La Argentina no puede seguir postergando su inserción al mundo. Pero para eso necesita algo más que reformas económicas: requiere visión estratégica, acuerdos políticos y fortalecer su red de instituciones. Ese fue el diagnóstico que empresarios, economistas y analistas políticos trazaron durante el encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE)."Vivimos tiempos de cambios profundos que naturalmente nos generan incertidumbre y muchas veces la incertidumbre nos adentra en sentimientos negativos. Queremos hacer un llamado a transformar esa incertidumbre y tomar el futuro en nuestras manos. Ya que después de muchos años de frustraciones, tenemos la oportunidad de construir una Argentina mejor", aseguró Víctor Valle, CEO de Google Argentina y presidente del encuentro.Por su parte, Silvia Bulla, presidente de ACDE, reforzó la necesidad del diálogo e hizo un llamado al Gobierno. "Estamos hoy ante una oportunidad histórica de construir un país más próspero y justo. El país va ordenándose en un mundo que se desordena. No podemos estar al margen de lo que sucede en el mundo. Debemos seguir en un camino de análisis de las diferentes situaciones y, por supuesto, de acuerdo a las reformas necesarias para que las turbulencias nos afecten lo menos posible en el orden macroeconómico", dijo.Asimismo, puntualizó la necesidad de contar con instituciones sólidas, con diálogo y también con políticas de Estado. "El superávit fiscal es fundamental. Es un punto de partida, necesario para lograr que sea sostenible a través de acuerdos estables. Pedimos al Presidente, a los gobernantes, a la oposición y al oficialismo que reconstruyamos una cultura de diálogo e intercambio con respeto. Advertimos como mal de nuestro tiempo la continuidad de la confrontación, de las agresiones en el debate público, de la falta de unidad y de integración".A la caza de inversionesLa necesidad de convertirse en un destino atractivo para las inversiones sobrevoló la mayoría de los paneles. "La Argentina tiene un enorme desafío por delante: necesita inversiones, ordenar su macroeconomía e insertarse en el mundo. Tenemos una economía subinvertida, con una tasa de inversión de un 14% del PBI, cuando en Latinoamérica la cifra ronda el 22% y en el mundo se ubica arriba del 25%", advirtió analista internacional Marcelo Elizondo.El economista explicó que el mundo atraviesa tres grandes transformaciones en simultáneo: una reconfiguración geopolítica -marcada por el reacomodamiento de las potencias y los roles que juegan entre ellas, y por el debilitamiento de la política fronteras adentro-; una revolución tecnológica que atraviesa todos los sectores productivos -en la que los datos pasaron a ser el principal insumo para la generación de valor-; y un cambio en el poder real, con empresas que hoy compiten con muchos estados."Las grandes empresas pasaron a tener un poder extraordinario que trasciende el mero rol de la generación de valor a través de la prestación de bienes y servicios. Las empresas crean nuevas realidades y hoy ofrecen más soluciones que la propia política, lo cual genera una crisis en este ámbito. En muchos casos, compiten en el poder contra los propios países: algunas tienen valuaciones bursátiles superiores a los PBI de diferentes países del mundo", sintetizó.En ese contexto global en disputa -precisó- la Argentina tiene oportunidades para integrarse al mundo, pero necesita recuperar el atractivo. "Tenemos un stock de US$150.000 millones de inversión extranjera directa en el país. La cifra no es solo menor a la que tienen Brasil (US$300.000 millones) y México (que supera los US$600.000 millones), sino incluso a la de países con economías más pequeñas, como Chile y Perú. Este proceso de transformación tiene riesgos, pero también enormes oportunidades. Y en ese escenario estamos