán unas imágenes monstruosas que le costarán el poder a Putin.Y para evitarlo, Putin se opondrá por todos los medios posibles a cualquier contingente europeo, sobre todo porque ahora tiene una ventaja en el campo de batalla y puede dictar las condiciones.En esta situación, me parece que el despliegue en la línea de contacto de fuerzas que ni los rusos ni los ucranianos podrán matar por razones políticas, que serán difíciles de mover y que finalmente estarán vinculadas al prestigio personal de Xi Jinping para evitar la reanudación de la guerra, podría ser una opción de compromiso.Pero es necesario empujar a Putin hasta este punto. Por ahora, cree que puede venderle a Trump una misión de mantenimiento de la paz tipo OSCE.¿Y será necesario presionar a Xi para que haga esto? ¿O está China preparada para esto en principio?Creo que si los chinos quieren mejorar las relaciones con Europa, este sería un gran paso. Demostrar tu papel como potencia responsable.Y dejando de lado la percepción cínica de la política, esto sería una contribución verdaderamente grande a la causa de la paz.Lecciones para TaiwánUna opinión muy popular es que China está observando ahora muy de cerca la guerra en Ucrania porque establece un cierto marco para su propia historia con Taiwán. ¿Es esto cierto? Y si es así, ¿qué conclusiones podría sacar China de la historia de Ucrania?China ciertamente está observando esta situación y aprendiendo de ella. China es, en general, un sistema que está constantemente aprendiendo y extrayendo lecciones.Lo importante es que ellos entienden que de la guerra de 2022 se pueden sacar unas lecciones, de la de 2023 ya otras un poco diferentes, y de la de 2024, incluso otras completamente distintas.Además, creo que entienden muy bien que la historia no es lineal y que, si miramos al pasado, la versión de los acontecimientos que vimos en la realidad no es la única posible. Entienden que cada acción abre algunas ramas de líneas temporales y cierra otras.Por lo tanto, están observando y se dan cuenta de que sí, Occidente se ha unido. Que las sanciones podrían ser bastante duras. Y ahora están enviando equipos de funcionarios y gerentes a Rusia para estudiar cómo los rusos eluden las sanciones y cómo las combaten.La segunda lección que aprendieron de inmediato fue que los generales pueden mentir sobre la preparación del ejército para el combate.A Putin le dijeron que tendría "Kyiv en tres días", pero lo que ocurrió fue una vergüenza frente al mundo entero. Y la reacción es: cómo Ucrania logró esto, no lo sabemos, pero intentaremos estudiarlo.Por otro lado, veamos si nuestra propia maquinaria de guerra necesita un poco de limpieza. Como resultado, desde aproximadamente mayo de 2022, se han estado llevando a cabo purgas interminables en el Ejército Popular de Liberación de China, durante las cuales ya han sido destituidos dos ministros de Defensa.Y,en tercer lugar, creo que están observando la reacción de Occidente, en el sentido de que han visto su capacidad para unirse y hacer algo, pero ¿se involucrarán con tropas en este conflicto?Aquí es muy importante entender que Taiwán no es Ucrania. No es un estado independiente reconocido internacionalmente.Un número significativo de países todavía consideran a Taiwán como parte de la República Popular China. Aquí la situación desde el punto de vista del derecho internacional será más parecida a la de Nagorno-Karabaj, Chechenia o Irlanda del Norte que a la de Ucrania.Por lo tanto, es muy difícil predecir cómo reaccionará Occidente ante una hipotética escalada en Taiwán.
Los vínculos de Trump con inversores rusos y personajes sospechosos, desde su juventud, forjaron una personalidad agresiva y dispuesta a conseguir todo sin importar medios ni costos. La influencia de su abogado Roy Cohn fue clave en los años de su formación como empresario y futuro político.
