En la primera jornada del Encuentro Urgente, organizado por el Ministerio de Cultura porteño y al cuidado de la periodista Silvia Mercado, el periodista de LA NACION y escritor Hugo Alconada Mon inauguró la primera edición del ciclo con la ponencia "Informar es formar", en la sala del primer piso de la Biblioteca Ricardo Güiraldes. Los periodistas Gabriel Michi y Norma Morandini, la escritora Josefina Delgado, la vocera del gobierno porteño, Laura Alonso; el secretario de Medios de la ciudad, Gustavo Gago, y la presidenta del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), Paula Moreno Román, entre otros, se ubicaron en primera fila para escuchar al autor del best seller Topos.El oasis espiritual que León XIV inauguró en Buenos Aires: 45 mil joyas antiguas para descubrir"¿Lo viejo funciona?", citó Alconada Mon la frase de la serie El Eternauta al preparar una "ayuda memoria" antes de comenzar."Formar es explicar, es educar, en un concepto que hoy parece un poco arcaico: el periodismo como servicio público. La pregunta del millón es si realmente lo somos", dijo. Reconoció que, "de manera creciente", hay una merma en la confianza pública y en la credibilidad de los periodistas. "Cada vez tenemos menos respaldo ciudadano y es por nuestra responsabilidad, pero también porque hay un trabajo sistemático, deliberado, de diferentes estamentos con poder para que eso también se agudice", agregó."Estamos bajo ataque como periodismo independiente y no es solamente acá", sostuvo antes de recordar al periodista estadounidense Martin Baron. En una sola fórmula resumió el libro de Baron, Frente al poder: "Estamos trabajando, no en guerra". El ataque a la prensa se da en un contexto global, dijo. "Tenemos a Donald Trump en Estados Unidos, a Viktor Orban en Hungría, a Bukele en El Salvador, tuvimos a Bolsonaro en Brasil, y a Javier Milei en la Argentina, y todos ellos retroalimentándose, incluso con los eslóganes", ilustró. Con ironía, puntualizó que Milei había adaptado el eslogan trumpista "No odiamos lo suficiente a los medios de comunicación", al reemplazar "medios" por "periodistas". "Prefirió meterse con los periodistas individuales, que son menos fuertes que los medios, pero en esto hay un copy paste entre los líderes de la nueva derecha", sostuvo."Esto conlleva que en cada uno de estos países haya ataques sistemáticos, coordinados, sobre el periodismo, pero no solamente sobre el periodismo", dijo, y dio como ejemplo de este desborde de autoridades y sus "huestes" en redes sociales lo que había ocurrido tras las declaraciones de Ricardo Darín sobre el precio de las empanadas. "Le cayeron por días, en un ejemplo de retroceso en la libertad de expresión en tiempos de democracia"."Yo tengo redes de contención de infinidad de colegas, pero además trabajo en un medio importante, con un equipo jurídico que me respalda, y de medios estadounidenses para los que trabajé, pero soy una excepción", contó, en alusión a las amenazas que recibió tras revelar el proyecto de la SIDE libertaria para hacer espionaje interno (prohibido por ley). Otros periodistas, "a diez kilómetros de la General Paz", no tienen la misma suerte, destacó.También recomendó la lectura del discurso del director de The New York Times, A. G. Sulzberger, donde la prensa se define como vehículo de un flujo noticias e información confiable, que fomenta el entendimiento mutuo, que plantea las preguntas difíciles y expone las verdades ocultas. "¿Estos cuatro postulados es lo que vemos en televisión, portales, medios gráficos?", preguntó. "El periodismo debe dar armas para que la ciudadanía haga responsables a los poderosos, que no son solo los políticos; hablo de poderosos en serio: empresarios, sindicalistas, religiosos, jueces", enumeró."Tenemos múltiples dudas y desafíos, algunos son por factores internos y otros, por factores externos -explicó-. Entre los externos, hay una crisis del modelo de negocios en los medios de comunicación, con caída de anunciantes y de ingresos; también tenemos los desafíos que nos presentan las empresas digitales, que reciben nuestro contenido gratis y ellos cobran la publicidad". También mencionó a las redes sociales, "que propagan las fake news mucho más rápido que los datos reales"."Y hay dos ejes adicionales: los cambios generacionales, los sub-30 se informan a través de TikTok, con todo lo que eso conlleva, todas las noticias son con 'trompita', y están los ataques de políticos y otros", listó.Entre los factores internos, mencionó la "obsesión por el infotainment" y el clickbait (en ese momento hizo un "experimento" con la asistencia). "Y tenemos la partidización, no es lo mismo ver C5N que La Nación+; la corrupción, que es galopante en nuestro oficio, tenemos los enormes conflictos de intereses, además de la autocensura y la dinámica de generar más polarización en vez de tender puentes, además de ignorancia y soberbia", señaló. En broma, Alconada Mon y Mercado lamentaron que sus hijos no comentaran sus trabajos periodísticos. "La única vez fue cuando fui al streaming de Tomás Rebord", recordó e imitó a los jóvenes de su familia, evidentemente fans del streamer."¿Cómo recuperamos ese sitial de esenciales a los ojos de la comunidad para dejar de ser irrelevantes? -se preguntó Alconada Mon-. Aprendiendo de los maestros como Marty Baron y otros; tenemos que elevar nuestros estándares, tenemos que ser más transparentes cuando informamos, de manera honesta, completa, diversa, imparcial, rigurosa, equilibrada e independiente", aconsejó.Mercado le preguntó por el futuro del periodismo en una época como la actual, donde se privilegian formatos que apelan a la "emoción rápida" y el entretenimiento. "Son nuevos canales de difusión que traen nuevas oportunidades", respondió el invitado, y relató su experiencia como autor que difunde sus libros en diferentes redes sociales (fiel a su estilo, dio porcentajes precisos).Sobre los agravios de Milei y los libertarios a los periodistas locales, consideró que le resultaba "notable" que las críticas se concentraran en líderes de opinión de medios que van "del centro a la derecha", como LA NACION, Clarín e Infobae. "Son aquellos que pueden complicarle el relato ante su electorado porque son los que lee su electorado", especificó.Al final de la charla, un asistente prestó su ejemplar de Topos -que narra la apasionante historia de una pareja de espías rusos radicada en el barrio de Belgrano- para que el autor y la curadora del ciclo pudieran tomarse una foto. Con esa imagen, el ciclo Urgente, que se extiende hasta el sábado, Día del Periodista, quedó formalmente inaugurado.Para agendarUrgente continúa viernes y sábado en la Biblioteca Ricardo Güiraldes (Talcahuano 1261), de 14 a 20. Más información en este enlace.