todos, inclusive la Argentina, que por mucho tiempo estuvo descalzada de los cambios mundiales, pero que ahora está moviéndose y acoplándose", enfatizó. Sectores como la agroindustria, la energía, los recursos minerales y la economía del conocimiento fueron señalados como claves.A su turno, Francisco de Santibañes, presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, destacó que la Argentina necesita un empresariado más activo en su internacionalización. "Las empresas tienen que liderar la inserción argentina en el plano económico. Para ello, es muy importante el diálogo y saber cuáles son las líneas rojas de países como Estados Unidos, con los que compartimos intereses en temas estratégicos; pero no por eso tenemos que dejar la relación con otros países, porque de eso depende el desarrollo. Quizás el tema más importante es nuestra región: el nivel de deterioro de la relación con Brasil", remarcó.Para el analista político Sergio Berensztein, parte del problema es preguntarse cómo superar los problemas, en lugar de plantearse un objetivo realizable y ver cómo alcanzarlo. En esa línea, el analista político propuso una meta concreta: proyectar el país de acá a 2053 y setear el objetivo de triplicar el ingreso per cápita. "Es ambicioso, pero también razonable en un país con nuestro potencial. La única manera de terminar con la pobreza es generando un shock de riqueza y distribuyéndola", apuntó.Según su análisis, la Argentina tiene hoy tres pilares sobre los que construir ese futuro. Por un lado, señaló la institucionalidad: "El 75% de la población cree que la democracia es el único sistema". Por el otro lado, apuntó el consenso en términos del ordenamiento macroeconómico: "Finalmente comprendimos que el sentido común, la razonabilidad y el orden, fundamentalmente en materia fiscal y macroeconómica, son condiciones necesarias -no suficientes- para construir un país. Según los principales estudios de opinión pública, todavía la sociedad argentina valora el esfuerzo fiscal realizado por un gobierno que realmente abrazó este objetivo, pagando un costo político significativo". Y a esto le sumó una demanda social persistente por la igualdad, "en un momento donde hay una especie de ola de polarización ideológica, y hay elementos que intoxican el debate público". La seguridad se coló en el debateLa defensa y la seguridad también aparecieron sobre la mesa. "La Argentina viene desinvirtiendo en defensa desde hace décadas. No tener hoy unas Fuerzas Armadas capacitadas y con tecnología es una irresponsabilidad. Debemos tener como prioridad planificar, profesionalizar y modernizar a nuestras Fuerzas Armadas", dijo Berensztein. De Santibañes remarcó que en el escenario internacional, signado por múltiples conflictos y una competencia abierta entre China y Estados Unidos, el rol de la defensa se vuelve estratégico. "Uno no sabe qué puede pasar en el futuro. Necesitamos Fuerzas Armadas y eso no es tanto armamento -que se puede conseguir-, sino un cuerpo de oficiales; lo importante es preparar los recursos humanos a futuro. Eso tiene que ver también con diplomáticos argentinos, capaces, formados y valorados, que juegan un rol también en la implementación de la estrategia y en el asesoramiento", consideró.Por su parte, Berensztein señaló la probabilidad de que el mundo vaya hacia una lógica bipolar y enfatizó: "Tenemos que darle la derecha al Gobierno de haber modificado la política exterior del país. Nos alineamos a una de las dos potencias [Estados Unidos], pero gran parte del intercambio comercial está del otro [China]. Esto requiere mucha capacidad para desarrollar estrategias que con cierta ambigüedad que permitan satisfacer ambos requisitos. Hace falta madurez política y profesionales de primer nivel trabajando en áreas críticas, principalmente en Cancillería".