RIAD, Arabia Saudita.- El máximo administrador de inversiones del gobierno de Rusia, que tiene títulos de las universidades de Harvard y McKinsey, y habla perfecto inglés, llegó a las conversaciones que mantuvo el martes en Arabia Saudita con funcionarios del gobierno de Donald Trump con un simple papel impreso.El mensaje para la Casa Blanca era el siguiente: las empresas norteamericanas que se retiraron de Rusia indignadas por la invasión a Ucrania le dieron la espalda a una montaña de dinero contante y sonante. "Pérdidas de las empresas norteamericanas sector por sector", se titulaba el documento que le mostró al diario The New York Times el administrador del fondo soberano de Rusia, Kirill Dimitriev. Y en una de las columnas se leía: "Pérdidas totales: 324.000 millones de dólares".A la hora de apelar a Trump, queda claro que el Kremlin apuntó al deseo del presidente norteamericano de obtener siempre alguna ganancia. El miércoles, el presidente Vladimir Putin elogió a la delegación norteamericana por no criticar a Rusia como lo hacía el gobierno anterior: esta vez no hubo "una condena por lo que se hizo en el pasado", dijo el líder del Kremlin, y agregó que más allá de las cuestiones geopolíticas, ahora ambos países estaban avanzando hacia una mayor colaboración en materia espacial, económica, y "en nuestro trabajo conjunto sobre los mercados globales de energía".Tras la reunión del martes, el canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo que en la mesa se notaba "un profundo interés en remover las barreras artificiales que obturan el desarrollo de una cooperación económica mutuamente provechosa", en una aparente referencia al levantamiento de las sanciones de Estados Unidos contra Rusia.Lo notable es que el gobierno de Trump parece haberse enganchado con el mensaje del Kremlin sin exigir una contraprestación por adelantado. Después de que Ucrania le sugiriera a Trump la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre sus recursos naturales, el secretario del Tesoro norteamericano presionó al gobierno de Kiev para que el país renunciara a la mitad de su riqueza en minerales. Y Trump sigue calificando a los aliados de Estados Unidos como "vividores", los amenaza con más aranceles y les exige que pongan más plata para defenderse ellos mismos.Con Rusia, en cambio, el gobierno de Trump parece dar señales de que lo único que tiene que hacer Putin para allanar el camino a un restablecimiento total de las relaciones del Kremlin con la Casa Blanca es poner fin a la guerra en Ucrania. Muchos europeos y ucranianos temen que Trump procure un acuerdo de paz en los términos que quiere Rusia, especialmente después de que el mandatario norteamericano sugiriera el martes que la culpable de la invasión rusa era la propia Ucrania.El martes, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, dijo que el fin de la guerra sería "la llave que abre la puerta a una asociación económica potencialmente histórica", y se hizo eco de Lavrov al insinuar que Estados Unidos estaría dispuesto a levantar las sanciones contra Rusia como parte de ese acuerdo."Hay sanciones que fueron resultado de este conflicto", dijo Rubio. "Y para poner fin a cualquier conflicto, creo yo, todas las partes deben hacer concesiones".Para el Kremlin, el emisario clave para la mentalidad pecuniaria de Trump ha sido Dimitriev, un joven exbanquero aliado de Putin y especializado en el desarrollo de empresas rusas alrededor del mundo. Dimitriev tiene estrechos vínculos con el gobernante de hecho de Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohammed ben Salman, y en su momento impulsó el desarrollo y la distribución global de la Sputnik V, la vacuna rusa contra el Covid-19.En 2016, Dimitriev intentó utilizar sus contactos comerciales para abrir un canal de comunicación con Trump en nombre de la "reconciliación" entre Estados Unidos y Rusia, según el informe de investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones de ese año que realizó el fiscal especial Robert S. Mueller III.Esa reconciliación nunca se concretó durante el primer mandato de Trump. Esta vez, Dimitriev ya arrancó con mejor suerte.Steve Witkoff, el enviado de Trump para Oriente Medio, elogió a Dimitriev y al príncipe Mohammed por ayudar a garantizar la liberación del maestro de escuela estadounidense Marc Vogel, que hasta la semana pasada estaba preso en Moscú. Dimitriev formó parte de la delegación rusa en las conversaciones del martes, y aprovechó las entrevistas con medios de comunicación occidentales para promocionar las oportunidades de negocios