'La Toti' reveló a Infobae Colombia detalles inéditos de cómo se dio la llegada de 'La Bichota' al set de grabación de 'Griselda', producción de Netflix en la que trabajaron juntas: "Me dio susto, esta serie era mi bebé"
Sala de espera. Libro y dirección: Nicolás Repetto. Intérpretes: Pablo Rago, Diego Cremonesi y Barbi Siom. Escenografía e iluminación: Gabriel Caputo. Vestuario: Gabriela Gerdelics. Sonido y música: Nicolás Posse. Coreografía: B. Siom. Asesora creativa: Florencia Raggi. Fotografía y visuales: Gabriel Rocca. Video: Francisco Furgang. Producción general: N. Repetto y Javier Furgang. Sala: Paseo La Plaza (Corrientes 1660). Funciones: miércoles, a las 20. Duración: 65 minutos. Nuestra opinión: regular. "Me morí, la p*ta madre", dice Adrián, postrado en la cama de un hospital. Segundos antes, en la pantalla que atraviesa el escenario -y que se abre para darle paso a la escena- se había proyectado el electrocardiograma del paciente hasta el fatídico pitido y la línea recta que señala el final. Después de reflexionar sobre "por qué a mí" y otras cuestiones de mérito, Adrián (Pablo Rago), con una estampada bata hospitalaria, baja de la cama, se acerca y comienza a contarle al público (no hay mención de algún interlocutor) sobre su vida ya pasada. El espacio está marcado por una línea peatonal blanca que va de un cubo a otro (se usan como asientos o puntos de apoyo), en los extremos del escenario. En el intento de balance y pleno estreno de su condición de fallecido, cuenta sus preferencias y rechazos. Por ejemplo, nunca tuvo hijos ni mascotas porque "son impredecibles y caros". Ordenado en su economía ("planilla de Excel con los gastos al final del día"), no manifiesta haber experimentado grandes amores. De pronto, advierte que los recuerdos que ya creía olvidados han regresado a su memoria, excusa para abrir el álbum familiar y presentarnos a sus padres. Después llegará otro recuerdo, el de Ignacio, su mejor amigo que ha muerto dos años antes. Al invocarlo, ante su sorpresa, este personaje aparece: primero detenido y con su voz en off (no se entiende por qué esta decisión del director) y, poco después, sí, "normalizado" movimiento y habla. Ignacio (Diego Cremonesi), de impecable traje y fría distancia, diserta sobre su postura ante la existencia. Siempre tuvo dinero y se dio todos los gustos, incluida las adicciones ("sartenazos") que lo llevaron a la muerte. Es individualista como Adrián pero sin reparos culposos, una especie de misántropo nihilista que solo rescata como objetivo la efímera satisfacción personal. Con los dos personajes en escena, todo lo que sigue se centra en la confrontación entre las "dos posturas" sobre lo humano. Pero no se trata de planteos radicales sino de tonos que oscilan entre cierta esperanza y búsqueda de sentido hasta la banalidad y el pesimismo.Hay un tercer personaje. Una mujer sin nombre, de pelo canoso y vestida con un catsuit negro y tacos altos, que aparece en distintos momentos para bailar, para barrer y para dar algún aviso o entregar una carpeta, algo así como una secretaria de la vieja televisión pero en el limbo postmortem. Es un "minón" para Adrián, que tiene una erección al verla, y "la vieja", según Ignacio, quien, con más experiencia, dice que en ese lugar cada uno ve lo que quiere ver. Esta misteriosa mujer es interpretada por Barbi Siom, una joven bailarina con miles de seguidores en las redes sociales donde publica contenidos muy ingeniosos: interviene audios viralizados con gestos y coreografías.No sólo Barbi Siom debuta en un teatro de calle Corrientes. También es primera vez para el popular conductor Nicolas Repetto como autor, director y coproductor de la obra. Si bien hace unos 35 años, actuó y cantó, junto con Susana Traverso en la obra Alta sociedad en el Metropolitan, no continuó ese camino que ahora retoma pero en otros roles, desde abajo del escenario. A fin del año pasado también presentó otro emprendimiento artístico, el de compositor y cantante. A propósito de esto, en Sala de espera se cantan dos temas de su autoría.A veces acompañados por imágenes -fotos, animación digital- o interrumpidos por la aparición de "la vieja", la mayor parte del tiempo estos dos personajes se enfrentan con preguntas y respuestas que originan sendos cuasi monólogos que vehiculizan, desdoblados, puntos de vista del autor más que la profundización de los personajes o el desarrollo de un conflicto. Por esto, por un lado, se acerca al stand up: por ejemplo, Adrián enumera los inconvenientes que generan los bebés e Ignacio se refiere a la desaparición, por culpa de la corrección política, de los apodos de antaño como "gorda" o "pelado" (filón del que se ocupa el comediante Pablo Fábregas). Es claro que, a través de Ignacio, Repetto declara su malestar por el temor a ofender a algún colectivo. En cualquier caso, vale como retrato de época más que por su diluido efecto cómico. Por otro lado, el tête-à-tête entre estos amigos rencontrados en este extraño lugar de tránsito, se emparenta con obras de tesis donde confrontan ideologías o bandos opuestos. Pero no hay tirantez porque es muy débil la diferencia entre ambos. Tampoco se arriesga una teoría sobre cómo sería el camino al otro lado, no se entiende por qué Ignacio estaría todavía en esa "sala de espera" o quién se salva y quién se condena, porque todo, en definitiva, está montado para que estos personajes digan lo que piensan sobre temas.Despejando estas variables, Sala de espera es una obra sobre la amistad y, en este caso, una que tuvo que transitar la muerte para intentar comprenderse. Lo que queda en tensión es, por un lado, los discursos sobre la vida y la muerte, y, por otro, el devenir de esa gran amistad, dos puntas que no terminan de confluir y armar sentido.
Robert Francis Prevost estuvo en el país hace más de dos décadas. Incluso pasó por la catedral de La Plata unos días antes de que Jorge Bergoglio, quien le tenía un "gran aprecio", fuera electo para ocupar el trono de San Pedro. Leer más
La historia reciente de la Iglesia Católica sumó un nuevo capítulo con la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como sucesor de Jorge Mario Bergoglio. A sus 69 años, el nuevo Pontífice adoptó el nombre de León XIV, en homenaje al papa León XIII, conocido por su mirada moderna y su encíclica Rerum Novarum, que abordó por primera vez la cuestión social y los derechos de los trabajadores.Pero, más allá de la expectativa geopolítica y teológica que genera siempre la llegada de un nuevo Pontífice, surgió un dato inesperado despertó empatía y curiosidad entre fieles y medios: el nuevo Papa es un apasionado del tenis."Me considero un tenista aficionado. Desde que salí de Perú he tenido pocas ocasiones de practicarlo, así que tengo muchas ganas de volver a la pista", reveló entre risas en una entrevista publicada por augustinianorder.org, mucho antes de ser electo como el Papa número 267 en la historia de la Iglesia.Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, en el seno de una familia de raíces multiculturales: su padre era francés y su madre de ascendencia española. Criado en un entorno católico, ingresó a la Orden de San Agustín a los 21 años y fue ordenado sacerdote en 1982. Sus estudios incluyeron Teología en Roma y Matemáticas en Estados Unidos, formación que combinó con una marcada vocación pastoral.Pocos años después de su ordenación, fue enviado como misionero a Trujillo, Perú, donde vivió durante casi dos décadas y desarrolló una intensa labor social, educativa y espiritual. Allí, además de su compromiso con los más necesitados, también cultivó su gusto por el tenis."Desde que dejé Perú tuve pocas ocasiones de jugar, así que estoy deseando volver a las canchas, aunque mi nuevo trabajo no me ha dejado mucho tiempo libre para ello hasta ahora", contó con simpatía en una entrevista brindada al arzobispo emérito de Chiclayo en septiembre de 2023.En 2015, el papa Francisco lo eligió como obispo de Chiclayo, al norte del Perú, donde su figura fue muy valorada por la cercanía con los fieles y su estilo de vida sencillo. En 2020, ya en Roma, fue designado por el propio Bergoglio como prefecto del Dicasterio para los Obispos, un cargo de enorme influencia en la estructura de la Iglesia, encargado de nombrar y supervisar a los obispos de todo el mundo.Su llegada al Vaticano no apagó su espíritu comunitario. De hecho, en entrevistas recientes Prevost definió su vida como "una búsqueda constante del otro" y defendió la espiritualidad vivida en comunidad. Como buen agustino, resaltó el valor del diálogo y la amistad como pilares de la fe."Descubrir el don que es la amistad nos remite al mismo Jesús. Tener la capacidad de desarrollar amistades auténticas en la vida es hermoso. Y creo que ese es uno de los dones más maravillosos que Dios nos ha dado".A diferencia de su antecesor, el argentino Francisco â??fanático declarado de San Lorenzo y del fútbolâ??, León XIV muestra un perfil más contemplativo, con afinidad por deportes individuales como el de las raquetas. La noticia de que su deporte favorito es el tenis se viralizó en las horas posteriores a su proclamación, humanizándolo aún más ante los ojos del mundo."Me gusta mucho leer, dar largos paseos, viajar, conocer sitios nuevos y disfrutar del campo en un entorno diferente. Disfruto relajándome con amigos y conociendo a gente tan variopinta de cuyos dones aprendo y aprecio sobremanera", agregó en esa misma charla, pintando un retrato de un hombre curioso, espiritual y sencillo.La elección del primer Papa estadounidense en la historia representa un cambio significativo para la Iglesia Católica. León XIV no sólo tiene un profundo conocimiento de América Latina, sino también una sensibilidad especial hacia los pueblos en situación de vulnerabilidad, producto de su larga experiencia misionera en Perú. Además, su elección del nombre León â??el primero en más de un sigloâ?? sugiere una intención de renovación con raíces firmes en la tradición.Su pasión por el tenis, lejos de ser un simple dato de color, expresa también una dimensión más íntima: la necesidad de equilibrio, de introspección, de superación personal. En un mundo donde el vértigo marca el ritmo, León XIV parece ofrecer una espiritualidad serena, centrada en el encuentro humano, la escucha y la amistad.Así, el Papa con raqueta en mano y corazón latinoamericano comienza su pontificado desde Roma, con el desafío de guiar a más de mil millones de católicos. Y quizás, con la esperanza de volver a sacar y volear, aunque sea de vez en cuando, para no olvidar que la fe, como el tenis, también se juega punto por punto.
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Flamante estreno de Netflix, esta comedia con toques románticos y dramáticos cuenta la vida de tres parejas de amigos que comparten unas minivacaciones en cada estación del año.Y el cambio de clima acompaña el cambio de estados emocionales y de dinámicas. Muy bueno trabajos, especialmente de Steve Carrell y Tina Fey.
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Como canta Sabina sobre el corazón: que la amistad no se pase de moda. Desde la Grecia antigua hasta la eternidad, está llamada a ser imperecedera. Y por la misma razón, tampoco se vuelve tendencia, ni otoño-invierno, ni primavera-verano. Es de todo el año, de toda la vida. Pero como ocurre con las cosas constantes -las que atraviesan el tiempo y espacio-, de pronto reparamos especialmente en ellas cuando un acontecimiento las pone en foco. Entonces pareciera que todo nos habla de esta relación afectiva que, para quien la cultiva dedicadamente con pasión y paciencia, florece como una orquídea en el jardín de los sentimientos.Ese estímulo externo que ilumina el tema puede estar en el cine, en el teatro, en los libros, servido en bandeja para reivindicar el valor, el compromiso, el tesoro de la amistad. Si vemos La habitación de al lado, la última de Almodóvar, más allá de la aspereza de un asunto difícil abordado en profundidad -como es la eutanasia- inevitablemente nos imaginamos (aunque procuremos no hacerlo) en los zapatos de Ingrid (Julianne Moore), que acompaña a su amiga enferma en la recta final de su viaje hacia una muerte decidida, planificada.En La fuerza de la gravedad, de Martín Flores Cárdenas, una mujer lee el texto de la obra de teatro que escribió su amigo, el director: es una larguísima enumeración de frases o microhistorias (una por página) que comienza con la línea Tengo un amigo queâ?¦ tal cosa. La otra parte de la oración puede invocar al que siempre pide dinero prestado y no lo devuelve o al que llama de madrugada. Escenas de sexo, drogas e Italpark, entre pequeñas cosas de todos los días, desfilan a veces con gracia y, así, en ese catálogo de afectos se van acumulando personajes de lo más distintos como puede ser un indio y un astronauta. ¿Por qué somos amigos de nuestros amigos? ¿Opera realmente una fuerza gravitacional que genera esa atracción? ¿Y si en el siglo XVII Newton pensó en amigos y no en objetos cualesquiera del universo, ni siquiera en manzanas?Con un grupo de amigas (la antigüedad del vínculo va de los 45 a los 30 años, la que menos) planificamos ir a ver La heladería al paseo La Plaza, principalmente porque Scannapieco es parte de nuestra infancia. Del barrio. De nuestras familias. El spumone de chocolate que preparan ahí fue y será para siempre mi gusto favorito, así como el sándwich helado, un exotismo inexplicable, que mi madre disfrutaba curiosamente sin enchastrarse. Una de las Scannapieco -no la que cuenta la historia en escena- iba a nuestro colegio: el mismo año, otra división. En la pequeña anécdota resuenan aquellas que fuimos, que somos. ¿Cómo es que seguimos juntas tanto tiempo después?"Sin amigos nadie querría vivir, aunque tuviera todos los otros bienes", escribió Aristóteles. También lo hicieron Platón y Cicerón. Y Plutarco. Lo recuerda el neurocientífico Mariano Sigman en su último ensayo, escrito a cuatro manos con Jacobo Bergareche (su amigo, claro). Entre la ciencia y la filosofía, al estilo de los griegos, armaron un banquete en una nave industrial de un barrio alejado de Madrid, la ciudad donde viven; un experimento en el que participaron amigos de amigos de amigos. No hubo nadie al que invitaran que no hiciera hasta el último esfuerzo por ser parte: hablar de la amistad es grato para todo el mundo. De esa cosecha de testimonios y reflexiones, aparecen narrados casos de incondicionalidad y rupturas, se refuta la teoría de la reciprocidad absoluta (porque la asimetría, más que un problema sería una virtud) y se dan muchísimas definiciones, por ejemplo, la que dice que un amigo es aquel que puede abrir la heladera de tu casa sin pedir permiso. Afortunadamente, en Amistad (el libro), como en la vida misma, también quedan muchas preguntas sin respuestas, y algunas probabilidades que lo explican todo, como que la palabra amistad tenga en su raíz etimológica el verbo amar.
Las cuatro estaciones (The Four Seasons, Estados Unidos/2025). Creación: Tina Fey, Lang Fisher y Tracey Wigfield. Elenco: Tina Fey, Will Forte, Steve Carell, Colman Domingo, Marco Calvani, Kerry Kenney. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena.Hay series que se esmeran para presentar personajes protagónicos complejos, plenos de matices y contradicciones. Un esfuerzo encomiable que a veces resulta en criaturas de ficción que coleccionan defectos, traumas y tragedias que los hacen realistas pero difíciles de acompañar en el recorrido que la trama propone. Y eso sin contar a aquellos antihéroes creados por diseño para inquietar a los espectadores. Nada de eso sucede con los seis personajes centrales de Las cuatro estaciones, la miniserie que está disponible desde hoy en Netflix. En una época que demasiadas series utilizan el recurso de comenzar con un gancho de gran impacto para luego construir el relato a través de flashbacks explicativos, esta ficción prefiere evitar trucos narrativos y se concentra en contar una trama de modo clásico y elegante, confiando en que su historia tiene el atractivo suficiente para atrapar al público. Creada por Tina Fey (30 Rock), Lang Fisher (Yo, nunca) y Tracey Wigfield (The Mindy Project) y basada en el film de 1981 escrito, dirigido y protagonizado por Alan Alda, la comedia dramática presenta a un grupo de amigos de toda la vida que, con el transcurso de los años, hizo de sus encuentros vacacionales una cita estacional e imperdible. Se trata de tres parejas formadas por Nick (Steve Carell) y Anne (Kerry Kenney), Kate (Fey) y Jack (Will Forte), y Danny (Colman Domingo) y Claude (Marco Calvani), que se quieren y lo demuestran de la manera más sana posible: hablando mal uno del otro siempre que se presenta la oportunidad. Sin maldad y con mucho humor, los personajes existen en un universo donde el trabajo, los problemas económicos y el mundo de los adultos en general quedan en segundo o tercer plano. Sin embargo, cuando la realidad logra colarse en uno de sus encuentros, los vínculos de antaño empiezan a transformarse de maneras que no siempre resultan fáciles de sobrellevar y que casi nunca conforman a todos.En ocho episodios de media hora, dos por estación, Fey y su equipo logran equilibrar el humor con una extraordinaria sensibilidad para captar los momentos más emotivos esquivando, en general, el exceso de sentimentalismo y los subrayados innecesarios. Cada una de las parejas tiene su momento de brillar y lo mismo sucede con los individuos que las componen, aunque la narración se apoya mayormente en su estructura coral. Una base firme en gran medida gracias a los talentos de todos los intérpretes involucrados. Carell, Forte, Fey y Domingo-que también se encargó de la dirección del sexto episodio- se destacan del conjunto al componer a sus personajes con una naturalidad que el resto de los actores no consigue alcanzar del todo, especialmente el italiano Calvani que parece estar representando al estereotipo del hombre gay europeo según la mirada de los norteamericanos. Es cierto que su Claude es el encargado de sonar las alarmas sobre la salud de Danny que nadie, ni siquiera el primer involucrado, quiere escuchar, y que sus modos exagerados y dramáticos son el motivo usual de las risas del resto del grupo. Un conflicto abierto que al mismo tiempo resulta en uno de los momentos más satisfactorios de la trama.Más allá de algunas inconsistencias interpretativas, episodio a episodio la serie acierta en el retrato de los amigos de mediana edad cuyos matrimonios empiezan a mostrar las grietas del paso del tiempo y de los malentendidos acumulados. Kate y Jack parecen ser la pareja más sólida, aunque la comodidad de su vínculo esconde unas carencias que no se animan a encarar, mientras que Danny y Claude tienen muy distintas maneras de ver la vida y Nick y Anne atraviesan una crisis demoledora. Con un estilo de comedia inteligente que encuentra el ritmo perfecto en la mayoría de las escenas gracias a un guion construido al detalle, la ficción tropieza solo cuando la balanza se inclina demasiado hacia el drama. De todos modos, esos pasajes tienden a superarse más pronto que tarde. Los paisajes y parajes vacacionales también invitan al espectador a identificarse con ellos, a debatir si su viaje ideal sería en la primavera y al borde de un lago, en una playa tropical durante el verano, en la colorida Nueva Inglaterra en el otoño o en una remota cabaña invernal. En la ficción cada lugar y estación trae consigo una robusta cantidad de discusiones, carcajadas y enojos como solo los amigos de siempre pueden sostener sin riesgo de asestar heridas demasiado graves. Las cuatro estaciones es el equivalente en serie de tomarse una taza de té caliente en un día frío y nublado, celebra el poder sanador de la amistad, se ríe del paso del tiempo y propone al perdón y la reconciliación como las mejores estrategias para alcanzar la felicidad tan buscada.
