elía

Fuente: La Nación
25/06/2025 12:36

Murió Alberto Elía, figura clave del coleccionismo y la escena del arte argentino

Generoso y entrañable. Así recuerdan a Alberto Elía, quien falleció ayer, en el mundo del arte. En 2018 donó al Museo Nacional de Bellas Artes la colección de arte contemporáneo argentino que forjó con Mario Robirosa durante casi 40 años. Nuestro mayor museo presentó la donación Elía/Robirosa con una muestra, que integró una selección de obras de artistas argentinos, como Alberto Heredia, Marta Minujín, Juan José Cambre, Duilio Pierri, entre otros. "Yo y la que fui": un documental revela cómo transformó su vida una importante referente culturalLa donación incluyó 85 piezas, un corpus de obra enfocado en los años ochenta y noventa, pero que abarca desde las serigrafías eróticas de Minujín y los dibujos y collages de Heredia de los setenta, hasta los grandes lienzos de Diego Perrotta y Margarita De Koenigsberg de los primeros años de 2000. "Las obras de este conjunto, formado desde 1977, eran adquiridas directamente a los artistas, con quienes Elía y Robirosa establecían una relación muy cercana: se interesaban por sus vidas y sus procesos creativos. Seleccionaban los trabajos que exhibirían en la galería y, luego, adquirían una o más piezas del artista, como forma de sellar el compromiso establecido entre las dos partes que conformaban el proyecto artístico", señalaba en su texto el investigador Pablo De Monte, curador de la exposición en el MNBA junto con Florencia Galessio.Con motivo de aquella donación, Andrés Duprat, director del museo, afirmó: "Alberto Elía y Mario Robirosa, notables coleccionistas y galeristas, han construido durante medio siglo el círculo virtuoso entre ambas figuras, que encarnan con gran prestancia y generosidad. En ellos se unen en forma condensada los criterios mediante los cuales una serie de autores -que podemos llamar "de los ochenta", concediendo a esa rápida categoría cronológica la facultad de nombrar un fenómeno cultural mucho más complejo- constituyen un corpus singular en la historia de las artes nacionales." Y añadió sobre su labor: "Su colección, desarrollada a lo largo de los años en que promovieron (casi podríamos decir: crearon) a esa generación que dio nombres como los de Jorge Pirozzi, Duilio Pierri, Eduardo Iglesias Brickles y Diego Perrotta, hoy es recibida en donación por el Museo Nacional de Bellas Artes en un acto que honra a la institución. Una forma de acoger no solo un patrimonio fundamental para la nación, sino, sobre todo, de celebrar el trabajo primoroso de quienes tuvieron el don y la audacia de propugnar uno de los capítulos fundamentales de la plástica argentina".Consultado por LA NACION, Duprat señala: "Tengo un agradecimiento eterno porque no es común una donación de esa envergadura. Es extraordinaria". Además, el director del museo recuerda que la locación principal en la que Guillermo Francella personifica al galerista Arturo Silva en Mi obra maestra se filmó en la Fundación Elía-Robirosa, en Barracas. En abril de 2013 pusieron en marcha la Fundación, donde se exhibía la colección integrada por piezas de Pablo Suárez, Marcia Schvartz, Eduardo Iglesias Brickles y Luis Felipe Noé, entre otros.Junto con Robirosa, Elía fue galerista durante muchos años, y desde su recordado espacio de Uriburu y Las Heras impulsaron la carrera de muchos artistas. Su legado queda vivo no sólo en las obras que resguardan instituciones como el Bellas Artes, sino en la memoria agradecida de artistas, colegas y amigos que lo recuerdan como un hombre generoso, inteligente y profundamente comprometido con el arte argentino. El artista Diego Perrotta señala que comenzó a trabajar con Elía en los años noventa. "Era muy culto, muy fino, con un humor muy particular y una personalidad especial, discutía mucho", afirma el artista, que expuso cinco veces en el espacio del galerista. "Tenía un ojo clínico para descubrir talentos, no le interesaba el currículum. Él nos educaba. Es un caso muy particular: para él lo comercial era secundario".