que hay en el sector petrolero de Rusia y en el Ártico."La vía económica le abre el camino a la diplomacia, permite la comunicación, hace posibles victorias conjuntas y el éxito de ambos", dijo Dimitriev. "Y notamos que el presidente Trump está enfocado en tener éxito".Dimitriev también dijo que las petroleras norteamericanas se habían "beneficiado realmente con el sector petrolero ruso", y agregó: "Creemos que en algún momento volverán". El documento que llevó el martes a la reunión con Estados Unidos mostraba que entre las industrias norteamericanas que abandonaron Rusia, las que más sufrieron fueron "el sector de tecnología de la información y medios de comunicación", con presuntas pérdidas por 123.000 millones de dólares, el sector de "Consumo y atención médica", con 94.000 mil millones de dólares en pérdidas.Si bien antes de 2014, cuando entraran en vigor las sanciones relacionadas con Ucrania, el comercio bilateral de Estados Unidos con Rusia era minúsculo en comparación con el comercio con China o la Unión Europea (UE), las grandes empresas de energía hacían enormes inversiones y las empresas norteamericanas de bienes de consumo y tecnología veían a Rusia como un importante mercado.Según Dimitriev, el cálculo que presentó tiene en cuenta no solo las ventas de liquidación o con descuentos, sino también las "ganancias no percibidas". Las empresas occidentales que abandonaron Rusia han declarado oficialmente más de 100.000 millones de dólares en pérdidas desde que comenzó la guerra, y tuvieron que vender sus valiosos activos en los desfavorables términos dictados por el Estado ruso.Son muchos líderes mundiales que han adoptado un lenguaje centrado en los negocios para complacer a un presidente norteamericano cuya política exterior tiene poco en común con el énfasis de sus predecesores en valores como la democracia, los derechos humanos y la importancia de la alianza transatlántica. Pero entre los gobiernos que se esfuerzan por influir en la opinión de Trump sobre la guerra en Ucrania, el único que ha logrado convencerlo parece ser el Kremlin. En la campaña para acercarse a Trump que lanzaron hace seis meses los funcionarios ucranianos, la principal arma de seducción fue la promesa de lucrativos acuerdos energéticos y minerales con Estados Unidos cuando termine la guerra. En lugar de aceptar la invitación a cooperar, Trump pareció decidir que los recursos naturales de Ucrania debían servir como compensación por el apoyo norteamericano que ya habían recibido.La semana pasada, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, rechazó la propuesta del secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, por la cual Estados Unidos tendría una participación del 50% en todos los recursos minerales de Ucrania.Los europeos también han tratado de utilizar la posibilidad de acuerdos comerciales para llamar la atención de Trump, pero también sin efecto.El único que parece haber captado la atención del gobierno de Trump es el Kremlin, tanto por la perspectiva de lucrativos acuerdos comerciales como por la posibilidad de que Trump sea visto como el pacificador que puso fin a la guerra en Ucrania."A Trump no le importan demasiado los objetivos estratégicos a largo plazo", dice Boris Bondarev, exdiplomático ruso que renunció por discrepar con la invasión a Ucrania. "Lo que hace Putin es apelar a esa mentalidad de Trump y ofrecerle beneficios materiales inmediatos que le resulten perfectamente claros".Anton TroianovskiTraducción de Jaime Arrambide
Dos de las casonas más antiguas de Villa del Totoral recibieron sus motes debido a los personajes que cobijaron. Mientras el Kremlin se ganó su denominación por ser refugio de intelectuales y artistas comprometidos, su vecina del frente estaba muy ligada al catolicismo y recibía figuras de la iglesia católica de Córdoba y Tucumán. Leer más
KIEV.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió ayer que Ucrania podría ser rusa "algún día" justo en la semana en que está prevista una reunión de su vicepresidente J. D. Vance con el mandatario ucraniano, Volodimir Zelensky.El mandatario republicano llegó a la Casa Blanca prometiendo un rápido final al conflicto entre Rusia y Ucrania, que se acerca a su tercer aniversario, y criticando la masiva ayuda enviada a Kiev por su antecesor Joe Biden.Trump said Ukraine "some day" could become part of Russiaâ??no, this is not a jokeIn an interview with Fox News, U.S. President Donald Trump suggested that Ukraine might one day end up as part of Russia. Because of this, he argued, Kyiv must guarantee the security of Americanâ?