El abrazo que se dan al verse resume lo que vendrá después: una charla de corazón entre dos amigos que se admiran y se respetan tanto que ni siquiera el dolor más profundo logró romper una promesa. "Le había dado mi palabra a Alejandro, a quien aprecio muchísimo. No son las circunstancias más alegres para mí, pero aquí estoy", dice Álvaro Vargas Llosa (59) a días de despedir a su padre, el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa (murió el 13 de abril). A su lado, el entrepreneur y escritor Alejandro Roemmers (67), que lo invitó para que participe en la presentación de su última novela, El misterio del último Stradivarius, en la 49° Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, se muestra conmovido y agradecido. -¿Cómo se conocieron? Álvaro: A través de un amigo en común, Gerardo Bongiovanni, hace ya algunos años y en este mismo hotel (el Palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires). Alejandro ha sido también un colaborador muy valioso de una fundación que mi padre presidía, Fundación Internacional para la Libertad, en la que yo estoy muy involucrado. Es un amigo con el que hablamos de muchas cosas, sobre todo de literatura, una conversación que ha tenido lugar en distintos países, como España, que es donde más nos hemos visto. Aprecio su vocación por la literatura, aprecio su obra y su sensibilidad para con la literatura de otros, incluyendo la de mi padre. Sé que tenía por él mucho afecto y admiración literaria. Alejandro: La lucha de Mario Vargas Llosa por las ideas de la libertad del ser humano en todo sentido es algo que me resuena mucho porque tengo una vocación espiritual. Me emociona que haya querido escribir el prólogo de esta última novela. Y cómo lo hizo, puso el foco en mi persona. Álvaro: Yo hablaba de eso con mi padre. Si tú conoces a Alejandro y no sabes de su trayectoria empresarial tu primera impresión es que es un soñador, que vive en las nubes, imposible que se mueva con una mínima eficacia en el mundo de los negocios, que es tan duro. Su personalidad tiene una complejidad fascinante, es capaz de producir poesía, de imaginar un mundo como el de esta novela que recorre períodos históricos muy amplios y al mismo tiempo tiene los pies muy en la tierra y es capaz de multiplicar el valor de una empresa (los laboratorios Roemmers, que fundó su abuelo). Eso es algo que muy poca gente puede hacer. -El título de la novela hace referencia a la música. ¿Qué lugar ocupa en sus vidas? Álvaro: En el colegio, cuando tenía 14 años, pertenecí a la Sociedad Orfeo. Nos reuníamos los sábados un grupo de muchachos a escuchar música, sobre todo clásica, y luego hacíamos una pequeña exposición sobre una pieza musical o un compositor. Desde hace muchísimo voy todos los años al Festival de Salzburgo, mi padre lo hizo durante 33 años. En estos últimos meses donde hubo una tremenda erosión de su salud, la música fue una de las cosas que lo mantuvo en vida. En los momentos en que ya no podía leer todavía podía escuchar música y ponerle un concierto de dos horas era hacerlo muy feliz. Los médicos nos dijeron: "Lo último que se pierde en ese momento final es la sensibilidad que tiene el oído por la música, aunque él ya no pueda comunicarse con ustedes, no pueda reaccionar, está escuchando". Cuando estaba agonizando, casi en el umbral de la muerte, le pusimos Mahler y fue hermoso saber que ahí dentro, en el fondo, había todavía un Mario Vargas Llosa reaccionando a lo auditivo. Alejandro: La misma experiencia tuve con mi papá (Alberto Roemmers). Él dejó por escrito que después de su entierro se hiciera una celebración en el hotel Alvear y eligió todo, desde la comida y los vinos hasta la música: valses vieneses. -Tuvieron padres de temperamentos fuertes y exitosos. ¿Qué recuerdo les saca una sonrisa? Álvaro: Cuando pienso en mi padre no pienso en el hombre público, es el hombre privado el que prevalece. Me tocó decir unas palabras en el velorio y dije que allá afuera estaban todos celebrando al hombre público, creador de mundos de palabras y líder cívico, pero nosotros estábamos celebrando el millón de pequeñas anécdotas que a lo largo de la vida nos dieron una idea muy precisa de qué había en ese hombre, cuál era su sensibilidad, qué lo motivaba, lo entristecía, lo indignaba. También conté que una noche, a mis 8 años, sentimos que unos ladrones estaban intentando meterse a la casa, y él agarró una pantufla y salió a enfrentarse con estos malhechores. A mitad de camino se dio cuenta de la barbaridad, pero siguió su camino porque había en él un iluso, era un hombre que se entregaba a una ilusión y no importaba la realidad. Luego se daba de bruces con la realidad y ponía el mundo alrededor patas arriba, pero esas son las cosas que yo más recuerdo. Y luego están los valores. Nací a la conciencia política o asuntos cívicos cuando mi padre había roto con una izquierda extremista, una izquierda totalitaria, procubana. Yo vi las campañas de odio que se montaron contra él y como hijo era muy duro. Hoy es distinto, pero en aquel momento, en el mundo de la cultura, criticar el totalitarismo cubano era quedarse muy solo, muy aislado. Crecí en la conciencia viendo a ese padre enfrentado al mundo entero. Eso me enseñó que tu sentido de la verdad o lo que crees que es la verdad debe prevalecer contra la moda, el acomodo, el oportunismo. Debes ser íntegro moralmente y defender lo que crees independientemente del precio que pague. También aprendí que un intelectual debe revisar constantemente sus convicciones frente a la realidad. Mi padre podía ser un iluso en muchas cosas, pero cuando hablaba de valores cívicos o políticos era un hombre enormemente íntegro. Si juzgaba que la realidad corregía sus convicciones lo decía sin temor. Por eso los volúmenes que recogen sus textos periodísticos, por ejemplo, Contra viento y marea, son interesantes porque se ve un itinerario que es un recorrido por casi todo el espectro ideológico, que no es otra cosa que un acto de enorme honestidad, de decir "esto es lo que hay, y esta es la razón por la que evolucioné". Alejandro: Comparto el tema de la integridad. Mi padre siempre fue fiel a sus convicciones. Era muy afincado a los valores cristianos, pero no desde el punto de vista de la teoría, sino de actuar de determinada manera. No sacaba partido de situaciones en las que se podría aprovechar. Era un caballero a la antigua. Con mi mamá tuvo una enorme adoración, de ponerla en un lugar y que nosotros también le diéramos ese respeto. Actuaba siempre con mucha altura. Jamás le escuché una discusión, una mala palabra. De joven me sentía muy diferente a él, no reconocido en algunas cosas. El tema de la poesía no lo entendía ni valoraba, él quería que me dedicara a la empresa. Y para mí era difícil. Un día me sentó y me dijo "si querés estudiar filosofía o literatura todo bien, pero yo no te voy a mantener". Y aunque uno no quiere ser sumiso, fui pragmático. Me propuse aprender cómo funcionaba la compañía, trabajar 20 años a full y después retirarme del día a día. Esos 20 años fui sumamente exitoso, multipliqué la compañía diez veces y mi papá me tomó una enorme confianza y no quería que me fuera. Pero armé un muy buen equipo que funciona hasta el día de hoy. Un íntimo amigo sigue siendo el CEO del grupo, mis hermanos también aceptaron esto y la familia participa desde el directorio, desde detrás y el día a día lo hace una gerencia profesional. Ahí tuve tiempo de escribir, hacer teatro, guiones de películas. -Álvaro, en la despedida de tu padre te mostraste sorprendido por tantas muestras de cariño. -Lo lógico era esperar expresiones públicas, pero hubo gente de todas partes del mundo que no conocíamos haciéndonos llegar mensajes muy personales, contando lo que mi padre había significado para ellos. Yo me di cuenta de que mi padre era un escritor que había logrado desbordar las fronteras de una manera muy curiosa. Tengo un hermano que trabaja con ACNUR hace treinta y pico de años, ahora está basado en Siria, pero en los 90 estuvo basado en Paquistán y cada tanto tenía que cruzar a Afganistán. Lo acompañé en tres oportunidades y en una de ellas, a través de traductores, varios dirigentes afganos reconocieron el apellido y nos dijeron que habían leído la obra de nuestro padre. Ahora, cuando mi padre se puso mal y tuve que volar a Lima, un amigo diplomático basado en Irán me había convencido de visitar el país de la única manera que se puede para alguien como yo, con ayuda diplomática. Estaba haciendo un recorrido por el antiguo Imperio persa y me topé con un traductor de mi padre al iraní. Le pregunté cómo era posible y me dijo que de joven había leído Conversación en La Catedral y el libro lo había ayudado a definir su vocación, traerle al lector iraní el mundo latinoamericano. -Alejandro, tenés una película en carpeta que nació de una charla con el papa Francisco. ¿Qué relación tenían? -Muy cercana, nos escribíamos y lo visité varias veces. La primera le llevé un poema que le dediqué, Un regalo para Francisco, se emocionó mucho y quedó esta relación. Como teníamos esa afinidad, él me escuchaba también porque le interesaba cómo se veían algunos temas desde afuera. Fue una persona admirable, de gran corazón. Nuestra conexión arrancó con la fraternidad humana, creer que todos somos hijos de Dios y por lo tanto hermanos. Esa utopía le da propósito a mi vida, aportar mi gotita de agua. Escribo partiendo de que las diferencias son superficiales, somos seres espirituales, tenemos un mismo origen y destino. Y en este tránsito por este mundo, tenemos que lograr hacer diferencia en la vida de otros, por más pequeña que sea. Estoy en eso.
El film de Rosendo Ruiz retrata a dos jóvenes del mundo del cuarteto, en una ciudad tan parecida como distinta de muchas.
Cuatro almas, dos pares inseparables, y un camino que parecía trazado mucho antes de que ellos pudieran entenderlo
Las redes sociales son un inequívoco termómetro sobre el estado de una relación. Comenzar a seguir a alguien, o peor aún, dejar de seguirlo, funcionan como parámetros en relaciones de noviazgos, amistades o vínculos profesionales. Durante las últimas horas un popular jugador de fútbol americano, de novio con una más popular cantante, dejó de seguir en Instagram a un actor cuya pareja, está en una sonada batalla legal. Y eso bien puede significar que hay distanciamiento en puerta.El portal Page Six detectó que Travis Kelce dejó de seguir a Ryan Reynolds. Al parecer, esto indica que el deportista no quiere verse cercano a la figura de Blake Lively, pareja de Reynolds, quien mantiene un juicio contra Justin Baldoni, luego de haber trabajado con él en la película Romper el círculo. Por otra parte, cabe destacar que entre Lively y Taylor Swift, novia de Kelce, la gran amistad que las unía es cosa del pasado. Y este "dejar de seguir" bien puede ser el último clavo en ese ataúd. Esto representa un nuevo chispazo entre las dos duplas, ambas muy populares en la industria del espectáculo. En febrero de este año, se reveló una demanda impulsada por Baldoni en la que argumentó que Lively utilizaba su amistad con Swift, como palanca para ejercer un mayor control creativo en el film Romper el círculo. En ese documento, el director y actor contaba que fue invitado al penthouse de Lively en la ciudad de Nueva York, donde estaban presentes Reynolds y Swift. Las dos poderosas celebridades aprovecharon la ocasión para halagar la manera en la que la actriz había reformado el guion con sus reescrituras.Según su relato, luego de la reunión, Baldoni le envió un mensaje de texto a Lively refiriéndose a una escena crucial del film, que transcurre en una azotea y que fue una de las que la actriz "reescribió". "Me encanta lo que hiciste. Realmente ayuda mucho", escribió él. Y agregó, refiriéndose a las otras dos personas que se encontraban presentes en ese encuentro: "Lo hace mucho más divertido e interesante (y me habría sentido así sin Ryan o Taylor)". "Son vergonzosamente efusivos", añadió ella, según los supuestos mensajes de texto, en los que se llama a sí misma como "la más afortunada del planeta" por tenerlos como sus "socios de mayor confianza". "Creo que querían que vos y yo viéramos cómo se sentían acerca de las reescrituras, porque han estado a mi lado en demasiadas experiencias en las que me han pasado por alto", explicó la actriz en sus mensajes.Frente a esa historia, surgió una versión que indicaba la molestia de la cantante. "Taylor no puede evitar sentirse usada por su amiga", le informó oportunamente al medio Page Six, una fuente cercana a la estrella de la música. Luego de ese antecedente, el unfollowing de Travis Kelce a Ryan Reynolds se traduce como un paso más en la necesidad por alejarse de la pareja, una decisión que alimenta aún más los rumores que establecen que el vínculo entre Swift y Lively, está lejos de pasar por su mejor momento.La amistad entre la actriz y la cantante se remonta a 2015. Según su círculo más cercano, la intérprete de "Cruel Summer" suele promover los proyectos de sus amigos. Sin embargo, cuando Romper el círculo se estrenó en agosto de 2024, Swift no animó a los fans a ir a verla al cine, como lo había hecho con Parpadea dos veces, de su amiga Zoë Kravitz.
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El actor inglés protagoniza Estragos, en Netflix.Hardy y Woody solían ir juntos a alfombras rojas, sesiones de fotos y rodajes.
La creadora de contenido caleña dio a entender que ya no tiene una amistad fuerte con Aida, y esta insinuación despertó reacciones en redes sociales
"El Contador 2", la esperada secuela de acción profundiza en la relación fraternal entre Christian y Braxton Wolff.
La amistad es un valor central para las personas. Se trata de un vínculo especial con ciertas personas en las que uno confía momentos especiales, historias, compañía. Es ante el miedo de generar una relación tóxica con un amigo que muchos se preguntan cuáles son las señales de ese caso."Una amistad, como cualquier relación significativa, debería ser un espacio donde se dé el crecimiento mutuo, el respeto y el apoyo emocional", define la inteligencia artificial (IA), ChatGPT en particular, a quien se le puede consultar sobre esta temática. "Sin embargo, cuando una de las partes â??o ambasâ?? empieza a reproducir patrones destructivos o desequilibrados, podemos estar ante una relación tóxica", explica y luego da sus parámetros para analizar los vínculos. Cuáles son las señales de una amistad tóxica, según la inteligencia artificial"La primera señal evidente suele ser la sensación persistente de malestar después de interactuar con esa persona. Este malestar puede no ser fácil de nombrar al principio, pero el cuerpo y las emociones tienden a dar señales antes que la mente las comprenda del todo", comprende la inteligencia artificial."Una amistad tóxica muchas veces se caracteriza por la presencia de manipulación o chantaje emocional. Esto puede manifestarse cuando el otro utiliza la culpa como herramienta para mantener el vínculo, o exige lealtad incondicional, incluso cuando va en contra de tus valores o bienestar. Es frecuente que estas amistades se basen en una dinámica de poder desigual, donde una persona siempre está en el centro, y la otra en un rol subordinado", continúa ChatGPT.Otro signo importante es la "falta de reciprocidad", de acuerdo a la IA. "Las relaciones humanas implican un intercambio simbólico constante: afecto, escucha, atención. Si siempre eres tú quien sostiene emocionalmente la relación, quien se interesa, quien cede, quien consuela, y no hay devolución desde el otro lado, es posible que esa relación esté drenando más de lo que nutre".Continúa: "También hay que estar atentos a la descalificación constante, a veces disfrazada de humor o de 'sinceridad'. Si tu amigo o amiga tiende a minimizar tus logros, tus emociones, o a hacer comentarios que hieren tu autoestima de forma repetida, ahí se esconde una forma de agresividad pasiva, muchas veces proyectada desde una propia inseguridad o envidia. El psicoanálisis nos enseña que muchas veces proyectamos en el otro lo que no podemos tolerar en nosotros mismos, y una amistad tóxica puede estar cargada de este tipo de proyecciones inconscientes".Otra señal significativa es el aislamiento. "Algunas amistades tóxicas tienden a volverse exclusivas, cerradas, donde el otro exige tu atención constante o siembra desconfianza hacia tus otros vínculos. Este tipo de dinámica puede ser muy sutil, pero apunta a una necesidad inconsciente de control".Por último, la tecnología define que hay que pensar en la incapacidad de dialogar sanamente sobre los conflictos. "En toda relación surgen roces, pero si cada intento de conversación termina en evasión, reproches o ataques, la relación se vuelve un campo de batalla emocional".