Lo solicitó el jefe del bloque Democracia para Siempre, Pablo Juliano, quien presentó un proyecto para convocar a Sergio Neiffert. Según explicó, "es necesario llevar tranquilidad a la población de que no existe un avance autoritario en el país". Leer más
Emilio Monzó, diputado nacional, reveló que fue víctima de dos episodios que, a su juicio, podrían guardar similitudes con el caso que denunció el periodista Hugo Alconada Mon. Contó que uno ocurrió en marzo del año pasado, cuando una persona intentó ingresar a su domicilio en la ciudad de Buenos Aires. El otro, más reciente, tuvo lugar en su despacho de la Cámara baja. Aunque evitó atribuir responsabilidades directas, el funcionario cuestionó el accionar de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y reclamó una reforma profunda del organismo.Monzó se refirió por primera vez públicamente a estos hechos durante una entrevista emitida esta noche por la señal A24, en la que expresó su preocupación por el rol que desempeñan los servicios de inteligencia en la actualidad. Las declaraciones se dieron horas después de que Hugo Alconada Mon, prosecretario de redacción del diario LA NACION, denunciara haber sido víctima de amenazas e intentos de hackeo tras publicar un informe sobre el nuevo Plan de Inteligencia Nacional."Es muy grave lo que denuncia Alconada. Está eso dando vuelta y digo por qué no la terminan. Me pasó a mí. No se vive bien. Yo vivo disociado de eso y si me están siguiendo me van a pescar en todo, porque si no me retiro", afirmó Monzó.El diputado de Encuentro Federal detalló que el intento de ingreso a su departamento ocurrió en marzo de 2024, pero que optó por no hacerlo público hasta ahora. "Fue en marzo del año pasado, me lo guardé. No sé quién fue, pero quisieron entrar con una escalera a mi departamento en Buenos Aires. Yo sigo para adelante, lo que sí es grave es que todos estemos dudando qué hace ese organismo", señaló en alusión a la SIDE.Consultado por Luis Novaresio sobre si sospechaba directamente de los servicios de inteligencia, Monzó respondió: "No lo sé, pero me gustaría aclararlo". Según relató, la persona que intentó ingresar al edificio tenía una llave y huyó al ser sorprendida por el encargado. "Por ahí era un chorro, pero me pasó con el despacho", agregó.Ese segundo hecho ocurrió hace poco más de un mes, en las oficinas de su bloque, ubicadas en la avenida Rivadavia al 1800, frente al Congreso. En ese caso, los atacantes forzaron puertas, desordenaron armarios y cajones, y sustrajeron una computadora perteneciente a una asesora. "No tengo miedo a eso, porque uno se siente tranquilo, pero que tus hijos vean que quieren entrar a tu casa y que después vean que ingresaron a la oficina del padre y destruyeron todo. No sé...", expresó el legislador.Monzó remarcó la necesidad de limitar el margen de acción de los organismos de inteligencia y reclamó una transformación estructural. "Macri lo había propuesto y tenemos que insistir: tiene que generar mayor transparencia o lo tenemos que eliminar y que se dedique a la inteligencia exterior", sostuvo.Además de referirse a su situación personal y al caso de Alconada Mon, Monzó cuestionó el rumbo político del gobierno nacional. "Claramente este es un Gobierno que pretende ser una tiranía", afirmó. A juicio del diputado, el oficialismo se conduce mediante lógicas autoritarias, y el estilo de confrontación permanente contribuye a debilitar el sistema democrático. "El insulto tiene que ver con esto: el tirano es el que insulta. Para personas como Milei, el otro no existe como tal", sentenció.
El diputado de Encuentro Federal cargó contra la SIDE: "Hay que generar mayor transparencia o eliminarla".También dijo que el Gobierno de Javier Milei "pretende ser una tiranía" y aseguró que el PRO y La Cámpora "van rumbo a la extinción".
