Decenas de miles de personas se congregaron en la Marcha del Orgullo en Budapest, para desafiar las amenazas legales del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, contra activistas por los derechos LGBTIQ+.Los organizadores estimaron una cifra récord de participación de 200.000 personas, a pesar de la creciente presión de políticos conservadores nacionalistas y la policía para impedir cualquier expresión de material pro LGBTIQ+.La policía prohibió la marcha en cumplimiento con una nueva ley de "protección infantil" que restringe las reuniones que considera que promueven la homosexualidad.Orbán minimizó la posibilidad de enfrentamientos violentos entre la policía y los manifestantes, pero advirtió sobre las posibles repercusiones legales para los asistentes."Por supuesto, la policía podría dispersar este tipo de eventos porque tiene la autoridad para hacerlo, pero Hungría es un país civilizado, una sociedad cívica. No nos hacemos daño", declaró el viernes a la radio estatal."Habrá consecuencias legales, pero no puede llegar al nivel de abuso físico".Los asistentes podrían verse obligados a pagar una multa de hasta US$586, y la policía está facultada para utilizar tecnología de reconocimiento facial para identificarlos.Los organizadores podrían enfrentar hasta un año de prisión.Un país diversoLuca, de 34 años, quien se preparaba para asistir con su madre Enikö, dijo que ambos desean un país con "diversidad", algo que ella considera que no existe actualmente."Tenemos una ley que prohíbe que se reúnan personas diferentes. Por eso estamos aquí. Porque está vulnerando nuestros derechos. Por eso vinimos".Le expresó a la BBC que le preocupa el futuro de su hija de 4 años, que vive "en un país donde no puede amar a quien quiera".Barnabás, de 22 años, afirmó que asistía para "expresar mi solidaridad con la comunidad LGBTIQ+... porque sé lo que se siente no ser visto y ser tratado como un paria, algo que obviamente no todos aquí somos".El joven, que no forma parte de la comunidad, afirmó que proviene del campo, donde la gente "es más propensa a ser xenófoba y homófoba".La comisaria de Igualdad de la Unión Europea, Hadja Lahbib, quien también fue ministra belga de Asuntos Exteriores, se encontraba en Budapest para participar en la marcha.El viernes, Lahbib publicó una foto suya con el alcalde liberal de Budapest, Gergely Karacsony, frente a una bandera arcoíris que simboliza los derechos de la comunidad LGBTIQ+.La marcha del Orgullo "será un poderoso símbolo de la fuerza de la sociedad civil", escribió en X.Pretextos para prohibirLa eurodiputada finlandesa Li Andersson afirmó que era importante para ella y sus colegas europeos estar allí para mostrar solidaridad con la comunidad LGBTIQ+ y la sociedad civil húngara."Es importante enfatizar que la razón por la que estamos aquí no es solo el Orgullo, sino los derechos fundamentales de todos nosotros".Añadió que cree que Orbán esgrime argumentos sobre los valores familiares como pretexto para prohibir la marcha."Es una marcha que trata fundamentalmente sobre la igualdad y sobre derechos igualitarios para todos, sobre el derecho a amar y vivir con quien uno elija"."Creo que ese es un valor fundamental que cualquier sociedad libre y democrática debería respetar", añadió.Karacsony, miembro de la oposición húngara, insistió en que nadie que asista a la marcha sufrirá represalias, ya que ha sido organizada junto con el ayuntamiento y, por lo tanto, es un evento municipal que no requiere la autorización de la policía.Antes de la manifestación, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió al gobierno de Orbán que no bloqueara la marcha.Sin embargo, Orbán se mantuvo impasible y le pidió que se abstuviera de interferir en los asuntos policiales de los países miembros de la Unión Europea.