Empresarios y expertos analizaron los desafíos tecnológicos y geopolíticos con eje en el desarrollo de las personas y la responsabilidad empresarial
En la cena anual de los empresarios católicos, el establishment insistió con la fortaleza institucional. Expectativa por cambios en el programa económico pos elecciones y un grupo que ahora elogia las formas de Javier Milei, que "se parecen a las de Jesús". Leer más
Con el título "Forjadores de un nuevo mundo. La persona, principio y fin del desarrollo", la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) celebrará el martes 1° y miércoles 2 de julio su 28° encuentro anual, en el que pondrá sobre la mesa temáticas candentes como la importancia de las instituciones en el desarrollo económico, el proceso de cambio que atraviesa la Argentina y el rol del ser humano frente a la revolución de la inteligencia artificial. La agenda del encuentro incluirá la participación en la apertura del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, y luego recorrerá en las distintas mesas disparadores como las tendencias globales y el desafío del ser humano en tiempos de cambio, la Argentina del futuro en un escenario mundial incierto y la institución como camino hacia un desarrollo sostenible. Entre los expositores, estarán presentes la diputada española del Partido Popular Cayetana Álvarez de Toledo, el investigador de la Universidad Austral Mariano Asla y los analistas Sergio Berensztein y Marcelo Elizondo, además de ejecutivos de empresas. Habrá, también, un espacio para analizar casos exitosos de interacción público-privada, como el de la ciudad de Tandil, y de aporte al crecimiento, como los de las cámaras fintech y de economía del conocimiento."Lo que queremos lograr con este encuentro, primero, es un espacio de reflexión, irnos enriquecidos. Después, generar comunidad, porque todos los que se acercan están buscando una forma diferente de hacer negocios. Que cada uno se vaya al menos con un compromiso de cambiar su metro cuadrado", afirma Víctor Valle, presidente del 28° encuentro y CEO de la filial local de Google, aunque todos los miembros de ACDE participan de manera individual en la entidad fundada por el empresario Enrique Shaw en 1952. "Hay que involucrarse en lo que pasa si uno quiere cambiar la realidad", acota Silvia Bulla, presidente de la institución y con una trayectoria ejecutiva de 35 años en Dupont, Danisco e IFF (International Flavors & Fragances), donde llegó también a CEO.-El planteo sobre la importancia de las instituciones es una bandera histórica de ACDE. ¿Cuál será el mensaje que buscarán transmitir esta vez?-(Víctor Valle): Si queremos ser un país maduro, tenemos que tener instituciones maduras. Cuando estábamos preparando el encuentro surgió un concepto que está bueno, el de instituciones inclusivas e instituciones extractivas. Puede haber instituciones extractivas, que sacan recursos sin traer un valor de vuelta. El objetivo es generar instituciones inclusivas, que abran espacios de diálogo.-(Silvia Bulla): En el tema institucional hemos levantado la voz varias veces, porque es fundamental. El país no puede tomar la oportunidad que tiene hoy sin una base institucional. Cuando las empresas tienen que decidir en qué país invierten, el menú es amplio. Para preservar la inversión y hacer planes a largo plazo necesitan solidez institucional. De hecho, hemos levantado la mano cuando creímos que había una amenaza clara a las instituciones.-¿En qué casos?-Hoy seguimos pensando que Ficha Limpia hubiera sido una gran oportunidad para el país. También mostramos preocupación por el tema de la Corte Suprema, con [el intento de nombramiento como miembro del tribunal del juez Ariel] Lijo. Primero lo hicimos por nuestra parte y después adherimos a un comunicado con otras cámaras empresarias con las que compartimos valores, como Amcham y el Colegio de Abogados. El tema institucional nos preocupa porque el ambiente empresarial tiene la posibilidad de avanzar con las inversiones que necesitamos para que haya mucho más empleo.-¿Creen que el empresariado debería elevar aún más la voz para que haya estabilidad en las reglas de juego?-(SB): Creo que hay que mantener el reclamo. Es un tema continuo en las organizaciones. De hecho, el Foro de Convergencia Empresarial, cuando se creó [en 2013], ya lo tenía muy claro. -¿Y en cuanto a la necesidad de consensos para que se concreten las reformas? ¿Qué puede aportar ahí el empresariado?