El escritor contó que el hijo de Mario Vargas Llosa de creía un genio solo por ser hijo del Nobel. Asimismo, relató experiencias que le hicieron entender que su amistad no era sincera
En medio de la controversia por su nueva relación, la expareja de Christian Cueva afirmó que se está 'conociendo' con Paul Michel, pero la conductora de Magaly TV La Firme la criticó por exponer a sus hijos a una situación confusa durante su proceso de separación
En una reciente entrevista en The Subtle Podcast, explicó que el verdadero éxito de una relación a largo plazo radica en la lealtad
El portavoz económico del PP, Juan Bravo, cuestiona la cesión del palacete de París al PNV, señalando "chantaje" y sugiriendo una iniciativa legislativa para su recuperación
Mía Maestro se pasea por las Barrancas de Belgrano con total naturalidad. Lejos de ser una foránea, la actriz siempre encuentra en Buenos Aires esa conexión de pertenencia que no le ofrecen otras ciudades del mundo donde vivió radicada. Actualmente, su residencia permanente -impulsada por su desarrollo artístico- es en Los Ángeles, aunque llega al Cono Sur entre dos y tres veces por año. Esta vez, la excusa fue una nueva edición del Bafici la vigésimo sexta, y la presentación del film After this Death, thriller psicológico escrito y dirigido por Lucio Castro, donde la actriz se encuentra acompañada por Lee Pace, Philip Ettinger, Rupert Friend y Gwendoline Christie. La película toma como punto de partida la aventura romántica de una mujer comprometida y un músico, aunque tal relación cobrará otra dimensión cuando el artista desaparezca. Algo del género de terror acompaña la narrativa de esta historia escrita por Castro a la medida de Mía Maestro. TRÁILER / COMPETENCIA OFICIAL #BAFICI">-¿Qué te sucede cada vez que pisás Buenos Aires?-Es mi casa, el lugar de los míos. Aunque mi hermana vive en Madrid, mis padres están acá y tengo grandes amigos de toda la vida. Mi relación con la ciudad, con sus árboles y sus bares, es muy especial. No miente. Su afición por el tango la lleva a transitar no sólo el Centro porteño, sino también zonas más alejadas. "Cuatro o cinco veces a la semana voy a la milonga, siempre tengo los zapatos en el auto para, luego de cenar con amigos, poder darme una vuelta y, aunque sea diez minutos, bailarme unos tangos", admite. Al escucharla, rápidamente se dibujan las imágenes de Tango (1998), el film de Carlos Saura -nominado al Oscar- que la contó como protagonista y fue un enorme espaldarazo para su carrera internacional.-¿Qué milongas visitás?-Voy mucho a Cochabamba, que es un espacio muy antiguo que se reabrió hace algunos años, visito Grisel, los martes bailo en Mataderos y voy seguido a la glorieta de Barrancas de Belgrano, porque me queda muy cerca. Me gusta ir a milongas donde aún quedan bailarines históricos, de setenta u ochenta años, que conservan pasos que la gente joven ya no conoce.-¿Te reconocen?-No, solo algunos, los que vieron la película Tango.Luego de la sesión de fotos, desensilla para charlar con comodidad. Abandona el calzado elegante y unas pantuflas, que no le restan estatus, le permite relajarse. Es fiel al aura etérea que la acompaña. Mujer flotante. "Me podés dejar en cualquier lado de Buenos Aires y yo me ubico, sé cómo regresar a mi casa", explica mientras enciende un sahumerio. "Soy fanática de los aromas", dice y ofrece café y té para transitar la charla, mientras el sol se va despidiendo por los amplios ventanales del loft en dos plantas que rentó para permanecer a pocas cuadras de su familia. Está claro que su pertenencia con la ciudad sigue intacta. -¿Estás al tanto de lo que sucede social, política y culturalmente en la Argentina?-Estoy al tanto, pero no en el día a día, porque es enloquecedor, tanto como en los Estados Unidos. -¿Cómo ves el panorama cultural actual en nuestro país?-Son años muy difíciles para el cine argentino, es una pena, porque es una marca cultural muy importante. Es angustiante ver que no se apoye a nuestro cine. En Berlín, que haya ganado El mensaje, fue buenísimo. Un premio al cine argentino siempre es un apoyo. -Visibiliza. -Absolutamente. En Berlín mucha gente se acercó para brindar el apoyo. -Dejaste el país en 1999, ¿experimentaste el desarraigo o el no sentir pertenencia con ningún espacio?-Mi vida adulta la viví en los Estados Unidos, pero nunca me he sentido local, siempre me he percibido extranjera y eso me gusta. Nunca logré sentirme en los Estados Unidos como en casa, aunque me gusta mucho la ciudad en la que vivo y tengo muchos amigos. Quiero a Los Ángeles como espacio, es una ciudad creativa y con mucha naturaleza cerca, eso es importante para mí y para lo que yo hago en ese tema. -¿Te sentís extranjera porque te lo hacen notar?-No. Estados Unidos y Los Ángeles siempre me recibieron con los brazos abiertos. Es algo personal, porque, mi sentido de pertenencia a la Argentina siempre está. -Cuando llegás a Buenos Aires, ¿no te sentís "descolocada"?-Jamás. Mía Maestro cuenta que almorzó con sus padres durante tres horas y que, al despedirse, le preguntaron si volvía para cenar. "Son incansables". -¿Qué te gusta hacer en Buenos Aires?-Camino muchísimo, recorro la ciudad, como con amigos, veo a la familia. Comenzó a manejar en Pinamar a los 14 años. "Me dieron registro de campo, por eso conozco tanto a nuestra ciudad. Puedo estar en Mataderos y volver como si nada", asegura. Habitar la desnudez-La construcción de tu carrera resulta bien interesante. Seguramente rechazás más proyectos que los que aceptás. -Me baso en la química con el proyecto, aunque hubo propuestas de películas que no pude hacer porque estaba comprometida con otra cosa. En general, uno tiene la intuición de si ese proyecto puede formar parte de la vida de uno o no. No solo tiene que ver con lo profesional, es también pensar por qué tal o cual historia te llega en determinado momento de la vida. ¿Por qué esta historia me elige para que yo la cuente? ¿Qué puede suceder con este matrimonio entre mi cuerpo y la historia? Mi idea de la actuación es budista. -En ese sentido, ¿qué te convocó de la película After this Death?-Me parece importante hablar sobre el cuerpo femenino y la exploración. -¿Por qué?-Estamos en una regresión de un montón de derechos e ideales que se habían conseguido en relación a la identificación de lo femenino, la mujer y los cuerpos. Muchos países y la política en sí están marcando un retroceso. Creo que es fundamental, más allá de la mujer, poder decidir qué es lo que uno quiere hacer con su cuerpo. Por otra parte, casi nunca vi en el cine, la mirada sensual del cuerpo de la mujer embarazada, como sucede en este film. Está bueno hacerse grande y seguir actuando, porque van apareciendo otras posibilidades. -Si bien, para todo intérprete, el cuerpo es el instrumento y un espacio de significación, en tu caso, ese territorio siempre apareció como un engranaje expresivo muy marcado. De Tango para acá, es evidente que hay algo del lenguaje físico que te interesa transitar. -Es así, por eso, en este momento, me interesa mucho hacer teatro, pensar en los cuerpos en función de cómo recorren el espacio. -El cómo se habita. -También se puede hacer en cine si hay una buena comunicación con el director o el jefe de fotografía. Recuerdo cómo prestaba atención a Lucrecia Martel cuando rodamos La niña santa, aparecía un minucioso trabajo que permitía la exploración de los cuerpos y los espacios. En mi caso, también tiene que ver con que bailo y con mis entrenamientos sobre actuación no realista, como cuando hice teatro Suzuki con Mónica Viñao.-Nunca tuviste pudor ni prejuicio con el desnudo y tampoco lo banalizás. -En este film me desnudo con un apósito de embarazada, así que estaba como más protegida. Era bueno perder el pudor de la madre santa o asexuada. DesconocidaLa noche fue ganando la partida, enciende unas luces que no rompen el clima. En un rato, se reunirá con amigos para cenar y, seguramente, luego se dará una vuelta por alguna milonga para despuntar su afición por la cadena invertida o el giro con traspié y boleo. Los tangueros saben de qué se trata. Confiada en que pronto regresará al país, reconoce que la única forma de permanecer un tiempo prolongado es comprometiéndose a formar parte de una temporada teatral que la ancle al Río de la Plata. -¿Qué te gustaría hacer en un escenario?-(Bertolt) Brecht, (Harold) Pinter, (Samuel) Beckett, muy comercial lo mío. -Más allá de tu ironía, no está nada mal la elección. -Me gustan los autores que no hablan desde lo realista. -En tu última película participa Vivi Tellas, quien maneja el concepto de "Biodrama". ¿Qué diría el "Biodrama" de Mía Maestro?-No lo sé, habría que preguntarle a ella, tendría unas ideas rarísimas y buenísimas. -¿Vos qué pensás? ¿Qué cosa que no conocemos de vos debería estar?-Hay una parte que no se conoce mucho acá. -¿A qué te referís?-Trabajo mucho en torno al medio ambiente, a la soberanía indígena, protección de biosferas que tienen que ver con las diferentes medicinas indígenas en todo el planeta. -Nada menos. -No se conoce esa parte de mi vida, dono mucho tiempo para la causa. Soy embajadora del Fondo de Conservación de Medicina Indígena. Y, en este momento, estoy trabajando con Jeff Orlowski, el director que hizo El dilema social, produciendo un documental y escribiéndolo junto a él. Ya tenemos más de ciento cincuenta horas de filmación, con entrevistas que realizo yo misma. Es una faceta mía que en la Argentina no se conoce. Hoy, es el cincuenta por ciento de mi vida. Haciendo cine independiente y teatro, sería feliz, es mi sueño, aunque debería también hacer un programa de televisión o una película más taquillera para poder vivir. Referencias-Trabajaste bajo las órdenes de Guillermo del Toro, Lucrecia Martel y Carlos Saura. -He tenido mucha suerte. -¿Cómo es trabajar con esos popes del cine?-Muy fácil. Con Guillermo (del Toro) disfruté muchísimo hacer, durante dos años, la serie The Strain. Si bien él no dirigió todos los episodios, siempre estuvo muy presente. -¿Sos una actriz dócil?-Sí, me encanta que me dirijan bien, ese un placer estar a las órdenes de un gran director, algo que no es tan fácil; pero, sobre todo, soy muy disciplinada. -¿Cómo se manifiesta eso?-Tengo hábitos, rutinas. Por ejemplo, entre escena y escena tengo que tener mi momento de soledad y de concentración.A los 46 años, se la nota muy plantada en sus ideas. Cómoda con lo que quiere llevar adelante y bien alejada de aquello que no la motiva. La actriz menciona a varios realizadores más y desliza los nombres de Walter Salles, quien la condujo en Diarios de motocicleta, y de Julie Taymor, quien la dirigió en Frida, donde compartió cartel con Salma Hayek con quien hoy mantiene una férrea amistad. -¿Cómo es la amistad con Salma Hayek?-Hermosa.-Se conocieron trabajando.-Es como mi hermana. Vive en Londres, así que no la veo tanto como antes. Los que son muy famosos siempre quieren ser menos famosos. -¿Hablan con Salma Hayek sobre esas cuestiones?-No, nuestras charlas tienen que ver con nuestras vidas. -En tu caso, ¿cómo te llevás con la vida pública?-No soy tan conocida, me encanta tener una vida normal y poder seguir trabajando. -No te desespera ser la cara más conocida de la industria. -Creo que me costaría un montón. -De todos modos, sos muy respetada por el medio y por el público cinéfilo.-Siento que me hubiese costado mucho tener una carrera masiva. Por momentos, trabajé en productos masivos, aunque no como protagonista, y eso hizo que, mientras duró ese proyecto, la gente me reconociese bastante. -¿Con qué título te sucedió especialmente?-Cuando hicimos Alias, con Jennifer Garner, la gente nos reconocía mucho en todas partes del mundo. No fue mi parte preferida dentro de lo que involucró ese proyecto. Lo que más me gusta de ser actriz es cenar sola en un bar luego de un día de rodaje, meterme en un cine a disfrutar de una buena película o perderme caminando en una ciudad. Como mi trabajo implica estar permanentemente rodeada de gente, disfruto mucho esa soledad y el anonimato. Sé que muchos amigos míos, que son muy famosos, no pueden disfrutar de eso. -Te percibo muy libre, con un profundo sentido de la libertad incorporado.-Es así, pero es algo que trabajé mucho, de chica no era así. Estar fuera de tu país y lejos de tu círculo familiar te da mucha libertad. -Lejos de tu lugar de pertenencia y de afectos como tus padres, ¿los dolores se padecen más?-Se padecen en todos lados, porque tienen que ver con algo interno, con cómo uno se encuentra, si está regulado o desregulado. -¿Hiciste terapia?-Siendo más chica, fui mucho a terapia. Hice terapia freudiana, lacaniana, jungniana... Me interesa. -En la actualidad, ¿desde qué ámbito buceás en tu búsqueda interior?-Medito todos los días, es un espacio muy importante de mi vida. La actriz vuelve a sorprender y cuenta que lleva adelante un servicio de té daoista y que organiza ceremonias del té. "En el Budismo Zen, se dice que el 'zenismo' se puede cultivar a través de la meditación, el té, o la caligrafía. Una vez que comencé a meditar más profundamente, necesité menos de la terapia". Además, explica que la ceremonia del té también la lleva adelante en las cárceles de los Estados Unidos. "Es una donación que yo hago, ya que mis maestros me legaron sus conocimientos de manera desinteresada". View this post on Instagram A post shared by miamaestro (@miamaestro)-¿Qué considerás que les aportás?-No lo pienso en esos términos. Es más, siento que ellos me aportan más a mí que yo a ellos. Solo genero espacios, como el espacio de silencio para que las personas en prisión puedan reflexionar.Si se trata de pensar en situaciones adversas, hace un extensa pausa hasta que reconoce que "los dolores tuvieron que ver con situaciones de pareja". -¿Estás en pareja?-No. AcciónEl director Lucio Castro es un viejo amigo de la actriz. "Nos cruzamos a los catorce años en el taller literario del poeta Javier Aduriz. Es la persona que conozco que más sabe sobre cine", lo define ella. Cuando él tomó como destino Nueva York, la actriz hizo lo propio con Los Ángeles. "Cada uno se fue a estudiar o trabajar a un lugar diferente". La posibilidad de compartir el rodaje de After this Death les permitió potenciar el vínculo y los códigos de complicidad en torno al séptimo arte. El realizador Lucio Castro ha ganado una edición anterior del Bafici con su film Fin de siglo y After this Death inició su trayectoria internacional presentándose nada menos que en la última Berlinale. "Siempre que me llama para hacer algo juntos, le digo que sí. De las personas con las que trabajé, Lucio (Castro) y Guillermo del Toro son los directores que más cine vieron, no hay nadie que haya visto más, por eso mi confianza para sumarme a un proyecto con ellos". El tercer largometraje de Lucio Castro, Fideos ebrios, se estrenará en el Festival de Cannes en mayo de este año en la sección ACID. Mía Maestro es consciente del privilegio de interpretar en After this Death un papel a su medida: "Escribió el personaje para mí, aunque la película tuvo muchas reencarnaciones, tomó varios años concretarla". La buena repercusión de Fin de siglo ayudó a la realización del nuevo material. -Isabel, tu personaje, debe lidiar con la desaparición inesperada de una persona, lo cual tensiona su matrimonio y pone contra las cuerdas sus propios valores de identidad. ¿Cómo te aproximaste a esta construcción y cuál es tu camino, en general, para llegar a la composición? ¿Hay un único camino o depende del proyecto?-Depende del proyecto.-¿Con qué tiene que ver?-Con quién dirige, con el tipo de guion. Hay guiones que son muy específicos en la manera en la que uno los tiene que actuar, otros son más abiertos. Eso es lo lindo de hacer cine, cada película es un universo diferente. En este caso, Isabel tiene diferentes muertes en diferentes instancias, como nuevas vidas que le van apareciendo. El deseo está muy presente. -Incluso en lo sexual. -En la película está muy presente el tomar posesión del cuerpo de cada uno.-¿Cómo fue el estreno en la Berlinale?-Muy movilizador. Hubo gente a la que le encantó y también espectadores que no la entendieron, pero eso es lo rico, que cada uno pueda trabajar sobre lo que vio. Es una película abierta, genera preguntas. Es un tipo de cine que se fue perdiendo, porque ahora las narrativas son más televisivas, de series, con historias terminadas y atadas.