Unas 200 mil personas, según los organizadores, manifestaron en Budapest pese a la prohibición decretada por el mandatario de ultraderecha. Funcionarios del Ejecutivo amenazaron a gays, lesbianas y transexuales con consecuencias legales si participaban. En marzo pasado, el gobierno de Orban aprobó una ley que prohíbe esas convocatorias y hasta enmendó la Constitución para restringir derechos LGTB+. La Unión Europea condenó las medidas y sostuvo que era una "regresión inadmisible" en el bloque. Leer más
BUDAPEST.- Con banderas arcoíris ondeando bien alto, decenas de miles de personas se manifestaron este sábado en la Marcha del Orgullo en Budapest, prohibida por el gobierno húngaro y convertida en un acto de desafío al primer ministro ultraconservador Viktor Orban.Aunque no haya cifras oficiales disponibles, los organizadores estimaron que cerca de 200.000 personas acudieron a la marcha, de la cual tomaron parte no solo miembros del colectivo LGTB+ sino miles de otros ciudadanos que expresaban así su malestar con el gobierno.Los números dan cuenta de una manifestación récord, con una afluencia de público no vista desde 1989, cuando los húngaros salieron a las calles para celebrar la caída del Muro de Berlín y derribaron su gobierno comunista.Las multitudes llenaron una plaza cercana al ayuntamiento de Budapest bajo un calor sofocante, antes de partir a través de uno de los principales puentes sobre el Danubio, ondeando banderas arcoíris, algunos ataviados con capas y otros portando pancartas burlándose del político."No se trata únicamente de representar a la gente gay, sino de defender los derechos del pueblo húngaro", dijo Akos Horvath, un estudiante de 18 años que viajó a la capital desde una ciudad del sur del país. Y afirmó que "asistir" a la marcha reviste "una importancia simbólica"."Se trata de mucho más, no sólo de la homosexualidad... Este es el último momento para defender nuestros derechos", dijo Eszter Rein Bodi, que participó de la manifestación. "Ninguno de nosotros será libre hasta que todos lo seamos", decía un cartel.Para Orban y su partido, el Fidesz, "este importante éxito del Orgullo es muy vergonzoso" y tendrá "repercusiones" políticas, dijo el analista político Szabolcs Pek.Orban ha recortado gradualmente los derechos de la comunidad LGBTQ+ en la última década, y los legisladores aprobaron en marzo una ley que permite prohibir las marchas del Orgullo, alegando la necesidad de proteger a los niños. El gobierno asegura que los menores no deben estar expuestos a la homosexualidad y la transidentidad o a lo que califica de "depravación".Los opositores de Orban consideran que esta medida forma parte de una ofensiva más amplia contra las libertades democráticas de cara a las elecciones nacionales del año que viene, en las que el veterano primer ministro -cuyo partido ha dominado la escena política húngara durante 15 años- se enfrentará a un fuerte contrincante de la oposición.Pequeños grupos de contramanifestantes de extrema derecha intentaron interrumpir la marcha pacífica, pero la policía los separó y desvió el recorrido de la marcha para evitar enfrentamientos.Deseoso de evitar las imágenes de represión violenta, Orban descartó cualquier intervención de las fuerzas de seguridad. Pero al mismo tiempo amenazó a gays, lesbianas y trans con consecuencias legales. Las autoridades instalaron cámaras a lo largo del recorrido dotadas con sistemas de reconocimiento facial. El gobierno advirtió que las multas pueden llegar hasta 500 euros y que organizar una marcha prohibida o llamar a participar puede ser castigado con hasta un año de prisión. Entre los participantes de la Marcha del Orgullo, muchos contaron que era la primera vez que asistían a la cita anual, como Zoltan, de 66 años. "Estoy orgulloso de ser gay y tengo mucho miedo de que el gobierno quiera humillarnos. Me sorprende que haya tanta gente", dijo con emoción.Marcell Szanto, un estudiante de 22 años y "aliado heterosexual" del colectivo LGTB+, aludió a una "experiencia formidable", lejos del "odio que suele ser característico del ambiente en Hungría".Toda Europa tiene la mirada puesta en este país de 9,6 millones de habitantes. Bruselas ha condenado la prohibición, una regresión inédita de los derechos LGTB+ en en la UE. De hecho la marcha viola los tratados europeos firmados por Hungría cuando se unión al bloque en 2004.Los organizadores de la marcha dijeron que habían llegado participantes de 30 países diferentes, entre ellos 70 miembros del Parlamento Europeo. Pero el ministro de Justicia advirtió a los diplomáticos que si participan en un evento prohibido tendrán que asumir las consecuencias. "Gracias, Viktor Orban, por haber promovido una sociedad más tolerante", ironizó el alcalde de