Fuente: Infobae
07/06/2025 01:59

Federico D'Elía: "Hoy la moda es tener razón, hay un nivel de susceptibilidad insoportable"

El actor de 58 años habla de las tensiones sociales y por qué ya no interactúa en redes. "Estoy desencantado de lo que nos pasa con la política", define. Además, cuenta las demoras en la realización de la película de "Los Simuladores", reflexiona sobre sus treinta años de matrimonio, recuerda las travesuras de su infancia, las veces que estuvo preso en dictadura y al tío que mataron por reventar una rueda en un lugar prohibido

Fuente: La Nación
22/04/2025 19:18

Con la dupla Peretti-D'Elía, El jefe del jefe es un juego de mentira-verdad que hace estallar una crisis desopilante

Autor: Lars Von Trier. Versión teatral original: Jack McNamara, versión local: Ricardo Hornos y Pablo Kompel. Dirección: Javier Daulte. Intérpretes: Diego Peretti, Federico D`Elía, Ariadna Asturzzi, Juan Isola, Cristian Jensen y Andrea Lovera. Escenografía: Julieta Kompel. Iluminación: Matías Sendón. Vestuario: Ana Markarian. Sala: Pablo Neruda del Complejo La Plaza (Corrientes 1660). Funciones: miércoles y jueves, 20.15; viernes, a las 20; sábados, 19.45 y 21.45; y domingos, 19.15. Duración: 75 minutos. Nuestra opinión: muy buenaUna sátira social, una crítica al capitalismo y la deshumanización, que oscila entre la comedia absurda y de situaciones, es lo que propone esta pieza del danés Lars von Trier, adaptada de su film The boss of it all (2006). A Trier se lo recuerda por ser el creador del Manifiesto fílmico Dogma 95, junto con Thomas Vinterberg y otros creadores, y director de Los idiotas, Bailando en la oscuridad, Dogville, Ninfomanía 1 y 2. El director Javier Daulte estrenó hace pocas semanas otra pieza de un danés, Druk, de Thomas Vinterberg. Ambas coinciden en valiosos recursos dramáticos. Solo que en El jefe del jefe, el juego de mentira-verdad hace estallar una aguda y desopilante crisis entre los empleados de una empresa de tecnología, que se sienten acorralados y a merced de un imprevisto desenlace: el quedar desempleados y expuestos a los caprichos de un supuesto jefe que aparece de improviso. Lo curioso es que este sujeto es un "farsante", un actor contratado para que se haga pasar por el verdadero jefe: un avaro -como diría Molière-, que solo piensa en sus propios beneficios. Lo que permite una serie de juegos dramáticos, tan imprevistos, como hilarantes, e inmersos en una constante de reacciones exaltadas y exabruptos que provocan risa en el espectador.Entre la farsa y el absurdo, esta es una típica comedia de oficina al estilo, quizás, de The Office. Solo que acá, el que dice ser el jefe es y no es. O mejor dicho, el sujeto jefe de una empresa de tecnología no quiere que sus empleados se enteren que él es el verdadero jefe. Así se hace pasar por un empleado más, que se comunica con el 'jefe' que reside en otro país y le transmite órdenes que él baja a sus empleados. Pero un imprevisto hace que todo se modifique y entre en crisis. Un empresario chino quiere comprar la empresa y exige tratar con el jefe en persona. Por lo que el verdadero no tiene mejor idea que contratar a un actor para que se haga pasar por él. A partir de ese instante surgen una serie de equívocos que harán estallar por los aires la cotidianidad de esa oficina y sus empleados. Dos de los ex Simuladores, Diego Peretti y Federico D'Elía -un tándem que se complementa a la perfección, se convierten en los directores de esta orquesta que estalla en divertidos recursos dramáticos, para ilustrar la vorágine de ese nuevo día a día, en el que se intenta vender la empresa. Y lógico, a partir de ese instante surgen las más insólitas situaciones. Desde las reacciones más grotescas del empleado veterano,hasta la empleada que sospecha de que "el jefe no es el jefe", o las hilarantes y muy sabrosas situaciones clownescas que pone en práctica Diego Peretti para jugar a ser el hipócrita mayor, el supuesto jefe, y resolver con `típico verso argento' aquello que no sabe. Mientras el verdadero jefe ve peligrar su patrimonio a partir de la creación de una mentira, contrata a un farsante para que se haga pasar por él, quien al final se convierte en un verdadero monstruo, que termina provocando un final inesperado.Con una puesta en escena más refinada que el film, esta inteligente y farsesca comedia de Lars von Trier tiene una clara intención: provocar una ácida crítica a un modelo de sociedad de grandes capitales para pocos y pobreza para muchos. Javier Daulte, detallista director, creó un mecanismo escénico de acertadas escenas breves, pero en continuo estado de ebullición, al que su equipo de admirables intérpretes lo sigue a la perfección, cuyo líder mayor es un Diego Peretti, en "estado de gracia" a nivel interpretativo. ,