-(SB): Creo que algunas cosas se han concretado en el último tiempo, pero seguimos con un listado de cosas que queremos. El Gobierno encaró una serie de reformas, algunas alineadas con nuestro pensamiento, como bajar la inflación, pero no todas pudieron llevarse a la práctica aún. El tema impositivo es clave: lo que diferencia la competitividad de un país a otro son los impuestos. Sigue siendo necesario que el Gobierno impulse esas reformas para que podamos ser un país más competitivo y que el talento que tenemos -que es mucho- pueda mostrarse. (VV): Las instituciones cumplen un rol importante en generar una visión de largo plazo. Creo que no somos conscientes de lo que pueden lograr 10 años de trabajo constante y con un propósito. Puede cambiar un país, y no lo hemos tenido. Salir de la impaciencia del corto plazo. Eso es lo que permite la estabilidad. Hay que generar esa visión a 10 años. Tenemos vecinos que lo han hecho, ¿por qué nosotros no? Cuando miramos a Uruguay, a Chile, tienen instituciones que han permanecido décadas y que les permiten a los empresarios apostar sin esperar un retorno a los dos años, sino a más plazo. Eso demanda diálogo y consenso social de todos los sectores. Las empresas son una parte, pero no el único que tiene que llegar a consensuar eso.-¿Vamos en ese camino, creen?-(SB): Creo que es una aspiración más que una lectura de la realidad todavía. Es una aspiración que eso ocurra. Creemos que la Argentina no puede convivir con estas situaciones de división que nos impiden ponernos de acuerdo sobre las grandes cuestiones, como la educación, la baja de la pobreza y el empleo.(VV): Para poder superar la división el trabajo empieza por uno mismo. Es uno mismo el que tiene que generar el diálogo, cada actor social. Tenemos por delante una posibilidad concreta de prosperidad como en muchas décadas no hemos tenido. Las herramientas, las palancas para el desarrollo están en nuestras manos. Al menos desde que yo nací, no hubo estas condiciones.-Se refiere a las exportaciones de Vaca Muerta y la mineríaâ?¦-Sí, son sectores que pueden ayudarnos a superar este stop and go [frenar y arrancar]. Con eso no va a alcanzar, hay que generar un país para los próximos 50 o 100 años. Pero como punto de partida es muchísimo. Después hay que hacer las cosas. Ahí el rol de las instituciones es clave.-Volviendo a las urgencias, ¿el tema impositivo figura al tope?-(SB): No, lo institucional también, y esperemos que no se convierta en urgencia. La reforma impositiva es muy importante, como prestarle atención a los emprendedores, liberar la fuerza productiva del país. El empleo es también una preocupación porque hablamos de salir de la pobreza, pero podría pasar el camino inverso. Cómo generar oportunidades y apoyar a los sectores que pueden crear trabajo. Está el caso de los servicios ligados a la tecnología, la economía del conocimiento genera muchísimos empleos en todo el país y hay que sostenerlos. También pensar en otros sectores que son generadores de trabajo, porque Vaca Muerta y la minería están localizadas y no son una solución para todo el país.-¿La reforma laboral es imprescindible en ese sentido?-(SB): Hay varias reformas que están dando vueltas -la reforma laboral, la previsional- que requieren análisis y consensos, escuchar a distintos sectores. No es solo una fórmula matemática porque hay mucha gente en el medio, muchos proyectos de vida. -Hay advertencias sobre la velocidad del cambio que está viviendo la economía argentina, en la que la destrucción de puestos de trabajo puede ser más rápida que la creación si no se equilibra la falta de competitividad con baja de impuestos y reformasâ?¦-(VV): Hay que consensuar las reformas y las miradas. Que todos veamos que estamos en una transición, pero existe un norte, un lugar de llegada. No será eterno. Pensar que será fácil es muy simplista. Madurar como país a una economía abierta, competitiva, tiene su cuota de esfuerzo muy importante. Lo bueno es que tenemos industrias que nos permitirán llegar a ese desarrollo. -Desde su rol en multinacionales, ¿cuál es la mirada en el exterior sobre la Argentina hoy?-(SB): Hay dos miradas. La primera es muy positiva, por cómo están las variables y de dónde venimos. Pero también hay una segunda mirada de preocupación por la competitividad del país. Si miran para atrás, cuando era imposible planificar, hoy ven una situación mejor. También atrae interés la figura del presidente Milei en las empresas. Cuando hacen un doble click, quieren saber cómo se posiciona la Argentina para ser competitiva y que producir en el país valga la pena. (VV): Hay una mirada más positiva y tenemos que hacer un trabajo para posicionar a la Argentina en el mundo. Cambiar la mirada va a llevar tiempo. Se logra mostrando resultados concretos paso a paso y siendo consistentes en el camino, sin volantazos. Eso va a generar tarde o temprano más prosperidad.-El Papa advirtió recientemente que "la identidad humana corre riesgos" y "la persona no es un sistema de algoritmos". ¿Qué desafíos plantea el avance de la inteligencia artificial?-(VV): El empresario tiene un deber en la búsqueda de la eficiencia y como país tenemos que ser competitivos e incorporar tecnología. En cada decisión que tome, el empresario debe pensar si lo que hace dignifica o no a las personas. Debe haber un momento de reflexión. Queremos fomentar eso. La tecnología puede ayudar a elevar al ser humano, pero para eso debe estar formado y preparado, para que la tecnología sea una garrocha y no una muleta.