Budapest, el ecologista Gergely Karacsony, que mantuvo la marcha argumentando que un evento municipal no necesita autorización del gobierno. "El mensaje es claro: no tienen poder sobre nosotros", añadió el dirigente, que agradeció a la policía la seguridad del evento. "En lugar de marcar puntos", el gobierno "se marcó un enorme gol" en su propio arco al intentar impedir el evento de hoy, apuntó otro opositor, Peter Magyar, que lidera los sondeos de cara a las elecciones legislativas de la primavera boreal de 2026.Alentado por la ofensiva de Donald Trump contra los programas de promoción de la diversidad, Orban esperaba "polarizar a la sociedad", según los politólogos, un método que en otras ocasiones le dio buenos resultados.Antes de que Orban llegara de nuevo al poder en 2010, Hungría era uno de los países más progresistas de la región. La homosexualidad había sido despenalizada a principios de la década de 1960 y la unión civil entre cónyuges del mismo sexo fue reconocida en 1996. Pero Orban ha cambiado gradualmente la situación. Agencias AFP, ANSA y Reuters
El Parlamento de Cataluña autoriza el envío de diputados a Hungría para el Día Internacional del Orgullo LGTBI, en respuesta a la prohibición de manifestaciones por parte de la policía húngara
Santiago Abascal se une a líderes conservadores en Budapest para la Conferencia Política de Acción Conservadora, destacando la participación de figuras internacionales como Viktor Orban y Amichai Chikli
La República de Hungría y la República Eslovaca notificaron a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) la presencia en sus territorios de la enfermedad de la fiebre aftosa
Su conservación permite mantener viva una parte menos conocida del patrimonio local.Combina arte, urbanismo y vida barrial en una misma estructura.
La ficción basada en la historieta de Héctor Oesterheld y Francisco Solano López se convirtió en un inmenso éxito en todo el mundo, incluyendo países donde no se habla español. Leer más
El Parlamento húngaro aprobó una enmienda constitucional impulsada por el primer ministro Viktor Orbán y su partido, Fidesz. Como gesto de rechazo, legisladores opositores arrojaron bombas de humo con los colores del arcoíris en medio de la sesión. El proyecto obtuvo 140 votos a favor, 21 en contra. Leer más
BUDAPEST.- Hungría comenzará el proceso para retirarse de la Corte Penal Internacional (CPI), anunció el jueves un funcionario, justo cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, llegó a la capital del país por la mañana a pesar de una orden de arresto del único tribunal global permanente del mundo por crímenes de guerra y genocidio.El primer ministro Viktor Orban dio la bienvenida al líder israelí con honores militares completos en el Distrito del Castillo de Budapest. Los dos aliados cercanos se pararon lado a lado mientras una banda militar tocaba y una elaborada procesión de soldados a caballo y portando espadas y rifles con bayoneta desfilaba. Orban, un populista conservador, había prometido ignorar la orden de la CPI contra el líder israelí, al acusar al tribunal de "interferir en un conflicto en curso con fines políticos".Mientras se desarrollaba la ceremonia, el jefe de gabinete de Orban, Gergely Gulyás, emitió un breve comunicado en el que dijo que "el gobierno iniciará el procedimiento de retirada" para salir del tribunal, lo que podría tardar un año o más en completarse."Hungría abandona la CPI. El gobierno iniciará el proceso de retirada, de acuerdo con el marco internacional legal", anunció en un comunicado en Facebook Gulyas.La visita de Netanyahu a Hungría, que está programada para durar hasta el domingo, fue solo su segundo viaje al extranjero desde que la CPI emitió la orden en su contra en noviembre.La CPI, con sede en La Haya, Holanda, declaró al emitir su orden que había razones para creer que Netanyahu y el exministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, habían cometido crímenes de lesa humanidad en relación con la guerra en Gaza.La guerra comenzó cuando militantes liderados por el grupo terrorista Hamas atacaron el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, matando a alrededor de 1200 personas, en su mayoría civiles, y tomando 251 rehenes, la mayoría de los cuales han sido liberados desde entonces en acuerdos de alto al fuego y otros tratos. Israel rescató a ocho rehenes vivos y recuperó docenas de cuerpos.La ofensiva de Israel mató a más de 50.