Fuente: La Nación
22/04/2025 18:18

Federico D'Elía y Diego Peretti hablaron sobre la película de Los simuladores: "Está parada. No se hace"

En medio del reencuentro en el plano laboral de Diego Peretti y Federico D'Elía se volvió a instalar con fuerza la idea de la realización de la película de Los simuladores, el éxito televisivo que compartieron en la década de 2000 con Alejandro Fiore y Martín Seefeld. Sin embargo, y pese a que la legión de fanáticos que dejó la serie todavía mantiene las esperanzas de ver a sus ídolos en la gran pantalla, los protagonistas de la obra teatral El jefe del jefe terminaron de manera tajante con las expectativas del público, por lo menos por ahora. Después de 23 años sin compartir trabajos, Peretti y D'Elía volvieron a coincidir, esta vez sobre las tablas: la dupla de actores protagoniza El jefe del jefe, la adaptación teatral de Jack McNamara de The Boss of it All, film de 2006 del cineasta danés Lars Von Trier. Desde el 17 de abril, los actores se suben juntos al escenario de la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza. La obra cuenta con dirección de Javier Daulte y producción de Pablo Kompel, Ricardo Hornos y Adrián Suar.Poco antes del estreno, D'Elía y Peretti charlaron con LA NACIÓN y dieron por tierra con la posibilidad de llevar la historia de Los simuladores al cine. "¿En qué estado se encuentra la película de Los simuladores, de la que tanto se ha hablado?", fue la pregunta que disparó la tajante respuesta. "Stand by, absolutamente. Está parada. No se hace", reaccionó D'Elía, pero luego aclaró. "En un principio no se va a hacer la película porque Paramount no tiene los recursos para hacerla, entonces todo queda en la nada. Ahora estamos saliendo de la situación contractual que teníamos con Paramount. Ese es el punto en el que estamos", sumó.Consultado sobre lo que puede llegar a suceder, luego de terminada esa situación contractual, el actor agregó. "No sé. Pensá que pasaron veintipico de años desde que terminamos de hacer Los simuladores y siempre el deseo de hacer una película estuvo, pero ya estamos más grandes, tenemos muchas mañas y pasaron muchas cosas en el medio. Sinceramente, no sé qué puede pasar. Hoy mentiría tanto si digo que la vamos a hacer como que no", cerró."Una situación complicada"Pese a que el pedido de los fans siempre está, durante los últimos años cada uno de los protagonistas de los actores de la serie relativizó o le puso un "pero" al regreso al cine del cuarteto de socios que resolvía las situaciones más complicadas con el arte de la simulación. En agosto del año pasado, Peretti explicó que el proyecto presentaba varios obstáculos, entre ellos la situación económica del país. "Está el guion, lo leí y está muy bueno. Tiene el acuerdo de los cuatro", dijo Peretti. "Hace ya un año y medio teníamos todo planificado para hacerla durante este año. Mis otros proyectos los ordené de acuerdo a filmar este año la película", afirmó en una entrevista con Dante Gebel en Dante de 10 por Radio 10, dando a entender que el regreso de Los simuladores tenía prioridad absoluta en su agenda.El plan original preveía que la película se estrenara en 2024. Luego se pospuso la filmación para el primer semestre de 2024, con el objetivo de estrenar la película en 2025. Pero eso tampoco sucedió, por lo que el proyecto quedó totalmente frenado. "El país se encuentra en una situación muy complicada y la política cultural también está bastante caótica", sumó Peretti en ese momento. "Hubo una abundancia en las plataformas, y ahora hay una suerte de estancamiento que hizo que la producción de la película comience a resquebrajarse", afirmó el intérprete de Tiempo de valientes.Por otra parte, en 2023, Szifrón en una entrevista con este medio comparó el proyecto con "una tabla de operaciones con todos los órganos afuera del cuerpo", subrayando la complejidad de llevar a cabo una película basada en una serie tan celebrada. "La gran pregunta que todos nos hacemos es para qué se vuelven a juntar después de veinte años, en un mundo que evolucionó", comentó el director, y destacó: "Es un proyecto precioso porque, por un lado, es como la vuelta al barrio, y por el otro tiene un riesgo descomunal", reconociendo las enormes expectativas que rodean su regreso.

