coppola

Fuente: La Nación
15/10/2024 07:00

Las vírgenes suicidas: el error de Sofia Coppola, el temor de Kirsten Dunst y la famosa actriz que no quiso participar por considerarlo "demasiado oscuro"

El nuevo milenio comenzaba y en las bateas de los videoclubes de Argentina asomaba una película que ni siquiera había pasado por los cines. Se trataba de Las vírgenes suicidas, un título que pocos conocían y cuyo principal gancho era el nombre de su directora, Sofia Coppola, posible dueña de un talento heredado de su padre, el todopoderoso Francis Ford Coppola. Aunque el film estuvo lejos de ser un éxito, el paso del tiempo hizo de Las vírgenes suicidas un título imprescindible de esa época, y la ópera prima de una directora que demostró en ese trabajo un enorme talento.A mediados de los años noventa, Sofia Coppola cargaba todavía con la mochila de su trabajo como actriz en El Padrino III, una herida abierta en ella y en el público cinéfilo, que no dejaba de llorar porque el rol de Mary Corleone no había quedado en manos de Winona Ryder (primera elección de Coppola). La joven hija del prestigioso realizador sabía que su futuro no estaba adelante de las cámaras, y por eso comenzó a estudiar fotografía. La idea de dirigir era una fantasía muy presente, ya que su padre no hacía otra cosa más que hablar de películas. Para Sofia, desde su infancia el cine siempre fue una suerte de lenguaje materno.Por esos años de estudio y universidades, el músico Thurston Moore, de Sonic Youth, le prestó a Sofia una copia del libro Las vírgenes suicidas, la primera novela de Jeffrey Eugenides, un escritor que a través de esa pieza supo desplegar un universo emocional contundente, mediante el trágico relato de cinco hermanas de apellido Lisbon. Y para Sofia, entrar en contacto con esa novela fue una epifanía, como ella misma detalló en una oportunidad: "No sabía que quería ser directora, hasta que leí Las vírgenes suicidas, y claramente pude ver cómo tenía que adaptarse a una película. Inmediatamente pude ver esa historia central sobre qué es lo que pueden hacerte la distancia, el tiempo y la memoria, y qué significa el extraordinario poder de lo insondable".Entusiasmada por el libro, y sin saber si los derechos ya habían sido adquiridos para su adaptación, la joven comenzó a escribir un guion basado en la novela ("eso es algo que jamás tenés que hacer", aseguró Sofia en una oportunidad). Con el libreto terminado, ella recibió la peor noticia posible: una productora ya tenía comprados los derechos y ya había contratado a un guionista para que escribiera su adaptación. Pero decidida a no bajar los brazos, Sofia se reunió con los directivos de esa productora y en una entrevista recordó: "Les dije que si la versión del otro tipo no les gustaba, que por favor leyeran la mía y me dejaran hacer la película a mí. Y exactamente eso fue lo que sucedió".La importancia de Kirsten DunstCoppola sabía que si bien su proyecto contaba con un presupuesto mínimo, era importante contar con nombres famosos en el elenco. De ese modo, para interpretar a los padres de las hermanas Lisbon, la directora convocó a dos prestigiosos intérpretes. Kathleen Turner, la primera en sumarse al reparto del film, se ocupó de personificar a la señora Lisbon, y James Woods aceptó darle vida al padre de las hermanas. A Woods le facilitó el guion el propio Francis Ford Coppola, y cuando el actor leyó el libreto, quedó impactado por su "oscuro sentido del humor". Aunque en un rol pequeño, Danny DeVito también formó parte del largometraje, completando así el plano adulto del relato, con tres caras muy conocidas en Hollywood. Pero el verdadero reto era encontrar a la Lux perfecta.Eugenides