Vecinas de edificio y madres atravesando etapas similares, la arquitecta Cielo Pipkin y los dueños de esta casa se conocían desde antes de que existiera una obra en puerta, y el lazo de confianza ya estaba tejido. "Me escribieron incluso antes de comprar. Tenían claro que querían tanto quedarse en el barrio como que yo me ocupara de la reforma", recuerda. "Por ese entonces, yo también acababa de tener a mi tercer hijo, y también estaba empezando mi propia obra, así que sumé a Pablo Ghia, colega y amigo, para encarar juntos el proyecto", recuerda Cielo, en relación a la vida bastante "espejada", en ese momento, con la de su vecina.La búsqueda de una nueva casa los llevó a un chalet antiguo, con una fachada que optaron por conservar y un interior que habilitaba una transformación completa. Junto a Ghia, Cielo lideró una reforma integral que abarcó estructura, instalaciones, sistema de calefacción y terminaciones. Pero el verdadero punto de partida fue la cocina. "Todo el diseño se ordenó desde ahí", coinciden.Antes y despuésOriginalmente, la cocina estaba cerrada, armada en U, con una ventana mínima al patio. "Era muy oscura, sin relación ni con el jardín ni con el resto de la casa. Desde la entrada no veías nada de verde", recuerda Pipkin.La propuesta fue radical: demoler la pared del fondo, integrar el comedor diario, ampliar la conexión con el living y liberar las visuales hacia el exterior. "Queríamos que, apenas entraras, vieras el jardín"."Con Pablo definimos que toda la iluminación debía responder a su función. En esta etapa, el presupuesto ya estaba muy ajustado, así que nos enfocamos en lo esencial. Como gestos decorativos, dejamos solo las lámparas colgantes sobre el comedor y las farolas del living".El resto se resolvió con tiras LED y apliques puntuales, integrados al diseño, que brindan luz funcional para las tareas cotidianas. "Por ejemplo, la luz sobre la isla está pensada únicamente para iluminar la zona de trabajo, no como un recurso decorativo".MaticesLos colores se eligieron con sutileza. "Estaban entre dos tonos de laca neutra: uno más gris, otro más marrón. Terminaron usando ambos: el gris para el exterior y el marrón para la cocina. Son elecciones finitas, donde un matiz hace toda la diferencia".Las mesadas también se debatieron entre dos tonos de Purastone: blanco 'Silver' y blanco 'Luz'. "Fue lo único que costó definir. Pero fluía todo muy bien. No trajeron referencias, confiaron desde el principio".Apertura y seguridad en un solo gestoPensada como un ambiente más (climatizado, con AC y radiador), la galería se resolvió con un cerramiento de metal desplegado que combina seguridad y permeabilidad. El sistema se diseñó con una cerradura que traba contra el parante opuesto, generando un cierre firme, como el de una puerta. CasaMA"Otra cosa que estudiamos mucho fue el grado de transparencia del metal, que viene con orificios de distintos diámetros", detalla el arquitecto Pablo Ghia. "La idea era que desde adentro se siguiera recibiendo la luz del fondo, sin que quedara algo pesado que oscureciera o impidiera ver hacia afuera. Entre resolver la seguridad y mantener la vista, fue la mejor solución que encontramos"."La consigna fue que este cerramiento resolviera toda la planta baja", suman. "No querían cerrar un sector y después otro. Todo debía funcionar de una vez."
