En los días de altas temperaturas, quienes viven con factores de riesgo deben extremar las medidas de prevención.
Se posiciona como un remedio natural eficaz en la lucha contra la presión alta y en el cuidado del corazón
Mantener los valores de presión arterial bajo control puede ser más sencillo de lo que parece si se adopta un enfoque integral basado en la alimentación. Cambios simples en la dieta, como aumentar el consumo de potasio y magnesio presentes en muchas frutas pueden ayudar a controlar este problema y prevenir complicaciones
La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular en el mundo. Aunque suele asociarse con el envejecimiento, cada vez afecta a personas más jóvenes debido a estilos de vida poco saludables. Afortunadamente, ciertos cambios en los hábitos diarios, incluida la alimentación, pueden marcar una gran diferencia en el tratamiento de esta enfermedad que se estima afecta en el mundo a 1280 millones de adultos.La hipertensión arterial se produce cuando la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es demasiado alta de manera sostenida. Esto puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de enfermedades graves como infartos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal. Más precisamente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera hipertensión cuando la presión arterial sistólica (el número más alto) supera los 140 mmHg y/o la diastólica (el número inferior) está por encima de los 90 mmHg.Existen varias acciones que ayudan a prevenir y controlar la hipertensión, como mantener un peso saludable, realizar actividad física regular, reducir los niveles de estrés y evitar el consumo de tabaco y alcohol. Estos cambios en el estilo de vida pueden ser determinantes para reducir el riesgo de complicaciones.Un hábito determinante Pero hay otro hábito que puede marcar la diferencia. La dieta juega un papel clave en la prevención y control de la hipertensión. En este sentido, reducir el consumo de sal es una de las recomendaciones más importantes, ya que el exceso de sodio está directamente relacionado con el aumento de la presión arterial. Por otro lado, el consumo de alimentos ricos en potasio puede contrarrestar los efectos negativos del sodio y ayudar a regular la presión arterial.El potasio es un mineral fundamental para el funcionamiento adecuado del corazón, los nervios y los músculos. Para un estudio publicado en el American Journal of Hypertension, aumentar el consumo de este mineral puede reducir entre 2 y 4 mmHg la presión arterial sistólica y entre 1 y 3 mmHg la diastólica. Aunque estas reducciones puedan parecer pequeñas, son clínicamente significativas y suficientes para disminuir el riesgo de eventos cardiovasculares.La cantidad diaria recomendada de potasio para adultos es de aproximadamente 3,500 a 4,700 mg, según factores como la edad, el sexo y el nivel de actividad física. Sin embargo, un consumo excesivo de potasio puede ser perjudicial para personas con enfermedades renales o que toman ciertos medicamentos. Por eso, es fundamental consultar a un profesional de la salud antes de realizar cambios importantes en la dieta.Alimentos ricos en potasio y sus beneficiosEl sitio de salud Healthline comparte una lista de alimentos ricos en potasio y cómo estos pueden además de ayudar al combate de la hipertensión, también benefician la salud.Porotos blancos: Aproximadamente 1,790 mg de potasio por cada 100 g. Ayudan a mantener la salud del corazón y aportan fibra, esencial para la digestión.Acelga: 1,035 mg de potasio por cada 100 g. Rica en antioxidantes y vitaminas, contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico.Ñame: 816 mg de potasio por cada 100 g. Excelente fuente de energía natural y fácil de digerir.Palta: 485 mg de potasio por cada 100 g. Rica en grasas saludables que benefician el corazón.Damasco deshidratado: 482 mg de potasio por cada 100 g. Ideal para mantener niveles saludables de energía y antioxidantes.Batata: 475 mg de potasio por cada 100 g. Aporta carbohidratos complejos y vitamina A.Remolacha: 325 mg de potasio por cada 100 g. Mejora la circulación y reduce la inflamación.Espinaca: 287 mg de potasio por cada 100 g. Rica en hierro y fibra, fortalece los huesos.Granada: 236 mg de potasio por cada 100 g. Contribuye a reducir el estrés oxidativo y mejorar la salud arterial.Puré de tomate: 220 mg de potasio por cada 100 g. Ideal para incluir en salsas y aumentar el aporte de licopeno.Sandía: 112 mg de potasio por cada 100 g. Hidrata y refresca mientras aporta antioxidantes.Legumbres: Entre 200-400 mg de potasio por cada 100 g. Excelente fuente de proteínas y fibra.Pescado (salmón/atún): Entre 300-400 mg de potasio por cada 100 g. Rico en ácidos grasos omega-3 que protegen el corazón.