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no especifica si los muertos son civiles o combatientes. Israel dice que mató a alrededor de 20.000 militantes, sin proporcionar evidencia. La respuesta militar israelí se reanudó el mes pasado, rompiendo un alto el fuego.Después de que la CPI emitiera la orden, Orban invitó a Netanyahu a Budapest y acusó al tribunal de "interferir en un conflicto en curso con fines políticos". Esa invitación fue un desafío abierto a la decisión del tribunal y contradijo las obligaciones de Hungría como signatario de arrestar a cualquier sospechoso con una orden si pisaban su suelo.La CPI criticó la decisión de Hungría de desafiar su orden para Netanyahu. El portavoz del tribunal, Fadi El Abdallah, declaró anteriormente que no corresponde a las partes de la CPI "determinar unilateralmente la validez de las decisiones legales del Tribunal". El jueves, dijo que el tribunal "recuerda que Hungría sigue bajo el deber de cooperar con la CPI"."En caso de preocupación sobre su cooperación con la Corte, los Estados pueden consultarla", señaló el portavoz. "Pero no les corresponde determinar unilateralmente el fundamento de las decisiones jurídicas de la CPI".Todos los 27 miembros de la Unión Europea, incluida Hungría, son signatarios, pero el tribunal depende de los países miembros para hacer cumplir sus decisiones. Hungría se unió al tribunal en 2001 durante el primer mandato de Orban como primer ministro.En una conferencia de prensa después de su reunión, Orban señaló que cree que la CPI "ya no es un tribunal imparcial, no un tribunal de justicia, sino un tribunal político. Y esto se mostró más claramente por las decisiones respecto a Israel"."Estoy convencido de que este foro judicial internacional, que de otro modo sería importante, se ha degradado en una herramienta política, con la que no podemos y no queremos involucrarnos", señaló Orban.El líder húngaro, considerado por los críticos como el saboteador más intransigente de la UE en la toma de decisiones del bloque, es visto como utilizando algunas de las tácticas de las que se acusa a Netanyahu en Israel: subyugación del poder judicial, antagonismo hacia la UE y represión de la sociedad civil y los grupos de derechos humanos.Durante la conferencia de prensa, donde no se permitió a los periodistas hacer preguntas, Netanyahu elogió la decisión de Hungría de retirarse de la CPI, agradeciendo a Orban por tomar una "decisión valiente y de principios"."La CPI dirige sus acciones contra nosotros que luchamos una guerra justa con medios justos", manifestó Netanyahu. "Ustedes son el primer Estado que se aleja de esta corrupción y esta podredumbre, y creo que será profundamente apreciado, no solo en Israel sino en muchos, muchos países alrededor del mundo".La visita de Netanyahu a Hungría fue su segunda oportunidad de viajar al extranjero tras la emisión de la orden: la primera fue cuando se reunió con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Washington, en febrero.El presidente estadounidense impuso en febrero sanciones al tribunal por unas "acciones ilegales y sin fundamento contra Estados Unidos" y su "estrecho aliado, Israel".Esta visita es también una oportunidad para proyectar una imagen de estadista mientras enfrenta un creciente descontento en casa.Netanyahu ha enfrentado protestas masivas de israelíes que temen que su decisión de reanudar la guerra en Gaza ponga en peligro las vidas de los rehenes restantes en manos de Hamas. También ha provocado ira al intentar despedir o marginar a altos funcionarios en lo que los críticos ven como una toma de poder y un ataque a las instituciones estatales.Junto con la reanudación de su ofensiva en Gaza el mes pasado, Israel detuvo todas las importaciones de alimentos, combustible y ayuda humanitaria al territorio de dos millones de palestinos para presionar a Hamas a liberar más rehenes y aceptar cambios propuestos al acuerdo de tregua.Agencias AP y AFP
Argumenta que la acusación contra el primer ministro israelí "es el ejemplo más triste" de que la institución se ha convertido "en un organismo político"
En la mesa de "Comunistas" se debatió sobre el avance global de los gobiernos conservadores y cuáles son los derechos civiles que podrían vulnerarse por medio de las políticas que impulsan. Leer más
La norma fue propuesta por el partido Fidesz, del primer ministro ultranacionalista Viktor Orbán y recibió también el apoyo de los diputados de la extrema derecha. Leer más
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A un día para que expirase el plazo, Budapest levanta su veto tras acordar con Bruselas retirar a cuatro nombres de las 2.4000 personas que actualmente están sancionadas
Hungría denuncia que la congelación de 22.000 millones de euros en fondos europeos por parte de la Comisión se basa en "razones políticas" y presiones sobre el país y sus instituciones
Desde que ganó su primer Oscar con "El pianista" estaba buscando un trabajo trascendente, que lo movilizara.El actor reflexiona sobre sus raíces húngaras y el exilio de sus familiares.