Cuando la arquitecta Aylén Abril Costantini visitó por primera vez este departamento en un noveno piso al contrafrente, supo que había mucho por hacer, pero también mucho para rescatar. "La luz entraba generosa desde un pulmón abierto, los dos dormitorios tenían medidas difíciles de encontrar en edificios nuevos y los placares, a pesar del paso del tiempo, estaban impecables por dentro", repasa. Aun así, los ambientes mostraban el desgaste: paredes amarillentas, aberturas de chapa, cocina cerrada con muebles en mal estado y azulejos desactualizados en baño y cocina. Condición sine qua non"Antes de decidir si lo compraban, mis clientes me pidieron ir a verlo: necesitaban saber si la cocina podía transformarse. Cocinan mucho, especialmente él, un aficionado a la gastronomía que además, tiene un podcast con amigos sobre el tema. Si no se podía mejorar, descartaban el departamento".Una nueva lógica La decisión de anular la entrada de servicio fue fundamental para repensar la planta y adaptar el departamento al estilo de vida actual. Se cubrió con una placa de yeso, aprovechando una mocheta existente que permitió continuar el mobiliario de cocina en forma de L. En la pata más corta del mueble en L se ocultaron el calefón y el lavarropas. "Cada decisión respondió a un modo de habitar real, donde cocinar es parte del día a día y el orden visual ayuda a disfrutar el espacio". En el hall de acceso, se abrió un tramo de pared para generar una circulación más fluida y visualmente integrada. "Hoy, al entrar, se ve a la izquierda la mesada de la cocina â??ideal para apoyar las comprasâ?? y, del mismo lado, un pequeño mueble para dejar los zapatos. Del otro, cajones como parte del equipamiento de cocina". Un gesto simple que refleja un cambio de paradigma: menos jerarquías entre espacios, más comunicación, funcionalidad y coherencia con la forma en que realmente se vive hoy. El eje del proyecto La cocina, en efecto, fue el gran eje de la reforma. Estaba cerrada, oscura, con circulación confusa y muebles deteriorados, separada del estar y pegada a una dependencia que había sido usada como comedor. Entre ambas, una columna complicaba la demolición, pero terminó siendo aliada. "Desde la primera visita sospeché que esa columna era estructural. No se podía sacar, pero sí vestirla: la convertimos en un volumen revestido en melamina símil madera, donde escondimos la heladera panelable. Al ubicarla ahí, logramos una vista limpia desde la cocina hacia el comedor."Cómo se diseñó la cocina . Cajones antes que puertas. "Acordamos que todo lo posible fueran cajones. Incluso debajo de la pileta, porque son mucho más prácticos para acceder que las puertas", cuenta la arquitecta. . Todo cerrado, menos lo necesario. "Se pensó en función del orden y la limpieza: cuanto más cerrado, más fácil de mantener. Si se puede evitar el polvo, se evita." . Anafe y horno eléctrico empotrado. Evitan el corte en la mesada y la mugre que se acumula a los costados si usamos una cocina tradicional. . Alacenas altas con puertas y estantes regulables. Aprovechan la altura sin generar saturación visual. . Una mesa como pausa. Una pequeña superficie, de altura estándar, permite sentarse a trabajar, picar algo o simplemente habitar la cocina más allá de la función. Camuflada por el colorOtro gesto clave fue agregar una puerta disimulada con el color de la pared ('Warm Beige' de Sherwin Williams) para separar el estar de la zona privada. "Con esa puerta logramos privacidad total. Si uno está en el dormitorio o por darse una ducha, podés cerrarla y aislarte. Es simple, pero cambia la manera de habitar". "Los baños de servicio son los nuevos toilettes"Al fondo, el nuevo toilette que da la espalda al área de la heladera se convirtió en un microescenario inesperado. "Revestido en microcemento rosa sobre los azulejos originales, con dos mesadas angostas de melaminas que encontramos en el departamento y reutilizamos, hoy es un espacio que sorprende y funciona, pensado como cápsula de color y textura, sin salir del presupuesto. Reformar un departamento de más de 50 años implica mucho más que una actualización estética. "Es adaptar lo existente a nuevas formas de habitar, recuperar lo valioso y resignificarlo para que vuelva a tener sentido. Por ejemplo, en una unidad de 60m², un acceso de servicio y una dependencia con baño incluido ya no tienen sentido. Esos baños son los nuevos toilettes".Claves para actualizar cuidando el presupuesto. Cambiar las hojas de las ventanas, no los marcos. Se mantuvieron los marcos de chapa de las aberturas, pero se reemplazaron las hojas por nuevas de aluminio con doble vidriado hermético, para mejorar el aislamiento acústico. . Actualizar lo que no se ve. Se renovaron por completo las instalaciones eléctricas y sanitarias. "Cuando se reforma un departamento de época, recomiendo cambiar los caños que tienen más de 20 años. No tiene sentido hacer una cocina nueva si tal vez a los dos años tengas que volver a romper".. Revalorizar lo que ya está. Se cepillaron las puertas de madera originales, se recuperaron herrajes y se sumaron picaportes y tiradores nuevos, más modernos, para darles una segunda vida. . Pensar en el presente sin descuidar el mañana. Cada decisión buscó mejorar el uso diario de los propietarios, con soluciones a medida pero sin resignar una posible venta o alquiler a futuro.