había planteado en su libro a una adolescente dueña de una belleza que enmascaraba tragedia y que en el marco de la historia era la más importantes de las hermanas Lisbon. Debido a eso es que no se trataba de un rol para cualquiera. En su búsqueda, Sofia entrevistó a numerosas adolescentes y quedó especialmente impresionada con Kirsten Dunst. Con 16 años, ella tenía una extensa carrera en Hollywood. Su actuación en Jumanji, pero especialmente en Entrevista con el vampiro, la había convertido en una prometedora intérprete. Sofia tuvo la corazonada que Dunst era ideal para componer a Lux, pero la actriz tenía sus dudas. "Yo estaba nerviosa", reconoció Kirsten en una nota, y agregó: "Era mi primer papel con el acento puesto en algo más sensual. También tenía mis dudas con respecto a qué tan larga iba a ser mi participación, porque había muchas escenas sin diálogo. Pero cuando conocí a Sofia, inmediatamente supe que iba a tener un tratamiento muy delicado del material. Ella realmente sacó a la superficie el lado luminoso de las chicas y las convirtió en ángeles etéreos".En la búsqueda de otras actrices, Alicia Silverstone rechazó ser Mary Lisbon, otra de las hermanas, y a Scarlett Johansson también le ofrecieron un papel, pero lo dejó pasar por considerar que el guion era "demasiado oscuro". El joven que completó el reparto fue Josh Harnett, otro actor muy poco conocido, que aquí logró su primer gran rol dramático en el cine.Las vírgenes suicidas se filmó en 1998 y debido a su ajustado presupuesto de seis millones de dólares, el rodaje debió completarse en apenas un mes. Sofia Coppola vivió esas cuatro semanas de manera muy intensa, casi no comía y estaba por completo abocada a la realización de su ópera prima. Sin embargo, ella siempre destacó el compromiso y la buena voluntad de todos los actores y del equipo técnico, quienes dieron lo mejor de sí para cumplir con los tiempos establecidos. Y como todo queda en familia, la directora convocó a su hermano, Roman Coppola, para que fuera su asistente de dirección.La filmación se llevó a cabo en la ciudad de Toronto y la realizadora buscó suburbios inspirándose en el trabajo del fotógrafo japonés Takashi Homma. "Siempre me llamaron la atención la belleza de los detalles banales, porque ahí es donde se encuentra el estilo suburbano". Por otra parte, Coppola le pidió a la banda francesa Air que compusiera la música incidental del film, otra decisión que le aportó un condimento imprescindible a la atmósfera del largometraje.El mundo de SofíaEn mayo de 1999, Las vírgenes suicidas tuvo su estreno en el Festival de Cine de Cannes, y la recepción de la crítica francesa fue muy positiva. Casi un año más tarde, en abril de 2000, la película llegó a los cines de Estados Unidos y su performance en taquilla fue mediocre. De los seis millones invertidos, el film recaudó poco más de diez millones, una suma que está lejos de considerarse un triunfo. Y mientras la crítica de Estados Unidos la elogiaba tibiamente, la prestigiosa revista francesa Cahiers Du Cinema incluyó a Las vírgenes suicidas en su lista de las mejores diez películas del año.El largometraje posterior de Sofia Coppola, Perdidos en Tokio, finalmente sí le valió a la realizadora un reconocimiento internacional unánime que la llevó a convertirse en una de las firmas autorales más relevantes de su generación. Ese éxito le permitió continuar una carrera que aún hoy merece la atención de la cinefilia y la crítica especializada. Y es indudable que en esa construcción de una mirada propia, para Coppola, Las vírgenes suicidas cumplió un rol clave, porque allí supo forjar los aspectos claves de una sensibilidad cinematográfica única.

