La condena a Chiquita Brands (multinacional bananera) por financiar paramilitares en Colombia revela la complicidad entre empresas y grupos armados, desafiando el relato oficial de una lucha antisubversiva. La empresa admitió pagos a las AUC entre 1997 y 2004, exponiendo la colaboración voluntaria en la violencia y acumulación de tierras. Este caso sienta un precedente legal y subraya la necesidad de investigar la responsabilidad corporativa en los conflictos armados.
Abogados de la compañía bananera y uno de las víctimas llegaron a un acuerdo en el que se fija una reparación colectiva de 12,8 millones de dólares para 2.572 familiares de personas que asesinaron miembros de las extintas AUC, tras recibir recursos de la multinacional
Mientras tanto, la multinacional bananera fue declarada responsable por un tribunal federal estadounidense y tendrá que indemnizar a las familias de ocho víctimas
Según EE. UU., la empresa pagó 1,7 millones de dólares a las Autodefensas de Colombia (AUC), motivo por el cual los altos cargos de la compañía están siendo investigados en este país
Marco Simons explicó por qué se demoró más de 17 años el litigio en el que la empresa bananera fue declarada culpable
El tribunal de West Palm Beach ordenó reparaciones a las víctimas de grupos paramilitares tras concluir que la empresa estadounidense financió actividades ilícitas en Colombia
El senador Iván Cepeda y el director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), Gustavo Bolívar, entre otros, compararon lo sucedido con lo que aconteció en 1928, en la conocida Masacre de las Bananeras y la United Fruit Company
Las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) recibieron millones de dólares de la multinacional y, a cambio, sirvieron como "seguridad privada"