Mariola Borrell hizo historia al realizar la primera lectura en español durante la misa de inicio del pontificado de León XIV, un momento que vivió como un "regalo"
La arquitecta Andrea von Chrismar diseñó esta casa al sur de Chile con el objetivo de venderla a alguna pareja joven y aventurera, pero el combo de luz, practicidad y calidez interior impulsoÌ? a que fuese ella la que terminara instalaÌ?ndose aquiÌ?. Ni hablar de la ubicacioÌ?n: las vistas se nutren de un entorno rural, pero a tres kiloÌ?metros estaÌ? el centro de Puerto Varas, pequenÌ?a localidad que brilla por su gastronomiÌ?a, su arquitectura colonial de estilo alemaÌ?n y recortes escenograÌ?ficos de los volcanes Calbuco y Osorno.El proyecto es parte de una serie de 'casas-galpón' que venía desarrollando en el Estudio. Son casas que se integran, a través de su fachada silenciosa, a las edificaciones locales; se vinculan con el paisaje mediante extensos ventanales, y tienen un mobiliario interior que rescata los oficios y las bondades de otros tiempos.Arq. Andrea von Chrismar, de AVON Arquitectos, dueña de casaEl aporte localResidente de esta zona desde hace maÌ?s de diez anÌ?os, la creadora de AVON Arquitectos busca, en cada una de sus obras, poner en valor la historia y los oficios locales al momento de elegir muebles y materiales. "Gran parte del equipamiento de esta casa consta de muebles de anticuario o comprados a productores de pueblos aledanÌ?os. Tiendo a buscar buena calidad, huella artesanal y permanencia en el tiempo, caracteriÌ?sticas que, en general, en un objeto cero kiloÌ?metro implican un costo altiÌ?simo", comparte.Las terminaciones reflejan lo mismo: una fachada revestida en madera, un piso de tablones reciclados, paredes y cielos rasos cubiertos de pino y una salamandra en la cocina cuyo tiraje irrumpe en la planta alta para calentar el dormitorio principal y hacerse notar. Y si Andrea estuvo personalmente detraÌ?s de la compra de cada pieza interior, ¿por queÌ? no lo iba a estar en el jardiÌ?n? "Lo voy armando yo misma, de a poco, con especies nativas, para contribuir a una reforestacioÌ?n natural del terreno"."Intenté construir una atmósfera interior sólida, con decisiones estructurales, materiales y espaciales que les diesen carácter a los ambientes antes de ser decorados. El objetivo es que la casa aguante cualquier 'pilcha'."Puntos de fuga"El programa de la casa consta de varios recintos pequeños e independientes. Se dividieron con mamparas de vidrio para lograr amplitud, fluidez y una conexión visual que traspasa la planta y lleva luz a cada rincón".De buena madera"La elección del piso de laurel fue importante para constituir el carácter de la casa. Opté por madera reutilizada porque, además de reducir el impacto ambiental de la construcción, tiene la magnífica capacidad de agregar historia a un espacio recién nacido".Los muebles clásicos suman calidez en el cuarto. La cómoda fabricada en madera de roble reutilizada se integra a los más antiguos como el sillón Luis XV heredado y retapizado en lino.En tonos múltiples"En línea con la incorporación de mamparas interiores para iluminar e integrar la planta baja, unifiqué muros y cielos rasos con madera de pino aguada blanca para potenciar la continuidad visual entre sectores y sumar calidez y claridad", detalla la arquitecta.Etapas del corredorLa integración con el afuera ha sido, desde un principio, de suma importancia para este proyecto. Por eso, el semicubierto pasó por dos etapas. "El corredor abierto, protegido por un alero, se diseñó para cerrarse a futuro con mamparas y transformarlo en una galería transparente, un rincón de invierno aclimatado para hacerle frente al frío del sur de Chile", detalla Andrea.La madera de la fachada se colocó en listones horizontales superpuestos ya que, según Andrea, "de esa manera se resalta el espesor del material y se pone en evidencia el oficio de quien lo montó".Recientemente, la arquitecta concretó su deseo inicial de cerrar este espacio, trasladando a la fachada el concepto de mamparas vidriadas que atraviesa el interior de la casa. Un broche de coherencia que, de noche y con las luces encendidas, se transforma en un broche de oro.
Alejandra Landers Carpio, de 26 años, se encuentra en estado crítico con muerte cerebral luego de recibir una dosis defectuosa de suero fisiológico en una clínica en Lima