Fuente: La Nación
12/04/2025 00:36

Diego Peretti y Federico D'Elía, otra vez juntos: su amistad, el poder y qué se sabe de la película de Los simuladores

Hace 23 años (junto con Martín Seefeld y Alejandro Fiore) formaron parte de uno de los programas más exitosos de la televisión argentina, Los simuladores, aquel éxito creado y dirigido por Damián Szifron donde cuatro socios resolvían problemas inéditos de sus clientes simulando situaciones inexistentes. Desde entonces, y aunque el traslado de la serie al formato película estuvo por hacerse realidad varias veces, Diego Peretti y Federico D'Elía no volvieron a trabajar juntos. Ahora, finalmente, los actores se reencontrarán sobre un escenario, el de la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza, para protagonizar desde el jueves 17 de abril la comedia El jefe del jefe, adaptación teatral de Jack McNamara de The Boss of it All, film de 2006 del controvertido cineasta danés Lars Von Trier (Los idiotas, Bailando en la oscuridad, Rompiendo las olas, Dogville), que cuenta con dirección de Javier Daulte y producción de Pablo Kompel, Ricardo Hornos y Adrián Suar.A días del estreno, las expectativas son muchas. "Creemos que vendrá el público de Los simuladores, sí, pero fundamentalmente el teatral. Porque el teatro es el teatro. Para ver simplemente a los actores de Los simuladores el público puede acercarse hasta la puerta de la sala, a la salida, tomarse una foto y punto. Sin embargo, suponemos que nos acompañará más la gente interesada en ver una obra de teatro bien escrita, actuada y dirigida. Se trata de un combo atractivo, de un espectáculo que, de no protagonizarlo, nos gustaría mucho ver", señalan Peretti y D'Elía en el inicio de su diálogo con LA NACION.-La obra es la adaptación de una película del director danés Lars Von Trier. ¿Eran seguidores de su cine?Diego Peretti: -Sí, por las tres o cuatro películas que vi de él, y por algunos reportajes que escuché, me parece un provocador interesante. Y su cine, muy de autor, tiene una posición muy conceptual en cada una de las películas que hace. Me gusta mucho. De él recuerdo haber visto Los idiotas, El anticristo y Ninfomanía 1 y Ninfomanía 2.Federico D'Elía: -Lo descubrí con Los idiotas, cuando se hablaba del Dogma (el manifiesto fílmico vanguardista de mediados de los 90, que, entre otras reglas, imponía el rodaje en 35 mm, cámara en mano y la exclusión de efectos especiales) y de su manera tan especial de trabajar. Me parece que es un tipo muy especial, no es uno más del montón. Ha hecho varias películas de ese tipo y después esta comedia, la única que filmó hasta ahora.-¿La comedia mantiene el estilo feroz y controversial de toda su filmografía?Peretti: -No sé si es feroz. Tal vez no sea esa la palabra que más le quepa. Pero creo que es disruptiva porque intenta un lenguaje muy particular, muy absurdo. Su historia también es conceptualmente disruptiva.D'Elía: -No tiene esa ferocidad que tal vez tienen sus otras películas. Porque es una comedia. De cualquier manera hay algo ahí, en el fondo, que tiene ese olorcito, aunque no aparezca claramente. Así que por momentos es salvaje.