La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) lanzó oficialmente la convocatoria para la 15ª edición del Premio Enrique Shaw, un reconocimiento destinado a destacar a las firmas que promueven proyectos con impacto social y ambiental en las comunidades donde operan.El galardón, instituido hace más de 30 años, se ha consolidado como un referente en la promoción de valores de responsabilidad social y sustentabilidad en el ámbito empresarial argentino. Según Ana Pico, directora ejecutiva de ACDE, "cuando este premio comenzó, conceptos como responsabilidad social, sustentabilidad o desarrollo sostenible apenas daban sus primeros pasos". Sin embargo, dijo, "ya muchas empresas llevan adelante esos valores a través de proyectos que dan testimonio de un compromiso con la inclusión social, que merece ser reconocido".Miguel Maxwell, líder del equipo organizador, agregó: "Hoy vemos con mucha satisfacción que esas ideas, esos valores que el mismo Enrique Shaw planteaba, se han convertido en prácticas habituales de organizaciones que invierten cada vez más recursos para contribuir a mejorar las comunidades en las que están insertas".Desde su creación, el premio Enrique Shaw (cuya beatificación avanza en el Vaticano tas la aprobación de un milagro) reconoció 40 proyectos seleccionados entre 236 presentados en las últimas cinco ediciones. En 2023, por ejemplo, participaron 45 empresas, y consolidó un alcance geográfico que incluyó nueve provincias: Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Mendoza, Salta, Santa Fe y Tucumán. Este crecimiento refleja no solo el interés por el premio, sino también el compromiso de las empresas por contribuir al desarrollo social.Entre los ganadores destacados de la edición pasada se encuentran Pampa Energía y Fundación Pampa, con su programa "Un puente hacia el futuro", enfocado en la capacitación técnica en energías renovables para jóvenes; y Bodega Trivento, de Mendoza, reconocida por su iniciativa "Vientos de oportunidad", un programa educativo que otorga becas para la finalización de estudios secundarios y universitarios, beneficiando tanto a sus colaboradores como a la comunidad en general.En la categoría de pequeñas y medianas empresas (pymes), Hidroper, de Catamarca, obtuvo el primer premio con el proyecto "La Higuera, Nutriente Productivo", una iniciativa para desarrollar comunidades rurales a partir de la preservación de higueras centenarias para su producción.El jurado, compuesto por referentes del ámbito académico, empresarial y social, evaluará los proyectos según su innovación y su impacto en el entorno. Las empresas interesadas pueden inscribirse hasta el 12 de mayo a través del sitio oficial de ACDE o escribiendo a premioacde@acde.org.ar.ACDE, firmante del Pacto Global en Argentina, es una asociación que, inspirada en los valores cristianos, promueve la reflexión sobre el rol social de las empresas. Su labor apunta a fomentar prácticas éticas y comprometidas con el bien común, alineadas con un crecimiento económico sostenible y justo.Con esta nueva edición del Premio Enrique Shaw, ACDE renueva su compromiso de visibilizar iniciativas empresariales que transforman realidades y siembran futuro.