La influenciadora trans compartió una publicación con la que dejó ver cómo se siente en este momento con respecto a todo lo que sucedió con la modelo paisa durante el programa de convivencia
Ambos compartieron pantalla en las dos primeras entregas de Los Mercenarios (The Expendables), una saga que reunió a los íconos del cine de acción de los 80 y 90
"¿Alguna vez tuviste un deja-vu?". "¿No me acabas de preguntar eso?". El diálogo entre Rita y Phill Connors, o Andie MacDowell y Bill Murray, es una síntesis perfecta de El día de la marmota, el film de Harold Ramis que se estrenó en 1993 y que describe con audacia y simpatía la pesadilla existencial de un periodista meteorólogo que queda atrapado en el tiempo mientras cubre una extraña tradición -un festival anual- en un pequeño pueblo de Pensilvania. La película, madre de las ficciones sobre bucles temporales, no solo se ganó el cariño del público: su título quedó en la cultura popular como sinónimo de aquello que se repite una y otra vez.El día de la marmota narra la historia de Phill Connors, un reportero insensible enviado a cubrir las festividades del 2 de febrero en Punxsutawney cuya existencia queda atascada en el tiempo: de repente todos los días, a las 6 de la mañana, su vida se reinicia en el mismo punto con "I got you Babe", el clásico de Sonny y Cher que funciona como despertador. A lo largo del relato, el malhumorado cronista descubre cómo usar la falla del sistema a su favor, al tiempo que intenta enamorar a Rita, su correcta y adorable productora. Con un presupuesto inicial de 14 millones de dólares, la película se convirtió rápidamente en un éxito de taquilla, logró una recaudación inesperada de 105 millones de dólares y entró en el ranking de las películas más vistas ese año. Además, impresionó a la crítica, fue candidata a varios premios de la industria y se alzó con un Bafta a mejor guion original.Bill Murray, un "completo idiota"Aunque Bill Murray y Harold Ramis formaban una de las duplas creativas más celebradas en aquel momento, el actor no fue la primera opción del director cuando pensó en el intérprete indicado para darle vida a Phill Connors. Tom Hanks, el joven bonachón que había sorprendido con sus dotes humorísticas en Despedida de Soltero, Splash y Quisiera ser grande, y Michael Keaton, el hombre de Batman y Beetlejuice, estaban primeros en la lista. Pero Hanks era "demasiado amable" y Keaton no terminó de convencer a los productores. Así, el pesado abrigo de Connors quedó colgado en el perchero de Murray, y el actor -pese a su mal recuerdo- logró crear a uno de los personajes más odiosos y soberbios y a la vez queribles del momento. En 1993, Murray repasó su trabajo en el set de Today. "Eres un completo idiota en la película", lo encaró la periodista. Murray, con un sombrero de paja en la cabeza y un extraño ramo floral en su mano izquierda, reaccionó como su personaje: "Entonces deberías estar conmigo todo el tiempo", disparó con sarcasmo. Luego le preguntaron por el argumento del film y cómo fue revivir el mismo día una y otra vez. "Me quedé atrapado en la película. Eso fue lo que me pasó. Tuve que encontrarme con la misma gente todos los días, vestir la misma ropa. Fue una pesadilla", argumentó. En ese momento también habló de su complicada relación que forjó con la marmota. "La que conseguimos en Punxsutawney la sacaron de una madriguera unos 31 días antes", reveló. "No es precisamente un animal doméstico, amigos, si es que pensaron en comprar uno para sus casas, porque cuando te muerden, lo hacen repetidamente en el mismo lugar, y esa es una clase de relación que no funciona", ironizó. "Esta es probablemente la entrevista más extraña que hice", cerró la periodista el encuentro.Tiempos complejos y una amistad rotaMientras el público aprendió a amar a Phill Connors, Murray no quedó con el mejor de los recuerdos de aquella experiencia. ¿Los motivos? Una crisis matrimonial y una amistad rota. En el plano amoroso, el actor no pasaba el mejor momento con su entonces esposa, Margaret Kelly, la madre de sus dos hijos mayores. La pareja se terminó de romper poco tiempo después. Años después trascendió que fue en el set del film donde conoció a la diseñadora de vestuario Jennifer Butler, con quien se casó en 1997 y con quien tuvo cuatro hijos más. Incluso los rumores en ese momento señalaron un romance entre ellos en el ficticio pueblo de Punxsutawney. El vínculo con Kelley no fue el único que se resintió mientras Murray repetía una y otra vez el mismo día para la ficción. En ese rodaje su amistad con el actor y guionista Harold Ramis, a quien conoció en la década del 70 en The Second City -un famoso grupo de comedia de improvisación- y con quien trabajó en películas icónicas como Los cazafantasmas, se vio resentida. Las diferencias surgieron cuando Murray comenzó a intervenir en el guion. Las llamadas a las dos de la madrugada molestaron tanto a Remis que le pidió a Danny Rubin, el guionista original, que atienda las observaciones del protagonista, mientras que el actor fingía no estar disponible cuando Ramis intentaba hablar con él."A veces, Bill era irracionalmente mezquino e indisponible; llegaba siempre tarde al set", declaró Ramis a The New Yorker aquel entonces. "Lo que me gustaría decirle es lo que les decimos a nuestros hijos: 'No tienes que hacer berrinches para conseguir lo que quieres. Simplemente di lo que quieres'", agregó. Los principales puntos de conflicto tenían que ver con el abordaje de la historia: Murray quería una perspectiva más filosófica y Harold insistía en que se trataba de una comedia. Pese al éxito del film, Murray y Ramis no volvieron a dirigirse la palabra hasta unos meses antes de la muerte de Ramis, en febrero del 2014. En sus memorias, "La hija de los Cazafantasmas: La vida con mi papá, Harold Ramis", Violet Ramis Stiel reveló los detalles de ese reencuentro. "Al estilo clásico de Bill, se presentó en casa sin avisar, a las 7 de la mañana, con una escolta policial y una docena de donas", explicó. "Mi padre no podía hablar mucho en ese momento, así que no entraron en detalles ni repasaron lo sucedido, pero pasaron un par de horas juntos, se rieron un poco e hicieron las paces", sumó. "Harold Ramis y yo hicimos juntos el National Lampoon Show off Broadway, Meatballs, Stripes, Caddyshack, Los Cazafantasmas y El Día de la Marmota. Se ganó la vida en este planeta. Que Dios lo bendiga", lo homenajeó Murray en la entrega de los premios Oscar del 2014.El mito de la mordida y las dos caras de MurrayEn marzo de este año, el propio Murray habló del famoso episodio con la marmota con la que actuó. La estrella de Hollywood revivió aquel incidente en el podcast Hot Ones de First We Feast luego de que Sean Evans le preguntara si era cierto que había tenido que vacunarse contra la rabia como consecuencia de las repetidas mordeduras del animal. Con el dedo medio de la mano derecha en alto, Murray exclamó: "No te estoy haciendo una señal obscena. Eso de ahí, ese nódulo, es de la marmota. Es real", sorprendió.Según recordó el actor, la marmota lo mordió "dos días seguidos". Para evitar más lesiones, Murray recordó que se puso guantes de pescador de acero debajo de los guantes que llevaba. "Los dientes de la marmota atravesaron el acero", lamentó. De inmediato, contó que su sorpresa fue mayúscula cuando los cuidadores del animal le confesaron que se trataba de una marmota salvaje y que la habían capturado en un campo dos semanas antes del rodaje. A contramano del recuerdo de Murray, Trevor Albert -productor junto a Ramis- dio otra versión de la historia. En una nota publicada en el 2018 en Eonline por los 25 años del film relativizó aquella anécdota. "Lo de la mordedura, creo, es una leyenda urbana", expresó. "La difícil relación entre la marmota y Bill probablemente sea la descripción verdadera", explicó, y cargó las tintas sobre el actor. "No dije que no intentara morderlo. Creo que quería morderlo. Mucha gente quería morderlo".Andie MacDowell, la "película perfecta" y el encanto de Bill30 años después del estreno de El día de la marmota, MacDowell reveló en un programa de televisión el lugar que le dio al film dentro de su filmografía. "Para mí fue una película perfecta", expresó la actriz de 54 años en una charla con los conductores de Today. ¿Los motivos? Primero, por su "profundo mensaje", explicó. "Es como 'Qué bello es vivir', en el sentido de que ves esta película y te hace darte cuenta de lo maravillosa que es la vida y de cómo ser una buena persona", explicó. "Tiene un mensaje muy profundo, y creo que eso es lo que la hace, además de divertida, tan hermosa".De la misma forma que su personaje quedó rendida ante los encantos de Phil Connors, MacDowell reveló lo divertido que fue para ella trabajar con Murray. "Te diré lo gracioso de él: no sabes qué esperar. Es una persona única", confesó en 2019 la actriz a Yahoo Entertainment. "Es extremadamente creativo. Fresco. Cada vez que hace una escena, es fresca, es nueva, le añade matices. Fuera de cámara, es igual de raro, tal vez más raro. Porque simplemente es él mismo", agregó.Para escenificar sus dichos, MacDowell reveló algunas anécdotas. "La gente venía de todas partes a verlo. Y los viernes por la noche decía: 'Lo siento, amigos. No doy autógrafos los viernes'. No importaba de dónde vinieran. Pero lo gracioso era cómo lo decía, la gente lo aceptaba. No estaban enojados con él. Nadie estaba enojado ni le decía cosas feas".¿Una experiencia religiosa?Luego de varios retoques de guion y cambios en el texto original, el resultado final del proyecto fue una película con un mensaje esperanzador: el irascible y malhumorado Phill por fin entiende que, en lugar de enojarse con el destino, puede usar el bucle temporal para servir a los demás. Con los años, muchos grupos espirituales encontraron en la historia un ejemplo para ayudar a entender sus enseñanzas. Sin embargo el productor de la película, Trevor Albert, aseguró en una charla con E! News que nunca hubo una intención específica en los productores de incluir una metáfora religiosa."Poco después del estreno de la película, empezamos a recibir cartas que decían: '¡Dios mío, la comunidad budista les agradece por hacer esta película!'", recordó Albert. "Una semana después, recibimos un correo de un rabino que decía: 'Qué hermosa manera de honrar la religión judía'", repasó. "Después de hacer una película, sobre todo esta, la gente tiene muchas teorías e imagina muchas intenciones detrás de ella", siguió. "Teorizan sobre cuántos días duró, cuál era la intención, si era una película religiosa y todo eso. Simplemente disfrutamos escuchando a la gente, ya sabes, aportar su propia perspectiva, como con una buena obra de arte", completó.
La amistad que marcaría la literatura latinoamericana del siglo XX empezó a la manera del siglo XIX: por carta.Fue en enero de 1966. Gabriel García Márquez (quien aún trabajaba en Cien años de soledad) le escribió desde México una primera misiva a Mario Vargas Llosa, que estaba en París.La dirección se la había dado Luis Hars, el periodista chileno-estadounidense que, sin saberlo, estaba escribiendo el primer libro indispensable sobre el boom de la literatura latinoamericana (Los nuestros, 1966, publicado primero en inglés como Into the mainstream)."Estimado Mario Vargas Llosa: A través de Luis Harss conseguí por fin tu dirección, que resultaba inencontrable en México, sobre todo ahora que Carlos Fuentes anda perdido quién sabe en qué manglares de la selva europea. El productor de cine Antonio Matouk está entusiasmado con la idea de hacer en Perú "La ciudad y los perros", dirigida por Luis Alcoriza (...). Por acá estamos impacientes por conocer "La Casa Verde". ¿Cuándo se publica? Carmen Balcells, a su paso por México, estaba muy entusiasmada con los originales. Me alegro, de todos modos, y aunque no cuaje el proyecto cinematográfico, de la oportunidad que me ofrece esta carta para establecer contacto. Cordialmente, Gabriel García Márquez". Después de un intercambio epistolar de año y medio, en el que incluso discutieron la posibilidad de escribir una novela juntos, García Márquez y Vargas Llosa se vieron por primera vez el 9 agosto de 1967, en el aeropuerto Maiquetía de Caracas, Venezuela.Gabo -ya el flamante autor de Cien años de soledad- llegaba como invitado de honor a la entrega del Premio Rómulo Gallegos que Vargas Llosa había ganado precisamente por La casa verde, y a participar en un congreso de literatura.Así describe el momento Vargas Llosa en su monumental García Márquez, historia de un deicidio (sobre la cual abundaremos más adelante): "Nos conocimos la noche de su llegada al aeropuerto de Caracas; yo venía de Londres y él de México y nuestros aviones aterrizaron casi al mismo tiempo. Antes habíamos cambiado algunas cartas y hasta habíamos planeado escribir, alguna vez, una novela a cuatro manos -sobre la guerra tragicómica entre Colombia y Perú en 1931-, pero esa fue la primera vez que nos vimos las caras"."Recuerdo la suya muy bien, esa noche: desencajada por el espanto reciente del avión -al que tiene un miedo cerval-, incómoda entre los fotógrafos y periodistas que lo acosaban. Nos hicimos amigos y estuvimos juntos las dos semanas del congreso", indicó Vargas Llosa.Empezaba una gran amistad... que duraría menos de diez años.Conversación en LimaAntes del encuentro en Caracas, Vargas Llosa escribió un elogioso comentario a la recién publicada novela de García Márquez, titulado Cien años de soledad: el Amadís en América (fechado en la "primavera de 1967"), con el que empezaba un deslumbramiento con la novela y la obra del colombiano que culminaría cuatro años más tarde con la publicación de Historia de un deicidio.Ese deslumbramiento se haría evidente en las siguientes semanas, cuando ambos escritores visitaron Bogotá y Lima.En esta última ciudad, el 5 y 7 de septiembre, realizaron un Diálogo sobre la novela en América Latina que se volvería legendario y que durante décadas circularía en fotocopias o ediciones piratas, hasta que finalmente fue publicado por Alfaguara en abril de 2021.Lo que llamó la atención tanto a los presentes en ese diálogo (como a los posteriores lectores) es que, pese a que en esos momentos era el novelista más conocido y con más trayectoria de los dos, Vargas Llosa fungió como una especie de entrevistador de García Márquez, que durante la conversación soltaría algunas de sus boutades, los dichos ingeniosos que lo caracterizarían en adelante (como que había intentado escribir la novela a los 17 años de edad o que se iba a vivir a Europa porque era más barato).Por casualidad, en esa visita a Lima nacería el segundo hijo de Vargas Llosa, a quien bautizaría Gabriel Rodrigo Gonzalo en honor a García Márquez y a sus dos hijos. Los padrinos fueron, como no, Gabo y su mujer, Mercedes Barcha.Luego cada uno regresaría a su hogar. Pero no mucho después estarían viviendo con sus familias en Barcelona, literalmente pared contra pared.Barcelona, capital del mundoAún en Londres, Vargas Llosa seguiría escribiendo su siguiente novela total Conversación en la catedral, mientras preparaba en paralelo un curso sobre García Márquez, que dictaría en Puerto Rico en 1968, y sería el embrión de su largo ensayo sobre el autor colombiano.Gabo ya se había trasladado a Barcelona junto a Mercedes y sus dos hijos (en noviembre de 1967), aupados por Carmen Balcells, la super agente literaria que siempre buscó que sus autores pudieran vivir de lo que escribían, sin distracciones adicionales, algo nunca visto en América Latina.Balcells le hizo la misma oferta a Vargas Llosa, quien en 1970 se mudó con su prima y esposa, Patricia Llosa, y sus dos hijos a la capital catalana. Allí, en 1974, nacería su hija Morgana.En 1970, después de dos años trabajo, terminó su libro García Márquez, historia de un deicidio, el primer gran texto (y quizás el mejor) escrito sobre la obra del colombiano, (que al tiempo le sirvió como tesis de un doctorado que no había terminado en España).Muchos se sorprendieron de la generosidad entre dos colegas que eran, a la vez, competidores. En su libro Historia personal del Boom, el escritor chileno José Donoso, recuerda lo que le dijo un crítico italiano al respecto:"En Italia, que un escritor como Vargas Llosa escriba un libro sobre la obra de otro escritor como García Márquez sería imposible. Y que ambos estén en la misma reunión sin que uno eche veneno en el café del otro, bueno, eso ya parecería ciencia ficción", sintetizó Donoso.Carmen Balcells los definió de manera inmejorable: "Vargas Llosa es el primero de la clase, y García Márquez es un genio. No hay más que verlos. Cualquiera que los conozca sabe a lo que me refiero. Mario es un intelectual, alguien con la cabeza muy bien amueblada, que atesora conocimientos eruditos sobre múltiples materias y, a la vez, es capaz de crear grandes obras. Su discurso intelectual es de gran altura, es el primero de la case, un cum laude".En esa misma línea, siguió: "Al contrario, Gabo es un genio en el sentido de que es un monstruo creador, una fuerza de la naturaleza, alguien tocado por la mano de Dios, que tiene un don, y no se dedica a elaborar teorías o análisis sobre la cultura. Me parece algo que los describe sin valorar a uno por encima del otro. Yo estoy enamorada de los dos".En la misma Historia personal del Boom, Donoso fecha el fin de ese fenómeno literario como proyecto común en la Nochevieja de 1970, "en una fiesta en la casa de Luis Goytisolo en Barcelona", donde estuvieron Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez, Carmen Balcells y Sergio Pitol."Esa noche se habló sobre todo de la fundación de la revista Libre (...) de cómo quedaría constituida, ampliando la restringida nómina de los directores con que empezó hasta decidirse por directores rotativos y una larga lista de socios contribuyentes", siguió Donoso.Caída libreY fue precisamente con el primer número de la revista Libre que empezó una profunda división entre algunos intelectuales occidentales y Cuba.Empujados por el español Juan Goytisolo y apoyados financieramente por una rica heredera boliviano-francesa, algunos de los escritores latinoamericanos de más renombre se juntaron para editar desde la capital francesa la flamante revista de izquierda.Allí estarían los cuatro principales del Boom (Vargas Llosa, García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes), pero también Octavio Paz, José Donoso, Severo Sarduy, Claribel Alegría, Plinio Apuleyo Mendoza y Jorge Edwards.La historia completa está narrada en el capítulo cuarto del libro En los reinos de Taifa, de Juan Goytisolo: el primer número de Libre ya estaba listo para la imprenta cuando se presentó en Cuba el llamado "Caso Padilla".Heberto Padilla era un poeta cubano que había participado de la revolución y ocupado el cargo representante del ministerio Comercio Exterior en Praga. Sin embargo, hacia finales de los 60 empezó a criticar de manera abierta y a burlarse de la política cultural del gobierno castrista.En marzo de 1971 fue detenido y poco después se divulgó una caricaturesca "confesión" que recordaba los juicios estalinistas e hizo montar en cólera a muchos