-¿Cuál es su argumento?D'Elía: -Es bien sencillo. El jefe de una empresa de informática, que encarno yo - pero que nunca les dije a mis empleados que lo era por una cuestión de fobia, y por tratar de ser un par más y evitar conflictos de jerarquía; bah, por comodidad-, un día pone en venta la empresa y algo cambia. Es que, entonces, no puede decir que él es el jefe porque siempre lo ha ocultado. Entonces contrata a un actor, que interpreta Diego, para que haga de jefe. Él llega prácticamente a hacer un trámite para que luego yo continúe con todo lo que hay que hacer. Pero las cosas se complican y en una semana pasa de todo.Peretti: -Más que un argumento hay distintos puntos de vistas de algo puntual que sucede. También se podría describir la obra como la historia de un actor que es contratado por un empresario para hacerse el jefe y termina identificándose con el personaje a tal punto que provoca un descalabro. Y los otros personajes, que son cuatro oficinistas (interpretados por Juan Isola, Ariadna Asturzzi, Andrea Lovera y Cristian Jensen), podrían contar algo diferente, según sus distintas ópticas. Son todas tangentes que se van armando con base en una empresa y generan una historia muy absurda. Pero el absurdo se llama así, paradójicamente, por ser hiperrealista. Al respecto, muchos dicen que Ionesco es absurdo porque es disparatado, mientras que otros aseguran que es absurdo por ser de un realismo tal que incorpora lo absurdo de la existencia. En definitiva, la historia de El jefe del jefe es por un lado empresarial y por otro lado tiene que ver con la actuación, y esos dos mundos se mezclan de una forma muy particular.-¿Es de las comedias con mensaje?Peretti: -Sí, tiene un mensaje sobre el poder. Pero no es Ibsen, ¿eh? Y no digo esto para menospreciar la comedia, lo digo porque las obras de Ibsen tienen al final un mensaje social bien claro. Acá no te vas a encontrar con algo así, pero sí lo tiene y dependerá de la lectura de cada espectador.D'Elía: -Lo tiene. Habla un poco de estas empresas que no sabemos muy bien qué son. De golpe son tecnológicas, pero la gente no conoce más. De hecho en la obra tampoco se habla mucho de su naturaleza, se dice que es tecnológica, pero no mucho más. Es como cuando ves un aviso que dice: 'Vendo una productora de contenido'. ¿Qué es eso? Salvo que tenga dos o tres proyectos bien claros y definidos, eso esâ?¦ humo. View this post on Instagram A post shared by Plateanet (@plateanet)-¿La obra, por su estilo y por el ámbito en el que se desarrolla, guarda puntos de contacto con la serie The Office?D'Elía: -Sí. Porque transcurre en una oficina y por lo disparatado de lo que sucede. The Office apunta al humor refinado, basado en los vínculos en la oficina y en el timing textual; en El jefe del jefe el humor parte de las situaciones.Otros trabajos-Antes de ser actores, ¿tuvieron un trabajo formal, con un jefe? ¿Cómo fue esa relación?D'Elía: -Yo me fui de mi casa para no tener de jefa a mi mamá. Después quise ser actor para no tener un jefe puntual, aunque al final siempre tenés alguno, ya sea el productor o el director de un proyecto, pero no es lo mismo que un jefe formal, el vínculo es bien distinto. Alguna vez, mientras que trataba de ser actor, trabajé de cadete y en una casa de pollos. Pero no tengo un recuerdo particular de aquellos jefes.Peretti: -Yo también tuve algunos trabajos formales. Trabajé como preceptor en un colegio y en una fotocopiadora. Y después como médico en una guardia, mientras hacía la residencia. Según mi experiencia, cuando un jefe no es bueno no genera un buen clima de trabajo. Y yo creo que el respeto al jefe, o a la jerarquía, tiene que deberse a una admiración más que a un cargo burocrático. Así las cosas funcionan; si no, no. Cuando me he topado con un mal jefe, he huido de esa situación. Pero desde que soy actor no me ha tocado vivir ninguna mala experiencia al respecto.D'Elía: -¡Ahora me acordé de un jefe en particular! Es el que tuve hace muchos años en un bar de Villa Gesell, donde yo cargaba heladeras. Era insoportable, un tipo con el que no querías estar ni un minuto. Pero curiosamente, cuando terminaba el horario de laburo, era otro, y entonces nos matábamos de risa, tomábamos cerveza y hablábamos de fútbol. Por eso yo creo que el rol de jefe, muchas veces, confunde. Cuando el jefe quiere imponerse sólo porque es jefe, ahí empiezan los problemas. Pero cuando vos ves que el jefe tiene otra capacidad y sabe cómo entrarle a cada uno de sus empleados, la experiencia laboral es absolutamente otra.