Fuente: Clarín
14/10/2024 10:18

Leonardo Sbaraglia y los personajes populares: de Coppola a Menem y ahora a José de Zer, el periodista que perseguía extraterrestres

Es uno de los actores argentinos más activos: está en las pantallas desde los 16 años y a los 54 suma 71 películas.En la última, "El hombre que amaba los platos voladores", es el excéntrico cronista de Nuevediario que seguía OVNIs a fines de los años '80.

Fuente: Ámbito
12/10/2024 17:30

3 computadoras y un guión super secreto: el robo de película a la productora de Francis Ford Coppola en Buenos Aires

El prestigioso director estaba encaminado a filmar una película en Buenos Aires cuando su casa fue desvalijada.

Fuente: La Nación
05/10/2024 00:36

Un matón de la Cosa Nostra: el mafioso que Francis Ford Coppola eligió para actuar en El Padrino

En "El padrino" hay una escena, entre tantas memorables, que ocurre al inicio del film. Frente a cámara, Luca Brasi practica nerviosamente un monólogo para agradecer a Vito Corleone por haberlo invitado al matrimonio de su hija Connie. Sentado en medio de la celebración, mientras la fiesta transcurre, Brasi repite sus líneas con determinación. Más tarde, lo vemos en el despacho del poderoso Don Corleone, diciendo con solemnidad: "Don Corleone, me siento honrado y agradecido de que me haya invitado a su casa el día de la boda de su hija. Le deseo que el primer hijo sea varón... Le juro lealtad eterna".Luca Brasi, interpretado por Lenny Montana, es uno de los colaboradores más fieles de la familia Corleone. Más adelante, el personaje es asesinado por Bruno Tattaglia y Sollozzo en un club de los Tattaglia, en una escena también inolvidable. Sin embargo, el realismo que Montana aportó a su interpretación no fue producto de su talento actoral ni del azar. ¿La razón? Antes de convertirse en actor, Montana había sido un auténtico sicario de la mafia.Montana nació en 1926, en Brooklyn, Nueva York, bajo el nombre de Leonardo Passafaro y, como italo-estadounidense, en 1950 comenzó su carrera en el mundo del espectáculo como luchador profesional. Su imponente contextura física, medía casi dos metros y pesaba más de cien kilos, era el ticket de entrada para convertirse en una leyenda de la lucha.Rápidamente, Passafaro descubrió que tenía un talento natural para dar golpes y entretener al público, y en cuestión de semanas, logró ganar su primer título de lucha libre: New Jersey Tag Team, en el que compitió junto a otro luchador, con un apodo impresionante, Golden Terror. Tenía 27 años.Su carrera como luchador fue en ascenso y se convirtió en uno de los más populares sobre el ring. Ganó varios títulos de lucha libre como el cinturón del NWA Central States Heavyweight Championship y el NWA Texas Tag Team Championship. Entre pelea y pelea, Passafaro descubrió que podía ganar un dinero extra trabajando otro ámbito, donde su aspecto intimidante era ideal para el puesto: guardia de seguridad en discotecas y bares nocturnos.Al momento de subir al ring, adoptó varios seudónimos para luchar: Len Crosby, Chief Chewacki, Len Montana y Lenny Montana. Los últimos dos eran un tributo a Bull Montana, un italiano que emigró a Estados Unidos de niño y construyó una exitosa carrera como luchador y actor. Finalmente, Passafaro terminaría convirtiéndose en Lenny Montana. En 1961, se mudó a Florida y comenzó a pelear con un singular atuendo que hizo que lo bautizaran "The Zebra Kid".Pero a Lenny le gustaba la actuación y allí puso su foco. Pronto comenzó a presentarse en castings. A finales de los '60 obtuvo un breve papel en Cambio de hábito, protagonizado por Elvis Presley y Mary Tyler Moore. Sin embargo, esto no fue lo que atrajo la atención de Coppola.Cunado sus presentaciones en el ring se volvieron más esporádicas, Lenny comenzó a trabajar con la familia Colombo, una de las "cinco familias" que manejaban el crimen organizado en Nueva York. "La Cosa Nostra" estaba dominada por la familia Gambino, Bonnano, Genovese, Lucchese y Colombo. En El Padrino, esas familias están representadas pero con diferentes nombres a los de la vida real (la familia Corleone, la familia Tattaglia, la familia Barzini, la familia Cuneo y la familia Stracci).El rol de Lenny en la organización de los Colombo venía de la mano de su apariencia y pasado de luchador: ejecutor y