escritores extranjeros amigos de la isla caribeña.Encabezados por Vargas Llosa y Goytsolo, varios intelectuales y escritores (que incluían a Sartre, Cortázar, Susan Sontag, Italo Calvino, Simone de Beauvoir, Octavio Paz, Alberto Moravia y Margarite Duras) enviaron una moderada carta a Fidel Castro respaldando a Padilla antes de que se divulgara su confesión.No fue posible ubicar a García Márquez, quien en esos momentos se encontraba en Colombia, en uno de los frecuentes viajes que realizó a la región cuando escribía El otoño del patriarca para reencontrarse con el ámbito del Caribe, recapturarlo y ser capaz de reflejarlo en el libro.Por eso, después de buscarlo en vano, Plinio Apuleyo Mendoza, jefe de redacción de la revista, autorizó a poner el nombre de su amigo sin consultarlo, seguro de que estaría de acuerdo.Pero no era así: extraviada en el correo quedó una carta desde Barranquilla en la que Gabo le explicaba que no quería firmar nada "mientras no tuviera una información muy completa sobre el asunto".Fidel Castro montó en cólera por esa primera misiva y pronunció un fuerte discurso contra los firmantes, "señores intelectuales burgueses y libelistas y agentes de la CIA (...) los seudo izquierdistas descarados que quieren ganar laureles viviendo en París, Londres, Roma". Además, prohibía a todos los firmantes la entrada a Cuba "por un tiempo indefinido e infinito".Casi de manera simultánea se divulgó la "confesión" de Padilla. Entonces Mario Vargas Llosa convocó a una reunión de emergencia en su casa de Barcelona, donde se redactó y una segunda carta, mucho más afilada y contundente. Gabriel García Márquez y Julio Cortázar se negaron a firmarla.El primer número de Libre fue aplazado hasta el otoño para que llevara un completo dossier sobre el caso Padilla con todos los puntos de vista, incluido el discurso de Castro, las dos cartas de los intelectuales, la "confesión" del poeta, así como mensajes a favor y en contra de escritores y artistas latinoamericanos.Llevaba también un poema de Cortázar en el que se desmarcaba por completo de las críticas al gobierno cubano (antes lo adulaba) y una entrevista de García Márquez que, según Juan Goytisolo, era "un prodigioso ejercicio de saltimbanqui cuyo virtuosismo impone la admiración ya que no el respeto", donde se las arreglaba para no criticar a los intelectuales firmantes y tampoco romper con el régimen cubano.Agotada por la falta de dinero y escisiones internas, la revista sólo alcanzaría a publicar cuatro números.Un puñetazo en Bellas ArtesQuien mejor ha contado la historia del episodio final de la amistad entre Vargas Llosa y García Márquez es Xavi Ayén en su libro Aquellos años del Boom. En él deja claro que la amistad no se rompió a raíz del "caso Padilla", pues ambos escritores continuaron viviendo y viéndose en Barcelona. Sin embargo, era evidente que algo se había roto.En su libro Vargas Llosa, el vicio de escribir (1991), J.J. Armas Marcelo recuerda la tarde barcelonesa de 1973 en que el peruano le presentó al colombiano, quien llegó a la cita vestido con el mono azul de obrero con el que trabajaba en la que sería "El otoño del patriarca"."En esa misma reunión noté que MVLL hablaba poco. Miraba con cierta distancia a García Márquez y llegué a una conclusión quizás prejuiciosa para entonces: al novelista peruano no le gustaban muchas de las "salidas", más o menos fáciles, que el colombiano demostraba en público. "Ahora me voy al cine", dijo García Márquez al despedirse. "¿Vestido así", le pregunté un poco provocativamente. "Claro", me dijo, "es para asustar a los burgueses". Y MVLL volvió a mirarlo con desdén".En su libro, Ayén deja claro que el motivo del rompimiento definitivo no fue político, sino que se produjo por algo mucho más banal y humano. Para resumirlo: a mediados de 1974, cuando regresaban a vivir en Perú, Vargas Llosa se enamoró de otra mujer y dejó a Patricia y a sus hijos.En mayo de 1975, Patricia Llosa viajó a Barcelona donde fue bien recibida por los García Márquez. De allí surgió la versión de que (quizás en broma) Gabo se le había insinuado.No mucho después, los Llosa volvieron a vivir juntos. Eso está explicado con más detalle en el libro de Ayén, quien me dijo que, antes de su publicación, había enviado el texto tanto a García Márquez como a Vargas Llosa y a sus familias para que le dijeran si algo de lo que allí escribía no era verdad.El 12 de febrero de 1976, en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, era el pre-estreno de documental "La odisea de los Andes", con guion de Vargas Llosa, sobre el equipo de rugby uruguayo que sobrevivió 72 días a un accidente de avión en la cadena montañosa, en algunos casos recurriendo a la antropofagia.Según relata Xavi Ayén, en el vestíbulo del hermoso edificio se encontraban "la flor y la nata de la intelectualidad mexicana", entre ellos los García Márquez con algunos amigos."'Me disculpan, voy a saludar a Mario', les dijo antes de ir a la sala de proyección. Allí se dirigió al peruano y recibió un fortísimo puñetazo: 'Esto es por lo que le hiciste a Patricia en Barcelona', dejó claro el agresor", relató Ayén.En su biografía Gabriel García Márquez, una vida Gerald Martin escribe "es evidente que Mario llegó a la conclusión que García Márquez había antepuesto su preocupación por Patricia a la amistad que los unía a ambos. Nada más que García Márquez y Patricia Llosa saben lo que ocurrió".Los años postrerosEn los años posteriores ambos se negaron a hablar sobre lo sucedido y Vargas Llosa dijo que se lo dejaba a "los historiadores".Hasta donde se sabe tampoco volvieron a cruzar palabra en privado, y en público hubo algunos -pocos- comentarios e improperios, sobre todo de Vargas Llosa, por la postura política de García Márquez frente a Cuba y su amistad con Fidel Castro.El escritor peruano prohibió que se volviera a reeditar su estudio "Historia de un deicidio" (que tuvo dos ediciones en 1971), el cual se volvió un objeto de culto entre los amantes de la literatura latinoamericana.Solo volvería a aparecer impreso en 2006, con motivo de la edición de las obras completas del peruano y como parte de sus volúmenes de ensayos. Como obra individual solo se reeditó en 2021, cincuenta años después de haber sido publicada.En una de las últimas ocasiones que habló en público sobre García Márquez, en el verano de 2017, durante un curso de la Universidad Complutense sobre la obra del colombiano, ante la pregunta de si después del distanciamiento se habían vuelto a ver, Vargas Llosa respondió entre risas: "No... Estamos entrando en terrenos peligrosos, creo que llegó el momento de poner fin a esta conversación". Sin embargo, al parecer hubo un intento de reconciliación apoyado por amigos de ambos en una ocasión en la que los dos escritores se encontraban en Cartagena con motivo de un Hay Festival, pero, para entonces, ya Gabo se encontraba demasiado perdido en las brumas de las desmemoria.En ellas continuó hasta el Jueves Santo de 2014, cuando murió en Ciudad de México. Ahora, su odiado amigo, Vargas Llosa, también está muerto. La historia, quizás, se encargará de reconciliarlos.
En 1967, en el aeropuerto de Caracas, se conocieron en persona. Desde hacía un año y medio un joven escritor peruano y aplicado estudiante de doctorado conversaba con el autor colombiano cuya obra se había convertido en objeto de su estudio académico. Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez gozaban de las primeras mieles del éxito de la crítica y de considerables ventas de sus novelas. Habían sido una promesa, pero ya por entonces eran la certeza de que la narrativa latinoamericana avanzaba hacia una renovación. También aquel año se reunirían en la Facultad de Arquitectura de Lima para conversar durante tres jornadas sobre el devenir de la literatura del continente. Vargas Llosa acababa de recibir el Rómulo Gallegos por La casa verde, mientras que Cien años de soledad había sido publicado con gran acogida. La mecha de aquella explosión que se conocería como "boom latinoamericano", ya había comenzado a arder. Así nacía una de las amistades más célebres entre dos autores que serían luego distinguidos con el Premio Nobel de Literatura.El criollismo, la pugna entre civilización o barbarie, la fórmula eficiente y la arquitectura de la novela decimonónica poco interesaban a un grupo de jóvenes autores quienes, sin perder su identidad americana, comenzaron a explorar nuevas formas de abordar el tiempo y el espacio. Algunos, incluso, abordaron el realismo mágico, esa dimensión ni tan alejada de la realidad ni tan próxima a lo sobrenatural. Julio Cortázar y Carlos Fuentes también integraban esta selecta generación que encontraba en Barcelona, donde los ya íntimos amigos Vargas Llosa y García Márquez vivían â??a pocos metros de distanciaâ??, su epicentro. En la ciudad condal se encontraba Carmen Balcells, la editora que confió en ellos y los catapultó a la fama. Jorge Donoso, en Historia personal del boom (1972), narra con detalle estos años de efervescencia.Pero además de la dinamita depositada en la narrativa, algo detonó la amistad entre estos dos genios de la literatura universal. Mucho se ha escrito y elucubrado sobre esta pelea. ¿Fueron las diferencias ideológicas las que signaron esta pugna? ¿Se trató de una cuestión personal? Vargas Llosa, quien había sido de izquierda en su juventud, comenzó a cuestionar los abusos de Fidel Castro, mientras García Márquez continuó hasta su muerte enamorado del régimen. Tras una décadas de amistad, en 1976, en un teatro mexicano, minutos antes del estreno de un documental cuyo guion había escrito Vargas Llosa, este le propinó una cachetada en el foyer, ante la mirada atónita de los presentes. Mucho se ha escrito sobre esta célebre piña, como Jaime Bayly, en Los genios (2023), pero los motivos hasta el presente siguen tapados por una estela de misterio, entre la política, las mujeres y la literatura, los tres grandes de tema de la vida de ambos.Aunque poco antes de la muerte de García Márquez hubo un intento por reunirlos en un breve saludo, impulsado por Juan Cruz Ruiz y Héctor Abad Faciolince, que zanjara aquella enemistad, aquel episodio de 1976 fue su último encuentro.
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Hace 23 años (junto con Martín Seefeld y Alejandro Fiore) formaron parte de uno de los programas más exitosos de la televisión argentina, Los simuladores, aquel éxito creado y dirigido por Damián Szifron donde cuatro socios resolvían problemas inéditos de sus clientes simulando situaciones inexistentes. Desde entonces, y aunque el traslado de la serie al formato película estuvo por hacerse realidad varias veces, Diego Peretti y Federico D'Elía no volvieron a trabajar juntos. Ahora, finalmente, los actores se reencontrarán sobre un escenario, el de la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza, para protagonizar desde el jueves 17 de abril la comedia El jefe del jefe, adaptación teatral de Jack McNamara de The Boss of it All, film de 2006 del controvertido cineasta danés Lars Von Trier (Los idiotas, Bailando en la oscuridad, Rompiendo las olas, Dogville), que cuenta con dirección de Javier Daulte y producción de Pablo Kompel, Ricardo Hornos y Adrián Suar.A días del estreno, las expectativas son muchas. "Creemos que vendrá el público de Los simuladores, sí, pero fundamentalmente el teatral. Porque el teatro es el teatro. Para ver simplemente a los actores de Los simuladores el público puede acercarse hasta la puerta de la sala, a la salida, tomarse una foto y punto. Sin embargo, suponemos que nos acompañará más la gente interesada en ver una obra de teatro bien escrita, actuada y dirigida. Se trata de un combo atractivo, de un espectáculo que, de no protagonizarlo, nos gustaría mucho ver", señalan Peretti y D'Elía en el inicio de su diálogo con LA NACION.-La obra es la adaptación de una película del director danés Lars Von Trier. ¿Eran seguidores de su cine?Diego Peretti: -Sí, por las tres o cuatro películas que vi de él, y por algunos reportajes que escuché, me parece un provocador interesante. Y su cine, muy de autor, tiene una posición muy conceptual en cada una de las películas que hace. Me gusta mucho. De él recuerdo haber visto Los idiotas, El anticristo y Ninfomanía 1 y Ninfomanía 2.Federico D'Elía: -Lo descubrí con Los idiotas, cuando se hablaba del Dogma (el manifiesto fílmico vanguardista de mediados de los 90, que, entre otras reglas, imponía el rodaje en 35 mm, cámara en mano y la exclusión de efectos especiales) y de su manera tan especial de trabajar. Me parece que es un tipo muy especial, no es uno más del montón. Ha hecho varias películas de ese tipo y después esta comedia, la única que filmó hasta ahora.-¿La comedia mantiene el estilo feroz y controversial de toda su filmografía?Peretti: -No sé si es feroz. Tal vez no sea esa la palabra que más le quepa. Pero creo que es disruptiva porque intenta un lenguaje muy particular, muy absurdo. Su historia también es conceptualmente disruptiva.D'Elía: -No tiene esa ferocidad que tal vez tienen sus otras películas. Porque es una comedia. De cualquier manera hay algo ahí, en el fondo, que tiene ese olorcito, aunque no aparezca claramente. Así que por momentos es salvaje.-¿Cuál es su argumento?D'Elía: -Es bien sencillo. El jefe de una empresa de informática, que encarno yo - pero que nunca les dije a mis empleados que lo era por una cuestión de fobia, y por tratar de ser un par más y evitar conflictos de jerarquía; bah, por comodidad-, un día pone en venta la empresa y algo cambia. Es que, entonces, no puede decir que él es el jefe porque siempre lo ha ocultado. Entonces contrata a un actor, que interpreta Diego, para que haga de jefe. Él llega prácticamente a hacer un trámite para que luego yo continúe con todo lo que hay que hacer. Pero las cosas se complican y en una semana pasa de todo.Peretti: -Más que un argumento hay distintos puntos de vistas de algo puntual que sucede. También se podría describir la obra como la historia de un actor que es contratado por un empresario para hacerse el jefe y termina identificándose con el personaje a tal punto que provoca un descalabro. Y los otros personajes, que son cuatro oficinistas (interpretados por Juan Isola, Ariadna Asturzzi, Andrea Lovera y Cristian Jensen), podrían contar algo diferente, según sus distintas ópticas. Son todas tangentes que se van armando con base en una empresa y generan una historia muy absurda. Pero el absurdo se llama así, paradójicamente, por ser hiperrealista. Al respecto, muchos dicen que Ionesco es absurdo porque es disparatado, mientras que otros aseguran que es absurdo por ser de un realismo tal que incorpora lo absurdo de la existencia. En definitiva, la historia de El jefe del jefe es por un lado empresarial y por otro lado tiene que ver con la actuación, y esos dos mundos se mezclan de una forma muy particular.-¿Es de las comedias con mensaje?Peretti: -Sí, tiene un mensaje sobre el poder. Pero no es Ibsen, ¿eh? Y no digo esto para menospreciar la comedia, lo digo porque las obras de Ibsen tienen al final un mensaje social bien claro. Acá no te vas a encontrar con algo así, pero sí lo tiene y dependerá de la lectura de cada espectador.D'Elía: -Lo tiene. Habla un poco de estas empresas que no sabemos muy bien qué son. De golpe son tecnológicas, pero la gente no conoce más. De hecho en la obra tampoco se habla mucho de su naturaleza, se dice que es tecnológica, pero no mucho más. Es como cuando ves un aviso que dice: 'Vendo una productora de contenido'. ¿Qué es eso? Salvo que tenga dos o tres proyectos bien claros y definidos, eso esâ?¦ humo. View this post on Instagram A post shared by Plateanet (@plateanet)-¿La obra, por su estilo y por el ámbito en el que se desarrolla, guarda puntos de contacto con la serie The Office?D'Elía: -Sí. Porque transcurre en una oficina y por lo disparatado de lo que sucede. The Office apunta al humor refinado, basado en los vínculos en la oficina y en el timing textual; en El jefe del jefe el humor parte de las situaciones.Otros trabajos-Antes de ser actores, ¿tuvieron un trabajo formal, con un jefe? ¿Cómo fue esa relación?D'Elía: -Yo me fui de mi casa para no tener de jefa a mi mamá. Después quise ser actor para no tener un jefe puntual, aunque al final siempre tenés alguno, ya sea el productor o el director de un proyecto, pero no es lo mismo que un jefe formal, el vínculo es bien distinto. Alguna vez, mientras que trataba de ser actor, trabajé de cadete y en una casa de pollos. Pero no tengo un recuerdo particular de aquellos jefes.Peretti: -Yo también tuve algunos trabajos formales. Trabajé como preceptor en un colegio y en una fotocopiadora. Y después como médico en una guardia, mientras hacía la residencia. Según mi experiencia, cuando un jefe no es bueno no genera un buen clima de trabajo. Y yo creo que el respeto al jefe, o a la jerarquía, tiene que deberse a una admiración más que a un cargo burocrático. Así las cosas funcionan; si no, no. Cuando me he topado con un mal jefe, he huido de esa situación. Pero desde que soy actor no me ha tocado vivir ninguna mala experiencia al respecto.D'Elía: -¡Ahora me acordé de un jefe en particular! Es el que tuve hace muchos años en un bar de Villa Gesell, donde yo cargaba heladeras. Era insoportable, un tipo con el que no querías estar ni un minuto. Pero curiosamente, cuando terminaba el horario de laburo, era otro, y entonces nos matábamos de risa, tomábamos cerveza y hablábamos de fútbol. Por eso yo creo que el rol de jefe, muchas veces, confunde. Cuando el jefe quiere imponerse sólo porque es jefe, ahí empiezan los problemas. Pero cuando vos ves que el jefe tiene otra capacidad y sabe cómo entrarle a cada uno de sus empleados, la experiencia laboral es absolutamente otra.-¿Alguna vez fueron jefes? ¿Qué tipo de jefes fueron?D'Elía: -Nunca fui jefe, sí tal vez ocupé un lugar donde era jefe de alguno, pero no el gran jefe. Yo soy de intentar generar la mejor onda posible y de trabajar de una manera muy fluida, a no ser que se llegue a un lugar donde haya que poner los puntos, y decidir entre blanco y negro para que todo no termine en un descalabro. -Vos, Diego, dirigiste una película (La muerte de un comediante, aún por estrenar). De alguna manera ejerciste el rol de jefe. ¿Cómo fue la experiencia?Peretti: -Cuando uno sabe lo que quiere transmitir, las órdenes casi no son ordenes. Yo me encargué de explicar todo al detalle y me hice cargo del set como si fuera mi familia. Si alguien necesitaba algo en especial, yo mismo me ocupaba de conseguirlo. Fue como estar en setecientos lugares distintos a la vez. Como director, o jefe, si lo querés ver así, fui motivador y conciliador, pero a la vez determinante. Es que conozco muy bien el mundo del cine. El tema es cuando llegás a jefe por una cuestión burocrática, por obsecuencia o porque te impone alguien. Entonces terminás cag... al de abajo para quedar bien con el de arriba y así todo se trastoca.D'Elía: -El tema es el poder, me parece. Porque más allá del jefe o no jefe, hoy vas a estacionar un auto en un estacionamiento y el tipo te trata comoâ?