¦ pic.twitter.com/CU4hNqcbBS— NEXTA (@nexta_tv) February 11, 2025Este discurso genera inquietud entre las autoridades ucranianas, que temen verse empujadas a aceptar una propuesta de paz desfavorable para sus intereses.En una entrevista con la cadena conservadora estadounidense Fox News divulgada el lunes, el magnate incluso evocó la posibilidad de que la antigua república soviética caiga en manos de Moscú."Podrían llegar a un acuerdo, podrían no llegar a un acuerdo. Podrían ser rusos un día, podrían no serlo", afirmó.Trump también insistió en que Estados Unidos debe recuperar la ayuda prestada a Kiev e insistió en un intercambio por los recursos naturales de ese país, en especial las tierras raras."Vamos a tener todo ese dinero allí y yo digo que lo quiero de regreso. Les he dicho que quiero el equivalente, unos 500.000 millones de dólares de tierras raras", defendió el presidente. "Y ellos básicamente han aceptado hacer esto, con lo que al menos no nos sentimos estúpidos", agregó.Apoyo rusoHoras después de los comentarios del presidente estadounidense, el Kremlin afirmó que "una parte significativa" de Ucrania "quiere ser rusa".El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó este martes que la situación en Ucrania "corresponde en gran medida a las palabras del presidente Trump"."El hecho de que una parte significativa de Ucrania quiera ser rusa, y que ya sea rusa, es una realidad", declaró Peskov.El vocero se refería a cuatro regiones ucranianas- Donetsk, Lugansk, Kherson y Zaporiyia- cuya anexión reivindica Moscú desde finales de 2022, tras unos referendos no reconocidos por ningún país. Actualmente, Rusia controla parcialmente toda la región de Lugansk, pero sólo mantiene ocupadas una parte de las otras tres.Trump también confirmó este lunes el viaje a Ucrania de su enviado especial Keith Kellogg, a quien ha encargado esbozar una propuesta para frenar el conflicto. Según una fuente del gabinete de la presidencia de Kiev, la visita tendrá lugar el 20 de febrero, cuatro días antes del tercer aniversario del inicio de la invasión rusa.Antes, el 14 de febrero, el presidente ucraniano se reunirá con el vicepresidente estadounidense en una conferencia de seguridad en Múnich, en Alemania.Aunque en los últimos meses se ha mostrado más abierto a negociar con Moscú, Zelensky insistió el lunes en que cualquier acuerdo debe representar una "paz real y unas medidas de seguridad efectivas" para Ucrania.We are preparing for negotiations with our partnersâ??both European and Americanâ??starting midweek. This includes the Ramstein meeting, discussions in Kyiv, and later, participation in the Munich Security Conference.It is crucial that we all work together to bring about real peaceâ?¦ pic.twitter.com/aQADfkwLpW— Volodymyr Zelenskyy / Ð?олодимиÑ? Ð?еленÑ?Ñ?кий (@ZelenskyyUa) February 10, 2025"Seguridad para la población, seguridad para nuestro Estado, seguridad para nuestras relaciones económicas y, por supuesto, para la sostenibilidad de nuestros recursos: no solo para Ucrania, sino para todo el mundo libre", dijo en un video publicado en sus redes sociales.Trump asegura querer terminar la guerra cuanto antes posible, pero no ha presentado un plan para acercar las distintas posturas de Moscú y Kiev.El presidente estadounidense también dijo la semana pasada que "probablemente" se reúna con su homólogo ucraniano en los próximos días, aunque descartó desplazarse a Kiev.Zelensky confirmó que se está preparando un encuentro pero que todavía no hay una fecha fijada.El discurso de Trump genera inquietud entre las autoridades ucranianas, que temen verse empujadas a aceptar una propuesta de paz desfavorable para sus intereses.Ante este panorama, tanto Ucrania como Rusia intensificaron en los últimos meses sus ataques para reforzar su posición ante una eventual negociación de paz.Sin embargo, en el terreno, son las tropas rusas, más numerosas y mejor armadas, las que llevan la delantera, especialmente en el frente oriental donde han capturado varias localidades.El martes, el Ministerio de Energía ucraniano anunció acciones rusas contra el sector eléctrico y la infraestructura gasística del país. "Con tal de minimizar las posibles consecuencias para el sistema energético, el operador del sistema de transmisión está aplicando restricciones de emergencia al suministro eléctrico", afirmó.Agencias AFP y AP
Rusia dijo que las conversaciones con Washington estaban en marcha con respecto a posibles conversaciones de paz para poner fin a la guerra casi tres años después de la invasión a gran escala de Moscú.