El legislador se sumó a los dichos del periodista, quien dijo que fue amenazado y que intentaron hackearle sus cuentas luego de su revelación sobre la SIDE. "Si no se genera mayor transparencia sobre el organismo hay que eliminarlo", disparó. Leer más
El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) respaldó al periodista de LA NACION Hugo Alconada Mon tras las amenazas y el intento de hackeo que sufrió luego de la publicación de una nota de su autoría en la que se revelaron detalles del Plan de Inteligencia Nacional aprobado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). La entidad periodística manifestó su "absoluto repudio", les reclamó a las autoridades nacionales que "llamen a la cordura a sus seguidores" y exigió una investigación judicial "exhaustiva" de los hechos.En un comunicado, Fopea advirtió sobre "el posible espionaje a periodistas" y denunció "el hostigamiento a Hugo Alconada Mon (LA NACION)". Tras resaltar que el prosecretario de Redacción de este diario reveló que lo establecido en el Programa de Inteligencia Nacional "podría dar lugar al seguimiento de periodistas", Fopea manifestó "su absoluto repudio a la campaña de hostigamiento y al ciberacoso que padece Alconada Mon desde este domingo, luego de haberse publicado el artículo al respecto". #FOPEALibertadDeExpresión ð???FOPEA advierte sobre posible espionaje a periodistas y denuncia el hostigamiento a Alconada Monð??£ El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) expresa su preocupación y rechaza el contenido del Programa de Inteligencia Nacional, cuya redacción podría ð??? pic.twitter.com/nXLvz3Sje8— FOPEA (@FOPEA) May 26, 2025"Fopea, también, reclama a las autoridades nacionales que llamen a la cordura a sus seguidores, y a la Justicia una investigación exhaustiva de los ataques informáticos de los que fue víctima el periodista del diario LA NACION", se subrayó en el comunicado de la entidad periodística.En el documento que difundió, la institución sostuvo que, desde la publicación de la nota sobre el plan de la SIDE, "Alconada Mon sufre una intensificación de las amenazas y del hostigamiento en línea, mensajes replicados incluso por el propio presidente de la Nación", lo que "se complementa con un hecho aún más grave: ataques cibernéticos coordinados con la intención de acceder a sus cuentas personales"."La situación se vuelve aún más preocupante si se tiene en cuenta que, desde el retorno de la democracia en la Argentina, la actuación de los servicios de inteligencia estuvo siempre signada por la polémica y las denuncias de utilización política y espionaje interno. En este caso, los intentos de delitos informáticos padecidos por Alconada Mon evidencian un agravante de las violaciones a las libertades de expresión y de prensa garantizadas por la Constitución", se remarcó en el comunicado de Fopea."Con urgencia, Fopea reclama el cese del acoso y exige una investigación exhaustiva que dé con los responsables materiales e intelectuales de estos intentos de espionaje, cuyo único objetivo es obstaculizar la libertad de los periodistas para trabajar, investigar y difundir información, lo que limita el derecho a la información de la ciudadanía", se concluyó en el texto de la entidad.También respaldó al periodista la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que reclamó a que se investigue el hecho. ð??´ð??£Condenamos las amenazas e intentos de tomar control de las cuentas de WhatsApp y X del periodista @halconada de @lanacion en #Argentina tras denuncia sobre espionaje. Instamos a las autoridades a investigar el hecho en forma exhaustiva.https://t.co/WIWneYIi6q— SIP â?¢ IAPA (@sip_oficial) May 26, 2025Tras la nota que publicó Alconada Mon en LA NACION, en la que reveló que el plan de la inteligencia nacional incluía como sujetos de interés a quienes "manipulen la opinión pública" durante los procesos electorales, propaguen la "desinformación" o "erosionen" la confianza en los funcionarios públicos, llegaron al periodista las amenazas y los intentos de hackeo. En total, se produjeron diez incursiones con el objetivo de tomar el control de su cuenta de WhatsApp, un intento de apropiarse de su perfil de X (ex-Twitter). Recibió insultos y amenazas en su teléfono celular desde cuatro números telefónicos distintos, y fue registrado con su nombre en una página pornográfica.El espacio Encuentro Radical también se solidarizó con el periodista. "Encuentro Radical expresa su total solidaridad con el amenazado gran periodista Hugo Alconada Mon, a la vez que repudia y rechaza la violencia en todas sus formas, especialmente a la que viene desde el poder. No a la violencia de Estado", expresó la agrupación en un texto que lleva las firmas de Juan Antonio Portesi y Carlos Areta Lamas.
El periodista de La Nación denunció intentos de hackeo de sus cuentas de Whatsapp y X. Fue horas después de publicar detalles sobre el nuevo plan de la Secretaría de Inteligencia de Estado para analizar a quienes puedan "manipular" la opinión pública. Leer más
El gobierno de Javier Milei evitó expedirse hoy sobre las amenazas y repetidos intentos de hackeo contra las cuentas de WhastApp y la red social X del periodista de LA NACION Hugo Alconada Mon, quien reveló el domingo en una investigación periodística que la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) aprobó un Plan de Inteligencia Nacional en el que abrió la puerta para reunir y analizar información sobre periodistas, economistas y otros "actores" que puedan "erosionar" la confianza en funcionarios del Gobierno o "manipular" la opinión pública. La Casa Rosada intentó desmentir la información a través de un comunicado en el que negó que se utilice la SIDE para perseguir opositores, periodistas o adversarios político. Rechazó, además, lo que llamó "las versiones periodísticas" sobre el Plan de Inteligencia, pero no aportó precisión alguna. El Presidente, además, culpó a al 90% del "periodismo" de ser "los mayores creadores de noticias falsas en la historia de la humanidad".Desde la secretaría de Prensa, que encabeza Manuel Adorni, dejaron en claro que no emitirían opinión sobre las amenazas e intentos de hackeo. La diputada libertaria y presidenta de la comisión de Libertad de Expresión, Emilia Orozco, pidió a LA NACION más detalles sobre el asunto antes de emitir una opinión, algo que al cierre de esta nota no había concretado. Tampoco contestó el senador libertario Ezequiel Atauche (LLA-Jujuy), integrante de la comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión de la Cámara alta.Según contó Alconada Mon en su artículo, el Plan de Inteligencia Nacional (PIN) es un documento secreto que desarrolló la cúpula de la SIDE bajo el liderazgo Sergio Neiffert, quien tiene un vínculo estrecho con el asesor presidencial y líder de las Fuerzas del Cielo Santiago Caputo. En ese plan se desgrana cuáles son los intereses estratégicos del país para, a partir de allí, trazar los objetivos generales de inteligencia y, a continuación, enumerar las eventuales acciones particulares a desarrollar para cumplirlas. Y las enumera, a lo largo de un texto de 170 páginas llenos de generalidades, zonas grises y ambigüedades.Así, por ejemplo, la SIDE dispone de la facultad de recabar información de todos aquellos que busquen "erosionar" la confianza de la opinión pública sobre los funcionarios que están a cargo de velar por la seguridad de la Nación, sin precisar si alude a agentes de otras naciones o a expertos, periodistas y ciudadanos que cuestionen los operativos de la ministra Patricia Bullrich para evitar los cortes de tránsito frente al Congreso durante las marchas a los jubilados.El PIN, que entró en vigencia con el actual Gobierno también fija como prioridad velar por los "recursos naturales estratégicos" de la Argentina, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo -incluido el de "raigambre anarquista"-, el escenario antártico, las Malvinas y otras islas del Atlántico Sur y las "tecnologías de frontera" como 5G y 6G, por ejemplo, pero también reafirma la decisión del presidente Milei de darle prioridad absoluta al alineamiento total con Estados Unidos e Israel, países a los que se identifica y fija como norte dentro del documento.La Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Inteligencia tiene en estudio desde noviembre de 2024 ese documento, trazado por el jefe de los espías, a cuya copia accedió este diario y luego verificó en su autenticidad con dos fuentes independientes entre sí."Este es el primer gobierno en décadas que ha tomado la decisión política de no utilizar la SIDE para perseguir opositores, periodistas o adversarios políticos", sostiene el comunicado oficial de la Oficina del Presidente en respuesta a la investigación de Alconada Mon. En el último de los tres párrafos del comunicado del Gobierno se hace mención a que el Plan de Inteligencia Nacional es de carácter secreto, sólo para consumo de los funcionarios del área y de los legisladores que integran la comisión bicameral.El mensaje, difundido ayer en la red X, fue replicado por el propio jefe del Estado a través de su cuenta personal en la red social acompañado del siguiente texto: "EL PERIODISMO (90%). Los mayores creadores de noticias falsas en la historia de la humanidad. Fin (SIC)", cerró el Presidente.