La hipertensión, conocida como presión arterial alta, puede ser una condición silenciosa, ya que muchas personas no presentan síntomas evidentes hasta que los valores alcanzan niveles peligrosos. Por ello, identificarla a tiempo es crucial. Pero, ¿cómo saber si tengo hipertensión? Según la OMS, 1280 millones de adultos sufren de hipertensión -afecta al 15% de la población-, de los cuales dos tercios residen en países de ingresos medios y bajos.Primero hay que saber que la hipertensión arterial es el aumento de la presión de la sangre en las arterias debido a obesidad, sedentarismo, diabetes, consumo de tabaco, ingesta de alcohol, alimentación inadecuada, colesterol elevado, condición genética y étnica, uso de medicamentos de tipo esteroideo y anticonceptivos. Y, la retención de agua en el organismo, estrés, enfermedades renales y apnea del sueño también pueden causar que la presión arterial esté fuera de rango.En etapas iniciales, la persona carece de sintomatología; por ello es tan alto el porcentaje de quienes desconocen que la padecen. Pero, conforme avanza, hay síntomas comunes:Dolor de cabezaZumbido en el oídoSensación de ver lucesNáuseasVómitoSangrado nasal recurrentePalpitaciones¿Cómo se trata la hipertensión?El tratamiento médico es individualizado y se basa en fármacos inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina; antagonistas de los receptores de la angiotensina; diuréticos tiazídicos, como la hidroclorotiazida; bloqueadores de canales de calcio y beta bloqueadores. Al mismo tiempo, las personas deben disminuir la ingesta de sal a menos de cinco gramos diarios, evitar las grasas saturadas, aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales con fibra.Además, existen hábitos que mejoran la calidad de vida de la persona con hipertensión, como dejar de fumar, reducir la ingesta de bebidas alcohólicas y realizar actividad física con regularidad, mantener el peso adecuado, aprender a manejar el estrés y medir periódicamente la presión arterial.El Universal (México)
Restringir el consumo de azúcar en los primeros mil días de vida -desde la concepción hasta los dos años- reduce el riesgo de sufrir diabetes e hipertensión en la vida adulta, según un estudio basado en el racionamiento de alimentos aplicado en el Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial. El estudio, cuyos detalles se publicaron en la revista Science, confirmó que el desarrollo temprano es un periodo crítico para la salud de las personas a largo plazo y que seguir una dieta inadecuada en este periodo tiene consecuencias negativas en la edad adulta.No añadir azúcar es la recomendaciónA pesar de que las directrices dietéticas recomiendan no añadir azúcar en los primeros años de vida, en Estados Unidos es frecuente sufrir una elevada exposición al azúcar desde el útero -a través de la dieta materna- y durante la lactancia materna y la alimentación específica para bebés.Además, las investigaciones sugieren que la mayoría de los lactantes y niños pequeños consumen a diario alimentos y bebidas azucarados.Para estudiar los efectos a largo plazo del consumo precoz de azúcar en la salud, Tadeja Gracner, de la Universidad del Sur de California, y un equipo de científicos de las universidades de Berkeley, Chicago, y McGill, examinaron los efectos del racionamiento de azúcar y dulces impuesto en el Reino Unido al acabar la Segunda Guerra Mundial, un experimento natural que duró hasta 1953.En ese periodo de restricciones, la ración de azúcar recibida por los ciudadanos era comparable a las directrices dietéticas actuales, incluidas las destinadas a embarazadas y niños pequeños, pero al terminar el racionamiento, el consumo de azúcar prácticamente se duplicó de la noche a la mañana.A partir de los datos del Biobanco del Reino Unido, los investigadores estudiaron el estado de salud de las personas que estuvieron expuestas y las que no al racionamiento de azúcar en el útero y en los primeros años de vida. Así descubrieron que el racionamiento de azúcar en los primeros años de vida tuvo notables beneficios para la salud a largo plazo. Según los resultados, los que nacieron durante este racionamiento y estuvieron expuestos a bajos niveles de azúcar en sus primeros años de vida tenían un 35% menos de riesgo de desarrollar diabetes y un 20% menos de riesgo de desarrollar hipertensión. Además, la edad en la que se