-¿Alguna vez fueron jefes? ¿Qué tipo de jefes fueron?D'Elía: -Nunca fui jefe, sí tal vez ocupé un lugar donde era jefe de alguno, pero no el gran jefe. Yo soy de intentar generar la mejor onda posible y de trabajar de una manera muy fluida, a no ser que se llegue a un lugar donde haya que poner los puntos, y decidir entre blanco y negro para que todo no termine en un descalabro. -Vos, Diego, dirigiste una película (La muerte de un comediante, aún por estrenar). De alguna manera ejerciste el rol de jefe. ¿Cómo fue la experiencia?Peretti: -Cuando uno sabe lo que quiere transmitir, las órdenes casi no son ordenes. Yo me encargué de explicar todo al detalle y me hice cargo del set como si fuera mi familia. Si alguien necesitaba algo en especial, yo mismo me ocupaba de conseguirlo. Fue como estar en setecientos lugares distintos a la vez. Como director, o jefe, si lo querés ver así, fui motivador y conciliador, pero a la vez determinante. Es que conozco muy bien el mundo del cine. El tema es cuando llegás a jefe por una cuestión burocrática, por obsecuencia o porque te impone alguien. Entonces terminás cag... al de abajo para quedar bien con el de arriba y así todo se trastoca.D'Elía: -El tema es el poder, me parece. Porque más allá del jefe o no jefe, hoy vas a estacionar un auto en un estacionamiento y el tipo te trata comoâ?¦ Te dice: 'Vaya allá, más acá, ahí no'. Es el momentito de poder que tiene ese tipo, en ese lugar y en ese momento. Por eso el tema es cómo se lleva uno con el poder.-En términos generales, ¿cómo se llevan con las relaciones de poder asimétricas?Peretti: -Yâ?¦ son indignantes, verdaderamente indignantes. Hay que alejarse de ahí porque producen úlceras. Algunos podrán decir lo contrario, o que las manejan bien. Pero yo disiento; cuando hay un poder que afecta tu vida diariaâ?¦ por más que te resbale todo, solo seguís trabajando ahí porque te conviene o porque no podés salir de ahí. Te ves envuelto en un poder tan asimétrico que apelás a la disociación como mecanismo de defensa. Vos podrás decir igual que todo eso te resbala, pero vaya a saber qué costo terminás pagando en el futuro.D'Elía: -Un caso totalmente opuesto es el que vivimos hoy con Javier Daulte, el director de la obra, de alguna manera nuestro jefe. Es muy buen jefe porque sabe lo que quiere, sabe lo que quiere contar, pero a la vez tiene muchas dudas y las comparte, las expone en voz alta. Y eso nos ayuda muchísimo. Es un jefe de los buenos. Peretti: -Yo ya había trabajado con Javier en Los vecinos de arriba y tengo la misma opinión de él que Federico. Tiene una manera de dirigir muy disciplinada, creativa y abierta. Entonces los ensayos son muy lindos, muy agradables. Al respecto, recuerdo cuando (Juan Román) Riquelme jugaba en el Barcelona y Van Gaal no lo ponía en el equipo titular porque decía que no corría para recuperar la pelota. Sin embargo, Riquelme nunca dejó de reconocer que los entrenamientos con Van Gaal fueron de los más divertidos que tuvo en toda su carrera. Y es que los entrenamientos, para el futbolista, no tienen que ser simplemente una puesta a punto física sino entretenidos, creativos y motivadores. Bueno, eso es lo que nos pasa con Javier.Futuro de Los simuladores-Ustedes