¦ Te dice: 'Vaya allá, más acá, ahí no'. Es el momentito de poder que tiene ese tipo, en ese lugar y en ese momento. Por eso el tema es cómo se lleva uno con el poder.-En términos generales, ¿cómo se llevan con las relaciones de poder asimétricas?Peretti: -Yâ?¦ son indignantes, verdaderamente indignantes. Hay que alejarse de ahí porque producen úlceras. Algunos podrán decir lo contrario, o que las manejan bien. Pero yo disiento; cuando hay un poder que afecta tu vida diariaâ?¦ por más que te resbale todo, solo seguís trabajando ahí porque te conviene o porque no podés salir de ahí. Te ves envuelto en un poder tan asimétrico que apelás a la disociación como mecanismo de defensa. Vos podrás decir igual que todo eso te resbala, pero vaya a saber qué costo terminás pagando en el futuro.D'Elía: -Un caso totalmente opuesto es el que vivimos hoy con Javier Daulte, el director de la obra, de alguna manera nuestro jefe. Es muy buen jefe porque sabe lo que quiere, sabe lo que quiere contar, pero a la vez tiene muchas dudas y las comparte, las expone en voz alta. Y eso nos ayuda muchísimo. Es un jefe de los buenos. Peretti: -Yo ya había trabajado con Javier en Los vecinos de arriba y tengo la misma opinión de él que Federico. Tiene una manera de dirigir muy disciplinada, creativa y abierta. Entonces los ensayos son muy lindos, muy agradables. Al respecto, recuerdo cuando (Juan Román) Riquelme jugaba en el Barcelona y Van Gaal no lo ponía en el equipo titular porque decía que no corría para recuperar la pelota. Sin embargo, Riquelme nunca dejó de reconocer que los entrenamientos con Van Gaal fueron de los más divertidos que tuvo en toda su carrera. Y es que los entrenamientos, para el futbolista, no tienen que ser simplemente una puesta a punto física sino entretenidos, creativos y motivadores. Bueno, eso es lo que nos pasa con Javier.Futuro de Los simuladores-Ustedes no trabajaban juntos desde Los simuladores. ¿Cómo fue el reencuentro laboral luego de 23 años?D'Elía: -Muy bien. Desde lo personal nunca perdimos contacto, y desde lo laboral, en cuanto terminó Los simuladores, cada uno de los cuatro hizo su carrera. A él, particularmente, le fue muy bien. Por ejemplo, hizo mucho cine y del bueno. Así que estábamos al tanto de lo que estaba haciendo cada uno. Una de las motivaciones para hacer esta obra fue justamente que estuviese Diego, además de poder trabajar por primera vez con Daulte y en el Paseo La Plaza, que es -siguiendo con el tono futbolero- como jugar en primera. Con respecto a Diego, no puedo hablar solo de lo laboral, se me mezclan más cosas. Es parte importante de mi vida. Al igual que Alejandro (Fiore) y Martín (Seefeld). Nos veamos más o nos veamos menos, no importa. A Diego siempre lo tengo ahí, siempre muy presente.Peretti: -A mí me gusta mucho trabajar con él y estamos haciendo una pareja de jefe y de actor/empleado que me parece dará qué hablar, muy rica y con muchos matices. Lo quiero mucho a Fede y lo respeto como actor, por eso nosotros empezamos a trabajar mucho antes que el resto, en el verano. Yo estaba filmando en Ushuaia (la película Risa, de Juan Carlos Cabral, con la cantante Cazzu como co protagonista) y nos mandábamos videos y nos llamábamos para ir pasando la letra.D'Elía: -Nos entendemos muy bien pese a que tenemos una manera de laburar diferente. Pero hay algo de la confianzaâ?¦ Yo a veces le digo ciertas cosas a Diego que no sé si se las diría a otro actor. Y yo sé que se las puede tomar bien, mal o regular, pero que es mi amigo. De última me va a decir: `¿Sabés qué, boludo? Tal y cual cosa'. Y seguiremos siendo amigos igual. Y ensayando, claro. Pero hasta ahora eso no ocurrió. En fin, lo bueno entre nosotros es que nos podemos manejar con mucha libertad porque existe el conocimiento mutuo y la confianza.-¿En qué estado se encuentra la película de Los simuladores, de la que tanto se ha hablado?D'Elía: -Stand by, absolutamente. Está parada. No se hace, en un principio no se va a hacer la película porque Paramount no tiene los recursos para hacerla, entonces todo queda en la nada. Ahora estamos saliendo de la situación contractual que teníamos con Paramount. Ese es el punto en el que estamos.-Y luego de que salgan de esa situación contractual, ¿qué podría pasar?D'Elía: -No sé. Pensá que pasaron veintipico de años desde que terminamos de hacer Los simuladores y siempre el deseo de hacer una película estuvo, pero ya estamos más grandes, tenemos muchas mañas y pasaron muchas cosas en el medio. Sinceramente, no sé qué puede pasar. Hoy mentiría tanto si digo que la vamos a hacer como que no.-Por último, ¿qué opinan de la actual explosión teatral porteña? ¿Es un fenómeno absolutamente positivo?D'Elía: -Siempre hubo mucho teatro en Buenos Aires, pero nunca como ahora. Actualmente no hay salas libres en ningún lado, si querés estrenar un espectáculo tenés que pedir turno y esperar. Por un lado eso es fantástico, pero por otro no, ya que significa que los actores, salvo excepciones, no tenemos trabajo en otros medios, ni en la televisión ni en el cine ni en las plataformas. Por eso las grandes figuras, que en general antes no se subían a un escenario, ahora están todas haciendo teatro. Yo festejo eso, pero no el por qué. En fin, el teatro es hoy el único refugio para los actores.Para agendarEl jefe del jefe. Comedia de Lars Von Trier. Sala: Pablo Neruda, Paseo La Plaza (Av. Corrientes 1660). Funciones: miércoles y jueves a las 20:15, viernes a las 20, sábados a las 19:45 y 21:45 y domingos a las 19:15.
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Lupita Made Ogando (55) se encontraba entre la espada y la pared. Corría el mes de marzo de 1997 en su República Dominicana cuando las presiones políticas que recibía, cuenta, la llevaron a tener que decidir entre dos opciones: salir rápido de su país o perder la vida.Había trabajado como funcionaria con destacados líderes, siendo parte del grupo que introdujo el Seguro Social en su país y obteniendo importantes contratos para mejorar la cobertura médica de muchas familias.Por aquel entonces Lupita era encargada de las relaciones públicas y de la seguridad social de la policía. Su tío era general y encargado de asuntos internos de la Policía Nacional y, en el marco de su trabajo, metió preso a un coronel de la policía por un ilícito que había cometido.¿Quién es Lupita?Con el nuevo gobierno comenzaron las persecuciones contra Lupita, como una manera de venganza hacia su tío. "Me sacaron de mi trabajo él mismo día que asumió el presidente. A partir de ahí, me amenazaban constantemente, me llamaban por teléfono diciéndome que me iban a matar. Salía al supermercado con mis hijos y tenía que ir con seguridad porque realmente temía que les hicieran daño", recuerda Lupita.Lupita es la hija menor de 13 hermanos y desde muy pequeña mostró una determinación inquebrantable por lograr sus objetivos, trabajando en la venta de helados y ayudando en la venta de empanadas para financiar su educación. Con el apoyo de sus padres adoptivos, Belkis y César Camarena, se graduó en Contaduría y obtuvo diplomas en Seguridad Social y Relaciones Públicas Empresariales. En su carrera profesional ocupó importantes roles en el Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional de la República Dominicana y en una reconocida empresa hotelera. Pero fue en los momentos más difíciles que Argentina apareció como un oasis dentro de tantas malas noticias.Con los problemas políticos que tenía en República Dominicana, Lupita se puso a investigar qué países no necesitaban visa para emigrar. Y como tenía que escapar lo antes posible eligió la Argentina, un país al que su papá, muchas veces había soñado visitar. Además, quería estudiar cine y teatro y que mejor que hacerlo en un país donde pudiera desarrollarse con libertad en estos ámbitos artísticos.Con tan solo USD143 en su billetera, Lupita llegó a la Argentina. "Vine con este dinero porque realmente no era un viaje que estaba planificado, tuve que tomarlo por emergencia muy rápido. Económicamente estaba muy mal porque me había divorciado del padre de mis hijos, me habían echado de la policía y tenía muy poco tiempo trabajando como encargada de contabilidad de una empresa. Y no tenía ningunos ahorros".Lo que más le llamó la atención a Lupita desde que llegó a la Argentina fue que al caminar por las calles de Buenos Aires, algunas veces, los hombres la paraban para preguntarle "cuánto cobras". Ella no entendía nada, estaba como estupefacta. Hasta que le preguntó al dueño de la casa estudiantil donde estaba alquilando, quien le explicó que por la zona en la que ella estaba viviendo, en Balvanera, había varias compatriotas que ejercían la prostitución."Lo que más me gustó de la Argentina fue que cuando la gente comenzó a conocerme, me fui haciendo de un grupo de amigos que al día de hoy lo siguen siendo. Esas mismas personas que comenzaron conmigo desde cero en el país, me siguen demostrando una amistad muy linda. Lo que más me llamó la atención fue la calidez que vi en las personas, la importancia que le dan a la amistad en este país, a tal punto que tienen un día para celebrarlo".Su pasión por el teatro y la radioAl principio, Lupita trabajó en un call center. A los pocos meses arrancó a hacer radio en el barrio de Pompeya, que solo se escuchaba por la zona, con un amigo dominicano. Sin embargo, esa experiencia solamente duró dos semanas porque sintió que la zona a la que iban a grabar no era muy amiga de la seguridad. Pero esa ilusión no se iba a desmoronar en apenas un intento.Por entonces, Lupita había empezado a estudiar teatro y junto con varios compañeros hacían improvisaciones en la calle, las discotecas y boliches. A raíz de la amistad que hizo con Fernanda, una de las chicas del grupo, Lupita tuvo una entrevista con el director de Radiográfica, a quien le presentó el formato de su programa: pasar música dominicana y entrevistas con grandes artistas de su país. Así comenzó "La Chercha de Lupita" que estuvo al aire casi dos años y medio."La Chercha de Lupita resultó una marca dentro del ámbito latino en la Argentina porque los oyentes se engancharon mucho a conocer la música dominicana". Así se convirtió en una figura destacada del panorama radiofónico argentino, trabajando con artistas de renombre y ampliando su influencia internacional.}"No importa cuantas veces tu caigas, siempre se puede"Luego de vivir varios años en la Argentina, Lupita se mudó a Boston (EE.UU.) donde continúa trabajando como locutora en Expresso Radio, tiene su propio Ministerio Cristiano y Radio Cristiana, y es una conferencista internacional que lleva un mensaje de perseverancia, fe y empoderamiento a nivel mundial.Recientemente publicó Desafíos: Descubrimientos Y Destino, un libro que, cuenta, lo viene escribiendo desde que era niña contando situaciones que le fueron pasando durante su vida como si se tratara de un diario íntimo. "Lo que quiero con esto es que la gente que lo lea sepa que cuando creemos que todo ha terminado, que no vamos a superar una situación, que sí se puede, que no importa cuantas veces tu caigas, que tropieces, que no importa cuantas piedras tengas que quitar del camino, siempre se puede. Quiero que mis lectores aprendan a no caerse porque siempre hay más allá. Lo más importante de este libro es la resiliencia: aprender de los errores, de los problemas, de los desafíos".¿Qué cosas extrañas de este país?Extraño todo. Mis amigos, caminar por las calles de Buenos Aires, su gente cariñosa, amorosa que me demostró tanto amor y lealtad. Nunca sentí el racismo en la Argentina, siempre sentí un gran amor que la gente me brindaba.¿Cómo te definirías?Como una persona simple, humilde, muy leal, no solo a Dios sino a la gente que amo. Tuve muchos sueños y siempre he luchado por cumplirlos y por lograr cada meta que me propuse.
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Es uno de los vínculos más esenciales pero menos explorados en nuestra sociedad. En Amistad: Un ensayo compartido, Mariano Sigman y Jacobo Bergareche reúnen reflexiones y experiencias. Desde rupturas hasta sincronías inexplicables, este libro busca darle a la amistad el lugar que merece.
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"Yupanqui me honró con su amistad. Éramos amigos por la música y por la copla; era un hombre lleno de misterio y sabiduría, un practicante del silencio y la soledad, pero con un verbo formidable que no me atrevía a interrumpir, porque cada palabra parecía que estaba en su justo lugar. Fuimos muy amigos, sí, pero no es cierto que haya sido la Kodama yupanquiana", señaló años atrás en diálogo con LA NACIÓN la folklorista Suna Rocha al ser declarada Figura ilustre del folklore nacional por el Congreso de la Nación.Esta es la historia de amistad entre la cantante cordobesa y el gran cantautor, guitarrista, poeta y escritor Atahualpa Yupanqui, "padre del folklore", al que Rocha acompañó en sus últimos años."Conocí a Atahualpa Yupanqui en la zona en donde tuvo su última morada, que es Cerro Colorado, en la provincia de Córdoba. Ahí yo iba de pequeña a un lugar que tiene río, que tiene mucha agua, es muy caudaloso y ahí lo vi pasar a Atahualpa a caballo y alguien dijo: 'Ese es Atahualpa Yupanqui'. Yo tendría siete u ocho años", recordó Suna la primera vez que vio de lejos a quien sería su amigo, en una entrevista para el portal MiArgentina.Muchos años más tarde, el destino volvió a reunirlos. Atahualpa había enfermado y debió suspender una función en el Festival de Cosquín. Entonces Suna fue a visitarlo a un sanatorio de Córdoba y Atahualpa le dio su número de teléfono para volver a encontrarse. "Me dijo que cuando fuera a Buenos Aires lo llamara y que nos íbamos a juntar. Estuve varios días pensando y maquinando llamarlo pero no me animaba", siguió el relato la folklorista. Finalmente un día se animó, y de aquel primer encuentro en el barrio de Palermo nació la amistad que cultivaron hasta los últimos días de Don Ata."Yupanqui es un artista que impone cierto respeto, impone cierto temor por lo que se decía de su carácter, pero de cualquier manera un buen día lo llamé, fui a su casa en Palermo y tomamos el té, de manera que ahí fue nuestro primer encuentro. Después, la vida continuó, él me llamaba y yo lo llamaba y nos encontrábamos cerca de Sadaic, en un restaurante cercano, que era de Horacio Ferrer y Antonio Carrizo. A partir de ahí empecé a frecuentarlo cuando venía a la Argentina. Creo que el hecho de que él, de alguna manera, aceptara mi compañía, era porque también lo encontré en un momento de soledad, de enfermedad, de su vejez y verdaderamente me honró con su amistad. Yo siempre lo acompañaba a ver a algún compañero al teatro, íbamos en forma permanente a ver actos culturales, pero más era lo que vivía en Francia que lo que residía acá en la Argentina", recordaba Rocha aquellos encuentros que compartían cada vez que Yupanqui viajaba a la Argentina."Siempre digo que los españoles vinieron aquí a buscar el oro y se dejaron olvidada la copla, qué bueno para nosotros. Con Atahualpa hablábamos de la influencia del romancero español en nuestra poesía. Muchas veces él me decía algunas coplas que tenían que ver con el español y su semejanza con las coplas de aquí, muy parecidas o que tenían la misma intencionalidad. Alguna vez le dije una copla que me gustaba mucho: 'mi sombrero me ha cobrado la sombra que me ha servido, yo le he de hacer cargo del sudor que me ha bebido'. Y me pidió que se la reiterase porque aparentemente esa copla no tenía mucha influencia española", apuntó.Así, en cada oportunidad que se presentaba, Suna proclamaba sentirse honrada por la amistad de Atahualpa, un vínculo atravesado por las coplas y largas charlas que fueron cultivando con los años. A Suna le gusta hablar de su amistad con el "Tata", como ella lo llamaba, y se sentía privilegiada por compartir esas largas conversaciones con el autor de los mayores clásicos del folklore argentino, como "Luna tucumana", "Piedra y camino", "Guitarra dímelo tú", "Los ejes de mi carreta" y "El arriero", al que solía acompañar al aeropuerto de Ezeiza cada vez que regresaba a Francia."Un buen día me prometió que venía para mi cumpleaños y me preguntó si me gustaba el arroz con leche y canela, a lo que le contesté que sí, y me dijo que iba a venir antes del 28 de junio para ir a Cerro Colorado. Ahí íbamos a hacer arroz con leche con canela. 'Bueno Tata, lo espero', le dije. Y nunca más volvió. Volvió sí en un cajón. Fue velado en el Congreso de la Nación, que a mí se me ocurre que no le hubiese gustado que lo velaran allí y la verdad que sentí muchísimo su muerte, fue muy triste para mí ir a ese lugar a despedir a un amigo".El encanto por la llanura y el misterio de la guitarraAtahualpa Yupanqui (nombre artístico de Héctor Roberto Chavero), nació el 31 de enero de 1908 en Pergamino, y cuando cumplió 4 años se mudó junto a su familia al pueblito de Agustín Roca, en la provincia de Buenos Aires, más precisamente, a la estación del ferrocarril donde su padre, Demetrio Chavero, había sido asignado como segundo jefe. Allí vivió hasta los 13 años. Fue justamente en ese pueblito de la provincia de Buenos Aires donde descubrió su pasión por el canto de la llanura y el misterio de la guitarra, cuando las chatas llegaban hasta la estación con el cereal o la hacienda para mandar en ferrocarril a Buenos Aires. Entonces, al caer la noche, los que eran de cerca se volvían a sus casas, y los que eran de más lejos formaban un fogón, sacaban las guitarras y empezaban a cantar.Escribió Atahualpa en sus memorias: "Eran estilos de serenos compases, de un claro y nostálgico discurso, en el que cabían todas las palabras que inspiraba la llanura; su trebolar, su monte, el solitario ombú, y el galope de los potros, las cosas del amor ausente. Eran milongas pausadas en el tono de Do Mayor y Mi Menor, modos utilizados por los paisanos para decir las cosas, para narrar con tono lírico los sucesos de las pampas; el canto era la única voz en la llanura. Así, en infinitas tardes, fui penetrando en el canto de las llanuras, gracias a esos paisanos. Ellos fueron mis maestros, ellos y luego multitud de paisanos que la vida me fue arrimando con el tiempo. Cada cual tenía su estilo, cada cual expresaba tocando o cantando los asuntos que la pampa le dictaba (â?¦) Sin yo saberlo, en ese instante hechizado de la recuperación del canto, se estaba delineando en mí corazón el rumbo cabal de mi destino".Hasta la muerte de Yupanqui, el 22 de mayo de 1992, Suna y Atahualpa intercambiaron epístolas donde reflexionaban sobre el arte y la música, tal como puede leerse en una de las últimas cartas que él le envió a su amiga: "¿Cómo andas? Acabo de ir al cementerio de Montparnasse a llevar flores a los amigos que se fueron, Cortázar, Asturias, Baudelaire, y les dije en voz baja: 'espérenme'. Al final y al cabo, Suna, la vida es ese espacio extraño que uno elige aun sabiendo que morirá despedazado de amor y de silencio. Te deseo buenos trabajos y ten cuidado con esas tentaciones que ofrece el arte mendigado. Te recordaré como la changuita que vino a Buenos Aires a ver crecer y esquivar, coraje y prudencia. Te abraza, Atahualpa".