pirómano. En el set de grabación, el actor compartió algunas anécdotas con sus compañeros sobre su vida como matón. Les contó algunos extraños métodos para prender fuego casas o edificios. Dijo que solía sumergir un tampón en querosene, luego lo ataba a la cola de un ratón y lo encendía. Intentando escapar de la llama que llevaba consigo, el ratón corría llevando el fuego por todo el lugar. Otra de las prácticas que reveló en el set consistía en poner una vela encendida frente a un reloj cucú, de modo que, al salir el pájaro del reloj, la vela se derribara y causara un incendio.Su trabajo lo llevó a la cárcel y cumplió condena en Rikers Island, la prisión más grande de Nueva York, en el Bronx. Tras su liberación fue "recompensado" por la familia Colombo que lo "ascendió" a guardaespaldas de varios miembros importantes de la organización."Un regalo de los chicos"Fue en 1971, mientras Lenny trabajaba como guardaespaldas, cuando conoció a Francis Ford Coppola y Al Ruddy, director y productor de El Padrino.La producción de El Padrino, basada en la novela homónima de Mario Puzo, tuvo una fuerte oposición de la Liga de Derechos Civiles Ítalo-Americanos, una organización, que llegó a enfrentarse hasta con el FBI, y que, entre otras cosas, negaba la existencia de la mafia.Las disputas estuvieron encabezadas por Joe Colombo y Frank Sinatra. Colombo sostenía que había una "conspiración" contra los ítalo-americanos. Lejos de moverse en las sombras, Colombo elegió la publicidad. Pero eso es otra historia. Y al autor de "Fly Me to the Moon" tampoco estaba conforme con el personaje de Johnny Fontane (interpretado por Al Martino) que guardaba muchas semejanzas con él, aunque Mario Puzo siempre lo negó.Finalmente, el productor del filme llegó a un acuerdo con la Liga. Se eliminó la palabra "mafia" del guion y se redujo la presencia de Fontane en la trama. Todos conformes, la Liga respaldó la producción de la película y los Colombo se encargaban de que el pacto se cumpliera yendo personalmente al set a presenciar la grabación, y allí se dio el súbito encuentro.Cuentan que un día la asistente de Ruddy, Bettye McCartt, rompió su reloj. Y Lenny se ofreció a conseguirle uno nuevo. Una semana después regresó con un "regalo de los chicos": un reloj antiguo de diamantes con una nota en la que aconsejaba "no utilizarlo en Florida". Al verlo, Coppola y Ruddy no tuvieron dudas: el papel de Luca Brasi estaba hecho a su medida. Así fue como, sin audición, Lenny Montana llegó a la pantalla grande.Aunque Lenny amaba la actuación, su falta de experiencia en grandes producciones quedó evidente en las escenas que compartió con Don Corleone, donde el nerviosismo de actuar frente a una leyenda como Marlon Brando se hizo notar. Esa tensión real fue algo que Coppola decidió aprovechar, integrándola en varias tomas, como en la memorable escena en la que Brasi practica repetidamente sus felicitaciones a Corleone, llegando incluso a tartamudear.Luego de su participación en El Padrino a Lenny lo convocaron para participar en otras películas, siempre en papeles vinculados a la mafia y a su aspecto intimidante. Lenny dejó el mundo de la actuación tras su participación en la película Blood Song (1982), en la que también colaboró como coautor del guion. El filme trata de un psicópata que escapa de una institución psiquiátrica y desata una ola de asesinatos, que culmina en la persecución de una joven con discapacidad, quien anteriormente recibió una transfusión de sangre de él.En 1992, a los 66 años, murió debido a un ataque al corazón en Lindenhurst, Nueva York.

Fuente: Infobae
29/09/2024 14:19

"Megalópolis", la película que le costó USD 120 millones a Francis Ford Coppola y podría poner en riesgo su fortuna personal

El último trabajo del aclamo director enfrenta críticas mixtas y se perfila como un rotundo fracaso en taquilla

Fuente: Clarín
18/09/2024 07:36

Este es el bar notable preferido de Francis Ford Coppola durante sus visitas a Buenos Aires: está en San Telmo y se destaca por sus picadas

Combina una atmósfera histórica con un fascinante mobiliario y objetos de colección.Con una barra baja de madera y una oferta gastronómica destacada, es un rincón porteño que captura la esencia de la ciudad y sus personajes.




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