no trabajaban juntos desde Los simuladores. ¿Cómo fue el reencuentro laboral luego de 23 años?D'Elía: -Muy bien. Desde lo personal nunca perdimos contacto, y desde lo laboral, en cuanto terminó Los simuladores, cada uno de los cuatro hizo su carrera. A él, particularmente, le fue muy bien. Por ejemplo, hizo mucho cine y del bueno. Así que estábamos al tanto de lo que estaba haciendo cada uno. Una de las motivaciones para hacer esta obra fue justamente que estuviese Diego, además de poder trabajar por primera vez con Daulte y en el Paseo La Plaza, que es -siguiendo con el tono futbolero- como jugar en primera. Con respecto a Diego, no puedo hablar solo de lo laboral, se me mezclan más cosas. Es parte importante de mi vida. Al igual que Alejandro (Fiore) y Martín (Seefeld). Nos veamos más o nos veamos menos, no importa. A Diego siempre lo tengo ahí, siempre muy presente.Peretti: -A mí me gusta mucho trabajar con él y estamos haciendo una pareja de jefe y de actor/empleado que me parece dará qué hablar, muy rica y con muchos matices. Lo quiero mucho a Fede y lo respeto como actor, por eso nosotros empezamos a trabajar mucho antes que el resto, en el verano. Yo estaba filmando en Ushuaia (la película Risa, de Juan Carlos Cabral, con la cantante Cazzu como co protagonista) y nos mandábamos videos y nos llamábamos para ir pasando la letra.D'Elía: -Nos entendemos muy bien pese a que tenemos una manera de laburar diferente. Pero hay algo de la confianzaâ?¦ Yo a veces le digo ciertas cosas a Diego que no sé si se las diría a otro actor. Y yo sé que se las puede tomar bien, mal o regular, pero que es mi amigo. De última me va a decir: `¿Sabés qué, boludo? Tal y cual cosa'. Y seguiremos siendo amigos igual. Y ensayando, claro. Pero hasta ahora eso no ocurrió. En fin, lo bueno entre nosotros es que nos podemos manejar con mucha libertad porque existe el conocimiento mutuo y la confianza.-¿En qué estado se encuentra la película de Los simuladores, de la que tanto se ha hablado?D'Elía: -Stand by, absolutamente. Está parada. No se hace, en un principio no se va a hacer la película porque Paramount no tiene los recursos para hacerla, entonces todo queda en la nada. Ahora estamos saliendo de la situación contractual que teníamos con Paramount. Ese es el punto en el que estamos.-Y luego de que salgan de esa situación contractual, ¿qué podría pasar?D'Elía: -No sé. Pensá que pasaron veintipico de años desde que terminamos de hacer Los simuladores y siempre el deseo de hacer una película estuvo, pero ya estamos más grandes, tenemos muchas mañas y pasaron muchas cosas en el medio. Sinceramente, no sé qué puede pasar. Hoy mentiría tanto si digo que la vamos a hacer como que no.-Por último, ¿qué opinan de la actual explosión teatral porteña? ¿Es un fenómeno absolutamente positivo?D'Elía: -Siempre hubo mucho teatro en Buenos Aires, pero nunca como ahora. Actualmente no hay salas libres en ningún lado, si querés estrenar un espectáculo tenés que pedir turno y esperar. Por un lado eso es fantástico, pero por otro no, ya que significa que los actores, salvo excepciones, no tenemos trabajo en otros medios, ni en la televisión ni en el cine ni en las plataformas. Por eso las grandes figuras, que en general antes no se subían a un escenario, ahora están todas haciendo teatro. Yo festejo eso, pero no el por qué. En fin, el teatro es hoy el único refugio para los actores.Para agendarEl jefe del jefe. Comedia de Lars Von Trier. Sala: Pablo Neruda, Paseo La Plaza (Av. Corrientes 1660). Funciones: miércoles y jueves a las 20:15, viernes a las 20, sábados a las 19:45 y 21:45 y domingos a las 19:15.