Según el creador de contenido que documentó esta extraña relación, los dos animales se criaron juntos
El testimonio del actor expuso cómo el lugar que solía brindarle alegría terminó siendo también escenario de angustia personal
El artista estadounidense fue nominado este año como revelación y ahora llegó por primera vez a la Argentina.El trapero argentino le hizo un remix y grabaron un dúo hace muy poco.
Esta es la historia de una película que marcó el final de una amistad. Son tres, en realidad, El tríptico de Mondongo, y se pueden ver de viernes a domingos en la terraza de Arthaus, donde también hay una exposición del dúo artístico. Rompe veinte años de relación entre el director, Mariano Llinás, y Juliana Laffitte y Manuel Mendanha. "Si ellos iban a la premier, yo me quedaba en casa", dice Llinás al teléfono con LA NACION. "No les dirijo la palabra". Anoche fue él solo al estreno porteño, aunque -vale hacer la salvedad- sus ex autorizaron a que se pasaran.El exorcismo de Martha Peluffo, la hechicera que embrujó a los artistas de Buenos AiresLa trilogía ya se proyectó en los festivales FIDMarseille, Viennale en Austria, Doc Lisboa, FICCALI y se exhibió en el MoMA de Nueva York, en el marco del Doc Fortnight 2025. "Preferimos no hablar. Es una obra de Llinás, más allá de que nosotros somos el tema", responde Laffitte. Las peleas están filmadas en la segunda parte, Retrato de Mondongo; hay reproches, gritosâ?¦ en el clímax del drama se escuchan golpes a puño cerrado. Después hay lágrimas, intentos de abrazos.Fueron cuatro años de rodaje. El tema podría ser el arte, el cine, o un cine del yo (si acaso no existe el término, como en la literatura, ya debería). El director no es un personaje más sino el protagonista, el guion se lee a la vez que suceden las escenas, el tema es el desacuerdo por su propio argumento. Hay conflicto. Es de agradecer que por fin el arte vuelva a ser motivo de discusión, que no esté todo bien siempre, que no dé igual cualquier cosa.Escribe Llinás en su computadora: "Todo retrato es a la vez un autorretrato". Y todo autorretrato deviene autodestrucción. Llinás no se maquilla, no disimula: es irritante cuando da órdenes a sus modelos, los pone en poses extenuantes, les propone situaciones límite. Es tan exagerado que parece parodiarse (discute de eso con un crítico de cine de la plataaforma Letterboxd). Se queja de que el encargo es una pesadilla.El encargo del director de Arthaus, Andrés Buhar, era un documental sobre la creación de El baptisterio de los colores, de Mondongo, una obra monumental que adquirió para su centro cultural y que ahora ocupa el último piso de Bartolomé Mitre 434, entre el interior y la exterior, en la terraza. Una estructura de cinco metros de diámetro que contiene 3276 bloques de plastilina de múltiples tonos, potenciados con un piso y un techo de espejos, construida en 2021 en la galería Barro. Buhar también compró a fines de 2024 la instalación Argentina (paisajes) en US$1.270.000.De la trilogía cinematográfica, solo la primera parte, El equilibrista (73 minutos), hace foco en este trabajo, con imágenes de su realización y una entrevista con la investigadora Graciela Siracusano sobre la materialidad de la obra. Siempre se vuelve a la computadora de Llinás, donde se leen también poemas que revelan lo que hay detrás. Esa primera parte, quizá la que cumple con el encargo, termina con los versos de El Equilibrista, donde Llinás vuelca sus preocupaciones en torno del arte y el dinero: "Somos todos fantoches haciendo monerías para un hombre poderoso", escribe. Van por la cuerda floja y de un lado está la ignominia, del otro la pobreza. Eligen la primera porque a la segunda ya la conocen, bromean. Termina cuestionando qué pasa si las casitas de plastilina de pobres terminan resplandeciendo en las casas de los ricos. En aquellas noches felices de vino y karaoke, el dinero y la ética eran tema de debates agitados. "Creeme no tenés la culpa, amiga (o ex amiga)", escribe el cineasta.Todo estalla en la segunda película, Retrato de Mondongo (124 minutos), con la propuesta de Llinás de grabar una Noche falsa, donde recreen pedazos de varias noches compartidas. Les cuesta esa ficción. Aparece el fastidio. El problema del retrato es del retratista, no del retratado, esgrime el director, que mucho antes fue sujeto de un cuadro de plastilina. Registra el taller y las mesas de trabajo de los artistas, porque ahí también están ellos. Y su propio escritorio y el desktop de su computadora (está escuchando al pianista canadiense Glenn Gould, pero también mirando una película pochoclera de extraterrestres en Netflix y el canal de YouTube de Franco Rinaldi). Pasa el retrato de esta cronista, también, cuando mira artículos que salieron en este diario, y esto ya es una Mamushka.Después Llinás propone entablar un duelo. Mondongo se inspiró en El arte del color de Johannes Itten para crear el Baptisterio. Llinás propone al comitente que la película sea un duelo entre el Baptisterio y su propia interpretación del libro. En el rodaje se van crispando los ánimos. Un comentario alcanza para que todo estalle. El cineasta cobra tres piñas. No hay imágenes, porque quien lo ajusticia es su propio socio de El Pampero Cine, el camarógrafo Agustín Mendilaharzu. El sonidista registra el clima. Gal Costa y el hombre del millón de amigos, Roberto Carlos, cantan una canción dulce, mientras se narra el verdadero duelo de retratados. "Me bajo", dice Juliana. Llinás derrama lágrimas. "Los amamos a los dos", dicen los Mondongo al cineasta y al camarógrafo. Todo eso, con la cámara encendida, se ve en la pantalla. El espectador queda como juez de si esta "película de mierda" valió la pena que costara una amistad, escribe Llinás, y abandona el grupo de WhatsApp que compartía con los artistas, titulado La Tempestad. "Nos tragó la tormenta", lamenta. Llinás salió del grupo."Es cierto. Sería monstruoso si fuera mentira. ¿Cómo vas a joder con eso?", responde Llinás a LA NACION ante la pregunta de si todo esto de la pelea es ficción o realidad. "Nos habíamos hecho muy amigos cuando trabajábamos en Malba, muy al comienzo, en la parte de cine. Tuvimos una primera discusión cuando Manuel me contó que iba a renunciar al museo para dedicarse al arte. Yo no estaba de acuerdo. No hay que laburar de artista; hay que laburar y ser artista, pensaba yo. No tenía razón. A partir de ahí se armó una relación muy intensa, hablábamos de eso en el sótano de su taller. Los problemas de crecer en el mercado, cómo llevar una vida honesta. Yo siento que ellos en algún momento tuvieron la fantasía de que yo quería hablar mal de ellos, y dejarlos como unos boludos o unos garcas, y ahí se perdió la confianza. Yo no quería dejarlos mal parados, pero quería hacer algo vibrante. Hay algo de lo que éramos que está en la película. Y también, está lo que no quieren mostrar, una oscuridad real, que para mí es valiosa. Es bueno lo que pasó, aunque es doloroso", cuenta Llinás.Como reflexión final, Llinás ensaya un retrato narrado en un poema. Evoca las noches de juventud de aparente juerga, que eran en realidad para él una ceremonia moral donde se preguntaban si estaban llevando bien las cosas, con valentía y dignidad, o si se habían vuelto de a poco "ese tipo de imbéciles que despreciaban, que de tanto que le soban el lomo acaban por creer que cualquier cosa que hagan, cualquier monería, es suficiente". "Ellos han dedicado sus días a tocar los corazones de la gente", escribe. Mantienen el fuego vivo.El tercer episodio, Kunst der Farbe (94 minutos) es una pieza solista: Llinás y su tratado del color a partir de Itten. "Restos dispersos de un experimento unilateral y fallido", titula. Un collage de fragmentos de música compuesta por Gabriel Chwojnik interpretada por un ensamble pasa por distintos tonos -azul cielo, rojo otoño, verde pasto, marrón vaca, y así-, análisis de las frecuencias de onda, escenas de Les vampires de Feuillade, pinturas, libros de arte. "Es festiva. Ahí ya me pelee, no los necesito para hacer cine. Hago cine. Es el triunfo del cine sobre las artes visuales. El cine es el arte visual por excelencia. Una especie de venganza. Gente que quiere hacer cine, se entrega y juega", dice Llinás. La actriz Pilar Gamboa interpreta a Laffitte a gusto de Llinás: son idénticas y actúa de Juliana mejor que la propia Juliana. Pero igual que ella, se fastidia con Llinás. Le da la razón a la artista. "Es irritante", le dice. Y Llinás insiste. Se parodia. El espectador dirá si valió la pena.Para agendarEl Tríptico de Mondongo se puede ver en funciones consecutivas, en Arthaus, Bartolomé Mitre 454, con el siguiente cronograma.El equilibrista: los viernes 21 y 28 de marzo; jueves 3 y viernes 11 de abril, siempre a las 20.Retrato de Mondongo: los sábados 22 y 29 de marzo, a las 19; el viernes 4 de abril, a las 20, y el sábado 12 de abril, a las 19.Kunst der Farbe: los domingos 23 y 30 de marzo, el sábado 5 y el domingo 13 de abril, siempre a las 19
El ex participante de Gran Hermano estuvo en Casino Resort, el ciclo de entrevistas de Infobae, donde habló sobre su reciente ruptura, explicó la decisión de emitir un comunicado y desmintió rumores de peleas. Además, destacó el vínculo que lo une a sus dos papás y recordó a su madre, quien falleció 10 días antes de su ingreso al reality
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Emilio Disi fue sinónimo de humor durante décadas. Se llamaba Emilio Roberto Parada y nació en Buenos Aires el 2 de enero de 1943. De chico se sintió atraído por el mundo del espectáculo porque su hermano mayor, Pepe Parada, que luego fue un reconocido representante de artistas, estaba dando sus primeros pasos como actor. Creció en San Cristóbal, en el seno de una familia humilde en la que su papá trabajaba como encargado de un edificio. A los 15 años le dijo a su hermano que quería ser actor y Pepe lo mandó a estudiar al Conservatorio porque si iba a ser actor, tenía que ser bueno. Sin embargo, Emilio consiguió trabajo en el Banco Hipotecario y durante un tiempo estuvo contento con esa decisión hasta entendió que su destino estaba sobre un escenario. Se inició en el café concert, muy de moda en esa época, y por entonces fue que cambió su nombre. No le gustaba que los amigos del barrio se refirieran a ellos como "Parada y Paradita", entonces agarró la guía telefónica y, al azar, eligió el nombre de una óptica, Disi, y así debutó en televisión en 1959 con el programa de David Stievel, Historia de jóvenes.En cine su primera oportunidad fue con un pequeño papel en Humo de marihuana, con Sergio Renán y Luca Demare, en 1968. Ese mismo año filmó Somos los mejores y al año siguiente, Fuiste mía un verano. Fue parte del elenco de clásicos en el teatro San Martín hasta que descubrió su veta cómica y ya no tuvo dudas. Luis Brandoni lo recomendó en la Comedia Nacional, con la que hizo varias obras.En los años 1970 filmó la película Golpes bajos y La aventura explosiva, y en los 80, protagonizó varios éxitos, entre ellos El telo y la tele, Brigada explosiva, con Moria Casán; Los bañeros más locos del mundo, con Gino Renni y Berugo Carámbula, Bañeros II, la playa loca, otra vez con Renni y Guillermo Francella, con quien volvió a hacer Los extermineitors, una parodia de Terminator que tuvo varias secuelas, aunque Disi no participó de las dos últimas por su distanciamiento con Francella. Con el tiempo limaron asperezas y volvieron a trabajar juntos.Luego hizo Todas las azafatas van al cielo, Bañeros III: todopoderosos, Brigada explosiva: misión pirata, La pelea de mi vida, Fermín, Muerte en Buenos Aires, Locos sueltos en el zoo, Soy tu karma y la última, en 2017, ¿Qué puede pasar?Un gran bromistaPaco Fernández de Rosa trabajó en muchas oportunidades con Disi. "Estábamos filmando Los pilotos más locos del mundo y ese día ya estábamos levantando campamento porque el sol estaba cayendo. En la última escena se suponía que caíamos con un paracaídas y entonces el Facha Martel y yo estábamos en una rama de un árbol altísimo, con los cordones de paracaídas a los lados, y desde abajo, la cámara nos tomaba. Parecía que estábamos colgados a muchos metros. Cuando terminamos, los vehículos en los que nos trasladábamos y el equipo técnico empezaron a irse, y el Facha y yo quedamos ahí arriba, bastante preocupados y pensando cómo se habían olvidado de nosotros. Ya casi no había luz de sol y no había manera de tirarnos de ahí porque no había ramas abajo que amortiguaran la caída. Estuvimos así unos 45 minutos y en un momento, vemos aparecer a Emilio abajo del árbol y gritándonos muerto de risa con Carlitos Mentasti su lado y la gente de producción. Nos habían hecho una broma [risas]. Pasamos un momento de terror, confieso. Así era Emilito, esa broma fue inventada, producida, realizada, dirigida por él".En televisión, y con su entonces esposa Doris del Valle, protagonizó el éxito Los Piedra Gómez, en 1980, y luego estuvo en ciclos como Alta comedia, Un departamento de comedia, Casi una pareja, La peluquería de Don Mateo, Stress, Pizza party, Peor es nada, el programa de Susana Giménez, Dos al toque, Brigada cola, Poliladron, Rompeportones, Petardos, Poné Francella, 099 Central, Dinamitados, Casados con hijos, El hombre de tu vida, Los únicos, La pelu y Los vecinos en guerra.Fernando Lúpiz trabajó en varias oportunidades con Disi. "Fue muy importante en mi vida trabajar con Emilio. Hicimos Dos al toque cuando él estaba todavía muy mal porque se había separado de Dorys. Fue un éxito y semillero de muchos actores como Leo Sbaraglia, Andrea Pietra, Diego Olivera, Fernán Mirás. Y después vino Brigada cola, muchas obras de teatro y siempre fue un caballero conmigo. Un día lo llevé en mi auto hasta el centro y antes de que se bajara, yo le dije que él tenía una carrera muy vasta y muy buena y que yo estaba empezando en comedia porque mayormente había hecho novelas hasta ese momento. Le propuse que nos cuidáramos mutuamente y Emilio me miro a los ojos y me dijo: 'te doy mi palabra'. A partir de entonces hicimos una dupla que funcionó muy bien durante años. Guardo su recuerdo con mucho cariño, fue un gran actor con quien trabaje cómodamente", le confió a LA NACIÓN."Lo voy a extrañar mucho"Durante varios años acompañó a Susana Giménez en su sketch "Susana Spadafucile", interpretando a Mariano Garipetti, su marido. Se hicieron grandes amigos, tanto que cuando Disi murió, el 14 de marzo de 2018, la diva dijo emocionada: "Emilio era parte de mi vida. Un compañero inigualable y un gran actor. Te hacía la vida fácil y alegre. Lo voy a extrañar mucho. Hace mucho que estaba mal. La última vez que lo vi fue en mi programa y él ya estaba enfermo. Verlo así era tremendo. Lo siento profundamente".Se había sumado al sketch de Susana en 1992 y fue tal el éxito que la dupla se prolongó durante varios años. En noviembre de 2017, se lo vio justamente en ese programa por última vez, Disi ya estaba muy desmejorado. "Me agarró una neumonía y tenía un dolor muy fuerte en la cintura, entonces no se sabía de dónde venía, me mandaron a hacer una tomografía computada y apareció un tumor maligno en el pulmón. Me armaron un tratamiento con tres sesiones de quimioterapia cada 21 días. No puedo explicar lo que se siente, te destroza, te agarran dolores insoportables de la cabeza a los pies, te arruina el físico. A mí me sacó el hambre por completo, bajé 15 kilos, me pongo comida en la boca y enseguida aparece el gusto a remedio porque tomo mucha medicación", contó el actor en ese momento. Sus grandes amoresFanático de Racing, Disi tuvo varios grandes amores. Se casó con Patricia Zelada, hija de la actriz Hilda Bernard, y fueron padres de Emiliano, su único hijo. A Dorys del Valle la conoció trabajando y lo hacían tan bien que siguieron haciéndolo en Un departamento de comedia, Casi una pareja, Stress, Sume y lleve. Además, juntos encabezaron varias temporadas de teatro en Mar del Plata e hicieron giras por todo el país. Se separaron en 1991, después de 18 años de matrimonio, en medio de un escándalo por infidelidad. "Con Dorys funcionamos como pareja actoral a pesar de algo gravísimo: yo tengo memoria visual, leo el libreto dos veces y chau. Conozco todo. Con Susana trabajamos así durante 14 años. Leíamos el libreto una vez y lo tirábamos. Pero Dorys tenía que pasar la letra 30 veces. Se mecanizaba, y la gracia se perdía", dijo alguna vez Disi.El motivo de esa escandalosa separación fue Elvira Ferrer, la mujer que lo acompañó hasta el final. Los inicios de esta relación fueron escandalosos porque, según se contó en su momento, el actor dejó a Del Valle por teléfono para irse con una amiga de ella. Y la amiga en cuestión era Elvira. La actriz lo acusó de llevarse todo, mientras que los amigos del actor contaron que se fue con lo puesto y que ellos debieron prestarle dinero durante algunos meses.También hubo otros escándalos y rumores de infidelidades, pero él ya no estaba presente para defenderse ni para decir nada.