El periodista de La Nación afirmó que hubo 10 intentos para tomar el control de su WhatsApp y otro contra su cuenta en X.El domingo contó un plan del organismo de inteligencia para perseguir periodistas y economistas. El Gobierno salió a negarlo.
Horas después de revelar que la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) aprobó un Plan de Inteligencia Nacional en el que abrió la puerta para reunir y analizar información sobre periodistas, economistas y otros "actores" que puedan "erosionar" la confianza en funcionarios del Gobierno o "manipular" la opinión pública, el periodista Hugo Alconada Mon afrontó un ataque sistemático y coordinado para hackear sus cuentas y amedrentarlo.El ataque abarcó diez intentos para tomar el control de la cuenta de WhatsApp del periodista, como también un intento de ingresar a su cuenta en la red social X, además de enviarle insultos y amenazas a su teléfono celular desde cuatro números telefónicos distintos, y registrarlo con su nombre en una página pornográfica.El intento de hackeo comenzó a las 20.57 de ayer, domingo, cuando llegó a la cuenta de WhatsApp de Alconada Mon un mensaje desde una supuesta cuenta de "WhatsApp Business" creada en 2022, vinculada a un número de teléfono registrado en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.Dicho mensaje incluía un código de 5 cifras que era, en teoría, de "verificación". Al parecer, estaba destinado a tomar el control de la cuenta de WhatsApp de Alconada Mon, prosecretario de Redacción de LA NACION. A partir de allí, y hasta las 21.02 se registraron otros nueve intentos por hackear su cuenta de WhatsApp con los consiguientes envíos de sucesivos códigos de verificación.Cuatro minutos después del último (y fallido) intento por hackear su cuenta de WhatsApp, comenzó el siguiente ataque. Alconada Mon recibió un correo electrónico en su casilla del diario preguntándole si quería restablecer la contraseña de su cuenta en la red social X, algo que el periodista no había pedido. Es decir, que el mismo u otro agresor intentó tomar el control de su cuenta en la red social X.La siguiente fase del ataque se produjo a las 23.06, cuando Alconada Mon recibió un correo electrónico en su casilla del diario que incluía un código para activar la cuenta que alguien registró a su nombre en una página pornográfica, a lo cual siguieron mensajes por WhatsApp con insultos y amenazas desde cuatro números distintos.El primer mensaje al WhatsApp del periodista llegó a las 23.52 desde un número ignoto con prefijo 02317, asignado a distintas localidades del interior de la provincia de Buenos Aires, como 9 de Julio, French y Dennehy, entre otros.A esa primera agresión le siguieron tres: a las 00.06 del lunes desde un número de la ciudad de Buenos Aires, seguido de inmediato por otro desde un número con prefijo 03731, que corresponde a la localidad de Las Breñas, en la provincia de Chaco, que estaría a nombre de un tal "Braian Cardozo", y a las 00.20 desde otro número desconocido, con prefijo porteño.Alconada Mon reveló este domingo que el Plan de Inteligencia Nacional aprobado por la SIDE define como sujeto de interés a todos aquellos que "manipulen a la opinión pública" durante procesos electorales, propaguen la "desinformación", "erosionen" la confianza en los funcionarios públicos que están a cargo de velar por la seguridad de la nación o comprometan el plan económico. La Oficina del Presidente respondió con un comunicado -retuiteado por Javier Milei- en el que negó que utilicen la SIDE para perseguir opositores, periodistas o adversarios político. Rechazó lo que llamó "las versiones periodísticas" sobre el Plan de Inteligencia, pero no aportó precisión alguna. El Presidente, además, culpó a al 90% del "periodismo" de ser "los mayores creadores de noticias falsas en la historia de la humanidad".Otros casosLas características del ataque a Alconada Mon y el contenido de los mensajes muestran similitudes con las que afrontaron distintas personas que mantuvieron discrepancias con el Gobierno o con referentes de La Libertad Avanza. Entre ellos, la legisladora bonaerense Constanza Moragues y la joven militante Mila Zurbiggen, ambas adherentes al ideario libertario, o el empresario Edgardo Alessio y la astróloga Ayelén Romano, entre otros.Todos ellos, cabe remarcar, relataron que afrontaron el mismo tipo de acoso virtual en sus redes sociales, sus teléfonos o, incluso, en sus domicilios particulares, además de padecer lo que se denomina "doxeo". Es decir, recopilar y publicar información personal de alguien o de un grupo, sin su consentimiento, con el objetivo de dañar su trayectoria pública y profesional.