Fuente: Clarín
10/04/2025 14:36

Nació Matilde, la hija de la periodista Catalina de Elía: "Después de tantas dificultades, llegó ella"

Cata compartió en sus redes las primeras fotos de su hija, junto a una emotiva reflexión.La pequeña es fruto de su relación con Nicolás Beis.

Fuente: Clarín
24/03/2025 19:00

Roberto Elía, modelos para desarmar todo objeto cotidiano

Despedida a un artista que experimentó con la pintura y con la parafernalia utilitaria presente en cualquier hogar.Nacido en 1950, fue un precoz discípulo del conceptualismo y el primer artista vivo exhibido en una muestra individual en el Bellas Artes, en 1995. Gran admirador de Cortázar y Borges, creó objetos con espíritu lúdico y encontró uno de sus fetiches en el mero broche de la ropa, que desintegró en diversas funciones irónicas.

Fuente: La Nación
24/03/2025 18:00

Murió Roberto Elía, artista vanguardista, poético y conceptual

Roberto Elía, discípulo del conceptualismo que dominó la escena artística argentina en la década del sesenta, murió anoche como consecuencia de una grave enfermedad que atravesó durante años. Así lo confirmó a LA NACION María Causa, madre de su hijo Camilo. Su obra abarcó pinturas, objetos, poesías e instalaciones, y actualmente integra una muestra colectiva en la galería Otto. El exorcismo de Martha Peluffo, la hechicera que embrujó a los artistas de Buenos Aires"Yo creo que mi padre encontró en el arte un mundo que sí podía habitar a diferencia del mundo que a él siempre le costó mucho, el mundo de las personas, de los vínculos. Estaba conectado con una dimensión del arte muy universal y la llevaba a cabo de una forma muy personal y con un poder de síntesis y poesía muy alto", dijo Camilo Elía, quien aseguró que hasta último momento siguió escribiendo y haciendo haikus. "Él no pudo sostener mucho su productividad por su alcoholismo y su aislamiento -agregó-. Pero resistió por medio del arte. Estaba en una frecuencia muy diferente de los artistas que uno está acostumbrado a ver: estaba más conectado a un universo que a una forma de entender las cosas. Me enseñó las virtudes y los defectos de la vanguardia; estaba en un lugar muy álgido y radical".Nacido en 1950, obtuvo las becas de la Fundación Esso (1985) y Guggenheim (1986). Realizó numerosas exposiciones individuales en importantes galerías y museos nacionales e internacionales, entre ellas Galería Ática, Galería Ruth Benzacar, Galería Mitend (París), Centre Régional d'Art Contemporaine (Montbéliard, Francia) y Galería Jorge Mara-La Ruche. Vivió en Nueva York, Madrid y Barcelona. En 1978 se exilió a esta última ciudad tras la desaparición de su primo Horacio y su novia. Allí, durante un año, se dedicó a la escritura. Apasionado por la literatura argentina, admiraba a Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Leopoldo Marechal y Julio Cortázar. En 2003 exhibió en el Centro Cultural Recoleta El laboratorio de Roberto Elía, una retrospectiva de sus 34 años de carrera. Recibió los premios Braque del MAMBA (1980), Hoechst de la Harrod's Galería de Arte (1991), Salón Municipal de Artes Plásticas Manuel Belgrano (1992), Primer Premio de Pintura por el Centro Cultural Recoleta (1995), Premio Gunther V Bienal Buenos Aires (1995) y Premio Joven Pintura Argentina- Fundación Fortabat (PK) (1995). También dos premios Konex: en 2012 de Arte Conceptual, y en 1992, de Técnicas Mixtas.En sus obras, Elía empleó objetos descontextualizados para resignificarlos. Usó broches de ropa y cuñas de bastidores, así como maderitas que sirven para ajustar y estabilizar las telas. Hasta el 10 de abril, algunas de ellas integran la muestra colectiva Huellas compartidas, homenaje a Daniel Callori (1982-2019), en la galería Otto, junto a otras de Carlos Arnaiz y Mónica Canzio.




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