La cantante señaló que considera conocida a Leslie Shaw, más no una amiga cercana. Además, felicitó sus logros con la cumbia, pese a que no tenga la mejor voz. "Lo difícil es mantenerse", remarcó.
Tal como viene haciendo en ciclos que militan sus ideas, el presidente concedió una extensa entrevista al relator deportivo de Mitre, ocasión en la que repitió los elogios a su gestión y habló de inflación, pobreza y blanqueo. Leer más
La gente sube porque quiere. Eso hace. Primero en línea y después amuchada en un ascensor. Son adultos, son jóvenes, son niños. Un piso, otro, cada vez más rápido, hasta que no se siente, hasta llegar al destino indicado a trescientos metros del suelo. Entonces baja y vuelve a juntarse pero ahora en un punto específico de ese nuevo sitio, el piso 62, un lugar redondo con una confitería en el centro. Todos hacen lo mismo: esperan. Son las 20.52 y lo que tiene que pasar está a punto de hacerlo: el sol.Nunca aplaudí al piloto cuando aterriza el avión. Sé que mucha gente lo hace, pero yo no porque una de mis condenas es ser una mujer muy lógica y si aplaudiera al piloto, entonces debería aplaudir a cada una de las personas que hacen bien su trabajo y quién sabe, quizá pasaría horas aplaudiendo y no podría lo demás. Así que cuando el piloto aterriza y la gente del fondo, porque el sonido llega del fondo, comienza a chocar las palmas para reconocerlo yo me quedo quieta. Convencida. Pero ese día no pude. Me rompí.Éramos casi cien las personas que esperábamos a que el sol hiciera lo suyo en ese atardecer de enero en una ciudad que no es esta y cuando lo hizo, cuando desapareció lento entre la Cordillera y dejó que llegara la noche, o mientras tanto, en ese tramo que parece haber quedado sin nombre, primero se escucharon los clics de las cámaras de fotos y luego un gran silencio macizo que se astilló en segundos por las palmas frente a esto que es cosa de todos los días porque todos los días el sol hace lo mismo. Yo aplaudí porque no pude elegir, fue un impulso, y también, aunque creo que lo entendí después, porque para mi cabeza ese sí era un buen aplauso.Hasta allí llegué con el ascensor. Hasta esta conclusión: hay que aplaudir más a la naturaleza. Aunque no nos escuche o la haga sin saberlo. Aunque no aplaudamos de hecho pero por lo menos lo pensemos. Hay que aplaudir metafóricamente hablando o hay que aplaudir con la mirada.Hay que aplaudir al mar, que no se ve siempre pero que de pronto, cuando alguien se acerca, abre el telón y muestra lo que tiene: los azules, los reflejos, el fondo, las olas, la espuma por el golpe del agua contra las piedras, el sonido rasposo como una canción de cuna para todas las edades. Hay que aplaudir a las montañas por su elegancia. A cada una, a las que están en el sur, que en otoño inventan colores, ese marrón que solo se ve allí, los verdes, el gris, el rojo, las partes anaranjadas. Hay que aplaudir al fuego, sus llamas respingadas, hay que aplaudirlo por el calor, por todo lo que se puede llevar, por el consuelo, por la luz que da cuando lo que se ve es nada. Hay que aplaudir a la tierra, que responde sin chistar. Hay que aplaudirla por lo que crece, por dejarse pisar, por las flores, por los caminos, porque cuando está húmeda es bien mullida y ensucia y las manchas enseñan. Hay que aplaudir a la lluvia, cuando es copiosa. La lluvia constante que de tanta hace pensar que alguien puede agarrarla. La lluvia que limpia, que llena de agua transparente, la lluvia que refresca y dice que se puede empezar de nuevo, de seco. Hay que aplaudir a los árboles por lo que hacen cada día y por lo que hacen en cada estación. Hay que aplaudirlos porque son verdes tupidos y después amarillos y después se quedan vacíos y cuando parecen ya no tener fuerza ni espacio comienzan de nuevo, como si no existiera el pasado. Hay que aplaudir a la brisa, dulce, que levanta las hojas del suelo o lleva lo que sea de un lado a otro. La brisa con perfume, la que se siente en primavera, la que desacomoda el pelo pero imperceptible. Hay que aplaudir a la luna, hay que aplaudir al cielo, hay que aplaudir al viento. Hay que aplaudir aunque no se vea, aunque del todo no comprendamos, hay que aplaudir y ya, sin más.
Investigadores descubrieron que cada persona genera un sonido de aplauso único e irrepetible.Este hallazgo podría tener aplicaciones en identificación personal, seguridad y diseño arquitectónico.