El periodista se refirió a los ataques del Presidente contra los periodistas y consideró que se trata de una estrategia deliberada copiada de Donald Trump. Leer más
El 1° de agosto de 2024, una imagen recorrió el mundo: de un lado, un matrimonio y sus dos hijos, los cuatro recién llegados a Moscú; del otro, Vladimir Putin -con esa expresión indescifrable a la que ya nos tiene acostumbrados- los recibía con ramos de flores. Los recién llegados viajaban con pasaporte argentino. Los niños habían nacido en Buenos Aires pero los padres, no: eran espías rusos y entre 2009 y 2022 habían vivido, sin despertar sospechas, en nuestro país. Nada que envidiar a la serie The Americans. Casi dos años antes, cuando ya circulaba la información sobre dos personas con nacionalidad argentina detenidas en Eslovenia (en los prolegómenos del que sería el mayor intercambio de espías después de la Guerra Fría), un periodista de LA NACION se puso a seguir el caso. "Hay un libro ahí", le dijo Luciana Vázquez, colega que leía una a una las notas que iba publicando. El periodista dudaba: faltaban datos, documentos, elementos de un rompecabezas con demasiadas piezas sueltas. Un día, combinó una reunión con una fuente del área de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad. Bar Bidou de la calle Lavalle, trajín porteño y cuatro horas de charla que cambiaron todo. Hugo Alconada Mon -el periodista en cuestión- salió de ese encuentro con la certeza de que, ahora sí, tenía un libro entre manos. Y no cualquier libro: una historia de falsificación de identidades, antenas nada inocentes instaladas en terrazas porteñas, mensajes encriptados, rivalidad entre el SVR (el servicio de inteligencia ruso en el extranjero), la CIA y el MI6, circulación de información y llamadas decisivas, en horas cruciales, desde los teléfonos más poderosos del planeta. El libro se llama Topos y se presenta mañana, a las 19, en la sala José Hernández de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires. Alconada Mon, autor tanto de libros de investigación periodística como de novelas, en este caso eligió no alejarse ni un centímetro de los hechos, pero contarlos con la agilidad del relato de peripecias. "Esta historia es un ejemplo perfecto de que la realidad supera la ficción", dice. Y su entusiasmo es tan real como increíble la historia que logró reconstruir. -Hace rato que tus investigaciones se meten con el tema del espionaje argentino. ¿Qué encontraste de distinto en este caso?-Es como comparar la Champions League con la Liga Barrial. Vos tenés a servicios como la CIA, el MI6, el BND alemán, el Mossad, los iraníes, los eslovenos, que están hablando de espionaje internacional, cuestiones energéticas, "agentes" y "topos" en distintas partes del mundo, inteligencia sobre patentes comerciales o la guerra en Ucrania. Mientras tanto, los espías locales están mirándose el ombligo, con peleas intestinas o espiando a políticos, periodistas, sacerdotes, sindicalistas. Tanto durante el kirchnerismo como durante el macrismo e incluso ahora con el gobierno de Milei. Te doy un ejemplo puntual. En 2017, este matrimonio ruso ya estaba en la Argentina y hasta fue a votar en las elecciones nacionales. Ese mismo año, la SIDE desarrolla el grupo Súper Mario Bros para espiar a Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal y otros políticos, obispos, sindicalistas y periodistas como yo. En vez de estar buscando espías rusos o de cualquier otro país, me estaban buscando a mí para ver cuáles eran mis fuentes. Esto está verificado por la Justicia federal. Y al mismo tiempo, hay que reconocer que el área de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad fue la que desde 2022 encontró muchísima información sobre estos espías, que sirvió para condenarlos en Eslovenia.A fondo - El casamiento de los espias rusos - APERTURa-En el libro hay una suerte de glosario del espionaje: "handlers", "ilegales", "durmientes"â?¦ ¿Te resultó muy nuevo?-Algunas aristas, sí. El funcionamiento del SVR, el servicio de inteligencia ruso en el extranjero, me impresionó mucho. Ese tipo de trabajo de los "ilegales" [espías que no están oficialmente reconocidos por sus embajadas] comenzó hace 100 años. O sea, es otra dimensión. Cuando la revolución bolchevique tumbó a los zares y la nueva Rusia no era reconocida por los poderes establecidos occidentales, ellos no podían montar un servicio de espionaje a través de sus embajadas porque sus embajadas no estaban reconocidas. Ahí es donde empezaron a desarrollar el lado B, podríamos decir el "espía blue" [sonríe]. Mientras tanto, nosotros estamos en el corto plazo. Y ellos están "sembrando" espías que por ahí van a mantener "durmiendo" durante años. -Personas que fingen ser otras para intervenir en algo que quizás nunca se produzca. Algo así les pasó a los protagonistas de tu historia, ¿no? El objetivo era hacer inteligencia en Eslovenia con la cobertura de las identidades argentinas, pero los descubrieron antes. -En el caso de estos espías en particular, los dos son rusos. Él viene de una pequeña aldea ubicada 1500 km al este de Moscú. Se va a estudiar a la cuarta ciudad de Rusia, Ekaterimburgo. Ahí es donde lo reclutan, por lo que lo hemos logrado reconstruir. Conoce después a su pareja, también espía, en un entrenamiento en contraterrorismo. Un romántico [sonríe]. A los tres meses se casan. Esto es en 2004: empiezan un proceso de entrenamiento que toma años, porque tenés que aprender a hablar, moverte y vestirte como occidental; desarrollan algo así como distintas pieles. Yo les encontré al menos cuatro pieles, no sé si serán más, pero cada piel implica estudiar nombres, apellidos, fechas, nombres de padres, lugares donde te criaste, hospitales, bares, música, recetas de cocinaâ?¦ Porque si vos decís que sos austríaco, tenés que responder cualquier pregunta que te hagan como austríaco. Ellos vienen a la Argentina en 2009, están acá con dos identidades distintas entre 2009 y 2022, aunque ya entre 2017 y 2018 empiezan a viajar a Eslovenia, donde finalmente se instalan. Son detenidos en Eslovenia en 2022 y en 2024 participan en el intercambio más grande de espías desde el final de la Guerra Fría. Durante 20 años estuvieron moviéndose con identidades distintas. Son dos décadas de tu vida en las que tenés una careta delante del rostro.