desarrollaron estas enfermedades en la edad adulta se retrasó una media de 4 y 2 años, respectivamente.El efecto protector fue más pronunciado en las personas expuestas al azúcar restringido tanto en el útero como después del nacimiento, y la exposición en el útero por sí sola representó cerca de un tercio de la reducción del riesgo. Además, el efecto se amplificó aún más después de los 6 meses de edad, probablemente coincidiendo con la introducción de alimentos sólidos, según los datos aportados por el estudio.Expertos opinan sobre evitar el azúcarPara el investigador en el CIBERobn Jesús Francisco García Gavilán, los resultados de este estudio validan las conclusiones de estudios previos y apoyan las recomendaciones dietéticas que buscan evitar o reducir el consumo de azúcares simples durante la etapa gestacional y retrasar lo más posible el consumo de estos durante la primera infancia. Sobre las limitaciones, advirtió de que el estudio solo utilizó personas nacidas en Reino Unido y está basado en datos de salud autorreportados. Además, se limita a los nacidos entre 1951 y 1956, cuando "el tipo y disponibilidad de productos ultraprocesados podría ser muy diferente al actual", dijo al Science Media Centre (SMC) España.Por su parte, Rafael Urrialde de Andrés, profesor en la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición, consideró que el trabajo "corrobora lo que otros estudios también demuestran: la importancia de no incorporar azúcar añadido ni tampoco que haya un exceso de azúcares libres, de ninguna fuente alimentaria, en los 1.000 primeros días de vida", dijo al SMC España."Esta restricción, no solo con azúcar añadido sino también con la de azúcares libres, ejerce un efecto positivo sobre la reducción del sobrepeso y obesidad infanto-juvenil y la posterior aparición de determinadas patologías ligadas tanto al sobrepeso como a la obesidad", concluyó.
Las propiedades menos conocidas de esta hierba siempre asociada con la relajación.Cuántas tazas conviene tomar por día.
Algunas complicaciones que la salud humana puede padecer son consecuencia de una mala alimentación, la falta de actividad física, el consumo en exceso de ciertos productos o la falta de un descanso adecuado. Con el tiempo, estas malas costumbres pueden repercutir de forma negativa en el funcionamiento y mantenimiento del organismo.La hipertensión es una enfermedad común que afecta a las arterias del cuerpo, señala el Instituto Mayo Clinic, y hace que el corazón deba trabajar más para bombear sangre. Es una enfermedad muy común en las personas que tienen malos hábitos, como los mencionados anteriormente, por lo que generar cambios puede ayudar a reducir la tensión, aunque algunas personas pueden necesitar medicamentos adicionales, precisa la Organización Mundial de la Salud.De una mala alimentación también se puede desprender un mal funcionamiento de los riñones. Estos órganos se encargan de eliminar los desechos y el exceso de agua de la sangre y ayudar a mantener equilibradas las sustancias químicas en el cuerpo, según datos difundidos por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.El control oportuno de la presión arterial y del colesterol puede evitar la hemodiálisis y luego el trasplante de riñón, recomienda la Secretaría de Salud de México. Además, añade, que se deben evitar malos hábitos como el sedentarismo y el tabaquismo, y apostar por una alimentación balanceada.Como el eje está puesto principalmente en la alimentación, te contamos que existe una poderosa fruta colombiana que ayuda a regular la hipertensión y colabora con el funcionamiento renal. Se trata del borojó que puede consumirse forma natural, en batidos, jugos o en sus presentaciones en suplementos en polvo.BorojoEsta fruta aporta proteínas, carbohidratos, calcio, hierro, tiamina, niacina y vitamina C, según un informe de la Universidad Mariana (Colombia). Por su parte, la Universidad del Pacífico (Perú) indica que estos componentes convierten al borojó en un fruto con un gran uso medicinal, especialmente para controlar la hipertensión arterial, tratar la afección en los riñones, cicatrizar heridas, combatir la anemia, tratar afecciones bronquiales y mejorar la visión.Autor: Mariana Sánchez
Esta planta, catalogada como una de las más antiguas que continúa viva, tiene distintas propiedades terapéuticas.Cómo aprovechar sus antioxidantes.