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"No puedo creer esto pero Mel Gibson va a ser el responsable de mi caída". Así le describió a sus colegas su inminente despido Elizabeth G. Oyer, una abogada del departamento de justicia de los Estados Unidos. Hasta que fue echada la semana pasada, Oyer trabajaba en la comisión que se encargada de evaluar el otorgamiento de perdones y levantamiento de restricciones a personas acusadas de diferentes tipos de crímenes que ya hayan cumplido con su condena. Según le contó Oyer a The New York Times, su tarea en este caso involucró al actor y director de Hollywood y su pedido de que le fuera permitida la posesión legal de armas de fuego, un derecho que se le había suspendido en 2011, cuando fue condenado por un caso de violencia doméstica. Un estado de situación que Gibson intentó revertir en enero cuando su abogado envió una carta al departamento de justicia con el pedido, en el que argumentó que el actor y director había participado de muchas películas exitosas y que el presidente Trump lo había nombrado recientemente a través de sus redes junto a Sylvester Stallone y Jon Voight como su "embajador especial en el grandioso pero problemático lugar que es Hollywood, California"."Recibí el tuit al mismo tiempo que todos ustedes y estaba igual de sorprendido", aseguró Gibson en aquel momento al portal Entertainment Weekly cuando le preguntaron cómo se enteró de su flamante "puesto" en el próximo gobierno de los Estados Unidos. Pese a la sorpresa, la estrella de Hollywood aseguró que está listo para cumplir con sus deberes, sean los que sean. "Mi deber como ciudadano es brindar toda la ayuda y la información que pueda. ¿Existe alguna posibilidad de que el puesto venga con la residencia de un embajador?", bromeó el actor que días antes había perdido su casa en Malibú por el feroz incendio que arrasó con la zona. El vínculo de Gibson con el actual gobierno es conocido como confirmó el pasado fin de semana la foto que lo mostró en un evento de la U.F.C. (asociación de artes marciales mixtas) sentado junto a Kash Patel, el nuevo director del FBI.La misiva del abogado del actor y director de Corazón valiente explicaba que en los últimos años el intérprete había intentado comprar armas en varias ocasiones pero que no había podido hacerlo por su condena ocurrida en 2011 cuando Gibson fue juzgado por el tribunal superior de Los Ángeles por haber golpeado a su novia de entonces. Para que el ganador del Oscar evitara la cárcel por entonces sus representantes legales negociaron que fuera sentenciado a realizar servicio comunitario, a asistir a terapia y a que pagara multas.Las leyes federales de los Estados Unidos prohíben la posesión o compra de armas a quienes hayan sido condenados por la justicia por crímenes como la violencia doméstica. Aunque el departamento de justicia tiene la autoridad para restaurar ese derecho a individuos específicos en general es una tarea que no suelen emprender porque puede entorpecer ciertas decisiones que debe tomar el congreso. Sin embargo, según relata la abogada despedida, hace dos semanas sus jefes la incluyeron en un grupo de trabajo que debía generar una lista de candidatos a los que se les pudiera permitir la posesión de armas. Esa instrucción resultó en 95 personas que ella y su equipo consideraban merecedoras de ese privilegio, individuos cuyas condenas se remontaban a varias décadas atrás que habían solicitado el cambio, habían sido debidamente monitoreados y por ende tenían pocas probabilidades de reincidencia.En esa lista no figuraba Gibson. "Devolverle las armas a abusadores domésticos es un tema muy serio. Desde mi punto de vista no es algo que pueda recomendar livianamente porque hay consecuencias graves ya probadas cuando se le otorga el acceso a las armas a personas con ese historial de violencia", explicó Oyer en la entrevista con The New York Times. Allí también contó que días después de enviar el listado a sus superiores recibió una contestación y una solicitud inesperada: solo nueve de los casi cien candidatos presentados por su oficina fueron aprobados pero había un nuevo nombre que le pidieron incluir. "Queremos que consideres sumar a Mel Gibson a tu lista", decía el mensaje que recibió la abogada al que respondió por mail a sus superiores del departamento de justicia diciendo que no era una recomendación que pudiera hacer. A continuación recibió una llamada de uno de sus superiores que quería saber si su decisión era firme. Ante su respuesta afirmativa desde el departamento de justicia le explicaron que la relación personal del presidente Trump con Gibson debía ser razón suficiente para que ella diera esa recomendación y que darle redundaría en su propio beneficio."Esa noche no pegué un ojo. Para mí estaba claro que estaba en una posición en la que o comprometía mi punto de vista y mi ética o iba a ser excluida de ese tipo de conversaciones en el futuro", recordó la abogada cuyos colegas, a condición de mantener el anonimato, confirmaron lo sucedido. Finalmente, Oyer decidió escribir un memo dirigido a sus jefes en el que explicaba que ella no conocía los detalles del caso de Gibson con la suficiente profundidad como para recomendar que le devolvieran el derecho a comprar y poseer armas y que en todo caso debía ser el responsable del departamento de justicia el que lo autorizara, repitiendo que su posición era que no debía hacerse. Horas después de enviar el escrito fue despedida de su trabajo y aunque oficialmente no le confirmaron que fuera por su intervención en el caso de Gibson sí le dijeron que el departamento de justicia estaba ansioso por dar a conocer públicamente los nombres de quiénes recuperarán el derecho de comprar armas a pesar de haber sido condenados por la justicia en el pasado.
Un vínculo nacido en la London School of Economics en 1937 influenció decisiones clave que favorecieron intereses económicos extranjeros sobre la soberanía nacional peruana
Desde su primer encuentro en 1968 hasta sus colaboraciones en el cine, los dos actores han construido una relación basada en el respeto y el reconocimiento de sus talentos
El pasado 6 de enero el autor argentino recibió en España el prestigioso Premio Nadal, el mismo que en 1974 ganó Luis Gasulla con "Culminación de Montoya", en 1987 Juan José Saer con "La ocasión" y en 2019 Guillermo Martínez con "Los crímenes de Alicia". El relato es un retrato velado del padre del escritor, Marcial Fernández, pero también es el relato de una incomunicación entre padre e hijo, un secreto bien guardado y una obsesión. Leer más
En Desencriptados, la artista contó cómo conoció a su pareja y cuándo nació el amor entre ellos. También se refirió a los vínculos que decidió soltar para evitar relaciones tóxicas y brindó detalles sobre su próximo show
La novela ganó el premio Nadal y se presentó en las ciudades más importantes de España. La historia narra la búsqueda del protagonista por descifrar cabos sueltos de su padre para abordar su pérdida. Armar ese rompecabezas también es rearmarse a sí mismo. Leer más
La periodista mantuvo una buena relación con el creador de contenido durante su paso por el programa, sin embargo, se sorprendió ante la reacción que tuvo la novia de él y le envió un mensaje
Artur y Batish encabezan la grilla del festival Ultra Buenos Aires, que se hará en abril.Ya vinieron muchas veces al país, siempre con enorme éxito.
Un conflicto que comenzó por una disputa de ruido terminó en una demanda bajo la Ley de Vivienda Justa en un caso que argumentaba discriminación
En el tercer aniversario de la guerra en Ucrania, el gobierno de Javier Milei se abstuvo de votar en favor de una resolución de la Asamblea General para que Rusia retire las tropas del territorio ucraniano. Leer más
"She's the real boss". Un Javier Milei sonriente eligió esa frase ("ella es el verdadero jefe") para presentarle a Volodimir Zelensky a su hermana Karina. Era el 10 de diciembre de 2023 y el líder ucraniano había viajado especialmente a Buenos Aires para asistir a la asunción de un jefe de Estado que se había posicionado en público como férreo defensor de Ucrania en la guerra contra Rusia. Catorce meses, tres reuniones bilaterales y decenas de abrazos después el gobierno argentino encarnó un drástico giro en su política internacional, al abstenerse en las Naciones Unidas en el tratamiento de una resolución que exige a Rusia que retire "de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares" de Ucrania.Javier Milei le presentó a su hermana a Volodimir Zelensky con un frase en inglés: "She is the real boss"La alianza diplomática entre Milei y Zelensky empezó a forjarse aquel 10 de diciembre con señales políticas pero también personales (aunque ya habían hablado por teléfono el 22 de noviembre). El líder ucraniano se acercó hasta la escalinata del Congreso escuchar el primer discurso presidencial. Milei le retribuyó el gesto: lo saludó especialmente, le dio un abrazo y le dijo unas palabras al oído que lo emocionaron.Volvieron a abrazarse en la Casa Rosada frente a las cámaras. Después de las formalidades, se reunieron en el despacho presidencial. Milei le regaló una Januquiá, el tradicional candelabro judío de nueve brazos que se enciende durante la celebración de Janucá."Hoy participé en la toma de posesión de Javier Milei en Buenos Aires y felicité al nuevo Presidente. Este es un nuevo comienzo para Argentina y deseo que el presidente Milei y todo el pueblo argentino sorprendan al mundo con sus éxitos. También estoy seguro de que la cooperación bilateral entre Ucrania y Argentina seguirá ampliándose", posteó Zelensky al retirarse.Milei le transmitió la intención de apoyar a Ucrania en todos los foros internacionales -desde la ONU al G20- y convocar a una cumbre regional para explicitar el respaldo de América Latina a Ucrania.Si bien eso no terminó de cuajar, Milei decidió participar en la Cumbre por la Paz que convocó Zelensky el 15 de junio en Suiza. Allí dijo: "Quiero expresar en nombre del pueblo argentino nuestro máximo apoyo al pueblo de Ucrania, a nuestro amigo el presidente Zelenski, ya que como defensores de la idea de la libertad repudiamos cualquier forma de violencia, ya sea entre individuos, pero en particular repudiamos la guerra como mecanismo ilegítimo para dirimir los conflictos entre naciones".Planteó que su presencia en esa reunión buscaba mostrar "el gran giro" que estaba dando la Argentina "luego de décadas de darle la espalda al mundo".Milei y su par ucraniano volvieron a hablar, por teléfono, el 27 de diciembre cuando ya Donald Trump había ganado las elecciones en Estados Unidos. Según informó el propio Zelensky en sus redes sociales, se trató de una conversación "cálida y significativa", en la que le agradeció a Milei el apoyo a su país y al que deseó que Argentina conservara el "impulso positivo" en 2025.Apenas 48 horas después de la asunción de Trump, Milei y Zelensky volvieron a verse las caras, esta vez en el Foro de Davos. Alianza hasta que apareció Trump"El encuentro constituye un nuevo hito en el proceso de reinserción de la Argentina entre las naciones comprometidas con los valores de la libertad", dijo el gobierno argentino en un comunicado oficial.Ese texto destacó que "ambos jefes de Estado mantienen un sólido vínculo desde el 10 de diciembre de 2023, cuando el presidente ucraniano asistió a la asunción de Javier Milei". Y recuerda que en diciembre de 2024, en la charla telefónica "Zelensky le agradeció a su par argentino por el apoyo en el conflicto con Rusia y mostró su respaldo al programa de reformas de la administración argentina".Poco después llegó el bombazo político de Trump, que acusó a Zelensky de ser "un dictador" y "un comediante de mediano exito", "que debería actuar rápido o se quedará sin país".Milei no hizo comentarios sobre esa declaración, muy beneficiosa para la Rusia de Vladimir Putin y que puede resultar decisiva en el conflicto. Pese a no hablar, el giro de Milei se concretó en las Naciones Unidas, donde la Argentina tomó distancia de Ucrania con una abstención, al igual que Estados Unidos y otros 64 países.
El film narra el vínculo entre un hombre que luchaba por la eutanasia legal en Uruguay y un médico español especializado en cuidados paliativos. "Es una película de dos tipos que se hacen amigos", dice Juan Ponce de León, sobre una historia con un trasfondo doloroso, pero que no esquiva el humor en varios pasajes.
Vivieron un romance en 2008 que, tras su ruptura, evolucionó en una sólida amistad; su historia juntos cobra relevancia al recordar el vínculo especial que mantuvieron a lo largo de los años
Intimidad, complicidad, goce y alegría sin compromisos asfixiantes (aunque a veces hay amistades tóxicas, claro), son los predicados más hermosos del vínculo humano menos atado a las lógicas de mercado. ¿Nos pueden salvar les amigues de los pesares políticos que vivimos con este gobierno odiador? Nuestra filósofa punk reflexiona sobre este tipo de amor tan único.
Los perros son reconocidos en todo el mundo como animales sociables y afectuosos, capaces de generar vínculos profundos con las personas gracias a su lealtad y carácter. Sin embargo, su capacidad para establecer lazos no se limita únicamente a los humanos, sino que también pueden desarrollar conexiones inesperadas con otras especies. Un claro ejemplo de esto es la historia que se dio a conocer recientemente y que sorprendió a muchos: la entrañable amistad entre un golden retriever y una nutria, una relación fuera de lo común que conquistó los corazones de muchos usuarios de las redes sociales.Cabe destacar que los golden retriever son conocidos por su carácter dulce, su inteligencia y su disposición amigable, lo que los convierte en una de las razas más queridas en todo el mundo. Asimismo, su naturaleza juguetona y su instinto de compañerismo los hacen ideales no solo como mascotas familiares, sino también como perros de terapia y asistencia. Sin dudas, esta personalidad afectuosa podría explicar cómo el protagonista de esta historia logró entablar un lazo tan especial con una nutria, un animal que, en principio, no parecería un compañero habitual para un perro. Sin embargo, lejos de las diferencias entre ambas especies, estos dos animales demostraron que la amistad no entiende de barreras.El video en cuestión, que rápidamente se volvió viral en las redes sociales, muestra una escena tan inusual como enternecedora: el golden retriever nada tranquilamente en círculos mientras su pequeña amiga, la nutria, se mantiene cerca, como si estuviera lista para asistirlo ante cualquier dificultad. Además, la naturalidad con la que interactúan refleja la confianza y el vínculo especial que desarrollaron, y dejan en evidencia que la amistad entre animales puede sorprender y emocionar a cualquiera.Las reacciones de los usuarios al tierno videoSin lugar a dudas, estas imágenes no tardaron en viralizarse y dieron la vuelta al mundo. Los comentarios en redes se hicieron rápidamente presentes y destacaron lo especial de la conexión entre el golden retriever y la nutria, la cual parecía sacada de una película infantil, de esas que nos recuerdan el valor de la amistad y la importancia de los lazos que trascienden las diferencias.Muchas de las reacciones reflejaron la fascinación por la naturaleza y la nobleza de los animales. "Un labrador y una nutria, literalmente los dos seres más buena onda del planeta", comentó un usuario, mientras otro agregó: "Los animales y la naturaleza son la verdadera perfección del universo". También estuvieron quienes destacaron la emoción que les generó la escena: "Yo me derrito de amor" y "Es en lo único que creo, en los animales", fueron algunas de las respuestas más repetidas.El video despertó, por otro lado, reflexiones sobre la sabiduría y la lealtad del mundo animal. "Hermoso video, gracias por causarme algo de alegría al verlo", escribió una internauta y otra señaló: "Hermoso mundo animal, ¡mucho que aprender de ellos!". En ese mismo sentido, la admiración continuó con frases como: "Los animales son tan sabios y más nobles que nosotros" y "Cuanto más conozco a las personas, más creo en los animales".Por último, hubo quienes interpretaron la escena como una muestra del verdadero significado de compañerismo. "La amistad entre un perro y una nutria es el mejor tipo de diversión"; "Los buenos amigos se mantienen juntos en cualquier circunstancia o espacio" y "Qué hermosura, parece hasta un sueño", expresaron.
La 'Reina del Sur' reveló que ya no mantiene una relación cercana con la 'Blanca de Chucuito' luego de los comentarios que hizo sobre el supuesto amorío con el futbolista.
En un emotivo gesto en redes sociales, la intérprete de 'Rata de dos patas' celebró el cumpleaños de la colombiana, demostrando la conexión entre ambas figuras musicales
La tendencia en las redes ya no es buscar pareja, sino amigos. Mucha gente está abandonando las aplicaciones de citas; la mayoría porque perdió la fe en las aplicaciones, algunos porque perdieron la fe en las citas, otros porque ya no tienen fe en el amor. El periódico Business Insider infiere que esta es la tendencia detrás de la aparición de aplicaciones como 222, Bumble, Clockout, Timeleft y Pie, que ayudan a conocer personas afines a los propios intereses y a encontrarse con ellas en el mundo real. A practicar el viejo arte de no hacer nada en compañía de otra persona. El amor es más difícil, menos probable, más arriesgado. Hay mayores posibilidades de salir de allí con alguna clase de daño. Se muere de amor, pero no de amistad. Alguien con el corazón roto, en busca de un vínculo indoloro, va a refugiarse en uno de estos lugares de búsqueda de amistades. Pero cuidado: después del primer encuentro la aplicación exige que el otro usuario nos ponga un puntaje. Ã?Algo más...Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges sostenían que "la amistad es un sentimiento tanto más lúcido que el amor". Y Borges, un sujeto enamoradizo, explicaba que "la amistad no necesita frecuencia. El amor sí. (â?¦) El amor está lleno de ansiedades, de dudas. Un día de ausencia puede ser terrible".Ã?
El sector hotelero cuenta con protocolos para la seguridad de los usuarios
Estos mensajes pueden acompañar las publicaciones, estados o historias que las parejas realicen en esta fecha especial
Se espera que los restaurantes y hoteles estén saturados por esta fecha en todo el país
La dependencia también llevará a cabo su operativo "Día del Amor y la Amistad 2025â?³ y descuentos
Como cada 14 de febrero, las redes se llenan de memes que reflejan tanto el romanticismo como la soltería con un toque de humor
En el calendario peruano, este día especial no solo es sinónimo de afecto, sino también de hitos políticos, económicos y culturales.