-¿Hubo algo que, en lo personal, te haya impresionado más?-Los chicos. Mentirles a los propios hijos [los chicos, nacidos en Buenos Aires y criados como argentinos, descubrieron que sus padres eran rusos recién cuando la familia viajó a Moscú, en 2024]. Que los hijos sean daños colaterales, que eventualmente puedan sufrir un impacto psicológico mayúsculo... Porque uno les podría decir a esos padres: "Ustedes están convencidos en su servicio a una patria de que lo que están haciendo es lo correcto, y están dispuestos a asumir algunos riesgos por eso. Pero están metiendo en el baile a los chicos". Eso me impresionó y fue un factor muy fuerte de interés mientras hacía la cobertura para el diario. Me preguntaba: ¿Qué pasa con estos chicos? ¿Dónde están? ¿Qué está haciendo la Cancillería argentina? Porque, cuando los eslovenos capturaron a los padres, los chicos fueron a un orfanato. Dos argentinos nativos menores de edad quedaron en un orfanato esloveno.-Cerca de Ucrania, en una zona que se ponía cada vez más complicada. -Estuvieron alojados en un orfanato con chicos que venían de la guerra en Ucrania, que contaban cómo se habían tenido que ir de su país y que criticaban e insultaban a los rusos. Mientras estaban en el orfanato, los rusos eran los malos. Y de repente, una vez que la familia vuelve a reunirse, los padres les dicen: "Somos rusos". Ufâ?¦-Difícil imaginar ese momento. -Mi mujer, que es psicóloga, me decía: "Depende de cómo lo procesen". Es lo que se llama la resignificación de lo que has vivido. Si lo resignifican diciendo "mis padres son héroes que hicieron lo mejor por la patria", es un camino. Otro muy distinto es si dicen: "Estoy lidiando con unos mentirosos que me pusieron en riesgo". -De todos modos, se intuye que, si hubo un factor real en toda esta historia, es el vínculo amoroso entre los padres. La decisión de tener hijos probablemente estuvo ligada a eso.-Me quedó esa sensación, sí, por múltiples indicios de que los chicos fueron fruto de amor, que habían sido buscados y que habían traído alegría a ese hogar. Madres del colegio con las cuales hablé te decían cómo interactuaban esos padres con las criaturas. Los que atendieron los partos los recuerdan felices, emocionados. Pero la otra pregunta es: ¿Qué estaban preparando? ¿La siguiente generación de espías? Porque ¿cuál es el espía ideal? La siguiente generación, con pasaporte argentino, nacidos en la Argentina, que luego viven en Europa como occidentales, pero que están al servicio de Moscú. -¿Los chicos podían ser hijos deseados y, a la vez, recursos para las tareas de espionaje? -En Buenos Aires, ellos vivían en O'Higgins 2191. Anotaron a sus hijos en el colegio St. Matthew's, un colegio privado bilingüe, a unas nueve cuadras de su casa. A tres cuadras tenían la escuela Normal número 10, Juan Bautista Alberdi. Una buena escuela. ¿Por qué no la eligieron? Vamos a hacer una presunción. ¿Dónde podés tener mejores contactos? ¿En una escuela pública o en una escuela privada bilingüe? Y esto no es una presunción o estereotipo argentino, porque hicieron lo mismo en Eslovenia. Los llevaron a la mejor escuela, en Ljubljana, la capital eslovena, donde iban hijos de diplomáticos, hijos de políticos. De hecho, ella había empezado a hacer tareas de espionaje allá sobre el titular de la Agencia Europea de Energía, cuyos hijos iban a esa escuela. -Vuelvo a la terminología. En el libro se describe el trabajo con el que estos espías se armaron una "leyenda". ¿Es un término usual en el mundo del espionaje? -En inglés se habla de leyenda, sí. Para nosotros una palabra más apropiada sería "fachada". Montar una fachada. Es decir, construir una biografía "oficial" en un país intermedio, para después utilizarla en tu destino final, tu país objetivo. Antes de llegar a ese país objetivo, tenés que conseguir el documento, el pasaporte, estudiar, eventualmente casarte, eventualmente votar y hasta tener chicos en ese país intermedio donde construís tu "leyenda". El país intermedio de ellos fue la Argentina; el objetivo, Eslovenia, por el acceso que les brindaba a toda Europa. Imaginate: mientras construían su "leyenda" acá y conseguían la ciudadanía argentina, no escuchaban música o la radio de su país, no veían la tele, no leían la prensa, no cocinaban la comida de su infancia, no esto, no lo otro... Él se hacía pasar por un ciudadano austríaco nacido en Namibia de madre argentina. Ella decía que era mexicana, nacida en Grecia. Nunca se les escapó una palabra en ruso. A ella, ni siquiera en los partos. -Son unos niveles superlativos de autodisciplina â?¦ ¿En algún momento te sentiste identificado? Alconada Mon lanza una carcajada. Hace minutos nomás les había mostrado, a la cronista y al fotógrafo, algunas de las cajas donde guarda sus materiales de investigación. Envases de cartón, impecables, donde reposan, también impecables, carpetas ordenadas alfabéticamente con apuntes, datos, documentos.Hay que tener método, eje interno. Saber que hay un tiempo para la familia, un tiempo para la lectura, otro para el entrenamiento físico y otro para el trabajo. Y forjarse una enorme capacidad para, regularmente, decir que "no" a las distracciones, encerrarse y abordar la escritura con voluntad samurái. La de Alconada Mon es una sobriedad amable; autodisciplina férrea y sonrisa en los labios. Desde hace años, bajo el teclado de su computadora, lo acompañan las ilustraciones de The Art of GyShiDo: una propuesta -simpática y con toques pop- que promueve cierta ética de la concentración. Organización férrea: mientras comenzaba a investigar el caso de los espías rusos, daba los toques finales a su novela La cacería de Hierro. Mientras investigaba cuestiones de la coyuntura actual como el caso $Libra, se impuso el organigrama que le permitió terminar Topos en tiempo récord. Tras el libro, horas de trabajo y el reconocimiento que el periodista hace al sostén amoroso de los suyos. Y cajas de cartón con el nombre de los espías rusos Artem y Anna Dultsev -Ludwig Gisch y María Rosa Mayer Munos en sus pasaportes argentinos-, padres de Danielito y Sophie, de 10 y 12 años respectivamente.