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El potasio es uno de esos minerales importantes que muchas personas no consumen en su dieta diaria. Entra otras cosas, ayuda a que los músculos se contraigan y mantiene equilibrados los niveles de líquidos. El sodio y el potasio trabajan juntos para regular los líquidos del cuerpo, y no debería sorprender que la mayoría de las personas consuman demasiado sodio en relación con el potasio. De hecho, se recomienda mantener el sodio por debajo de los 2300 miligramos y tratar de ingerir 4700 miligramos de potasio.Antes de tomar un suplemento de potasio o atiborrar el organismo de plátanos, hay muchos alimentos ricos en potasio, como el calabacín. Una taza de calabacín cocido aporta 475 miligramos de potasio, lo que supone unos 50 miligramos más de potasio que un plátano mediano.El calabacín cocido contiene un 95 % de agua, una cantidad superior a la de la sandía y los melocotones de verano. Eso significa que puede ser uno de los mejores alimentos no solo para mantenerse hidratado, sino también para controlar la presión arterial.El calabacín ayuda a reducir la presión arterial por su alto nivel de potasioA las personas con presión arterial alta se les suele recomendar que dejen de lado el salero. La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda que las personas con presión arterial alta limiten su consumo diario de sodio a 1500 miligramos. El sodio hace que almacene más líquido fuera de las células, lo que ejerce presión sobre los vasos sanguíneos. El potasio ayuda a eliminar el exceso de sodio del cuerpo para que no retenga tanta agua. Eso alivia la presión sobre los vasos sanguíneos.Las dietas bajas en sodio y altas en potasio suelen recomendarse para reducir la presión arterial. Según un artículo de 2024 en Clinical Hypertension, la dieta DASH alta en potasio puede reducir la presión arterial en 11 milímetros de mercurio en personas con presión arterial alta, y la presión arterial puede reducirse aún más si las personas también restringen el sodio.El artículo sugiere que la proporción de sodio y potasio podría ser más importante para reducir la presión arterial. Siempre que no se cocine el calabacín en agua salada, solo contiene 5,4 miligramos de sodio, una proporción saludable de 1 a 88. Una porción similar de papas fritas de McDonald's tiene una proporción de 1 a 3.Otros nutrientes saludables del calabacínEl calabacín tiene otros beneficios para la salud, además de reducir la presión arterial y mantenerse hidratado, el calabacín cocido aporta el 25% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C para ayudar al cuerpo a combatir los radicales libres y reducir la inflamación. También tiene el 10% de la vitamina A en forma de betacaroteno, que es otro antioxidante que también mantiene los ojos sanos.Ya sea que se elija calabacín amarillo o verde, un artículo de 2022 en Applied Nanoscience descubrió que ambos son buenas opciones para ayudar al cuerpo a combatir bacterias como E. coli y ciertos tipos de hongos. El calabacín amarillo podría combatir las células leucémicas, y la piel del calabacín verde tiene el potencial de combatir el cáncer al evitar que los tumores crezcan, según un artículo de 2017 en Nutrients.