No era la primera vez que el profesor insultaba y menospreciaba a la empleada de la limpieza
Más allá del ruido que hizo en el mercado de pases Estudiantes, frente a Unión el único que apareció como titular fue Lucas Alario, el 9 exRiver que llegó de Inter de Brasil. Si bien el Pincha viene de ser campeón del Trofeo de Campeones y ganó tres copas en 12 meses, se reforzó a lo grande desde los aportes del grupo inversor liderado por el empresario Foster Gillett para dar un golpe superador en 2025.La victoria por 3-1 tiene un valor adicional por el rival, porque no suele ser sencillo convertirle goles a Unión, de un muy buen trabajo en 2024 de la mano del Kily González. Los tantos los anotaron Tiago Palacios, Tobías Burgos y Santiago Ascacíbar, la figura de la cancha en una noche con varias actuaciones destacadas. El descuento de Lionel Verde le sumó una anotación de jerarquía al espectáculo, decoró el resultado.Para el club (y Eduardo Domínguez) el mercado de pases no se cerró, siguen negociando por más incorporaciones y se mencionan a Alan Franco (San Pablo), Bruno Zapelli (Atlético Paranaense) y Mateo Gamarra (Atlético Paranaense). Los que ya tiene, además de Alario, son Cristian Medina (Boca), Facundo Farías (Inter Miami), Ezequiel Piovi (Liga de Quito) y Alexis Castro (Nacional de Uruguay), más el regreso de Santiago Núñez (Santos Laguna).En el pizarrón de Eduardo Domínguez no hay apuro. Y esto se vio con respecto al equipo que arrancó jugando el Torneo Apertura frente a Unión. Un 4-2-3-1 con una línea de 4 con Meza, Boselli, Facundo Rodríguez y Benedetti; Ascacíbar y Neves en el doble 5; Tiago Palacios, Sosa y Tobio Burgos para la generación; y Alario como principal referencia de ataque. En las estrategias, siguen siendo claves las proyecciones de los laterales, como sucedió en 2024.Lo mejor del partidoEnfrente, el Kily González mantuvo el libreto que tan buenos resultados le había dado a Unión en 2024. Un esquema con 5 defensores, 3 volantes y dos delanteros. Pero se encontró rápidamente en un escenario impensado...En tres minutos definió el partido: a los 7 ya se dio la primera explosión. En el primer avance a fondo en el que participó Alario no resignándose a perder un balón, llegó un centro de Benedetti que fue conectado por Palacios con un toque de zurda a la carrera para vulnerar la red del arquero Thiago Cardozo. Y a los 10 vino el segundo. Otra gran jugada colectiva con una habilitación de José Sosa del centro a la izquierda para el ataque al espacio de Benedetti, el centro atrás y el zurdazo de Tobio Burgos que infló la red del arco de Unión. Otra vez una asistencia del lateral izquierdo. A los 20 minutos, otro mazazo para el Tatengue. Santiago Ascacíbar, que se alió al gol en los últimos años, convirtió luego de un córner aprovechando un descuido defensivo pero jugando con la concentración y tenacidad de siempre. La diferencia pudo ser mayor. Un zurdazo de Tobio Burgos dio en el palo derecho de Cardozo y el arquero tuvo que achicar en un mano a mano ante Palacios. No sólo fue la posesión del 60% de Estudiantes sino que esa tenencia se dio a 30 metros del arco de Unión. La supremacía fue total, con apenas un intento de remate al arco por intermedio del adversario.El Kily González realizó tres modificaciones en el entretiempo para buscar una reacción en la segunda etapa: Lionel Verde por Nico Paz, Julián Palacios por Ezequiel Ham y José Angulo por Fragapane. Desarmó la línea de 5 y puso un delantero más.Estudiantes giró al esquema 4-3-3 con el ingreso de Bautista Kociubinski por Tobio Burgos. Algo más de equilibrio pero sin dejar de atacar. Así fue que Alario tuvo su primera posibilidad, con un derechazo que controló el arquero tras otra jugada típica del Pincha de Eduardo Domínguez, generando un desborde por las bandas y el centro atrás. También Cetré exigió al arquero cuando entró a perfil invertido como wing izquierdo y Carrillo probó una tijera que le cayó justo donde estaba parado Cardozo. El arquero se lució con una gran atajada ante un zurdazo con rosca de Tiago Palacios.El corazón del equipo sigue siendo Ascacíbar. A los 27 años, se lo ve afianzado como capitán y cada vez sacando más provecho de su entendimiento del juego. Es un mediocampista con un gran despliegue y recuperación pero además se destaca con buenos pases y una proyección vertical que siempre lo deja a tiro del gol. "La presión es de nosotros, los que ya tenemos minutos. Nos gusta eso y queremos más", dijo Ascacíbar no bien finalizó el partido en declaraciones a TNT Sports. Y agregó: "Desde que me tocó llegar en 2023 la mentalidad fue siempre ir a ganar, ir por más, ganar títulos; ¿por qué me quedé? Es el lugar donde uno todavía puede dar más, para eso me quedé. Nací acá y disfruto esto. Ser capitán es una responsabilidad grande, se los dije a mis compañeros; y también es un orgullo. Pero voy a seguir siendo el mismo, sabiendo que ahora soy el capitán principal". El final del partido tenía guardado otro golazo, pero esta vez de Lionel Verde para Unión: el volante definió con un gran gesto técnico (derechazo al ángulo superior izquierdo de Mansilla) tras un pivoteo de Gamba. Pero Estudiantes ya había hecho lo suyo: en las estadísticas quedará que ganó el partido en tres minutos.