-¿Nunca hubo una fisura en el relato de Artem y Anna? -Ellos todavía estaban acá cuando comenzó la guerra con Ucrania. Había llegado la hora de ir a Eslovenia, y sabían que iban a entrar en zona de máximo riesgo. Lo que habrá sido subir a ese aviónâ?¦ decir: "Estamos yendo al matadero y estamos poniendo en riesgo a los chicos. Abrochate el cinturón". Yo pensaba en eso cuando conseguí los registros de sus tarjetas de crédito y encontré las compras en el Duty Free antes de ese vuelo de Ezeiza a Eslovenia. Cremas faciales, chocolates para los pibes, perfumes [sonríe]. ¡Es buenísimo! Debían tener pánico a que los detengan, peroâ?¦ la carnadura humana. Sos espía, pero sos humano. Te das el gustito, te comprás algo en el Duty Free. Sos disciplinado, pero no sos un robot. -Si te ponés en su lugar, es terrible que se les haya arruinado el objetivo tan rápido. -¡Después de 15 años de trabajo! Yo tengo la sospecha de que ellos no cometieron el error. Hay dos grandes hipótesis de por qué fallaron. La primera, que hubo un traidor, que alguien los entregó. Y la segunda, que los servicios occidentales seguían a otro espía, ella se reunió con ese espía y los servicios plantearon: "¿Y esta quién es?". La CIA o el MI6 son los que avisaron a la inteligencia eslovena, que empezó a tirar de la cuerda.-¿Cómo evitar que se les mezcle la identidad real con la "leyenda"?-Buenoâ?¦ Imaginate que sos un espía ilegal con otra identidad y te morís, te van a enterrar con esa otra identidad y nadie te va a ir a llorar. Porque a los ilegales rusos los rige el lema "Sin derecho a la gloria, para gloria de la nación". Hay un personaje en particular que a mí me atrajo mucho, es de un episodio previo al de la historia de estos espías. Se llama Juan Lázaro. Un ruso que se hizo pasar por uruguayo, se casó con una peruana y se fue a vivir a Estados Unidos, su país objetivo. Pasó como 25 años allá. Finalmente, lo detienen y lo devuelven a Rusia en un intercambio de prisioneros. Y él, estando en Rusia, dice: "Esta ya no es mi Rusia; prefiero volver donde estaba". Pide autorización y sus jefes lo dejan volver a Perú. Porque después de 25 años él tenía más cercanía con su mujer peruana y con las costumbres peruanas que con la Rusia que dejó atrás. También pasa con los chicos, que es lo que más me impactó en la historia de Topos. Los padres son rusos, están convencidos de lo que hacen, pero crían a sus hijos como argentinos. Cuando fue el Mundial de Rusia viajaron los cuatro; los padres eran rusos disfrazados de argentinos, que sabían que era un disfraz. Fueron al partido de Argentina contra Croacia en Nizhny Nóvgorod, porque ella es oriunda de allí. Fueron como argentinos, tenían una gran coartada para reunirse con su jefe, intercambiar información, y después verse con su familia. Pero los chicos fueron al partido como argentinos; Argentina perdió 3 a 0, y ellos lloraron como argentinos. Entonces, vos sos ruso, estás haciendo todo lo que hacés por la patria y te encontrás con que tu hija llora por otro país. Es extraño. -En otro orden: escribiste La cacería de Hierro en torno a la figura de Juan Vucetich. Y acá no te privás de hacerle un homenaje. -Es exactamente así [risas]. Es que mucha biometría, que si el iris, que si el ADN y todo eso, pero el día decisivo para ellos fue cuando Eslovenia cotejó huellas dactilares. Los eslovenos pidieron huellas dactilares a Interpol Rusia, luego a la Argentina, compararon. Y alcoyana, alcoyana. Se terminó la discusión. Cuando vi eso, todavía estaba escribiendo La cacería de Hierro y me empecé a reír a carcajadas. Después, cuando trabajo en este libro, hago un guiño, escribí que "Vucetich se debe estar revolviendo en la tumba" como diciendo: "¿por qué no empezaron por ahí?" -En un pasaje te referís irónicamente a cierta "convención de Ginebra de los espías". ¿Son como un mundo paralelo?-Sí, claro, con códigos propios. Pero acá lo más potente es que todo pasó. Vos decís: "Esto es una locura". Pero pasó, no hay ficción. En esa línea, tenés el intercambio de espías. Hubo negociaciones entre Washington y Moscú, que implicaron reuniones en distintas capitales del Medio Oriente. Para hacer el intercambio, que incluyó a 16 personas, los trajeron de Estados Unidos, de Alemania, de Bielorrusia, de Eslovenia, y empezaron a confluir todos en la zona VIP del aeropuerto de Ankara en Turquía. Lo perimetraron para que nadie se metiera, y ahí llevaron a gente esposada de manos y pies, con cascos de combate y chalecos antibalas: en medio de la pista de aterrizaje se hizo el intercambio. Los subieron a micros para meterlos en aviones que volaron a su vez a Washington y a Moscú. De película.-Y mientras tanto, cantidad de personas en el limbo, porque tampoco es que la negociación salió tan fácil. -Tanto que criticamos a los políticos, y acá hubo un punto a favor de Joe Biden. Y mirá que lo critico bastante a Biden. Pero terminó siendo el que destrabó la negociación final. Estaba enfermo de Covid y hace la llamada decisiva el mismo día en el cual decide bajarse de la carrera por su reelección. Tenés que tener cabeza para en ese momento, golpeado en la salud y golpeado anímicamente porque te estás bajando de la vida pública como presidente de los Estados Unidos, y aún con todo eso, levantás el teléfono para destrabar una negociación y decirle a otro presidente: "Necesito que me entregues a este tipo".-El poder asumiendo su lugar de responsabilidad.-Y mientras ocurrían todas estas jugadas de alto nivel internacional, teníamos a los espías locales mirándose el ombligo. No tenían la más mínima idea de lo que estaba pasando.-Pareciera que la inteligencia de los distintos países sigue metodologías similares. ¿También esa visión tan a largo plazo de la inteligencia rusa?-Depende. Lo que pasa es que hay distintos límites morales y legales. Oficialmente algunos servicios de inteligencia no cruzan determinadas líneas. Hay una primera división entre los espías legales y los ilegales. Los legales portan nombres y nacionalidades reales. Pueden trabajar como agregado comercial, agregado económico, agregado de prensa, agregado cultural de una embajada. Si los agarran haciendo alguna macana, como tienen pasaporte diplomático y su identidad es la verdadera, lo máximo que puede pasar es que los expulsen del país, que les digan: "Andate". Después está el otro, el ilegal, que está con otra identidad, otra nacionalidad y sin cobertura diplomática. Si lo agarran haciendo macanas, va preso. Hay países que tienen estos espías que se denominan ilegales y países que no los tienen. Y después hay algunos híbridos. Los estadounidenses tienen a los non covered: por ejemplo, alguien que en teoría es fotógrafo de una ONG en Medio Oriente, y en la práctica está espiando. -Hablamos de Biden hace un rato. Él tenía información bastante precisa sobre la inminente invasión rusa a Ucrania. Evidentemente, se la proveían sus agentes. Ahí este tipo de actividad cobra sentido. -Claro, los servicios de inteligencia tienen que estar. Ni siquiera son un mal necesario, son una necesidad. Por caso, la Argentina ya vivió dos atentados, en 1992 y en 1994, y tiene varias fronteras porosas. Son al menos dos o tres puntos de riesgo. Ejemplo: la Triple Frontera. Ejemplo: la Hidrovía. Entonces, si vos sabés que tenés la comunidad judía más grande de América Latina y ya tuviste dos antecedentes sangrientos, tu obligación moral y de seguridad nacional es velar por que no haya un tercer atentado. Obviamente, no podés ir a la Triple Frontera, y decir: "Hola, ¿qué tal? Soy policía. ¿Acá hay alguien interesado en hacer un atentado?". Podés ir incluso como argentino a esa zona y empezar a presentarte como comerciante, eventualmente podés tener allá una persona con otra identidad, eventualmente de otro país, a la que reclutaste y que te va a ir entregando información a los fines de preservar tu seguridad interior. Eso es necesario, hay que hacerlo. Lo mismo si tenés una red de pederastas que escapó de la Argentina. Tenés que salir a buscarlos. Podés tener alguien en el exterior que te dice: "Esa persona que estamos buscando está en este país, hagan el pedido de captura". Hacés ese pedido formal, apoyado en los datos extraoficiales que juntaste. Ahora que están llegando a la Argentina algunos de los clanes criminales brasileños más sangrientos, ¿qué hacés? ¿Te sentás a esperar o empezás a actuar? Ahí es donde debe funcionar el área de inteligencia criminal.
Con la llegada del 2025 LA NACION estrenó un nuevo ciclo de entrevistas al que bautizó De Autor. A la fecha cuenta con tres notas en formato audiovisual realizadas a prestigiosos periodistas que, además de ser ampliamente reconocidos por sus publicaciones en el diario, recientemente editaron libros en torno a los cuales gira cada entrega de esta saga.Los protagonistas de las entrevistas son Hugo Alconada Mon, autor de "La cacería de Hierro"; Jorge Fernández Díaz, de "Cora"; y Jorge Liotti, de "La última encrucijada". Las primeras dos obras son novelas -una histórica y otra detectivesca-, mientras que el libro del último periodista es una "fotografía" del momento histórico que derivó en la llegada de Javier Milei a la presidencia de la Argentina, según describe el propio Liotti.A continuación, un recorrido por las principales temáticas abordadas en las tres entrevistas del ciclo De Autor, exclusivo para suscriptores de LA NACION:"Vucetich tenía orejas en su escritorio" y otros hallazgos sorprendentes de Alconada MonPublicada en 2024, "La cacería de Hierro" es la segunda novela de Hugo Alconada Mon y tiene como figura central al argentino que implementó el sistema dactiloscópico, Juan Vucetich. En este relato, la historia se mezcla con la ficción para dar nacimiento a un caso policial que mantiene al lector en un ida y vuelta permanente entre lo real y lo ficticio.En la entrevista que brindó para el ciclo De Autor, Alconada Mon revela cómo fue el proceso de creación de la obra, qué vínculos existen entre el periodismo y la escritura y por qué esta última le proporciona un "disfrute" que sus investigaciones no. También comparte diferentes hallazgos a los que arribó durante el armado de la novela, como la singular "colección de orejas" de Vucetich.La advertencia de Liotti sobre las "dos luces amarillas" que se encienden en el tablero del Gobierno2023 fue el año en el que Jorge Liotti publicó su primer libro: "La última encrucijada". Fue en la previa de las elecciones en las que salió victorioso el presidente argentino, Javier Milei. En su obra, el periodista da cuenta de la crisis "por acumulación" a la que llegó el país por corresponsabilidad de diversos actores y se pregunta si la Argentina puede retomar el camino del que se desvió alguna vez, o si definitivamente alcanzó un punto de no retorno.En esta entrevista para el ciclo De Autor, Liotti no solo cuenta qué lo motivó a escribir su libro, sino que analiza el período posterior a su trabajo, evalúa el primer año de gestión del Presidente y la coyuntura actual. También ahonda sobre el "déficit de liderazgos" que observa en la política y advierte sobre las "dos luces amarillas" que se encienden en el tablero del Gobierno con miras al futuro.Fernández Díaz: "Es toda una tradición en la Argentina usar a los servicios de inteligencia"Autor de reconocidas novelas de detectives, Jorge Fernández Díaz publicó en 2024 "Cora", motivado por su curiosidad sobre cómo sería una investigadora mujer. El personaje principal y homónimo de esta obra es descrito por el autor como una "detective de los sentimientos".En esta charla exclusiva para el ciclo De Autor, Fernández Díaz revela dónde nació "Cora" y los desafíos que trajo aparejados la creación de este personaje y de la obra en general, que aspira a sorprender al lector cada tres páginas. Asimismo, da detalles de su estrecha relación con el mundo de los detectives, se refiere al espionaje en la Argentina y a su especial vínculo con las mujeres.Accedé a las entrevistas completas de Hugo Alconada Mon, Jorge Liotti y Jorge Fernández Díaz a través de este enlace.